Una buena intención, una organización entre lo improvisado y lo excesivamente confiado (no hay una banda en el mundo que tenga fans tan, ah, especiales como los de Kiss) y una tarde atípica de lunes lluvioso en la compañía del verdadero “God of Thunder” que nos motivó a todos a vomitar sangre falsa por carnaval cuando éramos niños.

El pasado miércoles saltaban todas las alarmas. Gene Simmons en Barcelona. El periodista Jordi Tardà publicaba un mensaje en su página de Facebook diciendo que había quedado con el bajista de Kiss para hablar en Barcelona. Una nota de prensa de una agencia de comunicación llegó al día siguiente y confirmó que Gene iba a ser honrado con la medalla de oro del Reial Cercle Artístic de Barcelona por sus contribuciones filantrópicas, en un acto que iba a recaudar fondos para Unicef. El funcionamiento era sencillo: los fans compraban unos tickets de 5 euros para poder acceder a su ídolo y que le firmase un autógrafo, además de hacerse la foto de rigor. Con esto, además, se podía acceder al sorteo de guitarras firmadas por Gene. El fan medio de Kiss se acababa de ahorrar 995 Euros respecto al precio habitual de un meet & greet con la banda, aunque en este caso solo era su miembro más destacable en solitario. La buena intención de lo recaudatorio le daba un halo positivo al asunto. La opinión pública tiene a Gene como una especie de tio Gilito del rock and roll y siempre es bueno demostrar lo contrario.

Tras hablar con la responsable de comunicación del evento, cerramos una entrevista con Gene unas horas antes del encuentro con los fans y el evento oficial de entrega de la medalla. Una entrevista que en una siguiente llamada durante el fin de semana para confirmar horarios, se esfumó. “No va a haber tiempo para atender a todo el mundo, el tiempo no es un chicle” fue el argumento. Bueno, se hará lo que se pueda. Cosas del directo.

Llegado el lunes nos desplazamos a las inmediaciones del Reial Cercle Artístic al lado de la Catedral de Barcelona. Unos cien fans hacían cola para ver a Gene en persona, el cual ya estaba dentro de las instalaciones, habiendo llegado en un simple taxi unos minutos antes. No era la histeria colectiva que uno esperaba. Entre los que esperaban, algunos fans. Algunos curiosos que se habían enterado de rebote. Muchos coleccionistas de púas de los que hacen guardia a las diez de la mañana en las salas de conciertos. Y unos cuantos elementos que eran más pintorescos que otra cosa. Incluso una mujer de avanzada edad conocida por ser un personaje bastante pintoresco de las Ramblas. Faltaba el Flowers para estar todos.

Gene se entretenía haciendo una entrevista con Jordi Tardà, seguido de La Vanguardia y posteriormente los veteranos compañeros especializados de Popular 1, Ruta 66 y otros más generalistas como Catinfo. Nosotros esperamos pacientemente, aunque era francamente impactante el enjambre de fotógrafos que hacían fotos de cada movimiento de Gene una vez empezada la firma, inclusive compañeros que no trabajan para medios hoy en día pero que se acoplaron a la cita. Incluso vino un equipo especial de Papito TV, todo un medio de referencia. Fue en ese momento donde decidimos que quizá era mejor ir a tomar un café calentito y dejar a Simmons con su sufrimiento. Al final, ante la montaña de fans y la lentitud con la que avanzaba la cola se decidió hacer una fila de entrada y otra de salida para aligerar el proceso, con suerte escasa. Finalmente los últimos cuarenta fans no llegaron a entrar a la sala donde Gene firmaba porque era ya el momento de comenzar el acto de condecoración. Ahí se les dejó entrar, para compensar el desagravio.

Dos músicos locales, Connie Lynch y Anna Lee, hicieron una sentida versión de “Beth” a la entrada de Gene en la sala, mientras el público terminaba de sentarse. Mas allá de lo hiriente de versionar un tema de Peter Criss para rendir homenaje a Simmons (¿porqué no “Hooligan” o “That’s the Kind of Sugar Papa Likes”? directamente) el detalle fue bonito y Simmons aplaudió la actuación. Acto seguido Josep Felix Bentz, presidente del Reial Cercle Artistic, procedió a entregar a Gene la medalla y Gene dedicó unas breves palabras al público asistente. Luego firmó varias guitarras dedicadas al sorteo por cortesía de Fernandes Guitars y entonces fue cuando los fans presentes en la sala Atlante del edificio rodearon a Gene para más firmas y fotos, mientras una persona del staff sacaba al sexagenario músico de allí como podía. Finalmente, en ese momento y tras cinco horas de espera pudimos sentarnos brevemente con Gene y preguntarle algunas cosas, entre interrupciones varias.

La primera de ellas fue sobre su participación en el evento de esa misma tarde, del cual afirmaba no saber demasiado, quizá fingidamente para restarse importancia dada la intencionalidad benéfica.

“No sabía nada sobre el premio hasta hoy. Me habían dicho que iba a hacer una actividad con los fans y cuando he llegado he sabido sobre el premio. No tenía ni idea” aseguraba Gene, visiblemente cansado tras una intensa tarde de firmas, fotos y bromas con los fans. Gene es un tipo que, en privado, colabora con muchas entidades caritativas y benéficas, sin darle demasiada publicidad al asunto, algo que obviamente le honra, especialmente considerando su status económico y social, donde suele primar la nota de prensa por encima de la ayuda desinteresada.

