Nuestros enviados especiales, Terry y Chiqui

WACKEN
2003 – VIERNES 1 de Agosto del 2003

El viernes amaneció acompañado
por el clima ideal para un día de festival.
Me río yo de Moncofas, Metalmanias, Dr. Musics,
Gods Of Metal… Uno de los puntos fuertes de
Wacken es la temperatura y el sol norteño,
ideales para disfrutar de los conciertos.
Eso sí, si aparece la lluvia el caos que se
produce es inimaginable. Afortunadamente en
este Wacken San Pedro respetó a los dioses
del metal.

Los buenos días nos los daba
el simpático vecino Klaus, un entrañable personaje
que refleja el espíritu Wacken en sus vivas
carnes. Nada más asomaba mi cabeza por la
tienda dejando que el astro rey acariciara
el iris de mis ojos, se presento él

con una amplia
sonrisa y con su inseparable botella de Vodka
ofreciéndome un chupito. -“Salut i força canut”
–tiene nociones de catalán y todo-, ¿no bebes?,
¡Tu no hombre!-. Ante tanta amabilidad cualquiera
podía negarle la ilusión a tan genial personaje.
El Cola Cao matutino fue sustituido por Eristroff.
Siempre he pensado que debemos considerar
las costumbres de las tierras que visitamos.

Pese a que Diamond Head me tiraban
mucho, preferí dar una vuelta por el Metal
Market y pasarme por el clinic de bajo que
ofrecía Nibbs Carter de Saxon. Pese a no ser
uno de los virtuosos reconocidos, ni marear
el mástil con subidas y bajadas a elevadas
velocidades, dio muestras de su calidad. Incluso
rompió una cuerda, cosa que no le impidió
dejarnos con la boca abierta.

Jordi Tàrrega


FREEDOM
CALL –
A NADIE LE AMARGA UN DULCE
[7’25/10]

Siempre he sido muy crítico
con la banda de Bay y Zimmerman por el exceso
de sacarina y el autoplagio que reina en sus
discos, pero si en las tres anteriores veces
que les vi me defraudaron en sobremanera,
reconozco que esta vez me alegraron el día.
Esta vez Chris Bay tocó la guitarra y cantó
de maravilla, arropado por unos coros de ensueño
realizados por toda la banda. Os puedo asegurar
que pocas veces he presenciado tal majestuosidad
en los coros sin apenas errores. “Flying High”
precedió a “The Quest”, un monumental tema
de su segundo trabajo que se ha quedado fijo
en su set-list. “Warriors” sonó perfectay
terminaron con la homónima “Freedom Call”.Me
sorprendió el hecho que no tocaran “Hymn Of
The Brave” o algún que otro clásico de su
disco debut, en mi humilde

opinión uno de
los diez mejores discos de power metal germano
de la historia. Si les odias dudo que disfrutaras
el concierto, pero si eres fan es de las veces
que mejor han tocado.

Jordi Tàrrega


SENTENCED
TAN APÁTICOS COMO OSUROS
[6/10]

Era la primera vez que tenía
la oportunidad de ver a los fineses que tanto
me habían gustado en sus discos, y la verdad,
me dejaron tan fríos como su tierra natal.
No sé si tendrá algo que ver eso de que vienen
de la tierra de los mil lagos, pero hicieron
aguas por todas partes. La sensación de apatía
de Ville Laihiala era contagiosa a más no
poder, y hasta la intro musical se cortó a
medias. Empezaron bastante bien con “Farewell”,
“Luxury In The Grave” o “The Cold White Light”,
pero si tanto encanto tienen los últimos cortes
de su último disco, aquí en vez de singles
potenciales sonaban a temitas del montón.
Algo similar pasó con “Cross My Heart &
Hope To Die”, pero mi mayor decepción fue
con mi favorita: “Excuse Me While I Kill Myself”.
El cantante demostró que no sabía

dotar a la canción
de su particular sentimiento. Puede que lo
mejor de todo fuera ese recuerdo al Amok en
“Nepenthe” con ese aire tan a lo Paradise
Lost. Para finalizar nos dieron una grata
sorpresa con una inesperada versión de “The
Trooper” de Iron Maiden.

El cover quedó para olvidar,
pero en ese mismo momento me encontré con
Tony Taylor de Twisted Tower Dire y su familia
del metal. Es alucinante ver como sus dos
hijos de siete y seis años acaparaban toda
la atención. –They are my security- decía
Tony Taylor. Tal reencuentro fue acompañado
de Jack Daniels, Caipirinhas y cerveza, y
es que hacía dos años que no nos veíamos.
Os puedo asegurar de todo corazón que Tony
Taylor es una de las personas más sinceras
y más auténticas que he conocido en este negocio.
Sólo por ese encuentro ya valió la pena marcarse
un quinto Wacken.

