Classics: Rush – 2112 (1976)
El cuarto y trascendental álbum de estudio de la banda canadiense se publicó en 1976. Sin ser un disco conceptual, el disco comienza con la suite "2112" que dura veinte minutos, pero las letras del resto de canciones no tienen relación con la historia del tema que le da título.
La ambición compositiva ha sido el principio irrefutable de los canadienses Rush, y solo así se entiende la creación de ‘2112’. Después de su debut homónimo en 1974, un llamativo “Fly By Night” y un injustamente desapercibido ‘Caress Of Steel’ en 1975, su discográfica intentó negociar sus siguientes pasos musicales por el poco éxito comercial de éste último. Poco le importaba a Geddy Lee, Neil Peart y Alex Lifeson que el público no acogiera en masa las largas composiciones de rock progresivo, aunque finalmente llegaron a un acuerdo. La primera cara del LP constaría de una sola canción, y la cara B estaría formada por temas cortos con posibilidad de emisión por radio. En la portada aparece el pentagrama rojo que se convirtió en icono de la banda. Menos acertados fueron los atuendos al estilo galáctico que vestían los miembros en la contraportada, cuyas burlas los ha perseguido durante toda su trayectoria.
‘2112’ es una pieza dividida en siete partes de 20 minutos de duración donde se narra una rocambolesca historia de ciencia ficción firmada por Peart e inspirada en la autora Ayn Rand. Es también el año en el que el protagonista de la historia -conocido como Anonymous o Starman- descubre un instrumento musical llamado guitarra procedente de los hombres antiguos. Después de aprender a tocar, les presenta el instrumento a los sacerdotes de los Templos de Syrinx, que son ordenadores que gobiernan la Estrella Roja de la Federación Solar después de ganar una guerra interplanetaria en el año 2062. Estos mandamases destruyen el instrumento con argumentos vanos, algo que envuelve de tristeza a un Starman que sueña encontrarse en la tierra de la raza antigua con poder suficiente para destruir a la autoridad reinante. La historia no tiene un final feliz, porque al despertar descubre que no existe ese mundo perfecto y se suicida en la caverna en la que halló la guitarra.
Musicalmente expanden todas sus bondades a lo largo de trayectos cargados de cambios de ritmos y melodías diversas en la que la voz nasal de Lee alcanza agudos casi estridentes. Aunque es el corte principal, hay que prestar atención al talento que desarrollan en “A Passage To Bangkok”, “The Twilight Zone”, “Lessons”, la balada “Tears” y la poderosa “Something For Nothing”.
Rush no dejó nada al azar y este trabajo se convirtió en la brújula de una larga y prospera carrera en la que hicieron caso omiso de las críticas mordaces. Un álbum que creó escuela entre los amantes del rock en todas sus vertientes.
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