Lemmy, en mi humilde opinión, lo que debería hacer es darse un par o 3 de años de respiro, sacar un disco en solitario y dar algunos bolos puntuales por aquí y por allá, ponerse a prueba, sacudirse de la rutina de MOTÖRHEAD una temporada y volver al cabo del tiempo con más fuerza que nunca, siempre y cuando su maltrecho estado físico se lo permita.

Las cosas no pintan nada bien señores. Para los que ya llevamos bastantes años en esto, ver como esos héroes hasta ahora indestructibles empiezan a sufrir achaques de la edad (sino irse al otro barrio directamente) no es algo a lo que estemos acostumbrados. Uno nace, se aficiona a este estilo de música de chavalillo y ve como van pasando las décadas y sin embargo sus ídolos siguen ahí al pie del cañón girando y sacando discos. A lo que no estamos tan acostumbrados es a hacernos a la idea de que muchos de nuestros grandes ídolos rozan los 70 años y en la próxima década habrá muy probablemente una retirada furtiva y defunción de infinidad de leyendas. Y pese a que hace siglos que se vaticinaba ya en clave de humor que ante una catástrofe nuclear solo sobrevivirían las cucarachas y Lemmy, lo cierto es que en pleno 2015 (sin catástrofe nuclear aparente a la vista…) queda patente que el señor Kilmister es humano como el resto y que su fin no parece estar muy lejano en el tiempo… A diferencia de las cucarachas que siguen ahí inmunes a todo.

Con éstas, MOTÖRHEAD siguen fieles a su espíritu currante y publican en estos días su vigesimotercer trabajo (que se dice rápido), de nombre “Bad Magic” en conmemoración del 40 aniversario de la banda desde que se formara en 1975. El hecho en sí de que Lemmy y sus MOTÖRHEAD sigan vivos y activos tras tanto tiempo, tanta carretera y tanto vicio es motivo de júbilo y satisfacción, sin embargo, los que más allá de las efemérides y la leyenda nos gusta también escarbar en los discos, examinarlos al detalle y extraer de ellos lo mejor, no podemos sino contemplar como la banda -en lo estrictamente musical- no atraviesa precisamente su mejor momento. De hecho, siendo lo más honesto y sensato posible, les diré que no me pego un festín de MOTÖRHEAD por lo menos desde los días de “Inferno” y ha llovido bastante desde entonces, ni más ni menos que una década y 5 trabajos de estudio. He seguido y adquirido todos sus trabajos e incluso degustado un tema de aquí o uno de allá, pero tras esa primera impresión -más condicionada por el legado del grupo que por lo que realmente estoy escuchando- cada nuevo disco de MOTÖRHEAD se desvanece tras un par de escuchas y lo cierto es que no me los vuelvo a poner. De hecho apenas soy capaz de rescatar del olvido más de 2 o 3 cortes de sus últimos 5 discos de estudio. Nadie dice que sean malos discos porque no lo son y mucho menos nadie discutirá que no suenan 100% a MOTÖRHEAD, pero lo que me parece innegable es que no poseen la chispa cualitativa que distingue a un disco excelente de uno que parece hecho “para cumplir” y salir a la carretera lo antes posible.

Lemmy, en mi humilde opinión, lo que debería hacer es darse un par o 3 de años de respiro, sacar un disco en solitario y dar algunos bolos puntuales por aquí y por allá, ponerse a prueba, sacudirse de la rutina de MOTÖRHEAD una temporada y volver al cabo del tiempo con más fuerza que nunca, siempre y cuando su maltrecho estado físico se lo permita. Hoy en día, hay que decir, todavía se es relativamente joven con 70 años y con el enfoque correcto, MOTORHEAD podrían durar todavía unos cuantos años más, pero está claro que no al ritmo al que vienen operando toda la vida, léase disco/gira/disco/gira hasta el infinito. Pero bueno, Lemmy es Lemmy y por lo general le suda el cimbrel lo que el resto de mortales digamos de él. De hecho si yo fuese Lemmy, agarraría una limusina cargada de Whisky (Perdón, vodka) y me iría a Barcelona a lavarle la boca con jabón y pegarle una buena somanta de palos a ese redactor tan insolente…

“Bad Magic”, insisto, no es un mal disco, en absoluto. De hecho con las escuchas ha ido ganando enteros en comparación con la primera toma de contacto que fue excesivamente fría y distante. Pero aún así no logra despegar del todo ni posee momentos realmente espectaculares. Suena a MOTÖRHEAD, eso es innegable, pero a mi entender tras 23 discos con eso no basta. Y es que cuando esas cosas pasan, lo normal es que te agarres “Overkill”, “Orgasmatron” o “Another Perfect Day” y envíes este “Bad Magic” a la estantería para no volverlo a escuchar nunca jamás. El disco arranca con un par de temas que me parecen bastante sosos, caso de “Victory or Die” y “Thunder & Lightning”, para empezar a despuntar mínimamente con “Fire Storm Hotel”, un muy buen corte de esos rockeros con cierto deje comercial que tanto poblaban en su época de los 90 (“1916”, “Bastards” o “Overnight Sensation”). Llegados a este punto es fácil darse cuenta de que pese a que musicalmente MOTÖRHEAD siguen en muy buen estado de forma, la voz de Lemmy flojea bastante. Se le ve cansado, agónico, apenas llega a las notas más altas y prescinde casi siempre de las armonía de voz agudas que solía meter en casi todos sus temas no tanto tiempo atrás. “Shoot out all your Lights” arranca como el potente “Sacrifice” pero desde luego no posee esa pegada, básicamente por lo que les comentaba de la voz de Lemmy, ¡Tira la canción para abajo, aún a pesar de esos coros tan potentes!. Sé de sobras que nuestro personaje está a las puertas de los 70, pero a las cosas por su nombre, si no llegas no llegas, ya seas Lemmy o el reventado de Don Dokken.