Jordi Tàrrega


DISMEMBER
SIN TIEMPO PARA CONVENCER
[5’5/10]

Aunque se trata de una de las
bandas más veteranas del continente, en activo
desde el 1988, no ha recibido reconocimiento
masivo sino dentro de la escena death, lo
que equivale a un casi nulo reconocimiento
si no es dentro de revistas especializadas,
de subgénero o de serie B. “Dismembered”,
“Massive Killing Capacity” o “Pieces” formaron
parte de un set list que en media hora trató
de dibujar, sin conseguirlo a mi entender,
una conexión entre el público y una banda
quizás demasiado satisfecha, conformista,
con una puestas en escena demasiado suave
para lo que se espera de una banda de death
metal. Fríos, pasotas, frígidos… Tal vez
necesitaron más tiempo para engancharnos a
todos. Habría que verlos en un show más extenso,
pero en Wacken será difícil.

Txiqui Pérez


PRIMAL
FEAR –
REMONTANDO EL VUELO
[8/10]

Estos alemanes tienen básicamente
dos hándicaps que a un servidor le sacan de
quicio: 1, sus tres últimos discos son iguales,
y la peor: 2, vayas al festival que vayas
están en el cartel. Siempre he dicho que en
directo Primal Fear son una águila volando
a media altura, pero esta vez fue diferente.
La solidez y esa sensación de apisonadora
sónica de sus discos quedaba reflejada sobre
las tablas. Scheepers bordó todo lo que cantó:
“Final Embrace”, la excepcional “Silver &
Gold”, “Church Of Blood”, etc… La infaltable
versión de Judas fue “Metal Gods”, creo que
ya va siendo hora que se atreva con “Exciter”
aunque sea sólo para que Tipton y Downing
se acuerden que Scheepers no era tan mala
opción para sustituir al sr. Halford. Matt
Sinner y Tom Naumman estuvieron perfectos
en su cometido. Los Fear parece que han encontrado
el line-up perfecto, cuanto menos en directo.
Su asignatura pendiente es el estudio, si
no grabasen un disco por año quizá las cosas
les irían mejor. Esperemos que el águila levante
el vuelo, de Wacken me llevé esa sensación.

Jordi Tàrrega


TESTAMENT
HÉROES EN HORAS INTEMPESTIVAS
[9/10]

Una banda a prueba de
bombas. Cuando la calidad de los músicos,
sus tablas y su deseo por agradar se confabulan
sobre el escenario no queda más que quitarse
el sombrero, aplaudir y confesarse un “True
Believer”. A este clásico se añadieron otros,
como “Alone in The Dark”, “Burnt Offerings”
o “Disciples of the Wrath”. Excelente noticia:
Chuck Billy recuperado y en forma, con más
ilusión y fuerza que nunca, esperamos que
triunfe sobre el cáncer. Y el espectáculo
fue seguro de los mejores en esta edición
de Wacken: intenso, fuerte, agresivo, y buena
parte de la culpa para el mítico Steve Digiorgio,
el gran bajista de Death y Sadus, que destila
tanto virtuosismo – es posiblemente el mejor
bajista de metal vivo- como energía y crudeza.
Se admiten votaciones para nombrar a Testament
entre los mejores, que se lo han ganado.
Txiqui Pérez


GAMMA
RAY –
SORPRESA SORPRESA…
[8/10]

El combo de Kai Hansen es uno
de esos grupos abonados ya a Wacken que tocan
año sí, año también. Por mucho que uno sea
fan y le encante asistir a sus conciertos
hay unos límites en los que, a la décima vez
que uno asiste a su concierto, el sopor y
la sensación de -ya lo he visto todo- a uno
le predispone negativamente. Qué equivocado
estaba…

Gamma Ray hicieron un conciertazo
de esos que no hace falta que toquen un set-list
para melancólicos o recurran a los clásicos
calabaciles. Presente y pasado se fundieron
perfectamente. “Gardens Of The Sinner” prendió
la mecha a un show que terminó con traca final.
“Shining Star, “Heavy Metal Universe” y “Armaggedon”
completaban un listado

de temas realmente
acertado. A ver si bandas como Rage toman
ejemplo y se acuerdan que antes de Black In
Mind hay tropecientos discos grabados por
el sr, Peavy Wagner. La voz de Kai estuvo
a la altura e incluso, conocedor de que en
Wacken hay gente de todas partes se dirigió
en público en inglés, todo un detalle. “One
With The World” y “Last Before  The Storm”
nos trasladaban a la era Scheepers, que minutos
más tarde se nos aparecería de manera física
y material ante nosotros. “Heart Of The Unicorn”
nos recordaba que hay canciones salvables
de su último trabajo y “Heaven Can Wait” resultó
una fiesta inesperada. Pero para inesperado…
lo que acaeció en “The Silence”… el pelirrojo
se defendía bien con algún tono bajado respecto
a la original, pero… de pronto un agudo altísimo
y un brazo amigo rodearon el hombro de Hansen.
Ralph Scheepers, el que fuera cantante de
Gamma Ray hasta 1995, reaparecía sobre las
tablas para cantar con la banda que le hizo
famoso. Momento Wacken, realmente alucinante,
hasta juraría que ni la banda se lo esperaba.
No llegó ni al minuto pues la canción tocaba
a su fin. Os aseguro que si el Caipirinha
y el Jack Daniels, gentileza de Twisted Tower
Dire, no hubieran hecho efecto, servidor estaría
llorando a moco tendido. Soy heavy gracias
a Gamma Ray, y por mucho que les critique
esa noche me tocaron el alma.

