Berlin es un lugar frío en Enero (frase patrocinada por el Capitán Obvio) pero para un sueco como Karevik, aquello es un juego de niños. Thomas Youngblood tampoco parecía muy perturbado, pero también es cierto que la calefacción en la oficina de Napalm Records estaba a tope. Hasta allí se habían desplazado los dos músicos para atender a los medios en una suerte de gangbang periodístico consistente en recibir a un periodista cada 40 minutos para una entrevista sobre un disco que solo ha podido ser escuchado una vez antes de hacer la entrevista.

El nuevo disco de Kamelot es una realidad. “The Shadow Theory” saldrá a la venta el próximo 6 de abril, producido como siempre por Sascha Paeth y Jacob Hansen masterizando el producto final. Bajo un título tan dramático, la banda ha querido presentar un disco vagamente conceptual pero sin una historia con principio, desarrollo y final. Un mundo presentado desde una perspectiva distópica sirve como hilo conductor en un trabajo que es el más consistente de los tres editados desde que Tommy Karevik de Seventh Wonder, pasó a ser el vocalista de la banda. Una elección que se ha probado como acertada pese al revuelo que se montó seis años atrás. Que se fuese de la banda Roy Khan era un puñetazo en el mentón. Sustituirlo era como subir el Everest con una mochila de piedras. Siete años después y treinta y ocho canciones más tarde, el mundo le tiene que dar la razón a Thomas Youngblood. Karevik era y es el sustituto adecuado.

Para la generación actual de seguidores del metal, Kamelot son algo así como sus Queensryche. La banda de metal progresivo con estribillos poderosos que va más allá de las obviedades metaloides y ofrece conceptos interesantes en sus letras, técnicos en lo instrumental pero sin ser excesivamente anales en su ejecución.

Berlin es un lugar frío en Enero (frase patrocinada por el Capitán Obvio) pero para un sueco como Karevik, aquello es un juego de niños. Thomas Youngblood tampoco parecía muy perturbado, pero también es cierto que la calefacción en la oficina de Napalm Records estaba a tope. Hasta allí se habían desplazado los dos músicos para atender a los medios en una suerte de gangbang periodístico consistente en recibir a un periodista cada 40 minutos para una entrevista sobre un disco que solo ha podido ser escuchado una vez antes de hacer la entrevista. Ah, las discográficas y sus políticas extrañas antipiratería. Te invitan a entrevistar a una banda en otro país pagando los gastos pero eres un posible filtrador de discos. No me extraña, viendo lo que exponíamos en este reportaje.

Por suerte, incluso en tiempos de recortes y ventas modestas de discos, en las oficinas de las discográficas sigue habiendo café en cascada (en los años 70 eran enanos con recipientes llenos de cocaína en la cabeza, las cosas han perdido glamour). No parecía muy emocionado Youngblood aquella mañana, aunque fue correcto en todo momento. En aquel 24 de enero aún no lo sabíamos, pero el batería clásico de la banda, el espectacular Casey Grillo, estaba a una semana de anunciar su salida del grupo para ser sustituido por Johan Nunez (Firewind). Una marcha inesperada que quizá pesaba en la cabeza del guitarrista y compositor aquella fría mañana de invierno.

Kamelot con Sergi Ramos en las oficinas de Napalm Records

Una continuación lógica de “Haven”

El sonido de “The Shadow Theory” es inequívocamente Kamelot. Incluye colaboraciones de Lauren Hart (Once Human) y Jennifer Haben, quienes embellecen algunas de las canciones más destacadas del disco, como “Phantom Divine (The Shadow Empire)” o “Mindfall Remedy”, aunque ha sido “Ravenlight” el primer single escogido por la banda para presentar el disco en sociedad.

“Ravenlight” fue una de las primeras canciones en las que trabajamos para este disco y una en la que yo lo hice todo en la demo, tocando la guitarra, cantando y tocando los teclados” explica el vocalista Karevik al ser preguntado por esta canción en particular. “También hice la letra y la melodía. Cuando se la enseñé a Thomas me dijo que era perfecta, que tenía un tono oscuro pero con la vibración habitual de Kamelot. Creo que después de un par de discos ya estoy ubicado en el sonido de la banda” sonríe.

El tema tiene un inequívoco toque aperturista y pop en las melodías del estribillo, algo que siempre ha sido marca de la casa desde los tiempos de “Siege Perilious” y que con los cromatismos de la voz de Karevik cobra todavía más importancia.  “Eso es parte de mi voz y de mi identidad como músico” explica. “Lo importante es que lo sepa canalizar adecuadamente en las composiciones sin afectar al sonido general de Kamelot”.

