Si yo fuese Jose Antonio Manzano y tuviese que enfrentarme a un tratamiento tan duro como el que se le viene encima en los próximos meses, me pondría este mismísimo disco para darme energías, buen rollo y ganas de vivir.

Escuchar el nuevo disco de Manzano en el mismo día en que el vocalista ha anunciado en las redes sociales que el cáncer ha vuelto a tomar posiciones en su cuerpo es una sensación evidentemente agridulce. Porque sabes la lucha que le espera, pero por el otro lado ves el disco que ha sido capaz de hacer en plena lucha contra la primera embestida de la enfermedad, que le tuvo ocupado durante buena parte de 2017. Son dos trabajos los que ha editado desde que volvió a la actividad en 2015 y cabe decir que el nivel no deja de mejorar. Podría ser uno de esos artistas que vuelven años después dando vergüenza ajena pero la personalidad musical de Jose Antonio Manzano está tan bien definida que lo que expone en “4” es tan solo pura coherencia con lo que ha venido haciendo a lo largo de toda su carrera.

Del mismo modo que “Mi Religión”, este nuevo trabajo es una colección imbatible de himnos de hard rock atemporales, aunque evidentemente con fuerte ancla en el periodo que va de 1984 a 1990. La época dorada del género, vaya, de la que José Antonio fue un importador pionero en nuestro país. Muchos le podían acusar de copia de David Coverdale en la época, pero eso es como decir que Guns N’ Roses copiaban a Hanoi Rocks. Siempre ha habido alguien antes que tu y lo que hizo Manzano en su momento fue tan valiente como traer a España un concepto, el de frontman, que hasta entonces estaba muy difuso: lo más cercano era Fortu de Obús.

Con actitud, un estado vocal envidiable para estar bordeando la sesentena y buenas ideas musicales que florecen siempre en estribillos y riffs excelentes, el nuevo disco de Manzano es un soplo de aire fresco en un momento en el que el hard rock clásico es difícilmente un género de alcance masivo y mediático. Lo que en otros artistas podría ser suficiente como para encogerse dolorosamente de hombros (la letra de “Rocanrolear” es un buen ejemplo) en el caso de Manzano suena a gloria bendita. Es como si 1990 no hubiese pasado y estuviésemos en el Velódromo de Horta viéndole telonear a Whitesnake en pleno auge del género.

El trabajo de guitarra de Felix Barcojo es excelente a lo largo de todo el disco, especialmente en canciones como la espectacular “Santo Tomás” y la enérgica “Si, Pero No”, que abre el disco. El riff serpenteante de “Nunca Dejes de Creer” es marca de la casa y los power chords que abren “Este Falso Amor” son suficientes para sacarte de la cama cualquier día de esos en que te levantas sin querer levantarte.

Si yo fuese Jose Antonio Manzano y tuviese que enfrentarme a un tratamiento tan duro como el que se le viene encima en los próximos meses, me pondría este mismísimo disco para darme energías, buen rollo y ganas de vivir. Los artistas de verdad son aquellos que, de lo más duro, sacan material y creatividad para hacer sus mejores obras. El próximo disco de Manzano, visto lo visto en “4” va a ser aún más espectacular.

Grupo:Manzano

Discográfica:The Fish Factory

Puntuación:8

Canciones:

  1. Si,Pero No
  2. Adicción
  3. Rocanrolear
  4. Demonízame
  5. Especial
  6. Santo Tomás
  7. Nunca Dejes de Creer
  8. Este Falso Amor
  9. Perdón
  10. No Morirá

Votación de los lectores:5