LOS 10 TEMAS PERDIDOS DE IRON MAIDEN
En una carrera tan extensa como la suya, hay mucho donde elegir. Aquí nuestra selección
Cuando una banda tiene un catálogo de canciones como el que IRON MAIDEN han generado a lo largo de los últimos 35 años, es fácil que muchas de ellas caigan en el olvido. A fin de cuentas, los fans siempre quieren escuchar las típicas: “Fear of the Dark”, “Run to The Hills”, “The Trooper”, “The Number of the Beast” y unas cuantas más. Es difícil pelearse con el rugido de 20.000 fans que llena cualquier pabellón o festival cuando suena cualquiera de estos temas. Pero lo cierto es que con el vasto catálogo de la doncella, es una pena que solo se limiten a “lo de siempre”, pese a que sus giras temáticas “Somewhere Back in Time” y “Maiden England” (con la que visitarán España en 2013) corrijan el error en parte. Pero sigue habiendo discos ignorados mayoritariamente como “Somewhere in Time” o “Piece of Mind”, por poner solo dos ejemplos que claman al cielo. Sergi Ramos y Varo Andrés os recuerdan diez joyas perdidas de la carrera de la banda británica.
Prowler: El primer tema del primer disco y, solo por eso, merece respeto automático. Compuesta íntegramente por Steve Harris, el tema posee un riff de guitarra simplón pero efectivo y una línea melódica fácimente memorizable. Aunque Paul Di Anno era el cantante menos melódico del mundo, en éste tema hace una buena labor adaptando su trabajo vocal a las exigencias musicales de la canción. Tiene un sentimiento cuasi-punk, por lo inmediato y lo espontáneo, algo que sería frecuente en los dos primeros discos de estudio de la banda y que refleja bien el sonido de la época con Di Anno. No obstante, los elementos progresivos que tanto interesan a Harris hacen acto de aparición, con un puente central del tema, que cambia totalmente de tercio.
La banda tocó la canción por última vez en la gira “Early Days” del 2005 y aunque Dickinson lo intentara entonar con convicción, su voz nunca tendrá el mismo veneno que la del maltrecho Di Anno. No obstante, eso no le previno de re-ggrabarla en 1988 como cara B para el single de “Can I Play With Madness” en Japón.
Drifter: Siempe quedará como la canción que cerraba una época. ‘Drifter’ marcaba el final de ‘Killers’ y de Paul Di’Anno como cantante de IRON MAIDEN. Y en ese álbum había temas que encajaban mejor con el registro de Dickinson; a pesar de ello, fue fija en sus dos primeros años al frente de la banda. Pero tuvo que esperar al año 2005 con el Eddie Rips Up the World Tour para volver a ocupar el sitio que merecía… al menos durante unos pocos conciertos, recuperando temas de sus cuatro primeros discos. Una vez revisitada, vuelta al baúl.
Gangland: No es que sea un mal tema, ni un olvidado al uso ni nada por el estilo. Seguramente, de haber sido incluido en cualquier otro disco de La Doncella, otra historia cantaría. Pero no, le tocó la papeleta, ni más ni menos, que de ir en medio de ‘Run to the Hills’ y ‘Hallowed Be Thy Name’, dos de los himnos no solo del grupo, sino del heavy metal. ¿Cómo competir con algo así? Imposible. Un corte que recuerda a sus dos primeros discos con el añadido de una voz que cambió el panorama musical.
Back in the Village: Si hay un disco absolutamente infravalorado más allá de los clásicos, ese es “Powerslave”. La fama innegable de “Aces High” y “Two Minutes to Midnight” ejerce una sombra inmerecida sobre el resto de canciones del disco. Tardaron años en volver a hacer justicia con “The Rime of the Ancient Mariner” o “Powerslave”, que no volvieron a sonar en directo hasta 1988, pero hay otras canciones que han quedado en el tintero permanentemente, como es el caso de “Back in the Village”. Un tema rápido y gamberro, compuesto por Adrian Smith y Bruce Dickinson, con un fraseo de guitarra rebuscado y muy propio del Smith de la época. Pasaría sin pena ni gloria en la época y sigue por ese camino, por mucho que nosotros digamos. Hasta una de sus compañeras, “Flash of the Blade”, acabó al menos en la banda sonora de la película “Phenomena”, pero ésta no correría la misma suerte.
