La primera gira de Kiss por España en 1983 no fue fácil. ¿Qué tuvo que ver ETA y La Piara en todo ello? Un recuerdo a los 41 años de aquellos conciertos.

El Lick It Up World Tour, que tuvo lugar entre el 11 de octubre de 1983 y el 17 de marzo de 1984, marcó un importante cambio en la carrera de la legendaria banda de hard rock americana Kiss. Esta gira, compuesta por 94 shows repartidos en dos etapas—una en Europa y otra en Norteamérica—, fue organizada en apoyo a su álbum de estudio «Lick It Up«, y fue la última que contó con la participación del guitarrista Vinnie Vincent.

Kiss sin maquillaje

Con “Lick It Up”, Kiss decidieron mostrarse al mundo sin maquillaje por primera vez. El descalabro de la gira americana de “Creatures of the Night” dio a entender que el gimmick del maquillaje ya estaba pasado de moda y no daba más de sí. Con una feroz competencia en el sector del rock duro y el heavy metal en aquellos años, a Kiss no les quedaba más remedio que reinventarse o desaparecer. El cambio fue escenificado con un programa especial en MTV en septiembre de 1983. Hasta entonces, la cara de los miembros de Kiss había sido, más o menos, un secreto. Guardaespaldas confiscando cámaras y carretes de fotógrafos, sesiones de fotos secuestradas (como la mítica de la revista Creem en 1974) y que los miembros de la banda debiesen ir siempre con la cara cubierta en sus apariciones públicas fue algo que, tras diez largos años, comenzó a ser una carga. 

“La decisión de quitarse el maquillaje fue formalizada en una reunión en nuestras oficinas en Agosto de 1983” explica el antiguo business manager de Kiss, CK Lendt, en su libro “Kiss and Sell”. Howard Marks, el manager por defecto de la banda en ese momento le dijo a Gene Simmons y Paul Stanley que si algo ha dejado de funcionar, hay que cambiarlo. “Kiss estaban tocando fondo como banda a nivel de popularidad” recordaba. 

El agente de contratación de Kiss era Rod MacSween, quien lideraba la agencia International Talent Booking. El principal punto de venta para los promotores de cada país era que Kiss venían por primera vez sin maquillaje pero MacSween advirtió a la banda que la gira iría bien en Inglaterra y Escandinavia, pero que la asistencia sería mediocre en países como Alemania, España o Francia. Y así fue. 

Una gira accidentada

 La gira comenzó en Cascais, Portugal, marcando la primera vez que Kiss se presentaba sin maquillaje.  El diseño del escenario, que mantenía el «tanque» y otros elementos de la gira anterior, continuó siendo un espectáculo en sí mismo, pero sin apenas pirotecnia, sin el show sangriento de Gene Simmons, sin guitarras voladoras de Ace Frehley y sin baterías que levitan en el aire, la cosa perdía muchos puntos. Kiss eran músicos ante todo, si, pero habían construido su fama gracias a un espectáculo mayúsculo en directo.

Si bien otros territorios habían podido ver a Kiss en anteriores incursiones europeas con maquillaje, como las de 1976 y 1980, en España Kiss nunca había actuado en directo. En España, Kiss tan solo habían hecho una breve aparición en el programa de TVE “Aplauso” en 1982 tocando “Creatures of the Night” y “I Love It Loud” durante una visita promocional. Y cuando los conciertos se anunciaron, con entradas que llevaban una foto de Gene Simmons maquillado con su bajo de hacha, nada hacía pensar que la banda saldría a escena a cara descubierta.

Kiss actuarían a lo largo de cuatro shows en España, cobrando 100.000 dólares de caché entre los cuatro. El 13 y 14 de octubre actuaron en el Pabellón del Real Madrid, el día 15 de octubre hicieron su concierto en el Velódromo de Anoeta de San Sebastián y el día 16 de octubre terminarían su tour español en el Palacio de los Deportes de Barcelona. 

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Kiss y La Piara

La gira de Kiss en España la recuerda muy bien el promotor y artista Gaby Alegret, cantante de Los Salvajes, y responsable de la promotora Play Sound, que trajo aquellos primeros conciertos de Kiss a España, en una entrevista mítica con Jot Down Magazine. 

“La producción que llevaban me sorprendió” recordaba Alegret, que explicó cómo tuvo que “ir con un tío sitio por sitio a ver cuántas puertas había y presentarle al jefe de seguridad de cada local”. 

“Los americanos no tenían nada que ver con los ingleses, eran verdaderos profesionales. El tío me dio instrucciones. Todo perfecto, pero hubo una cosa que no me dijo: que los Kiss no iban a venir maquillados”.

Las fechas en España se habían anunciado antes de que Kiss hiciesen pública la retirada del maquillaje.

“En mis carteles anunciando el concierto sí estaban pintados” enfatizaba Alegret para Jot Down. Pero cuando se publicó que la banda se desenmascaraba “toda la gente empezó a devolver las entradas” explica.

“Y tenían derecho. Encima, en el contrato, que era un tocho enorme, venían los detalles perfectamente especificados, pero no había ningún artículo que acordara con qué maquillaje tenían que venir. En Madrid, de nueve mil que íbamos a meter en el Palacio de los Deportes, fueron mil y pico. La mitad de ellos por la base americana de Torrejón.

La gira supuso un desastre económico para Play Sound Concerts, pero el dinero no era de ellos, sino de la empresa de alimentación La Piara, que financiaba la actividad. Play Sound era una empresa nacida en 1982 como agencia de representación de artistas nacionales como Bordon 4 o propiamente Los Salvajes. De ahí surgió la relación entre Alegret y la propietaria de la empresa, Maria Luisa de Argila Mir. 

