La razón guía, pero son los sentidos los que movilizan. No podemos dárnosla de psicoanalista, pero está más que claro que algo debió pasar por las mentes de los miembros de SOBER para cerrar un capítulo en sus vidas. Capítulo importante, todo hay que decirlo, ya que el enorme éxito que los madrileños habían alcanzado era una realidad.
Pero las bandas se componen por personas, y las personas tienen distintas inquietudes, distintas perspectivas, distintos sentimientos… y si no se rema al mismo compás, el barco no navega con buen rumbo.
Antes de que se hiciera oficial la separación de SOBER, Carlos Escobedo ya había iniciado su propio camino en solitario bajo el nombre de SAVIA con la ayuda y amistad del batería Alberto Madrid. Para acompañarle de gira, entraron a formar parte Fernando Lamoneda a la guitarra y Jesús Pulido al bajo. Poco a poco SAVIA ha dejado de ser un proyecto y se convierte en una banda por derecho propio, algo en lo que Carlos Escobedo no dejaba de insistir en esta entrevista, donde también estaba presente la banda al completo (por si aún quedaba alguna duda), a los que les hacía pasar las preguntas a la mínima que notaba que comenzaba a tomar el protagonismo. La entrevista se realiza después de unas accidentadas pruebas de sonido, (“Si no se rompe un monitor, esto no es rock”, comentaba Lamoneda) horas antes de su posterior actuación en el tercer Alhaurín Rock Festival.