10 bandas imprescindibles del Metal Industrial
No podía faltar en la sección de grupos imprescindibles una mención al estilo que rompió los estándares de la música de guitarras existentes hasta la fecha. Los solos virtuosos y el olor a laca quedaron en recuerdos para algunos, que se lanzaron en masa a esa fusión de tonadas más propias de discoteca con riffs aptos para derribar un muro: bienvenidos al Metal Industrial.
El metal industrial es un género dispar en cuanto a éxito. Dentro de su hábitat coexisten pequeños grupos underground -a muchos de ellos los podemos definir con esa etiqueta abstracta denominada “de culto”- con auténticos mastodontes de la industria que han sabido jugar sus cartas de manera magistral y ascender al reino mainstream.
Desde que a finales de la década de los 80’ grupos como Killing Joke o Joy Division tuvieran la gran idea de fusionar las guitarras con los samplers y los sintetizadores, con la consecuente creación del rock industrial primigenio, la evolución ha sido constante. Más de 30 años después se siguen añadiendo matices a esta música tan válida para el headbanging como para amenizar esa rave intempestiva de tu ciudad.
Rammstein
No podía ser de otra manera. 9 de cada 10 personas relacionan el metal industrial al legado del quinteto alemán. Rammstein ha superado todas las barreras conocidas por el estilo gracias a la composición de hits de gran calado entre varias generaciones. Sin olvidarse que es la única banda que encontrarás en esta lista capaz de llenar un estadio de fútbol en plena actualidad. Guitarras barítonas, ritmos marciales, arreglos de teclados llenos de épica y una voz profunda que no olvida la melodía; ese el resumen de las composiciones de Rammstein. El carisma de Till Lindemann, Richard Z. Kruspe y demás miembros los ha convertido en un auténtico icono que trasciende para muchos más allá de lo musical.
Todo comienza allá por 1995 con la salida de su debut ‘Herzeleid’. Ya por aquel entonces la pirotecnia (más humilde, por supuesto) y esa provocación innata formaban parte de su ADN; sólo faltaba la llegada de “Du Hast” para acabar de encender la mecha del éxito. La cuadratura del círculo fue el genial, y todavía su obra maestra, ‘Mutter’. A partir de aquí el ascenso meteórico por todos conocido, no sin algún tira y afloja interno debido al choque de personalidades en el seno del grupo. Pese a todo, mantienen la misma formación que hace casi tres décadas. Algo estarán haciendo bien.
Marilyn Manson
Uno de los grandes iconos de los 90’. Todas las leyendas que pesan sobre el personaje creado por Brian Hugh Warner dan para un buen especial, pero no eso no lo exime de haber llegado a lo más alto gracias principalmente a sus gloriosos primeros cinco discos. En 1993 atrajo la mirada del gurú del industrial Trent Reznor (Nine Inch Nails), siempre muy atento en su faceta como cazatalentos, quien produjo su álbum debut y se convirtió en su padrino para transformarlo en una rockstar, posición en la que Manson se encontraba muy a gusto debido a su gigantesco carisma.
Después del triunfo que supuso el cover de Eurythmics “Sweet Dreams (Are Made Of This) llegó en 1996 la guinda al pastel con el disco ‘Antichrist Superstar’, lleno de referencias a su propia vida y de reflexiones al mundo que lo rodea, que lo convirtió en ídolo de muchos y en blanco fácil de otros -principalmente por razones extramusicales en los ámbitos más conservadores de su Estados Unidos natal-. En los últimos tiempos la controversia se ha diluido, los tiempos han cambiado y Marilyn Manson lucha por mantener su estatus, aún sabiendo que sus años de gloria ya pasaron. En ‘The Pale Emperor’ y ‘Heaven Upside Down’ se pueden encontrar algunas grandes canciones, sin olvidar que sus directos remontaron y ya no son tan terribles como hace una década. Habrá que mantener la fe en el Reverendo.
White Zombie / Rob Zombie
Una de las claves del éxito de White Zombie en sus primeros tiempos fue el saber alinear música, estética, líricas y actitud de manera que el resultado se convirtiera en atrayente para el oyente, aunque solo fuera por lo extravagante de la propuesta. El nombre de la banda no podía salir de otro sitio que no fuera una película de terror (género predilecto de un Rob también conocido por su vertiente cinematográfica), y en sus inicios apostaron por un noise rock con una imagen de cine de serie B que pronto mudó en un metal más contundente que hizo las delicias de muchos metalheads que no comulgaban ni con el hard rock ni con el thrash metal, tan en boga por aquella época.
Los grandes éxitos de la época fueron unos “Thunder Kiss ‘65” y “More Human Than Human” que han trascendido en el tiempo llegando al estatus de clásicos atemporales. Aunque centrándose en el apartado de popularidad y fama no cabe duda que la carrera en solitario iniciada por Rob en 1998 le ha comida la tostada a su anterior proyecto. Y gran parte de este mérito se lo lleva la gran obra maestra compuesta por el músico norteamericano: “Hellbilly Deluxe” es el primer disco a escuchar de manera obligatoria si se quiere entrar en el mundillo siniestro y lúgubre de Rob Zombie. Al igual que sucede con Manson, actualmente ya no ocupa un lugar protagonista en el rock y sus últimos discos son bastante nefastos, pero sus grandes obras son y serán un referente del género.
