LOS GRUPOS DE SONISPHERE 2012: SLAYER, FEAR FACTORY y MACHINE HEAD
No hay duda que se tratan de tres de los pesos pesados del cartel. Repasamos sus trayectorias
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Si hay un sinónimo de apuesta segura para cualquier festival de metal, esos son SLAYER. Da igual su posición en cartel, el tiempo que toquen y las condiciones, uno sabe que van a hacer una actuación a piñón fijo para deleite de sus fans, y para que los que los vean por primera vez se queden impresionados. Sus apariciones por aquí han sido una constante en los últimos años, como demostraron en Festimad 2007, Monsters of Rock o Via de la Plata del mismo año, el primer Sonisphere en Getafe (y segundo en España), Bilbao BBK ese mismo 2010, o su reciente gira junto a MEGADETH con ANGELUS APATRIDA como teloneros de lujo.
Los de California siempre fueron el grupo de los cuatro grandes del thrash que se mantuvo fiel a unas ideas iniciales en su música, y los que han ido siempre más a su rollo. Una muestra actual de esto último es el documental del DVD ‘The Big Four – Live From Sofia’, donde la historia parecía no ir con ellos en muchos momentos y se mantenían al margen de lo que ocurría. Su actitud e imagen siempre han sido una de sus señas de identidad, y a pesar de los bajones que han tenido en estudio con el paso de los años, les siguen acompañando sobre los escenarios. ¿Quién se lo iba a decir cuando debutaron con ‘Show No Mercy’ en 1983? Gran año aquel con ‘Kill’em All’, y los posteriores con los primeros discos de ANTHRAX y MEGADETH, ‘Fistful of Metal’ y ‘Killing is my Business… and Business is Good!’; quieran o no, sus historias siempre estarán relacionadas entre sí.
Si hace poco se cumplían veinticinco años de ‘Master of Puppets’, el mismo tiempo ha cumplido su mayor clásico, ‘Reign in Blood’. Ellos no han necesitado aniversarios para rememorarlo, sobre todo porque ya lo hicieron en su momento interpretándolo al completo, grabado y editado como ‘Still Reigning’ en 2004, poco después de la vuelta del hijo pródigo, Dave Lombardo. No es casualidad que antes de su marcha, y entre finales de los 80 y primeros de los 90 grabaran su trilogía perfecta junto a ‘South of Heaven’ y ‘Seasons in the Abyss’. Como ha ocurrido con tantas otras bandas, nunca han llegado a ese nivel compositivo, y los discos posteriores con Paul Bostaph no llegarían a colmar las expectativas. Bien es cierto que ‘Divine Intervention’ vio la luz en una época donde el rock alternativo era el que acaparaba la atención de público y medios, y donde unos de los que fueran compañeros de estilo se desmarcaban para jugar en otra liga superior. Lo mismo ocurrió con ‘Undisputed Attitude’ en 1996 y dos años después con ‘Diabolus in Musica’; con este afloraron ciertas críticas que los acusaban de intentarse apuntar a la moda del mal llamado numetal, cosa que el grupo negó; en cualquier caso, lo innegable es que se trata de su álbum más experimental.
Casualidades de la vida, ‘God Hates Us All’ salió el fatídico 11 de Septiembre de 2001, y esa coincidencia unida a la portada original del álbum y al impactante videoclip de ‘Bloodline’ devolvió la controversia a la banda. Una lesión de su batería hizo que la vuelta de Lombardo fuera el impulso que necesitaban para volver a primera plana; con él harían la gira citada anteriormente tocando su mejor disco a finales de 2003, lo que hizo albergar esperanzas de una vuelta a ese sonido para el futuro. Tras su reincorporación volvieron al estudio para sacar ‘Christ Illusion’, y tres años después ‘World Painted Blood’; vistos en cierta manera algo irregulares, con buenas canciones sueltas pero flaqueando en parte en conjunto, gracias al primero ganaron dos Grammy. Desde entonces varios sucesos se han cruzado en su camino. Primero fueron los problemas físicos de Tom Araya, que le hicieron pasar por quirófano para arreglar sus cervicales; eso afectó a sus primeros conciertos posteriores y a su movilidad, mostrando a un músico más calmado. Después ocurrió la surrealista historia de Jeff Hanneman, que contrajo enterocolitis fascitis por una picadura de araña. Cirujía, injertos de piel y rehabilitación por la falta de movilidad y la debilidad de los tendones y los músculos. El grupo siguió adelante en su gira, primero con Gary Holt de EXODUS y después con Pat O»Brien de CANNIBAL CORPSE, si bien anunciaron que no entrarían al estudio para grabar su nuevo disco hasta que su guitarrista estuviera totalmente recuperado.