Jordi Tàrrega


TWISTED
SISTER –
FIESTA OCHENTERA
[9’25/10]

Y llegó el concierto que todo
el mundo esperaba. Twisted Sister eran los
sustitutos de Iced Earth en el cartel, puesto
que Matt Barlow decidió colgar el micro e
intentar salvar al mundo tras los atentados
del 11 de setiembre. Pocas veces un sustituto
ha sido tan bienvenido. Cabe decir que Wacken
es un festival en el que reinan los sonidos
extremos y que la participación de bandas
progresivas y de Hard Rock son meramente testimoniales.
Pero a quién no le apetece asistir a un show
de los reunificados Twisted Sister con toda
su parafernalia clásica?. Blackies, thrashers,
grinds, etc… se amontonaban en las primeras
filas pues nadie se quería perder el regreso
de Dee Snider con su vieja cuadrilla. Si hace
un par de años Snider ya aterrizó en Wacken
en solitario dejando un recuerdo imborrable,
lo que consiguió esa noche llegó a superarlo
inclusive. Con el

público ganado de antemano y con
unas ganas y actitud excepcionales, los Sister
triunfaron por todo lo alto. Las pinturas de
guerra vinieron acompañadas de todos los viejos
clásicos: “Stay Hungry”, “Knife In The Back”,
“Under The Blade… Wacken era una fiesta. Era
una noche en la que se les perdonaba todo, un
reencuentro soñado por todos. Quizá la química
entre los músicos no sea la de antaño, que haya
tiranteces visibles incluso en el escenario,
que las arrugas pesen, pero nadie nos puede
quitar ese momento. “You Can’t Stop R’n’R”,
“I am, I’m Me” continuaron con la fiesta. Dee
Snider no paró quieto ni un minuto e incluso
cambió varias veces de vestuario al más puro
estilo “The Rocky Horror Picture Show”. “Shoot
‘em Down” y la imprescindible “We’re Not Gonna
Take It” nos devolvía a los viejos tiempos.
El final fue apoteósico con “Burn In Hell, “I
Wanna Rock” (coreadahasta la saciedad), y “Come
Out & Play”. Para el bis recuperaron otro
clasicazo del Stay hungry: “SMF” en la que alargaron
interminablemente el estribillo. Son imprescindibles.
Quién no los haya visto reunidos ya puede preparar
las maletas y marcharse para el serie Z festival.
Pocas veces he disfrutado tanto en un concierto
como esta vez. Y lo mejor de todo, quizás la
última vez que disfruté tanto fue en el show
de Dee Snider en solitario… Fiesta y nostalgia
en estado puro, imprescindibles. Esperemos que
ahora Stryper e Europe sigan el mismo camino.
Jordi Tàrrega


LORDI
MONSTRUOSAMENTE ABURRIDOS
[6/10]

Llegados a este punto uno se
encuentra frente a una de esas decisiones
difíciles en las que no sabe a que concierto
ir. Nada más y nada menos que Subway To Sally
y Lordi tocando a la vez. Tenía curiosidad
de ver a los freakies de Lordi, pero como
fan devoto que soy de la institución folk
alemana tenía el corazón dividido. Finalmente
opté por los monstruitos nórdicos.

Evidentemente
ya contaba que fuera a ver el show que fuera,
el otro concierto sería mucho mejor. La ley
de Murphy cayó sobre una losa sobre mi pues
Lordi en directo son bastante sosos por muchas
toneladas de pirotecnia y efectos que utilicen.
A diferencia de Gwar, Lordi componen canciones
potables aún siendo hard rock comercialillo
y “Rock Outta Hell” fue buen ejemplo de ello.
El impacto visual del inicio pronto se acaba,
y las llamaradas no ayudan a convencer que
los zombies, hombres lobos y demás criaturas
que pueblan el escenario son bastante limitados
y fríos. Su clásico “Would You Love A Monsterman”
cerró uno de los conciertos más flojos de
este Wacken 2003.

Jordi Tàrrega


Evidentemente
el show de Subway To Sally había sido una
auténtica fiesta folk, e incluso había devuelto
a la vida a los auténticos zombies que habían
en Wacken, y no hablo precisamente de los
que tocan en Lordi. Centenares de borrachos
se levantaron de sus lechos de cervezas semivacías
para disfrutar de uno de los conciertos más
esperados del evento. Sacaron fuezas de flaqueza
interrumpiendo su dulce sueño para asistir
a la fiesta pagana.

Al llegar a la tienda encontramos
a nuestros dulces vecinos en estado comatoso.
Otra noche más la cerveza les había impedido
asistir a los conciertos de la jornada. Eso
sí, estaban disfrutando de Wacken a su manera…