La carrera de Michael Kiske ha tenido altibajos debidos, en buena parte, a su presencia o no en Helloween. El vocalista alemán ha reflexionado sobre parte de esos momentos.

El cantante de Helloween ha realizado una entrevista al programa «My Planet Rocks» en el que ha tratado temas como el aprendizaje que supuso para él el hecho de estar alejando de Helloween los últimos 25 años.

Hay que quedarse con lo bueno

En las declaraciones que el vocalista alemán llevó a cabo en el programa de Planet Rock, destacó que ha sido una lección en muchos aspectos el periodo desde que no estuvo en Helloween hasta su regreso para la reunión «Pumpkins United». «Fue muy importante para mí. Pese a lo difícil que fue al principio estar totalmente por mi cuenta, me vino bien. Formó mi personalidad y estaba descubriéndome a mí mismo, qué quería hacer y cómo.

Todo ese proceso de peleas y discusiones con mis compañeros de Helloween y el hecho de estar muy decepcionado sobre cómo me marché, sobre la industria, sobre el negocio, sobre la escena y todo eso… y pasar por eso durante todos esos años me hizo darme cuenta en realidad de todo, madurar y, más adelante, hacer las paces con ellos de nuevo a nivel humano, que es lo que de verdad importa.

Al estar vivos vemos las cosas desde un punto de vista ególatra y esos egos hacen que queramos ciertas cosas: éxito, belleza, salud, tener a la chica más guapa… queremos todo eso que alimenta el ego, pero en realidad estamos creciendo entre el sufrimiento que pasamos. Según nos va destruyendo nos hacemos más fuertes.

Las experiencias negativas por las que he pasado, sobre todo a lo largo de los ’90, no las quiero olvidar. Fue muy importante para mí y muy necesario todo ello y estoy muy contento de que hayamos sido capaces de hacer las paces de nuevo, de perdonar y de olvidar y hacer algo como esto juntos ahora», explica Michael Kiske.