Han pasado otros tres desde entonces, así que se supone que su concierto en Getafe se centrará en los grandes clásicos de siempre que nunca fallan, dejando composiciones más recientes fuera. Un año sin SLAYER en los carteles europeos sería raro. Pero para terminar, el día antes de Sonisphere encabezan el All Tomorrow»s Parties del Reino Unido, donde han confirmado que tocarán al completo su mítico ‘Reign in Blood’. ¿Harán lo mismo aquí?
El mismo día de SLAYER vuelven a España FEAR FACTORY. ‘The Industrialist’ verá la luz sólo diez días después de su paso por Sonisphere, aunque a buen seguro que podremos escuchar su nuevo single a estrenar durante estos días, ‘Recharger’, que tiene todos los elementos que han hecho al grupo codearse entre los grandes. Su carrera ha estado marcada por altos y bajos, una montaña rusa constante con algunas épocas demasiado movidas. En sus inicios fueron una de las bandas puntales de Roadrunner en los 90 junto a otras como TYPE O’ NEGATIVE, SEPULTURA o los propios MACHINE HEAD. Su mezcla de death-metal con sonidos industriales y alguna voz melódica supuso una novedad con su debut ‘Soul of a New Machine’; anteriormente habían grabado otro, ‘Concrete’, que vería la luz años después. Uno había sido grabado con Colin Richardson, otro con Ross Robinson; ambos serían gurús de muchos grupos y de sonidos característicos durante esa década. No fue hasta ‘Demanufacture’ en 1995 (ya con Christian Olde Wolbers en sus filas) cuando dieron el pelotazo, donde la brutalidad de sus inicios se alternaba con partes más atmosféricas y melódicas, convirtiéndolo en su mayor seña de identidad. La máquina contra el ser humano y un futuro apocalíptico también se convirtieron en algo recurrente en sus letras y conceptos, y vieron como ‘Replica’ pronto se convertiría en un himno atemporal (a día de hoy sigue sin haber un tema de ellos tan famoso). Lo que se evidenció fue la importancia de un quinto miembro en la banda, siempre a la sombra de los teclados y samplers, que ha ido variando con los años.
Algo que también empezó a hacerse habitual en el grupo fueron los remixes, ya que a cada álbum editaban uno nuevo con remezclas de sus propios temas; quizá intentaron aprovechar demasiado el tirón que tenía. Ese tirón se vio confirmado por completo en ‘Obsolete’, su consagración y donde retomaban la historia dejada en su anterior disco. ‘Shock’, ‘Resurrection’ y una versión de ‘Cars’ de Gary Numan (en la que de hecho colaboraba) en su edición especial fueron sus principales valedores y los que marcaron el punto más alto de su trayectoria. Si antes hacía mención a que ‘Diabolus in Musica’ de SLAYER se lanzó en mitad del boom de muchos grupos y un estilo llamado numetal que agrupaba a bandas que poco o nada tenían que ver entre sí, FEAR FACTORY sufriría las mismas comparaciones con ‘Digimortal’. A pesar de que algunas de sus canciones tenían una orientación aún más melódica y con otras estructuras, sigue siendo una de sus obras más infravaloradas. Marcó sus peores ventas, y a pesar de que no se citó como la razón principal, supuso la separación del grupo poco más de un año después de su salida.
Una sorpresa tan grande se vio superada cuando pocos meses después la banda anunciaba su regreso… sin Dino Cazares. Se argumentó que tenía problemas con el resto de miembros, especialmente con su vocalista; su puesto lo ocuparía el propio Christian Olde-Wolbers, y dejando su hueco al bajo a Byron Stroud de STRAPPING YOUNG LAD. Durante ese periodo de inactividad su compañía aprovecharía para lanzar el ya mencionado ‘Concrete’ y un disco de rarezas llamado ‘Hatefiles’, antes de su fichaje por un nuevo sello para volver fuerte con ‘Archetype’. Los cruces de declaraciones entre cazares y los demás estaban cargados de acusaciones sobre la orientación de su sonido y del peso compositivo de cada uno. En cualquier caso, su vuelta fue bien acogida tanto por prensa como por seguidores, con mejores críticas que su antecesor. Prueba de lo infravalorado que estuvo ‘Digimortal’ es que la banda se olvidó por completo de él para sus conciertos. Las prisas no son buenas, y ante los comentarios positivos el grupo se lanza a grabar su continuación poco más de un año después con un fallido ‘Transgression’. Tras él FEAR FACTORY entró en un periodo de inactividad bastante largo donde poco se supo de ellos más allá de su salida de Liquid 8, su sello por entonces y que Burton C. Bell se embarcaría en una gira con MINISTRY después de haber colaborado con ellos en ‘The Last Sucker’. Meses después Herrera y Olde-Wolbers estaban fuera del grupo con un nuevo proyecto y Dino Cazares volvía, completando la formación Gene Hoglan en la batería. Burton le contaba a Sergi Ramos en esta entrevista tanto los problemas legales que había con el nombre del grupo como la manera en que volvieron a contactar él y Dino.
