Lejos quedan los recuerdos de aquel Nicke que en la gira del anterior disco sonaba desganado y con pinta de largarse a casa cuanto antes. Parece que tenemos banda para rato y, en el momento en el que estamos, nunca hay suficiente rock’n’roll.

Desde que Backyard Babies se fueron de vacaciones en el año 2011, el mundo del rock estaba falto de una buena banda de rock and roll que llenase los escenarios de sudor. Desde entonces, la banda sueca no ha cambiado ni un ápice su fórmula de hacer rock, una fórmula que lleva dando dividendos desde que en el año 2001 editasen “Making Enemies is Good”. Si bien es cierto que en sus últimos dos lanzamientos el nivel comenzaba a bajar ligeramente, Backyard Babies siempre has sido una banda en la que se puede confiar. Y ahora, después de cuatro años de parón nos sorprenden con una nueva obra que mantiene el nivel y catapulta la banda un paso más allá.

El nuevo disco de la banda es, a falta de un mejor adjetivo, sólido. Sólido porque las canciones han tenido cuatro años para madurar en las cabezas de sus componentes. El descanso les ha ido muy bien y se nota que la banda tiene ideas más frescas, algo que se nota especialmente en el tema que hace las veces de single, “Thirteen or Nothing”, en la acelerada “I’m on my Way To Save Your Rock N’ Roll” o la punkera “White Light District”. Como ya venía siendo tradición, hay espacio para un medio tiempo en medio de tanto rock hormonado y ese es el caso d “Bloddy Tears”. Más sorprendente es la canción con la que finalizan el disco, “Walls”, que sobrepasa los siete minutos de duración y nos muestra a una banda de contrastes: del contrabajo a las acústicas a los dejes country al rock and roll más malvado. Todo un tour de force por las influencias más variopintas de la banda sueca. La coda final, que se alarga los últimos tres minutos, es hipnótica.

Pese a todo, se trata de un disco breve. No sobrepasa los 34 minutos de duración y confirmar que Backyard Babies es una banda inmediata, una banda rápida, una banda acelerada, una banda que en un visto y no visto te ha clavado la puñalada y se han ido por la puerta. Y no los querríamos de ninguna otra manera.

Es especialmente destacable la energía con la que su guitarrista Dregen sigue encarando las canciones y composiciones de la banda. Nicke Borg, por su parte, está en un estado vocal envidiable. Desde que es un hombre sobrio parece que la energía a vuelto a su voz y está en un estado de forma envidiable. Lejos quedan los recuerdos de aquel Nicke que en la gira del anterior disco sonaba desganado y con pinta de largarse a casa cuanto antes. Parece que tenemos banda para rato y, en el momento en el que estamos, nunca hay suficiente rock’n’roll. Bienvenidos de nuevo, gamberros.

Grupo:Backyard Babies

Discográfica:Gain

Puntuación:8

Canciones:

  1. Th1rt3en or Nothing
  2. I'm On My Way to Save Your Rock 'n' Roll
  3. White Light District
  4. Bloody Tears
  5. Piracy
  6. Never Finish Anythi
  7. Mirrors (Shall Be Broken)
  8. Wasted Years
  9. Walls

Año:2015

Votación de los lectores:5