El rock y el metal está lleno de bazofia, seamos sinceros. En este listado, también infumable, os ofrecemos las peores canciones que hemos podido aguantar.

El mundo del rock y el metal está lleno de bazofia. Esto es una realidad y los ejemplos son cientos. Como para hacer un listado de las peores canciones. No porque el rock y el metal sean estilos musicales mucho más honrados en su confección que el pop o el reggaeton (y esto es discutible a veces) están exentos de detritus. Detritus que a veces viene servido por auténticas leyendas. A veces no es la canción, es la letra. O la letra está bien, pero la canción es infecta porque el patrón rítmico o el tono de guitarra nos hace sufrir. A veces no funcionan ni una ni otra y todo es infumable.

Las peores canciones del rock y metal

Quitémonos los complejos: el mundo del rock y el metal está lleno de bandas que han hecho canciones infumables. Es bueno reconocerlo. No pasa nada. No te van a quitar el carnet de metalero ni significa que apoyes menos el género: sigue habiendo suficientes bandas y grandes artistas para compensar algún descarrilamiento ocasional. Pero es de justicia reconocer que no, que no todo lo que ha hecho Dio es memorable. Ni Metallica, Manowar o Helloween. O…Saliva.

Adentrémonos pues en esta lista de los horrores.

Nitro – “Freight Train”

Una de las cosas que terminaron cargándose por exceso el hard rock y el heavy metal de los años 80 es la ausencia de filtro. Llegados a un punto en que cualquier cosa con el pelo cardado, voces agudas y spandex acababa programándose en MTV, sucedían cosas como Nitro. Si bien el guitarrista Michael Angelo Batio es un talentoso instrumentista, las ansias por destacar en un complicado clima como el de entonces hicieron de Nitro más un meme que una banda a ser tomada en serio. La voz absurdamente aguda de Jim Gillette es vergonzosa vista desde la perspectiva de 2023, pero si uno se para a analizarlo, lo que hacían Nitro no está tan lejos de lo que hizo populares a Dragonforce en los 2000’s: guitarras a velocidad absurdas, voces taladradoras y estructuras de canciones con órdenes discutibles.

Anvil – “Metal on Metal”

Una de las cosas más democráticas del metal 80’s es que cualquier cabeza hueca con una guitarra podía acabar teniendo un contrato discográfico y una carrera en la música. Gente que no debería haber llegado mucho más allá de trabajar montando pladur, terminó girando por el mundo y editando discos para una entregada legión de fans que, bueno, no les llevaron muy allá a juzgar por el documental “The Story of Anvil” editado en 2008. Liderados por Steve Kudlow, un tipo encantador, y el baterista Robb Reiner, en “Metal on Metal” -su himno particular- Anvil muestran que se puede conseguir mucho con muy poco. Heavy metal genérico de la peor calaña con riffs genéricos, ritmos genéricos y voces genéricas. Como esto salió de Canadá y terminó en las estanterías de las tiendas en medio mundo es un misterio. Si me apuras, “March of the Crabs” es musicalmente muy superior pero nunca gozó de la misma exposición.

Ratt – “Round and Round”

Sacado de aquel clásico “Out of the Cellar” de 1984, “Round and Round” es un buen y un gran single. Pero ¿de qué demonios va la letra? Rueda y rueda, lo que das es lo que recibes, blabla, basura genérica. Tampoco ibas a pedir poesía clásica en California en 1984 pero diantres…

Motley Crue – “Afraid”

Cuando Mötley Crüe reunieron a su formación original en 1997 buscando explotar el rédito de la reunión de Kiss, se descolgaron con un disco llamado “Generation Swine” en el que, muy mal aconsejados por alguien, decidieron intentar sonar a 1997 en lugar de asumir que lo que a la gente le gustaba de Mötley Crüe se quedó en 1989. “Afraid” es uno de esos temas sin gracia particular que busca integrar a una banda cuyo sonido real no tiene nada que ver con la época en la que están. Los guiños tecnológicos y de producción a los tiempos que corrían son una muestra de falta de identidad que duele al oído.

Mudvayne – “Death Blooms”

Mudvayne es una de esas bandas que mejor encapsularon todo lo que estaba mal en una época donde el metal, el rap y la brutalidad se entremezclaron en una suerte de ensalada donde la caducidad de los ingredientes lo ponía todo en riesgo. Escuchada desde el prisma de 2023, “Death Blooms” es un amasijo de gritos, desesperación, cambios de ritmo a lo loco y melodías que no van a ninguna parte. Además, en un alarde de originalidad iban maquillados. Supongo que para que nadie tuviese que reconocer sus caras por la calle tras perpetrar canciones como esta.