“No fue algo interesado. No había motivos económicos. Lo cierto es que cuando yo estaba de gira con MINISTRY, en Los Ángeles, me encontré a Dino entre el público y pensé que estar ocho años sin hablar con mi viejo amigo era suficiente. Echaba de menos los viejos tiempos, a fin de cuentas. Quería saber sobre él y sobre su vida. Fui hacia él y le saludé, le felicité por haberse casado. Todo sucedió antes del show y fue breve porque tenía que ir al backstage y prepararme, pero después del concierto había un montón de gente en el camerino y entre ellos estaba Dino con su esposa. Comenzamos a hablar y notamos la vieja amistad volviendo de nuevo. A lo largo de varios meses fuimos hablando por teléfono frecuentemente, preguntándonos cosas, superando problemas del pasado y sencillamente reconectando como amigos. Me di cuenta de que lo que había entre nosotros era una amistad y que los problemas dentro del grupo habían enviado a paseo nuestra amistad. Dino y yo éramos amigos antes de estar en FEAR FACTORY, vivíamos juntos incluso. Echaba de menos la conexión con él y no hubo motivos económicos para su vuelta a la banda. Lo que hacía falta es que se aclararan las cosas entre el y yo y eso sucedió cuando reconectamos en noviembre de 2008. Le dije que entrara en la banda y le encantó la idea. Fue entonces cuando propuse al resto de miembros la vuelta de Dino y que nos deshiciéramos del manager que teníamos en ese momento y cogiéramos a uno nuevo. Se lo dije a Raymond y el declinó participar. Nunca le cuestioné y eso fue lo que pasó”.
La vuelta total se produjo con ‘Mechanize’, que recuperaba por completo la chispa de la banda y su lado más agresivo. Los problemas legales sobre el nombre de FEAR FACTORY se resolverían, siguiendo adelante con esta formación, si bien Stroud ha dejado el bajo al ex-guitarra de CHIMAIRA, Matt DeVries, para irse a 3 INCHES OF BLOOD. Las pistas de dicho instrumento en el álbum han sido grabadas en su totalidad por Cazares. Una curiosidad: si «Digimortal» fue el disco del que renegaban en sus actuaciones, tras la reincoporación de su guitarrista oficial recuperaron material de él en detrimento de los dos trabajos en los que estuvo ausente.
De una manera parecida pero no por completo similar, la carrera de MACHINE HEAD ha tenido altos y bajos, con bastantes semejanzas en los 90 con FEAR FACTORY (compartiendo sello), aunque su resurrección total vino años antes que la de los de Los Angeles. Uno de los (benditos) problemas que tuvo el grupo de Robb Flynn fue el debutar con un disco como ‘Burn My Eyes’. Reconocido como uno de los mejores discos de metal de esa década (y no solo de esos años, la verdad), impulsó a la banda desde sus inicios como una de las más prometedoras en una época donde el estilo no atravesaba sus mejores momentos. De hecho, en un principio el nuevo metal era catalogado para formaciones como ellos o PANTERA, aunque después todo cambió. La brutalidad de ‘Davidian’, ‘Old’ o ‘Block’ se vio superada con un agresivo ‘The More Things Change’, subiendo un peldaño su intensidad, quizá no tanto la calidad; ya para este Chris Kontos dejaba su puesto en la batería a Dave McClain.