“Bad Magic” prosigue con “The Devil”, un tema muy noventero que destacaría por encima del resto pese a que cuando llega el estribillo esperas que despegue por todo lo alto, algo que no acaba de suceder. Eso si, Phil Campbell está pletórico, no solo aquí sino en todo el disco, de eso no me cabe la menor duda. “Electricity”, la siguiente en sonar y single del disco, me ha recordado bastante a los días de “1916”, disco con el que este “Bad Magic” comparte bastantes similitudes, sobretodo en materia de producción aunque cualitativamente hablando en mi opinión es bastante inferior. “Evil Eye” mantiene el listón bastante alto durante este tramo intermedio del disco mostrando la faceta más dura y agresiva de MOTÖRHEAD siendo quizá de los pocos temas que rescataría del disco de cara a un hipotético recopilatorio del grupo. “Bad Magic” prosigue con “Teach them how to Bleed”, otro de los cañonazos de este disco, con solo armonizado de Phil bastante guapo. Con “Til the End”, MOTÖRHEAD entregan una balada, algo no muy común en ellos (sus baladas en estos 23 discos se pueden contar con los dedos de una mano) aunque a años luz de la inmortal “Love me Forever”. “Til the End”, gracias a una letra bastante emotiva, logra enganchar y cautivar sobretodo teniendo en mente las circunstancias que rodean a Lemmy y MOTÖRHEAD en estos últimos años. Con “Tell me who to Kill”, la banda vuelve a sus andadas más gamberras poniendo sobre la mesa un tema que realmente tampoco aporta nada sino en todo caso abulta y molesta. De hecho, este disco con 8 cortes un pelín más largos en vez de 13 ganaría una barbaridad, pero bueno, MOTÖRHEAD nunca se caracterizaron por hacer temas largos (aunque sí discos cortos, quizá ahí residía la clave; no hay necesidad de 43 minutos de MOTÖRHEAD, con muchos menos sus acérrimos ya nos conformamos).

Encaramando el tramo final, lo nuevo de MOTÖRHEAD avanza de la mano de “Choking on your Screams”, un tema con un aire vocal muy “Orgasmatron” -descaradamente amenazador, eso sí- donde en mi opinión voz y música no casan para nada haciendo que el corte en sí sea totalmente prescindible. Cierran el disco “When the Sky Comes Looking for You”, otra de esas piezas molonas pero casi idénticas en todos los aspectos a los típicos temas de relleno de MOTÖRHEAD (que por desgracia, en 23 discos de material, abundan) y una versión para mi prescindible de los tema ya de por sí prescindible de los STONES “Sympathy for the Devil”, canción que no sé muy bien si por lo sobada que está o por lo tontorrona que es, me parece de las canciones más sobrevaloradas de la historia y maldigo el día en el que Jagger y cía decidieron que era buena idea plasmarla sobre oro negro.

Siendo como son MOTÖRHEAD una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, me resignaba a creer que este disco realmente fuese tan malo como a primera vista parecía, de ahí que le haya dado tantas y tantas escuchas y haya acabado rescatando algunos temas, los cuales (localizados casi todos en el tramo intermedio del disco), de haber sido un pelo más extensos y elaborados, podrían haber formado parte de un muy buen disco, en detrimento de estos 13 cortes donde la monotonía abunda por desgracia un tanto en exceso. En cualquier caso, la valoración ha crecido con las escuchas pero la experiencia me dice que dentro de nada, cuando vuelva a ponerme a MOTÖRHEAD, regresaremos a los discos de siempre y no a este último o cualquiera de sus 4 o 5 predecesores. Muchas veces, este tipo de discos no son más que una mera excusa para salir a la carretera y es precisamente eso, la carretera, lo que puedeacabar matando a Lemmy. ¿Hay realmente necesidad de estar todo el año girando?, ¿No es mejor hacer un par de giras no muy largas al año y darlo todo en vez de irse arrastrando por los escenarios los 12 meses del año?. Desde luego mi opinión importa una mierda y a bien seguro Lemmy se limpiará el culo con ella, pero sería triste que el hombre no llegue siquiera a Febrero por cabezonería principalmente y todos acabáramos lamentándolo.

Grupo:Motorhead

Discográfica:UDR Music

Puntuación:6

Canciones:

  1. Victory or Die
  2. Thunder & Lightning
  3. Fire Storm Hotel
  4. Shoot out all of your Lights
  5. The Devil
  6. Electricty
  7. Evil Eye
  8. Teach them how to Bleed
  9. Till the End
  10. Tell me who to Kill
  11. Choking on your Screams
  12. When the Sky Comes Looking for You
  13. Sympathy for the Devil

Votación de los lectores:5