System of a Down – “Sugar”

Podría ser un tema de Anal Cunt si nos basamos únicamente en la música. Eso lo dice todo. Se les debe perdonar porque son System of a Down pero, siendo sinceros, el tema es una pequeña bazofia.

Disturbed – “Shout 2000”

Planteado como una versión del viejo clásico de “Tears for Fears” “Shout”, esta relectura por parte de Disturbed. Pierde toda la dinámica y encanto melódico de la original, reconvertida en un chugga-chugga-chugga de riffs y doble bombos asincopados propio del peor nu-metal de la época.

Iron Maiden – “Como Estais Amigos”

Es fácil hacer sangre de la época de Blaze Bayley con Iron Maiden pero con el paso del tiempo ha sido fácil reconocer que la culpa nunca fue suya como vocalista, sino de un Steve Harris que andaba -por decirlo finamente- un poco desubicado respecto a lo que los fans de Iron Maiden buscan en la banda. Harris no se ha ubicado aún (cualquier disco de los últimos veinte años de Iron Maiden es una buena muestra) pero para el recuerdo queda esa atrocidad tristona y alicaída titulada “Como Estáis Amigos”. El mensaje, en sí, era bueno: un recuerdo de justicia para los soldados argentinos caídos en la Guerra de las Malvinas. Pero probablemente sobrellevar la guerra fue menos duro que estos cinco minutos y medio.

Godsmack – “Awake”

Que el video oficial tenga 58 millones de visualizaciones en YouTube es testimonio directo de lo grandes que fueron Godsmack durante un momento de la historia. Pero “Awake” es una muestra clara de que cuando algo se hace famoso, no hay quien pare a la industria discográfica. La voz de Sully Erna usando su mejor impersonation de James Hetfield y un riff genérico con menos dinamismo que un tren de mercancias nos llevan a un estribillo prescindible que, de algún modo, conectó con una generación enfadada con el mundo. No creo que esto les ayudase a alegrarse.

Helloween – Heavy Metal Hamsters

Siempre ha sido difícil interpretar el sentido del humor alemán de Helloween. La banda de Hamburgo siempre tuvo un punto conscientemente ridículo que ayudó a quitarle hierro a aquello de que el metal tenía que ser algo muy, muy serio todo el tiempo. Pero llegados a la época del declive que fue “Pink Bubbles go Ape”, se descolgaron con éste “Heavy Metal Hamsters” que es tan inspirado como un café con leche de maquina. La letra, que no tiene desperdicio, reza así:

“There are some fellows soft and mellow
Sitting in the field and play like hell
No one knows the way it goes
But all the songs they play they sound so well”.

Góngora calienta, que sales.

Marilyn Manson – “Cryptorchid”

Uno de los temas menores del “Antichrist Superstar”, “Cryptorchid” es una muestra de lo complicados que fueron los noventa para lo que se conoce como metal. Un tema experimental, sin gancho, raro y atmosférico, “Cryptorchid” podría liderar la lista de “peores canciones de Marilyn Manson” el día en que la hagamos. Niños, no os droguéis. Pasan cosas.

Metallica – “Shoot Me Again”

Era evidente que si teníamos que ir a buscar un bodrio en la carrera de Metallica, tenía que venir de “St. Anger”. Usar la propia “St. Anger” era demasiado obvio, de modo que el riff insulso de “Shoot Me Again” era la siguiente posibilidad. La línea vocal de James Hetfield es tan impropia de él que incluso distrae del sonido a latón de la batería de Lars Ulrich. El estribillo podría definirse como el anti-estribillo. No obstante, éste tema está en dura pugna con “Invisible Kid”. Prácticamente todo el disco está en dura pugna con el buen gusto musical. Menos mal que se enderezaron.

Alice Cooper – “Dyslexia”

Debo admitir que tengo un pequeño espacio en mi corazón para el Alice Cooper disfuncional post- Delirium Tremens que dio lugar discos como “Zipper Catches Skin” o “DaDa”. El surrealismo musical en el que estaba instalado Cooper tenía más que ver con la New Wave, el post-punk y el rock sinfónico para masas que Bob Ezrin había creado junto a Pink Floyd que con el rock duro teatral y rijoso por el que Cooper se dio a conocer. Si bien el disco es una apuesta artística arriesgada, no es un disco hecho a medida del legado que Alice Cooper había generado hasta ese momento. Del mismo modo que “The Elder” de Kiss es un gran disco…para cualquier otra banda.
“Dyslexia” es tan mala que es buena. “No one knows what’s wrong with me” canta en el estribillo. Indeed.

