Por Dios, que no llame a esto Bon Jovi. Ya, si eso, cuando Sambora vuelva y recuperen un poco de la mordida que les caracterizaba, hablamos. Y que alguien le de a John Shanks una orden de alejamiento. Había convertido a Bon Jovi en algo intolerable cuando era un simple productor. Desde que ha pasado a componer la mitad del disco junto a Jon, los ha convertido en insufribles. La sensación después de escuchar el nuevo disco durante una hora y diez es la de que te han arruinado el día. Y Bon Jovi se supone que te daban ganas de vivir.

Hace mucho tiempo que la carrera de Bon Jovi, la banda, ha pasado a ser un spin-off de la carrera en solitario de Jon Bon Jovi. Las líneas en el suelo que separaban una cosa de otra son cada vez más indefinidas y, en realidad, poco queda en la banda de aquel grupo de New Jersey que creó algunos de los mejores himnos del rock duro entre 1984 y 1995. Obviamente, esto siempre fue el show de Jon, desde el primer día. Pero durante una época Bon Jovi fueron percibidos como un grupo, como una unión de músicos donde las distintas aportaciones tenían una influencia sensible en el resultado final. Y, precisamente, una de las más claras era la de Richie Sambora. Su salida de la banda hace ya dos años ha provocado que Bon Jovi hayan terminado de irse a tierra de nadie. Y creo que ese es el resumen más gris que se puede hacer de “This House is Not For Sale”. Tiene cuerpo pero no tiene alma. Tiene buen sonido, producción y estructuras de canciones, pero las canciones suenan como un día nublado.

Desde que la banda fichó a John Shanks como productor, el sonido de Bon Jovi ha ido perdiendo testosterona, probablemente como el propio Jon a estas alturas de la vida. Una amalgama de Springsteen, country rock, hard rock a lo Nickelback y canciones maravillosamente producidas pero esencialmente vacías. “This House is Not For Sale” es el equivalente musical a las tortitas de arroz dietéticas. Te quitan el hambre, pero no te alimentan realmente.

El disco es como un grandes éxitos de los últimos diez años, con canciones que repiten las mismas fórmulas ya probadas en “The Circle”, “What About Now” y “Lost Highway”. Canciones que difícilmente superan los cuatro minutos y medio y que no se salen del arquetipo de canción radiofónica que tan bien ayudaron a definir Bon Jovi pero que ahora parece que es lo único que pueden ofrecer (y con dificultades). Las guitarras son insulsas, medianeras, simples acompañamientos rítmicos o melódicos a la voz cansada y fatigada de un Jon Bon Jovi que pone más énfasis en la pronunciación precisa que en transmitir sentimientos. Solo en los temas rockeros hay un poco de distorsión pero siempre amortiguada en la producción, no sea que a las fans cincuentonas les estallen las varices. El tema título es un buen ejemplo de esto. No se salva ni el microscópico solo de guitarra -quince segundos de notas al tun tun que cuadren en afinación con el motivo principal de la canción y poco más.

En “Living with the Ghost” es posible disfrutar de las atmósferas que crea la banda, muy reminiscentes de U2 en algunos momentos, especialmente en el trabajo de guitarras. Eso si, el solo lo podría haber hecho un niño de seis años golpeando su guitarra con un martillo de goma, totalmente sin personalidad ni gracia de ningún tipo. Algo parecido pasa con “Knockout”, que parece un tema de The Killers o de Ed Sheeran si metiese los dedos en un enchufe. Otros como “Labor of Love” parecen hechos por Chris Isaak o Lana del Rey tras recibir las recetas de antidepresivos y pasar por la farmacia. “Born Again Tomorrow” tiene tanta personalidad como uno de esos conos de plástico que te indican si hay viento cuando conduces por la autopista. “New Year’s Day” vuelve a ser un robo a U2 y Coldplay… ¿merece la pena seguir?

Esto no tiene nada que ver con atacar a Bon Jovi por ser un artista que ha decidido evolucionar y evitar convertirse en una vieja gloria de los 80 de esas que no aceptan la edad que tiene. Nadie quiere ver a esta banda hacer un “New Jersey 30th Anniversary Tour” vestidos de spandex. Todos sabemos que Bon Jovi no es esa banda. Pero, oye, la de “These Days” o “Crush” incluso, no estaba tan mal. Lo de ahora es que no hay por donde cogerlo. Lo único que percibo escuchando el nuevo disco de Bon Jovi es a un Jon cansado de la vida, cansado de su personaje, que sigue editando discos porque su ego no le permite dejar de subirse al escenario. Lo cual es perfectamente razonable. Pero, por Dios, que no llame a esto Bon Jovi. Ya, si eso, cuando Sambora vuelva y recuperen un poco de la mordida que les caracterizaba, hablamos. Y que alguien le de a John Shanks una orden de alejamiento. Había convertido a Bon Jovi en algo intolerable cuando era un simple productor. Desde que ha pasado a componer la mitad del disco junto a Jon, los ha convertido en insufribles. La sensación después de escuchar el nuevo disco durante una hora y diez es la de que te han arruinado el día. Y Bon Jovi se supone que te daban ganas de vivir.

Grupo:Bon Jovi

Discográfica:Universal Music

Puntuación:5

Canciones:

  1. This House is Not For Sale
  2. Living With The Ghost
  3. Knockout
  4. Labor of Love
  5. Born Again Tomorrow
  6. Rollercoaster
  7. New Year's Day
  8. The Devil's in the Temple
  9. Scars on this Guitar
  10. God Bless this Mess
  11. Reunion
  12. Come on Up To Our Houses

Año:2016-11-08

Votación de los lectores:5