No hay nada en “The Shadow Theory” que venga de sesiones de grabación pasadas, como explica el guitarrista Youngblood (“cuando acabamos de componer ‘Haven’ no nos quedaba nada que pudiésemos aprovechar realmente” sostiene). El proceso de composición no es simple ni fácil, aunque si que es el mismo siempre, explican.

“Tommy, Sascha y yo hemos estado componiendo canciones, enviándonos demos e hilando las partes para conseguir los resultados finales” explica.

Tommy añade que “geográficamente, todos estamos repartidos por diferentes lugares. Es complicado que podamos estar juntos para componer, así que trabajamos mucho a través de Skype y del teléfono. Las partes básicas se consiguen cuando estamos juntos y tenemos interacción. Cuando Thomas ensaya con el resto de la banda suelen crear un par de ideas principales parra canciones en un par de días. Cuando yo estoy con Sascha componemos melodías que se pueden usar en distintos momentos. Todos vamos trabajando independientemente y luego juntamos los resultados”.

Si por algo se ha conocido siempre a Thomas Youngblood es por haber sido firme en su defensa del sonido y la identidad de Kamelot a lo largo de los años. ¿Como vive la entrada de un nuevo miembro que aporta cosas a nivel compositivo?

“Creo que a lo largo de los años me he ido desprendiendo de mi carácter controlador” cuenta. “En ocasiones aparecen ideas que yo mismo he de decir que están demasiado alejadas de lo que es Kamelot como banda, pero en general, el equipo funciona bien y todo el mundo sabe lo que está haciendo”. El guitarrista procede a explicar que en ocasiones le salen escalas propias del blues cuando toca y que el mismo cercena eso porque no tiene nada que ver con el sonido de Kamelot.

Sascha Paeth es otra de las partes importantes del sonido de la banda y el guitarra acepta que “le da la vuelta a muchas ideas” pero que disfrutan “trabajando con él”.

Las sombras del disco, a debate

“No te sabría decir cual fue la chispa que inició el proceso de composición” dice Thomas Youngblood preguntado sobre la razón por la que se han decantado por un concepto tan oscuro como este.

“Se supone que yo estaba estudiando la teoría de la sombra de Carl Jung, porque es algo muy interesante con lo que todos nos podemos identificar. La sombra es una parte de nuestro subconsciente con la que todos podemos relacionarnos. Si no la reconoces, esa sombra puede ser aún más oscura y afectar a toda tu vida” reflexiona. “Estuvimos hablando de todo eso y fuimos incorporando ideas de ciencia ficción, de visiones distópicas del mundo y de situaciones en las cuales los robots toman el control de nuestra sociedad. Comenzamos a aunar esos dos mundos de algún modo y el concepto básico salió. No tenemos una historia en si, no es un disco conceptual. Si que tenemos un par de temas alrededor de los cuales las canciones van girando.”

Tommy explica los elementos que dan forma al concepto tratado en el disco.

“Hay tres elementos que queríamos tener en la historia sin hacerlos muy obvios. El primero es el imperio de las sombras, que es la gente que está en la cima, quienes tienen los recursos y el dinero, en yuxtaposición a la persona normal y corriente que vive de espaldas a todo eso y es alimentada con las mentiras. Ese imperio de las sombras trabaja para que la gente haga cosas para ellos sin saber porqué. La idea de una mente global, donde todo el mundo está interconectado continuamente a través de las redes sociales y todo eso. Todos estamos ahí todo el tiempo, pegados a un móvil, una televisión o un ordenador. Con pulsar un botón la información llega a todo el mundo, de una vez. Hablamos de eso en la canción “The Chain” y lo encontrarás en la letra”.

“El otro elemento es la llave de las sombras” prosigue el vocalista. “Es el elemento de resistencia de la historia. Es algo que ya tratamos ligeramente en ‘Haven’, con el aspecto más revolucionario. Esta parte trata de ser consciente de lo que te rodea, de que la información es poder y de que toda la información que puedas tener te llevará a tomar mejores decisiones.”

“La última parte es el muro de las sombras. Son las cortinas de humo. Las noticias falsas, la religión, las guerras…todo aquello que distrae a la gente para que no piense en otras cosas” comenta.

¿Cuál es la cadena, metafóricamente hablando?

“La cadena, hoy en día, son las redes sociales, las noticias y la religión” reflexiona Karevik. Youngblood añade otro matiz.