“Ella me propuso llevar la agencia ya que la contratación de artistas nacionales no producía beneficios” explicaba Alegret a Fernando Martinez de la Kiss Army Spain en una entrevista. 

“El marido de la tía que llevaba Play Sounds era uno de los jefazos de La Piara” recordaba Alegret para Jot Down “Los millones iban y venían porque en aquella época no se podía sacar del país tanto dinero y teníamos que pagar las fianzas en Inglaterra y había que hacer maravillas. Me llevaba millones de pesetas en los calzoncillos”.

Contactos en Londres

Para Play Sound fue vital, además de contar con el apoyo económico de La Piara, contar con el conocimiento y contactos de Robert Mills, quien ejercía como una suerte de “delegado”, según Alegret, de la promotora en Londres.

Mills nació en Estados Unidos pero se fue a vivir a Londres a los doce años, en un momento en que la escena musical hervía en la capital británica.

Fueron diecisiete años en la capital inglesa pero hubo un momento que su vida dio un giro y decidió venirse a España. “Yo solía venir a la costa mediterránea de vacaciones en los setenta” le contaba Mills a la periodista Mayca Cruz para  The Metal Circus. “Ya tenía algunos contactos por aquí y había traído alguna que otra banda. En aquella época había un vacío y los promotores locales sólo traían música italiana. Había muy poco rock y los pocos aficionados que conocían algo del asunto tenían que subirse a Andorra a comprar discos de importación. En el año 83 decidí instalarme definitivamente en España porque la competencia en Londres era fuertísima mientras que aquí apenas sonaban dos nombres. Empecé a traer bandas que nunca antes habían pisado esta tierra”.

Play Sound fue la primera sociedad en la que colaboró Robert Mills en España y no fue casualidad: Alegret era su cuñado (la entonces mujer de Robert y la ex de Gaby eran hermanas). Juntos, además de la gira de Kiss, trajeron las primeras visitas a España de Judas Priest o Black Sabbath (con Ian Gillan a la voz) en aquellos tiempos. 

“Los promotores gordos de aquí no querían hacer conciertos de heavy” recuerda Alegret. “No eran rentables”. 

Pero lo de Kiss fue un tortazo importante. “Perdí trece millones de pesetas” recordaba Alegret para Jotdown. “La Piara era potente pero me rogaron que no volviese a hacerles un roto así” reía.

ETA montando conciertos

Pero no todo el mundo sabía que Alegret había perdido dinero a espuertas en aquellos conciertos. Tras el concierto de San Sebastián, al llegar a su hotel  recibió una llamada de parte de la banda terrorista ETA. 

“Que fuera preparando la pata que había sacado del concierto, que iban a recogerla” recordaba Alegret. El promotor se negó a darles nada y les explicó que, además, había perdido dinero. “Me contestaron que podía tener problemas y les pedí que viniese alguno a verme para hablar” explicaba. 

“Apareció uno, mira, me acordaré toda la vida. Le dije que yo no les iba a dar mis beneficios, pero que los próximos conciertos que hiciera, porque yo sabía que ellos estaban en el negocio, se los vendía y ellos hacían las fechas en el País Vasco. Yo sacaba algo y lo que diesen en taquilla, para ellos. Les encantó el trato. Nos dimos la mano y los dos siguientes conciertos míos los hizo la ETA”. 

Podría parecer una exageración de Alegret, pero es algo que siguió sucediendo durante décadas. Si montabas conciertos en Euskadi, pasabas por caja en un momento u otro. 

Y en cierta manera, la ETA tuvo «la culpa» de que los conciertos de Alegret no fuesen más allá. Durante una gira con Judas Priest en 1984, Alegret le vendió -tal y como se había pactado- los conciertos a ETA (quien los llevaba a cabo a través de un organizador local). A la hora de cerrar el acuerdo económico de la gira, se especificaron una serie de capacidades en cada recinto sobre las cuales pivotaba el acuerdo. Para San Sebastián se le había dicho a la banda que cabían siete mil personas. 

Alegret lo recordaba en la entrevista con Jot Down. “No metáis más de siete mil personas, porque si ven que hay más tendremos problemas” le dijo a los enviados de ETA. “Efectivamente los tuvimos. El que llevaba a los Judas ponía a conductores de los trailers en cada puerta con un contador. Me llegó el manager de Judas, Bill Curbishley, y me dijo “big problems”. Le pedí que me contase. “En Barcelona, ok; Madrid ok; San Sebastian no, me dijiste siete mil y han entrado catorce mil. Me debes un millón más de pesetas y lo quiero ahora” recordaba el promotor.

“Fui corriendo a pedírselo a los de La Piara y dijeron que no, que ya había cobrado. Si no le dábamos ese millón nos íbamos a quedar sin tres contratos buenos, uno de ellos AC/DC, que ya suponía pegar el salto, pero la directora de Play Sounds era también una millonaria histérica y dijo que no y que no” recuerda. “Nos cancelaron a AC/DC en el acto”. 

Kiss no volverían a España hasta que, en la reunión de 1996, Gay Mercader los trajo a España para actuar en Madrid y Barcelona finalmente maquillados y con su legendario espectáculo. No sería una gira exenta de problemas, debido a una cancelación por culpa de una huelga de camioneros franceses, que obligó a aplazar los conciertos a 1997, pero como mínimo sirvió para romper el maleficio de aquellos conciertos de 1983. Tras eso, Kiss tardarían otros once años en volver a nuestro país (Bilbao, en el festival Kobetasonik de 2008), aunque luego ya no han dejado de venir en cada gira, por suerte para el público español. 

Sergi Ramos