10 canciones imprescindibles del Power Metal
Dice la teoría que el power metal es un subgénero del heavy metal que aúna el speed metal con toques sinfónicos y temáticas fantásticas.
Proliferan los coros, las melodías e, incluso con mala leche alguno lo ha tachado como golosina-metal al tratarse una música por lo general alegre, muy épica, con cantantes que alcanzan agudos imposibles, solos de guitarra frenéticos y baterías donde el doble bombo es su máximo exponente.
Es importante recalcar que en esta lista hemos incluido canciones del también conocido power metal europeo -pese a que en la lista hay una banda americana- y no del americano que practicaban grupos como Iced Earth, Virgin Steele, Jag Panzer etc. Los orígenes del género son un tanto ambiguos, aunque tras la avanzadilla de grupos como Scanner, Accept o Grave Digger, son los alemanes Helloween los que podríamos considerar fueron los primeros que dieron el salto tras recibir influencias de estas bandas.
Es un género muy amplio, y aunque estas diez canciones sirven para hacerse una idea de la propuesta instrumental y vocal, hay muchas bandas legendarias y que podrían haber estado perfectamente que no caben. Sí, han quedado fuera desde el “Fast As A Shark” de Accept al “Emeral Sword” de Rhapsody, no se ha incluido nada de Gamma Ray, Rage, Running Wild o Hammerfall, tampoco entran bandas más recientes como Powerwolf ni clásicas como Edguy, y es que se trata de un estilo que tiene muy buenos grupos y canciones icónicas. Aun así, os dejamos que disfrutéis con estas diez canciones de power metal que engloban desde finales del siglo XX a inicios de XXI.
Helloween – Eagle Fly Free (1988)
Una vez llegado Michael Kiske a Helloween y sorprender con el álbum ‘Keeper Of The Seven Keys Part I’ y canciones como “Future World”, el guitarrista Michael Weikath se sacaba de la manga este himno para el siguiente álbum ‘Keeper Of The Seven Keys Part II’. En «Eagle Fly Free» un pegadizo ritmo de batería de Ingo en el inicio sirve para canalizar a través de las guitarras dobladas un tema que posee tanto un bridge pegadizo como un estribillo donde Kiske alcanza notas imposibles. Pocas veces ha faltado en sus conciertos desde que salió.
Helloween – I Want Out (1988)
Aunque se trate del mismo grupo y el mismo disco, si se habla de power metal no se puede obviar el impacto que tuvo “I Want Out”, considerada la canción más importante de la historia del género. En esta ocasión viene firmada por Kai Hansen, y ha sido versionada por muchas bandas como Hammerfall, Sonata Arctica o los propios Gamma Ray en sus directos. El riff inicial es casi tan pegadizo como su estribillo, y supuso un grito a la libertad que además catapultó a Kiske como el mejor cantante del momento. El videoclip fue grabado íntegramente en Navarra, y aparecen lugares como el Café Iruña, la plaza de toros de Pamplona o las Bardenas Reales.
Blind Guardian – Valhalla (1989)
El camino abierto por Helloween hizo que muchas bandas alemanas quisieran parecerse a ellos, y es lo que sucedió con los bardos, Blind Guardian. En su segundo álbum pidieron la colaboración de Kai Hansen en un tema sobre la mitología nórdica, “Valhalla”, y el tiempo al final lo ha colocado como uno de los más famosos en este estilo. La canción tenía todos los ingredientes necesarios: base rítimica poderosa, guitarras aceleradas, la voz rasgada de Hansi Kürsch, y el épico puente donde aparece Kai Hansen para llevar a los oyentes a un estribillo pegadizo, no excesivamente largo y perfecto para corear en los conciertos como comunión banda-público.
Stratovarius – Black Diamond (1997)
Hay canciones que son famosas por su riff de guitarra, pero también existe el riff de piano o teclado, y esto es lo que Jens Johansson consiguió para Stratovarius con “Black Diamond”: Lograr la intro definitiva, conseguir que la canción sea reconocible a los dos segundos con solo escuchar sus primeras notas. Compuesta por Timo Tolkki para su disco ‘Visions’, el doble bombo de Bjorg Michael y el pegadizo estribillo con un Timo Kotipelto sublime, hacen de ella una canción prácticamente perfecta.
