MAGNUM siguen siendo a día de hoy una maquinaria engrasada y funcional pese a las limitaciones propias de la edad y la naturaleza sosegada e intimista de una banda que siempre apostó por la vertiente más sofisticada y elegante del rock en vez de la más contundente, festiva y directa. No creo que les queden muchos más tiros que pegar, aunque lógicamente, de no ser así estaremos allá para presenciarlo y contarlo.

MAGNUM no se prodigan mucho por los escenarios ibéricos, de hecho, exceptuando su anterior gira peninsular de hace casi una década, su primera visita a España a principios de los 90 y su actuación en el 2004 en el Lorca Rock, la banda liderada por Bob Catley y Tony Clarkin apenas se ha dejado caer por aquí, motivo entiendo que justifica que pese a ser una banda totalmente desconocida para el gran público, la sala Salamandra se llenara presentando una muy buena entrada, algo poco común en los tiempos que corren donde cada vez escasean más golosinas como ésta en detrimento de las bandas típicas y de los polémicos grupos tributo.

Magnum (Foto: Sergi Ramos)

45 años de carrera discográfica les avalan resumidos en cerca de 20 trabajos de estudio de forma ininterrumpida (exceptuando un efímero parón a finales de los 90), unas cifras al alcance de muy pocas bandas todavía en activo. Habiendo superado la barrera de los 70, tanto Bob Catley como Tony Clarkin conservan todavía el buen gusto musical entregando obras ciertamente efectivas y celebradas como sus últimos trabajos de estudio, sin embargo en directo la edad pesa, vamos que si pesa. Vaya la verdad por delante, MAGNUM nunca fueron la alegría de la huerta en vivo. Si bien el señor Catley siempre ha sido algo moderado, tranquilo y sobrio en lo referente a su presencia escénica (más Coverdale que Dickinson para que nos entendamos), Tony Clarkin se caracteriza por ser probablemente el tipo más soso y desganado sobre un escenario, incluso en los viejos días en los que partía la pana con sus melenas y gorro de Gandalf. Pese a ello, los seguidores de MAGNUM son conocedores de ello por lo que no creo que pille a nadie por sorpresa.

Sin telonero alguno y con una escenografía un tanto parca y sobria, los británicos arrancaron a ritmo de “When we Were Younger” seguida de ni más ni menos que 6 cortes de sus dos últimas obras de estudio “Sacred Blood Divine Lies” y “Lost on the Road to Eternity” (sendos temas homónimos, “Crazy Old Mothers”, “Without love”, “Peaches and Cream” y “Your Dreams Won’t Die”), algo sin duda aceptable e incluso loable en el caso de una banda a la que sueles ver con cierta frecuencia, pero creo yo abusivo tratándose de una banda tan difícil de ver en directo como MAGNUM que cuenta a sus espaldas con 20 discos de estudio. Por muy atractivas y apetecibles que sean estas últimas obras de los de Birmingham, la gente empezaba a impacientarse al ver que la actuación realmente no acaba de arrancar. Tampoco ayudaba el flojo (aunque impecable) sonido del grupo en directo y un Bob Catley más apagado que de costumbre.

Magnum (Foto: Sergi Ramos)

Atacando la segunda mitad de su set, los viejos hits del grupo empezaron a asomar y como era de esperar fueron recibidos como agua de Mayo. De este modo, “How Far Jerusalem” puso el Salamandra patas arriba y fue coreada hasta la extenuación, igual que “Les Morts Dansant”, otro de los grandes clásicos que no pueden faltar en una actuación de los británicos. Prosiguió la banda con otro corte nuevo “Show me your Hands” para rescatar de nuevo su popular y obra magna “On a Storyteller’s Night” de la mano de “All England’s Eyes” y “Vigilante”, otro de sus grandes clásicos.

Secundados por el nuevo teclista Rick Benton, Al Barrow al bajo (quién lleva ya desde la reunión de principios de siglo en el grupo) y una vieja cara conocida de la parroquia metalera (Lee Morris, batería de PARADISE LOST durante gran parte de los 90), todo el protagonismo y miradas se las llevaban los dos pilares del grupo, Catley y Clarkin, pese a la importancia de sus escuderos (los teclados de Rick Benton están casi en más primer plano que las guitarras y el bajista Al Barrow se hacía cargo de todas las armonías de voz y coros).

Magnum (Foto: Sergi Ramos)

De cara al tramo final del show y tras un breve descanso, los británicos volvieron a escena para despedirse a ritmo de “The Spirit” (de 1982, el tema más viejo que tocaron) y su hit ochentero “When the World Comes Down” en detrimento de “Kingdom of Madness”, quizá su pieza más popular y que inexplicablemente se quedó fuera del set en esta gira.

MAGNUM siguen siendo a día de hoy una maquinaria engrasada y funcional pese a las limitaciones propias de la edad y la naturaleza sosegada e intimista de una banda que siempre apostó por la vertiente más sofisticada y elegante del rock en vez de la más contundente, festiva y directa. No creo que les queden muchos más tiros que pegar, aunque lógicamente, de no ser así estaremos allá para presenciarlo y contarlo.

Promotor:Madness Live

Día:2018-04-16

Hora:21:00

Sala:Salamandra

Ciudad:Hospitalet de Llobregat

Puntuación:9