“Las hipotecas. Las deudas. Eso genera una cadena tremenda de gente que no hace lo que realmente quiere hacer en la vida. Si tienes una deuda sientes que debes seguir trabajando de algo que odias para poder pagarla. La mayoría de gente no está comoda en su vida, simplemente no conoce nada mejor. Existen, viven sin saber exactamente porqué. El tema de la deuda es un problema gigantesco de la sociedad y los bancos lo saben: si no pagas vives con el miedo a perderlo todo.”

Tommy comparte la opinión del guitarra. “Si no tienes deuda, no estás en el sistema, por así decirlo y eso te hace un elemento peligroso para la sociedad. Miras a tu alrededor y todo el mundo tiene una hipoteca y todo el mundo está endeudado. A la que trazas una linea en el suelo y te sales de ella todo el mundo te mira como diciendo ‘¿qué hace? ¿está loco?’”.

Vivir fuera del sistema

“Hay una tendencia en Estados Unidos llamada ‘living off the grid, que significa vivir fuera de lo establecido, creando tu propia energía eléctrica, conseguir agua por tus propios medios, etcétera” nos explica Youngblood.  “Las compañías energéticas están trabajando en erradicarlo, porque amenaza su negocio. El gobierno te dice que no puedes hacerlo para disuadirte y que no te salgas del sistema”.

“Que Tesla siquiera exista hoy en día es alucinante, considerando lo fuertemente que han combatido la tecnología eléctrica las compañías petroleras” sostiene.  “Llevan luchando contra ello desde los 70, porque saben que es un modelo que reduce su facturación claramente y que hace peligrar su futuro. El hecho de que Tesla haya llegado lo lejos que ha llegado es una pasada. El sistema de baterías caseras o techos hechos de paneles solares…son ideas revolucionarias. En caso de que no tengas que pagar impuestos extra por ello, claro”.

“Como en todos los discos de Kamelot, hay un mensaje y el mensaje es que puedes enfrentarte a todas las contrariedades, abrir tu cerradura y liberarte y cambiar. Solo tu puedes hacerlo. Nadie puede hacerlo por ti. Por eso hay una cerradura en la portada. La llave de las sombras abre esa cerradura y te permite liberarte” explica.

Kamelot en Barcelona en 2013 (Foto: Sergi Ramos)

¿Son Kamelot víctimas del propio concepto que exploran?

Preguntamos a los dos músicos sobre el uso y la influencia que las redes sociales tienen en su día a día y si son usuarios habituales de las mismas. Tommy empieza diciendo que el “no es un usuario natural de Facebook” sino que “tiene que forzarse a usarlo”

“No es algo natural para mi personalidad. Es habitual que me distancie de ello porque no puedo procesar la información constante y el hecho de estar todo el rato en el foco de atención de otras personas. Por otra parte, entiendo que es una herramienta necesaria hoy en día para mantenerse conectado y mostrarle a la gente lo que haces. Es bueno siempre y cuando no se use excesivamente”.

Youngblood tampoco es un gran fanático, aunque encuentra que es necesarrio para promocionar a la banda. “Lo uso más que Tommy pero sobretodo desde una perspectiva de negocio” explica. “Uso sobretodo la página oficial de Facebook de Kamelot, porque podemos anunciar shows, lo que está haciendo la banda y demás. Tampoco es algo natural para mí, realmente. Los dos somos personas algo humildes y si quieres ser un buen usuario de Instagram tienes que tomarte fotos continuamente y no tener miedo de exponerte en las redes.”

¿Es quizá la exposición sobre el escenario y a través de su música algo que les sirve para canalizar su necesidad de reafirmación personal y por eso las redes sociales les parecen innecesarias?

“Creo que es cierto, nos exponemos ante la gente y recibimos su aclamación cuando tocamos en directo. Es un punto de vista interesante”.

Facebook ha cambiado las cosas para muchas bandas y muchas personas, definitivamente” reflexiona. “Pero también creo que va a ir desapareciendo progresivamente con el tiempo, del mismo modo que lo hizo MySpace y otras redes previas.”

Thomas hace un inciso: “Mi hija tiene 14 años y para ella Facebook ni siquiera existe. Todo lo que usa es instagram”.

Chico nuevo en la oficina

Cuando Roy Khan decidió marcharse de la banda para lidiar con su ansiedad y dedicarse a cantar en una iglesia local noruega lejos del negocio de la música, Kamelot se quedaron sin una de sus señas de identidad más evidentes. Cuando la banda anunció que Karevik sería su sustituto, la decisión se había meditado mucho, por ambas partes.