Ahí vino su primer punto de inflexión, y un parecido razonable más junto a los dos grupos con los que comparte espacio en este reportaje. Después de haber trabajado en sus dos primeros discos con Colin Richardson, y tras la salida de la banda del guitarrista Logan Mader (entrando Ahrue Luster en su lugar), la banda recurría a Ross Robinson (que se había hecho muy conocido por su trabajo con KORN) para «The Burning Red», lo que se asoció al sonido más calmado y a las estructuras de sus canciones, con algún rapeo esporádico. La historia se repetía respecto a SLAYER y FEAR FACTORY, y se agudizaba con ‘Supercharger’, que se vio salpicado por la retirada del vídeo de ‘Crashing Around You’ por la aparición de un rascacielos ardiendo; efectivamente, vuelve a aparecer en este reportaje el fatídico 11-S. A pesar de no tener malas ventas, este marcó la salida de Roadrunner USA por parte de MACHINE HEAD… o eso parecía. No era el único cambio, ya que Ahrue salía por la puerta de atrás de la banda, entrando Phil Demmel como guitarrista, que había coincidido con Flynn años atrás en VIO-LENCE. Ya se le pudo escuchar en ‘Hell Alive’, su primer disco en directo, pero fue seis meses después, con ‘Through the Ashes of Empires’ cuando la bandas renació de sus cenizas, siendo visto como una vuelta a su sonido más agresivo dejando de lado los experimentos. En realidad quiso verse así, porque algunos de los temas de sus dos anteriores trabajos podían haber encajado en él, igual que ‘Vim’, ‘All Falls Down’ o ‘Wipe The Tears’ podían haberlo hecho a la inversa. Sea como fuere, el grupo se mostraba renovado, y cinco meses después de salir a la venta en Europa, Roadrunner USA ofrecía al grupo un nuevo contrato, reeditando el disco en su país con un tema extra, ‘Seasons Wither’. Una edición especial del álbum contenía el making of del mismo donde Flynn contaba la experiencia de su salida del sello. Además, ‘TTAOE’ contenía el que seguramente sea su segunda mejor composición y la que desde entonces ha contado con un peso específico para sus conciertos, ‘Imperium’. Su buen momento de forma se vio plasmado en su primer DVD, ‘Elegies’, grabado en el Brixton Academy de Londres. La importancia del grupo de vuelta a su discográfica de siempre se notó en ‘Roadrunner United’, donde Flynn fue elegido como uno de los cuatro capitanes (junto a Matt Heafy, Dino Cazares y Joey Jordison) para el disco que resumía la trayectoria del sello, y su presentación en directo en un concierto que quedó grabado en otro DVD.
Las cosas parecía que no podían ir mejor para MACHINE HEAD, pero sí, lo fueron. La semilla plantada con su anterior disco la recogieron por completo de la mano de ‘The Blackening’, vista como su mejor obra desde su debut, como el relanzamiento total de su carrera y como uno de los mejores discos de metal hechos en el siglo XXI. Y todo a pesar de mostrarnos un grupo distinto; la brutalidad seguía ahí, pero en muchas de sus canciones se gustaban en el trabajo de guitarras, mostrándose épicos en muchos momentos, y alargando su duración hasta los diez minutos. Así nacieron temas como ‘Halo’ o una infravalorada ‘A Farewell to Arms’, mientras que ‘Beautiful Mourning’ o ‘Aesthetics of Hate’ se mostraban más cortas y directas, por lo que parecían más encarriladas para sus conciertos. Nada más lejos de la realidad, ya que todas terminaron funcionando en una gira que, por desgracia, no pasó por nuestro país como tal. Me refiero como cabezas de cartel de su propio show, ya que a cambio tuvimos ración del grupo primero en el Electric Festival de Getafe, con una actuación previa a METALLICA para el recuerdo, dejando a los Four Horsemen en la encrucijada de superar su concierto (cosa que no consiguieron), en Sonisphere Barcelona en 2009, y el día antes en Madrid junto a Slipknot en el Palacio de los Deportes. Dicho álbum tuvo a MACHINE HEAD girando más de cuatro años por todo el mundo; no era de extrañar por dos razones: la primera era su valía, y la segunda y más importante, superarlo era una tarea muy difícil, así que había que preparar algo en condiciones.
A finales de 2011 salía la esperada continuación con ‘Unto the Locust’, un paso más allá en el tipo de composiciones de su antecesor, algo más complejas, y que en cierto modo creó una relativa división de opiniones. No era de extrañar, ya que se trataba de un disco más complicado de escuchar, al que le faltaba algún tema más inmediato (seguramente sólo lo fuera ‘Be Still And Know’); en cualquier caso, las siete canciones que presentaron seguían demostrando que el grupo se encuentra mejor que nunca veinte años después de su nacimiento, tal como pudimos ver en su concierto en La Riviera junto a DEVILDRIVER, DARKEST HOUR y BRING ME THE HORIZON. Rob Flynn y los suyos arrasarán el viernes a su paso por Getafe, más teniendo en cuenta que es el grupo más metalero de ese día.
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