“Durante años, discretamente, sin relaciones públicas ni nada por el estilo, he estado involucrado con mendingkids.org. Es una organización que envía doctores a países en vías de desarrollo para realizar operaciones a niños que lo necesitan” explica Gene cándidamente. “También colaboro con Wounded Warriors, que ayuda a volver a casa a soldados que han sido heridos en la guerra, con Pediatric Aids que ayuda a niños que nacen con SIDA…y hoy estoy colaborando con Unicef. Todo el dinero que hoy se recaude va para Unicef, para niños que no tienen suficiente comida o suficientes recursos.”

Tal fue el afán de Gene por colaborar con la causa que se organizó esa misma mañana una cena con el bajista al precio de 100 Euros, oportunidad que unos 20 fans aprovecharon para poder degustar unas croquetas y unos filetes con su ídolo. Menos loable era el hecho que de esos 100 euros, 60 iban para el restaurador que explota el restaurante del Reial Cercle Artístic y 40 para fines solidarios.

“Me da vergüenza la manera en que los famosos usan la caridad para darse autobombo” prosigue Gene. “Quieren mostrar la cantidad de dinero que dan para gustarte más a ti. Yo no quiero hacer eso. Estoy feliz de poder ayudar y la mayor parte del tiempo es algo privado”. Y hasta donde sabemos, Gene estuvo muy colaborador con la entidad, dispuesto a hacer cualquier cosa para generar más fondos, como fue el caso de la cena.

Gene suele diversificar sus apoyos caritativos. “No puedes dedicarte solo a una acción benéfica” explica. “Doy apoyo a 1400 niños, de manera directa, en Africa. Su ropa, su comida y su escuela. Eso no lo hago a través de ninguna organización benéfica, lo hago de manera directa. Hay demasiadas necesidades alrededor del mundo y no puedes escoger ayudar solo a una necesidad.”

Cuando pasamos a hablar de Kiss, Gene entra en modo promocional, como suele ser habitual en él. La banda estará en España el próximo mes de junio, realizando dos conciertos dentro de su gira del 40 Aniversario, el 21 de junio en Madrid y el 22 de junio en Barcelona, casi cinco años exactos después de la última vez.

“La vida es corta y queremos hacer grandes cosas” explica Gene perdido en sus pensamientos momentáneamente. “Hoy es un gran día para mí. Estoy en Barcelona  y me acaban de dar un premio. No se porqué, porque no hago nada, excepto maquillarme y brincar sobre un escenario. Pero volviendo al tema, queremos que los fans españoles estén orgullosos de nosotros y vamos a trabajar duro en un nuevo show para que los conciertos sean muy especiales. Queremos que la gente vuelva a casa y le diga a sus amigos ‘¿ves? esa es la banda que me gusta’. Nos sentimos en deuda con nuestros fans españoles”.

Ya hace más de dos años que la banda editó “Monster”, su último trabajo de estudio, y no parece que tengan intención de volver a grabar a corto plazo. A fin de cuentas, la banda pasó diez años sin editar ningún nuevo disco, dubitativos ante el devenir de la industria discográfica y la caída espectacular de las ventas en la era internet.

“Estamos en medio de una gira de dos años. Ahora estamos descansando mientras el material del escenario está de camino a Japón para seguir la gira allí y estamos componiendo canciones, pero dudo que vayamos al estudio al menos por otro año” asegura Simmons. “No puedes estar de gira y grabar a la misma vez. Tenemos demasiadas cosas en marcha”.

En los últimos meses, Kiss han realizado setlist bastante más interesantes en directo, fuera de los clásicos tan trillados de los ’70 y recuperando canciones como “Creatures of the Night”, “Hide Your Heart” o incluso “Tears are Falling”. ¿Es de esperar que mantengan esas canciones de cara a los shows europeos y españoles?

“Le daremos la vuelta al set-list para los conciertos en Europa. La banda finalmente es lo suficientemente fuerte como para tocar material de cualquier era” se enorgullece, aunque no pierde el tiempo a la hora de enviar una daga en la dirección de sus viejos compañeros de banda, como suele ser costumbre.

“Queremos mucho a Ace Frehley y Peter Criss, pero la realidad es que físicamente no pueden tocar el material de los 80 o los 90” asegura. “No pueden tocar “Creatures of the Night”. No digo que no sean buenos, sino que son distintos. Debes tener cierta habilidad para tocar temas como esos, más allá de lo que es el feel del classic rock”.

Y con esto y un bizcocho, Gene se disculpa y nos dice “I do have to go”, para enfatizar su prisa. Y tras eso, una cena con los fans, de la que tuvo que marcharse pronto para volver a su hotel. El paso de Gene Simmons por Barcelona fue por motivos personales y filantrópicos, sin perder la oportunidad de llegar a los medios y a sus fans más acérrimos. Una buena intención, una organización entre lo improvisado y lo excesivamente confiado (no hay una banda en el mundo que tenga fans tan, ah, especiales como los de Kiss) y una tarde atípica de lunes lluvioso en la compañía del verdadero “God of Thunder” que nos motivó a todos a vomitar sangre falsa por carnaval cuando éramos niños.