“Lo más importante era su voz y la capacidad que tenía para transmitir emociones con ella” explica Youngblood, añadiendo que optó por un vocalista escandinavo debido a que “su capacidad para hablar en inglés y su pronunciación siempre es muy buena”.

“Siempre me han gustado las voces de bandas como A-HA o Europe. Cuando escuché algunas canciones de Tommy supe que era nuestro vocalista” explica.

¿Era vital un vocalista que pudiese aportar composiciones además de cantarlas? Youngblood lo tiene claro.

“Siempre se busca una persona que pueda aportar cosas a la banda” explica. “A no ser que conozcas muy bien a la persona, siempre hay preocupación respecto a lo que será su desarrollo dentro de la banda pero el hecho de tener a Sascha con nosotros desde hace años nos hizo estar tranquilos, ya que el sabría conseguir lo que necesitábamos con Tommy.”

Aún así, Youngblood admite que “no sabía que Tommy era buen compositor hasta que grabamos el disco con él, realmente. Luego supe que también toca la guitarra y los teclados y eso hace de él una elección aún más completa”.

Para el discreto Tommy, que venía de una banda mucho menor como Seventh Wonder y que se iba a enfrentar a ser el líder de un grupo mucho más asentado y reconocido, las cosas eran algo más tensas.

“Entrar a sustituir a otro vocalista siempre es algo que da respeto, especialmente cuando el legado, la herencia, es tan importante como en Kamelot, con una trayectoria tan amplia y tantos fans alrededor del mundo” explica. “Hubo momentos en los que pensaba si sería capaz, si podría hacerle justicia a las canciones. También te digo que, si no hubiese sido capaz, lo habría rechazado. Antes de entrar en la banda lo pensé mucho y me di cuenta de que si, de que podría aportar cosas pero seguir haciendo justicia al sonido de la banda”.

La voz de Karevik

Karevik tiene una voz notablemente frágil pero poderosa. Es la mezcla entre ambas cualidades lo que la hace única, igual que sucedía con la de Roy Khan. Pero, si la canción lo requiriese ¿estaría abierto el vocalista a emplear tonalidades más guturales como las de una canción al estilo de ‘March of Mephisto’?

“No soy un vocalista que gruña mucho” sonríe el treintañero. “Puedo hacer estilos de voz más violentos pero no es mi registro preferido ni habitual. Hay notas con distorsión, que no es lo mismo que gruñir. Me gustaría hacerlo en alguna canción, como efecto, pero no cantar completamente de ese modo. No tengo la técnica precisa para poder hacerlo bien. Estaría fuera de mi elemento y en unos pocos shows estaría sin voz”.

“Para eso están los invitados especiales en los discos” sostiene. “En aquel tema fue Shagrath y en este disco tenemos a Lauren Hart colaborando en algunos momentos. Sascha hace algunos guturales en el disco también. Creo que esa variedad es lo que da dinamismo al sonido de la banda también”.

¿De qué modo consiguió su técnica y habilidad el vocalista sueco?

“No recibí formación de ningún tipo, si te digo la verdad” dice, sorprendentemente. “Simplemente comencé a cantar con 15 o 16 años en el coro del colegio, porque me gustaba. Mi hermana cantaba todo el tiempo y tocaba el piano. La escuchaba a menudo y era muy buena. Yo me dedicaba al deporte, no estaba metido en la música pero no se muy bien como, conocí a un chico en el colegio que tocaba la guitarra y componía canciones en sueco. Me inspiró y comencé a tocar la guitarra y cantar en sueco yo también. Una cosa llevó a la otra y aquí sigo casi veinte años después. Fue un giro inesperado en mi vida”.

¿Como mantiene su voz a tono durante las largas giras de Kamelot?

“Es realmente complicado. Mantener la voz estando de gira es duro. Un vocalista necesita estar preparado vocalmente porque una gira te destruye la voz en un par de shows. Depende de tu constitución, también. Un tio como Fabio Lione canta durante 25 horas y está como al principio. Yo no tengo esa voz. Yo tengo el tipo de voz que tengo que preservar. He de vigilar lo que como, descansar lo suficiente, etc.”

“Estuve viendo a un profesor vocal hace un par de semanas en Canadá” prosigue. “Era mi primera vez y me daba miedo porque no quiero que nadie me modifique el sonido que tengo. Después de hacer algunas escalas me dijo que tenía un tipo de voz muy raro, que no es normal. Es lo que llama ‘tenor lírico suave’. Tengo una textura bonita, no mucho volumen pero mucha textura. No puedo cantar y chillar sobre música muy fuerte porque tengo que preservar la voz. Así que me metí en el mundillo equivocado” se ríe.