La velada fue cañera, reinó un ambiente espectacular aunque no estábamos muchos, y los músicos estuvieron a la altura en un festival de cuatro bandas con algunos puntos comunes y otros no tanto.
Ensiferum se encuentra en un momento muy dulce de popularidad a pesar de las dificultades que ha vivido estos últimos años – prueba de ello es la excelente recepción de la que disfrutó en Salamandra este pasado 21 de Abril. Teloneado por Ex Deo (especialmente anticipado después de mucho años sin verlos) y por Wind Rose (un prometedor aspirante a la primera línea del género), los asistentes al concierto disfrutaron de una noche corta pero fantástica.
La banda australiana de hardcore volvía a la capital, esta vez como cabezas, a reivindicar su música son sus fans en una sala pequeña, y con unos invitados acordes a las circunstancias.
La verdad es que esperaba menos gente en la Custom, por aquello de caer en miércoles. La semana anterior habían tocado Immolation y la taquilla había andado regulera, aunque, a priori, no se tratase del mismo público objetivo. Pero bueno, es Metal, al fin y al cabo
Solo faltaba el confeti y el humo como broche final a prácticamente dos horas de música, al que le eché de menos alguna canción más, algo menos de discurso, y un toque más eléctrico, incluso acústico, como nos tenían acostumbrados en sus anteriores visitas. No pudo ser, pero dudo que nada de esto impidiera que la gente disfrutara de lo lindo, a juzgar por sus comentarios, gestos y sonrisas, al despedirnos del show del dúo Leto. Amigos y amigas, esto es Thirty Seconds to Mars.
Siempre que Ñu toca en la ciudad condal se crea una expectativa para ver que nos va a ofrecer de nuevo el Molina. Y es que Ñu se prodiga poco por estos lares (aunque en este ocasión hacía menos de un año que habían tocado en el Rock Fest), así que somos 4 gatos que intentamos cada vez que vienen, disfruten de su estancia y concierto, para hacerles ver que aquí se les quiere, y que siempre son bienvenidos.
Insomnium y Tribulation llegaron a Valencia en el final de su periplo español para claudicar un conjunto de cinco conciertos en el país con el que han ganado unos cuantos aficionados.
MAGNUM siguen siendo a día de hoy una maquinaria engrasada y funcional pese a las limitaciones propias de la edad y la naturaleza sosegada e intimista de una banda que siempre apostó por la vertiente más sofisticada y elegante del rock en vez de la más contundente, festiva y directa. No creo que les queden muchos más tiros que pegar, aunque lógicamente, de no ser así estaremos allá para presenciarlo y contarlo.
La noche de ayer vivimos una noche de full thrash metal en Madrid gracias a la feroz visita de Havok, Darkest Hour, Cephalic Carnage y Harlott en la Sala Caracol.
Fueron de menos a más, y cuando anunció “The Angel And The Gambler”, todos los presentes estaban en plena ebullición. No es que sea uno los temas estrellas de su paso por Iron Maiden, pero la nostalgia, es la nostalgia.
