El productor del "In Utero" de Nirvana, Steve Albini ha fallecido a la edad de 61 años tras una carrera fulgurante a lo largo de su vida.

Steve Albini, el legendario productor discográfico conocido por su crítica feroz hacia la industria musical y su enfoque único en la producción, ha fallecido a causa de un infarto a los 61 años.

Albini fue una figura clave en la escena del rock underground como líder de las bandas Shellac y Big Black. Además, se destacó por su trabajo en la producción de álbumes de artistas de renombre como Nirvana, Pixies, PJ Harvey y la dupla Jimmy Page y Robert Plant. A lo largo de su carrera, se estimó que Albini había intervenido en la grabación de aproximadamente 1.500 álbumes, manteniendo un compromiso casi exclusivo con el dominio analógico.

Conocido por su rechazo a los royalties de las grabaciones que producía para otros artistas, Albini fue un crítico constante de aquellos en la industria que, en su opinión, buscaban el dinero o la popularidad por encima de la música. En entrevistas, como las realizadas por Billboard y Musician, expresó su preocupación por la mentalidad de línea de ensamblaje en la industria y la homogeneización del sonido en las producciones de rock contemporáneas. Afirmó que había mejorado la calidad de sus propios registros simplemente resistiendo el impulso de manipular demasiado la música, un testimonio de su filosofía de «dejar las cosas como están» cuando ya suenan bien.

Albini también fue el fundador, propietario y principal ingeniero de Electrical Audio, un complejo de estudios de grabación en Chicago. A pesar de su partida, su legado continuará con la música y los principios que defendió incansablemente. Shellac, la banda que lideró, lanzará su primer álbum en una década, «To All Trains», la próxima semana, marcando un capítulo más en el influente camino de Albini en el mundo del rock.

Una carrera fulgurante

Nacido en Pasadena, California, Albini comenzó su carrera en la música en la década de 1980, fundando la influyente banda de punk Big Black mientras estudiaba en la Universidad Northwestern. La banda fue conocida por su sonido agresivo y letras provocativas, estableciendo a Albini como una figura icónica en el underground musical.

Como productor, Albini fue famoso por su metodología de grabación minimalista y su preferencia por técnicas que capturaban la esencia «en vivo» de las bandas. Sin embargo fue su trabajo con Nirvana el que le supuso una mayor exposición en la década de los 90.

El trabajo de Steve Albini con Nirvana

En 1993, Nirvana contrató a Steve Albini para producir su tercer álbum, In Utero. Aunque inicialmente Albini no estaba impresionado con Nirvana, a quienes describió como “R.E.M. con un pedal de distorsión” y “una versión poco destacada del sonido de Seattle”, aceptó el trabajo al sentir compasión por ellos. Percibía a la banda como víctimas de su discográfica, similares a “los mismos tipos de bandas pequeñas con las que siempre trato”. Por su parte, Kurt Cobain seleccionó a Albini porque había producido dos de sus discos favoritos, Surfer Rosa (1988) de los Pixies y Pod (1990) de The Breeders. Cobain estaba interesado en la técnica de Albini para capturar la ambición natural de una sala mediante el uso de múltiples micrófonos, una estrategia que los productores anteriores de Nirvana habían evitado.

Siguiendo la recomendación de Albini, Nirvana se dirigió a Pachyderm Studios en Minnesota para grabar el álbum. Albini eligió este estudio en parte por su aislamiento, esperando mantener alejados a los representantes de la discográfica de Nirvana, DGC Records. La grabación se completó en seis días; Cobain había anticipado desacuerdos con Albini, a quien había oído describir como “supuestamente un grosero sexista”, pero terminó declarando que fue “la grabación más fácil que hemos hecho, sin duda”.

Una vez que la discográfica y la gestión escucharon la grabación, no quedaron satisfechos con el resultado. Los miembros de Nirvana también tenían sentimientos encontrados: Cobain comentó que la primera vez que escuchó el álbum en casa, “no me transmitió ninguna emoción” y consideró volver a grabar las canciones con una producción más amigable para la radio. Sin embargo, un mes después, tras escucharlo más veces y compartirlo con amigos, sintió que era “exactamente el tipo de disco que compraría como fan”. Aunque la banda decidió que la voz y el bajo estaban demasiado bajos en la mezcla, cuando le pidieron a Albini que remezclara el álbum, se negó, ya que estaba satisfecho con los resultados y temía que el proceso llevara a “una espiral de recriminaciones y remezclas” entre él, la banda y la discográfica. Durante el proceso de remasterización, el ingeniero Bob Ludwig aumentó el volumen de las voces y clarificó el sonido del bajo. Además, el productor de R.E.M., Scott Litt, fue contratado para remezclar varias canciones. El álbum final fue un éxito crítico y comercial, y sigue estando fuertemente asociado con Albini, a pesar de que él sostiene que el álbum terminado “no suena mucho como el disco que se hizo”. Albini comentó en 2004 que la discográfica fue responsable de las dificultades que marcaron la trayectoria del álbum y que In Utero lo hizo impopular entre las grandes discográficas, enfrentando dificultades para encontrar trabajo en el año siguiente.youtube

 

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