Fear Factory
La banda liderada por Dino Cazares empezó su andadura en 1989 y se puede considerar una de las pioneras del uso de esa amalgama entre las voces guturales y melódicas tan de moda en la actualidad, lo que convierte al vocalista Burton C. Bell en la otra pieza fundamental del cuarteto. Su sonido tiene ese componente marcial y electrónico que fue pionero y una influencia para decenas de bandas que saldrían posteriormente, sobre todo a partir de un ‘Demanufacture’ que se convirtió en una guía de referencia y el favorito de muchos adolescentes de la época. Imposible olvidar esos dobles bombos (¿disparados?) sirviendo de apoyo a las galopadas salvajes del guitarrista de origen mexicano.
La evolución en su estilo, sumado a los cambios de formación constantes, dieron una sensación de irregularidad a su carrera. Después de que los posteriores ‘Obsolete’ (1998) y ‘Digimortal’ (2001) funcionaran y reclutaran a un buen puñado más de seguidores a sus filas todo se torció. Primero la salida de un Dino Cazares -fuera del combo de 2002 a 2009-, enfrentado al rubio vocalista en temas musicales y personales, y después unas obras de lo menos inspiradas dieron al traste con todo lo conseguido anteriormente. Su último ‘Genexus’ (2015) fue una noticia estupenda para sus fans, con “Soul Hacker” convirtiéndose en su mejor canción en años. Sin embargo, una demanda en 2019 de algunos de sus ex-miembros pone en jaque la posibilidad de seguir usando el nombre del grupo. ¿Se acabó la buena racha?
Nine Inch Nails
Hablar de Nine Inch Nails es hablar de Trent Reznor, único miembro oficial de la banda en estudio y referencia para todos aquellos amantes del metal industrial. La influencia de NIN fue mayúscula en el estilo, sobre todo después de su admirado ‘The Downward Spiral’, album que los situó en el estrellato logrando una certificación de cuádruple disco de platino en Estados Unidos; hito que lo ha catapultado como el disco más vendido de la historia del género (por encima del ‘Hellbilly Deluxe’ del ya nombrado Rob Zombie, que consiguió despachar 3 millones de copias).
Al sumergirse en los trabajos de la banda de Cleveland se descubre una amalgama de sonoridades y atmósferas que beben del synth-pop de mediados de los ‘80, a las que un sinfín de capas y arreglos la convierten en esa música con cierto tono angustioso y oscuro tan del gusto del señor Reznor y sus seguidores. Con ‘The Fragile’ (1999) completan su trilogía clásica, que precede a una carrera con muchos altibajos: largos paréntesis entre discos, disputas con discográficas, controversias con varios medios de comunicación, etc. En 2020, ‘Ghosts V-Together’ y ‘Ghosts VI-Locusts’ fueron lanzados sin previo aviso y autorizados para descarga gratuita; más de dos horas instrumentales que confirman que las ansias comerciales de Nine Inch Nails, si es que alguna vez existieron como tal, quedan relegadas un segundo plano. Pese a todo, su legión de fans incondicionales seguirán sus pasos sea donde sea que vaya.
Motionless In White
La banda más actual de este especial. Aunque también tenga influencias de todo el movimiento metalcore y una estética donde el gótico tiene un componente marcado e importante, no cabe duda de que Motionless In White tiene en el metal industrial su gran fortaleza; no hace falta más que pinchar cualquiera de sus hits y comprobar cómo la influencia de Marilyn Manson se hace visible nada más empezar, con esos riffs simples pero efectivos y pegadizos, que podían estar perfectamente en el ‘The Golden Age Of Grotesque’, lanzado hace más de 15 años por el cantante de Ohio.
Chris Cerulli es la voz que completa una ecuación que está conquistando cada vez más seguidores -principalmente en Estados Unidos, pese a que cada vez es más común verlos en carteles de numerosos festivales europeos- con su versión melódica y accesible del género. No serán los nuevos favoritos de los fans de Ministry o Nine Inch Nails, pero sí que atrapara a oyentes con hambre de grandes estribillos y nuevos himnos metaleros para multitudes. Solo hace falta escuchar “Brand New Numb” o “Disguise” de su último álbum para darse cuenta de sus virtudes.
Oomph!
La sombra de Rammstein es tan alargada en el metal alemán -sobre todo si tu grupo pertenece a la Neue Deutsche Härt, con ese sonido tan lleno de samplers, sintetizadores y voces con un registro grave permanente- que para Oomph, pese a ser predecesores de los creadores de “Du Hast”, hacerse un hueco en la memoria colectiva de la gente como formación clave del estilo es tarea harto complicada. Sus inicios estuvieron marcados más por el sonido sucesor de la electrónica de unos Kraftwerk pasados de revoluciones que por cualquier atisbo de raíces metaleras, cosa que cambió a partir de su ‘Sperm’ (1994), que marcó un antes y un después en su trayectoria.