Kiss – “Boomerang”

Kiss llegaron a los años 80 con dificultades. La ruptura de la formación original con la salida de Peter Criss primero y Ace Frehley después, el clima cambiante del rock duro en aquellos años, el auge de bandas inspiradas por grupos como Kiss que ahora les pisaban los talones…todo aquello fue demasiado para un Paul Stanley que hacía lo que podía aguantando en pie a la banda mientras Gene Simmons entraba en su fase estrella de Hollywood / productor de éxito (no) / hombre de negocios implacable. La realidad es que nada de ello salió bien pero Simmons estuvo muy distraído de Kiss en los 80, dando lugar a algunas de sus canciones más chungas de la época. Mientras Paul Stanley firmaba himnos como “Crazy Crazy Nights” o “Hide Your Heart”, Simmons generaba abortos como “No No No” o “Boomerang”. Podría haber sido cualquiera de las dos: son igual de malas, fuera de lugar y carentes de encanto. Es como si Simmons hubiese visto que el heavy metal era ahora más veloz y repleto de doble bombo y se decidió a intentar copiarlo.

Mira, si hemos de elegir la peor de las dos, esa es “Boomerang”. Porque fue reincidente. Después de “No No No” en 1987 podría haber resarcido al planeta de semejante despropósito, pero escogía probar suerte de nuevo. Horreur.

Judas Priest -“Death”

La cosa con Judas Priest estaba entre “Loch Ness” y ésta. Hay que decir que desde un par de momentos decentes en “Jugulator”, Judas Priest tuvieron una sequía considerable de buenas ideas entre 1990 y 2018, cuando editaron “Firepower”, que se deja escuchar. Discos como “Angel of Retribution” o “Nostradamus” son terribles maneras de completar las obligaciones de un contrato discográfico con ningún miramiento hacia el propio legado pero por algo yo soy un triste crítico y ellos llenan arenas. El caso es que, desde mi sofá, “Death” me parece una de las peores canciones de la trayectoria de Judas Priest.

Un comentario en Youtube dice algo así como “antes o después, el público se dará cuenta de lo alucinante que es éste disco”. Bueno, han pasado quince años y aún nadie se ha dado cuenta. Quizá es que el disco es, no sé, malo de cojones.

Poison – “Unskinny Bop”

Si hoy en día los rockeros nos reímos del simplismo de canciones como “Despechá” de Rosalia o cualquier tontería de Shakira o Quevedo, recordemos que en 1988 Poison editaban cosas como “Unskinny Bop”. De estribillo infecto y letra infantil hasta la arcada, Poison se coronaron con “Unskinny Bop” como uno de los síntomas de que todo estaba mal en el rock duro de finales de los 80 (o casi todo).

Guns N’ Roses – “Riad N’ The Bedouins”

Buen titulo, mala canción. Después de quince años esperando la llegada de “Chinese Democracy”, la anticipación era tan grande que nada de lo que pudiese ofrecer Axl Rose bajo el nombre de Guns N’ Roses iba a estar a la altura de las expectativas. Pero es que “Riad N’ The Bedouins” es, simplemente, una mala canción. Aunque hubiese sido de un grupo de Soria en su primera demo con expectativas cero. Mala, mala. Como un resfriado en verano.

Iron Maiden – “Quest For Fire”

Públicamente odiada por Bruce Dickinson, eso te dice todo lo que debes saber sobre “Quest For Fire”. Iron Maiden tuvieron su momento unicornios y arco iris en pro de la pureza del heavy metal en este “Quest for Fire” del “Piece of Mind” que, años después, avergonzaría soberanamente a un Dickinson que siempre tuvo ese puntito intelectual que le ponía por encima de la plebe metalera. Pero es que tiene motivos. La canción en si es medianera, basada en una película de cine mudo del mismo nombre editada dos años antes. Sin pena ni gloria. Pero era por poner algo que no fuese de la época de Blaze Bayley.

Metallica – “I Disappear”

Originalmente compuesta para la banda sonora de “Mission Impossible II”, es un tema que tiene difícil encaje en la discografía de Metallica. A medio camino entre la época de “Load” y “Reload” y el retorno a la nada que fue “St. Anger”, “I Disappear” es un tema mediocre que seguramente Dave Mustaine escucha de vez en cuando para justificar que tampoco le fue tan mal fuera de Metallica. La letra, eso sí, es tan simple que da cringe.