Blind Guardian – Mirror Mirror (1998)
Segunda canción -como Helloween- de Blind Guardian en la lista, eso sí con una década de diferencia respecto la anterior. Con “Nigthfall In Middle Earth” compusieron en torno al libro ‘El Silmarilion’ de J.R.R. Tolkien el mejor disco de su carrera, y el single que representaba toda la épica del álbum, fue “Mirror Mirror”. Suelen cerrar con ella sus conciertos gracias a velocidad, el pegadizo estribillo y esos coros grandilocuentes tan característicos.
Sonata Arctica – Fullmoon (1999)
Los finlandeses Sonata Arctica sorprendieron en sus dos primeros discos como una versión más acelerada del metal de sus compatriotas Stratovarius, y en su disco debut ‘Ecliptica’ encontramos varios temas merecedores de aparecer en esta lista, siendo “Fullmoon” el que más ha perdurado en la memoria de todos. La canción no es la más rápida del disco, es más, la lenta intro de piano hace parecer que se trata de una balada o medio tiempo, pero tras las primeras guitarras con esa cabalgada a lo Maiden, posee un colosal estribillo y unos coros liderados por su cantante Tony Kakko que la hacen ser un gran ejemplo de lo que era el power metal justo el último año del Siglo XX.
Avantasia – Reach Out For The Light (2001)
La ópera metal ideada por el líder de Edguy Tobias Sammet, Avantasia, traía una sorpresa no desvelada hasta sonar “Reach Out For The Light” que era la vuelta de Michael Kiske al heavy metal. Es más, en la lista de créditos, su personaje firmaba como Ernie, para no desvelar el nombre real pese a que los rumores pronto saltaron en Internet y la gente se lanzó directa para escuchar el retorno de uno de los vocalistas más idolatrados. La canción recuerda a los mejores Helloween de los inicios, con un Kiske desatado, orquestaciones, buenos coros y un estribillo marca de la casa.
Angra – Nova Era (2001)
Los brasileños Angra fusionaron con muy buen gusto los ritmos tribales con el metal melódico, y tras la salida del malogrado André Matos grabaron con su nuevo cantante, Edu Falaschi, una canción que recogía lo mejor del grupo con un sonido mucho más directo, «Nova Era». Compuesta por el propio Edu y Kiko Loureiro, tiene una base rítmica vertiginosa y un estribillo que no tenía nada que envidiar al tema más conocido del grupo hasta ese momento, “Carry On”.
Kamelot – Forever (2001)
El grupo más elegante -posiblemente- de esta lista son los norteamericanos Kamelot. Se les incluye en el género por las orquestaciones y melodías, aunque sus discos se podrían englobar en muchos otros géneros. En este caso “Forever” llama la atención por su potente inicio, con un Roy Khan que cambia mucho de tesitura, uno de los aspectos más llamativos de su voz, y el estribillo que se apoya en la velocidad del doble bombo pero con más sutileza que rapidez. Una canción que además cuenta con un solo de guitarra fantástico, colchones de teclados en su justa medida… no se le puede pedir más.
Sabaton – Ghost Division (2008)
El salto a nivel de fama que han dado los suecos Sabaton está fuera de toda duda. Su sonido y temática bélica junto a una base rítmica más que potente pone las pilas rápidamente, y eso aderezado con la voz de Joakim Brodém hacen de canciones como “Ghost Division” perfectas para poner a todo volumen y enfrentarse a lo que haga falta. Sin duda, uno de los himnos del grupo.
Hay muchas bandas e incluso otros cortes de los grupos presentes en esta lista que podrían haber entrado en este decálogo, pero esta selección de canciones de power metal es una de las que comprende los temas más célebres en la historia de dicho estilo.
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