Dero Goi , Andreas Grap y Robert Flux permanecen desde su origen -en 1989- como los únicos miembros oficiales, encargándose de todas los instrumentos en estudio; por ende, las labores de batería o teclista durante las giras pasan a ser cargo de músicos contratados. En la actualidad, su éxito sigue estando principalmente en su Alemania natal y Austria, donde han conseguido reconocimiento a base de discos de oro en muchos de sus trabajos. Su último ‘Ritual’ (2019) los ha vuelto a situar en el mapa, con grandes canciones como “Tausend Mann und ein Befehl”; aunque no, nunca llenarán estadios de fútbol.
Ministry
Otros de los grandes nombres de principios de los ‘90. Liderados por el singular Al Jourgensen , único miembro fijo y estable dentro de la formación, tan conocido por su música como por sus excesos. Aunque su trayectoria arranca en 1981, el aroma 100% synthpop y new wave de sus dos primeros trabajos hace que el público con hambre de sonidos más duros y potentes no los tenga demasiado en cuenta hasta la aparición de ‘The Land Of Rape And Honey’, en donde “Stigmata” -canción que abría el álbum-, con su riff en bucle coloreando los arreglos electrónicos y la voz robotizada de Jourgensen, abrió la veda de un estilo de composición que continuaría hasta dar con su mejor versión en ‘Psalm 69’ (o ‘ΚΕΦΑΛΗΞΘ’, su título original en alfabeto griego), su gran éxito mediático.
El tema político y las letras de protesta contra los dirigentes estadounidenses de las diversas épocas, con especial protagonismo de los Bush y el actual Donald Trump, han sido protagonistas en las líricas de Ministry. La trilogía anti George W. Bush (entre 2004 y 2007) y el último ‘AmeriKKKant’, dedicado al actual mandatario, muestran la especial inquina que profesa el cantante cubano a los regímenes más conservadores del país norteamericano. Otro de los grupos que nunca llegará a las grandes masas, pero que mantendrá el cariño de sus incondicionales y de aquellos que buscan metal industrial puro y sin adulterar.
Static-X
Dentro de esa pequeña franja que separa el nu metal de los sonidos industriales, se pueden encontrar un buen número de grupos que recogen detalles de ambos terrenos. Static-X fueron una de las grandes figuras del estilo en esa época donde el metal alternativo estaba marcado por los chándales, las gorras y los fraseos herederos del rap. Wayne Static, hoy tristemente fallecido después de una mezcla explosiva de alcohol con medicamentos y célebre por su sempiterna cresta, creo a la banda después de varios proyectos fallidos. El éxito no tardó en llegar, el notorio ‘Push It’ fue el primer single del genial ‘Wisconsin Death Trip’, el cual alcanzó el disco de platino en Estados Unidos.
Después de ‘Machine’ (2001), que también conseguiría certificación por ventas -aunque esta vez como disco de oro- , su sonido viró a terrenos más comerciales y melódicos, según las malas lenguas por presiones de la discográfica; esto sumado a cambios de formación y a un nuevo productor, Josh Abraham (Staind, Velvet Revolver) quebró en parte la esencia inicial del cuarteto, que volvería posteriormente a su vertiente más dura, pero sin el éxito inicial. La mezcla de influencias groove o thrash combinadas con la electrónica (Wayne siempre se consideró un amante del house) convierte a Static-X en un grupo peculiar pero lleno de encanto. En 2019 la maquinaria volvió a encenderse para una gira conmemorativa del álbum debut, pero probablemente ya nada volverá a ser igual.
Mushroomhead
También conocidos como “la otra banda con máscaras que no es Slipknot”. Pese a ser predecesores de la banda de Corey Taylor y Shawn “Clown” Crahan, el éxito de estos últimos ha relegado a la formación de Ohio a simples imitadores, cuando nada más lejos de realidad. Esto ha causado grandes rivalidades tanto entre los propios componentes como entre sus seguidores más acérrimos, aunque desde hace más de una década han firmado una tregua y ambas formaciones tienen una muy cordial relación. Ya en terreno musical, Mushroomhead son unos de los grandes olvidados e infravalorados, principalmente en Europa, de los últimos tiempos; su fama no hace justicia a todo su legado.
Mezclando grandes riffs herederos del rock alternativo de principios de los ‘90, con cierto aroma gótico y unas estructuras complejas, que a veces pueden traer a la mente a los Faith No More de Mike Patton, Mushroomhead juegan en un terreno donde los grandes coros para las multitudes brillan por su ausencia y, sin embargo, te atrapan con esos teclados y samplers 100% adictivos. Para aquellos que nunca hayan caído en sus redes lo más recomendable es pinchar ‘XIII’ (2003) a todo volumen -para la gran mayoría su obra maestra-, y dejarse llevar por este metal industrial de vanguardia. Porque son algo más que un grupo con caretas.
Jano Carbia
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