Reach Out: La época de “Somewhere in Time” fue confusa para IRON MAIDEN. Recién salidos de la maratoniana gira de “Powerslave” y tras la edición del seminal directo “Live After Death”, la banda se encontraba cansada o, mejor dicho, agotada. El siguiente disco obligaba a un cierto cambio de rumbo, el cual consiguieron con el uso de sintetizadores y un estilo compositivo mucho más progresivo, como queda evidenciado en canciones como “Alexander the Great” o la propia “Caught Somewhere In Time”. Notoriamente, el disco no tuvo ni una sola composición de Bruce Dickinson, tras una pequeña moción de censura por parte de Steve Harris, que no estaba por la labor de incluir un montón de temas acústicos en el disco. El caso es que al final fue Adrian Smith quien salvó el disco, firmando los dos singles, “Wasted Years” y “Stranger in a Strange Land”. En la cara B del single “Wasted Years”, no obstante, se encontraba una gema imprescindible para el fan dedicado, “Reach Out”. Cantada íntegramente por Smith y con coros de Dickinson, el tema es una composición de Dave Colwell, que más adelante formaría parte del proyecto en solitario de Smith ASAP.
Caught Somewhere In Time: ¿Empezar un disco tan sobresaliente como infravalorado con un tema como éste y después apenas tocarlo nunca? Así es, y así fue. Ese riff a modo galope, el bajo en primer plano (como siempre), un Dickinson notable en estrofas y soberbio en el estribillo que reza el título de la propia canción, el solo central doble minuto y medio (¿de los mejores del grupo?)… Y no será que no han tenido oportunidades de tocarlo con tanta gira rememorando sus distintas etapas como banda. Puede que la razón principal sea esa última observación. Y es que las guitarras de este tema son demasiado.
That Girl: Siguiendo con la época de “Somewhere in Time”, IRON MAIDEN dieron lugar a otra gema hirientemente buena. “That Girl” apareció como cara B del single de “Stranger in a Strange Land” y es una versión de la banda de AOR británica FM. La canción la compuso, entre otros, Andy Barnett, amigo de Adrian Smith y parte del grupo secreto THE ENTIRE POPULATION OF HACKNEY, donde también militaban Nicko McBrain, Bruce Dickinson, Dave Murray o Steve Harris, además de músicos británicos como Martin Connoly y los propios Barnett o Colwell .
THE ENTIRE POPULATION OF HACKNEY solo existieron brevemente de cara a un par de conciertos en diciembre de 1985 en el Marquee londinense, pero de aquella unión temporal saldrían “Reach Out”, “Juanita” y “That Girl”, que IRON MAIDEN adaptaron usando arreglos muy distintos respecto a la versión que Barnett hizo junto a FM.
Alexander The Great: A menudo pensaba que si IRON MAIDEN recuperaba una composición como ‘Rime of the Ancient Mariner’, ¿por qué no iba a hacerlo con ‘Alexander The Great’?. Pues no, nunca lo han hecho, y es por eso que su consideración es tan alta entre un gran sector de sus seguidores, como lo es el ostracismo a la que la ha relegado la banda. No desmerezco al bueno de Bruce, pero la parte instrumental de la segunda mitad es de diez. Que haya dos temas de ‘Somewhere in Time’ en esta lista (apertura y cierre, aunque podría haber más) junto a dos caras B de la época, dice mucho de lo infravalorado que ha sido ese álbum, y lo bien que le ha sentado el paso del tiempo.
Wasting Love: ‘Fear of the Dark’ es visto a menudo como un disco menor, o el principio de la travesía sin pena ni gloria de IRON MAIDEN por los 90. Otros consideran que no está valorado en su justa medida. Sirva el comienzo (igual que pasaba en ‘Somewhere in Time’, aunque en otro estilo) incendiario y rápido de ‘Be Quick or Be Dead’ como ejemplo (versionada maravillosamente por ANGELUS APATRIDA). O sobre todo, ‘Wasting Love’. Pocos temas de su calidad se me ocurren que el grupo haya olvidado tanto como él, una balada en toda regla que pone los pelos de punta con su sentimiento. Y encima fue single. Incomprensible.
The Mercenary: La época de “Brave New World”, pese a ser relativamente reciente (tan solo hace doce años!), también tiene su buena dosis de temas olvidados. Aunque la banda recuperó varios de ellos para la gira de “The Final Frontier”, entre ellos no estaba “The Mercenary”. Es una composición a medias entre Janick Gers y Steve Harris, demostrando que no todo lo que toca Gers ha de ser basura automáticamente, como piensa un sector más conservador de los fans de la banda. El estribillo es potente y la sección del solo es brillante como pocas. Sonó en la gira del disco, pero luego fue rápidamente olvidada.
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