Manowar – “Violence and Bloodshed”

Comparar la guerra por el Metal con la guerra de Vietnam seguramente es la mayor sobrada hiperbólica de Joey DeMaio en toda su carrera. Su aparición en un disco como “Fighting the World” demuestra que en un solo trabajo Manowar son capaces de lo mejor (“Black Wind Fire and Steel”) y de lo peor (la susodicha).

Solo con estos versos, hoy en día Manowar serían cancelados de por vida:

“My brother’s still in da-nang
Puttin’ an ad in the back of Kerrang
I’m looking for people who just wanna kill
We’ll go back the Nam cause no one else will”

Kingdom Come – “Get it On”

Si por algo se dieron a conocer Kingdom Come fue por ser una burda copia de Led Zeppelin. Lo mismo por lo que ahora se aplaude a Greta Van Fleet, allá por 1989 fue una sentencia de muerte para la banda liderada por Lenny Wolf. Lo cierto es que, una vez se quitaron de encima el tufo a copia de Led Zep, Kingdom Come firmaron algunos buenos discos y canciones, especialmente el gran “Twilight Cruiser” de 1995 o “In Your Face” (1989). Pero “Get it On” es una copia tan burda que hasta Jimmy Page, un copión de libro, se ofendió. Y Gary Moore les dedicó un tema CANTADO A MEDIAS con Ozzy Osbourne titulado “Led Clones”.

Dio – “Black”

A Ronnie James Dio los años ’90 le sentaron como un vaso de leche tras dos horas al sol. El momento más bajo, probablemente, fue aquel “Angry Machines” de 1997 que tan poco memorable fue. Por suerte, recuperaría terreno más adelante con el vagamente conceptual “Magica” y una serie de movimientos inteligentes como la reunión con sus viejos compañeros de Black Sabbath en el grupo Heaven and Hell. Pero en 1996, Dio había perdido mucha de su magia y “Black” es una de las mejores muestras de ello.

Aerosmith – Pink

Hubo un momento entre 1993 y 2005 en que Aerosmith pasaron de ser una banda de ex-toxicomanos de otra era a ser una banda absolutamente mainstream que todo lo que tocaba lo convertía en oro. El mejor ejemplo es la banda sonora de Armageddon, el insoportable “I Don’t Wanna Miss a Thing”. Pero en aquellos años, Aerosmith cometieron otras atrocidades, crimenes de lesa humanidad, como éste “Pink”. Alguien en su discográfica se estaba hinchando a ganar dinero con este rock pulido sin alma adornado con un nombre clásico en la portada, pero aquello no era Aerosmith. Era una vergüenza. Lo peor es que es un tema de Glen Ballard, poco sospechoso de componer bazofia. Pero mira, la compuso en ésta ocasión.

Limp Bizkit – “Eat You Alive”

Un hombre secuestra a una mujer, la ata en medio de un bosque y le canta una canción sobre “el aroma” que deja a su paso. ¿Qué podría salir mal? Lo chungo es que, según el videoclip, la mujer termina respondiendo de manera positiva a la turra que le está dando Fred Durst, de modo que la moral de la historia viene siendo algo así como “si una mujer no te hace caso, atala en medio de un bosque y cántale una canción sobre oler el aroma que deja a su paso”. Madre de Dios.

Van Halen – “Dreams”

Si Van Halen con David Lee Roth eran el tío guay del instituto americano que atrae a las chicas solo con aparecer con su descapotable, Van Halen con Sammy Hagar era como ir de fiesta con tu padre después de que se divorciase de tu madre para que no caiga en una depresión y se hunda. “Dreams” fue uno de los primeros hits de Van Hagar y un doloroso recuerdo de lo que es una vida sin testosterona en hombres de mediana edad.

Saliva – “Click Click Boom”

Nada representa mejor el caos y destrucción del nu-metal que Saliva. Bueno, Crazy Town. Pero ya llevamos demasiadas canciones y hay que dejar lugar para futuras entregas. “Click Click Boom” es un single ideal, editado en el segundo disco de la banda, “Every Six Seconds”. Todo es ideal. Tanto que carece del más mínimo atractivo. A la que Josey Scott comienza a soltar sus “come on, come on” y comienza a gritar con falsa agresividad y rapeando sobre los riffs de Chris D’Abaldo y Wayne Swinny, te dan ganas de arrancarte los oídos.

Sergi Ramos