HORA ZULÚ: «Nunca vamos a dejar fuera los elementos que nos dan identidad y nos desmarcan de los demás»
En pleno mes de Marzo no es muy normal quedar en una terraza a hacer una entrevista en manga corta. Pues así fue, en un ambiente más propio del sur que de Madrid, pero parece que HORA ZULÚ se trajo el calor de Granada junto a su nuevo trabajo, "Siempre Soñé Saber Sobre Nadie Negó Nunca Nada", que aunque parezca un trabalenguas no lo es. En esta entrevista se puede saber su significado, así como un análisis del mismo por parte de Paco Luque (guitarra) y Javi Cordovilla (batería). Esa misma tarde tenían un pequeño set acústico en Fnac Callao, un pequeño calentamiento para las fechas que se avecinan las próximas semanas; de este asunto y del asalto internacional también hubo tiempo de hablar.
Nuevo disco, y nuevo sello discográfico. Esta vez empezáis con Kaiowas Records. ¿Cómo se presenta esta nueva etapa en el grupo?
Paco: La verdad es que lo que hemos visto hasta ahora son buenas impresiones. Hay una predisposición por ambas partes, y no ha habido tiempo para cosas malas o situaciones distintas entre grupo y sello. Es una situación muy buena para que todo se dé bien, ahora cualquier cosa que haga una discográfica es de agradecer (con los tiempos que corren) y los grupos lo valoramos más; antes se era más exigente.
Llevabais un ritmo de disco cada dos años, y ahora os habéis tomado el doble de tiempo para esta nueva obra. De hecho, en el vídeo desde el estudio habláis que algunos temas tienen dos años, por lo que habéis madurado mucho los temas dando varias vueltas. ¿Es así?
Paco: En parte ha sido por la ruptura con Avispa. Nos planteamos la autoproducción y todo se fue retrasando a la par que nos relajamos. Apareció Kaiowas, y ellos tampoco tenían ninguna prisa para este disco mientras maduramos nuestra relación con ellos. Teníamos claro que la presión del cuarto álbum no podía volver a ocurrir nunca más: el adaptar el proceso artístico a las necesidades del mercado de una discográfica. Quisimos dar una vuelta de tuerca más al estilo de HORA ZULÚ, ahondar en lo nuestro; nunca hemos sido una banda con un referente contractual de lo que se lleva ahora. Ha habido un cambio significativo en las voces, y eso también ha necesitado su tiempo de aclimatación, tuvimos que recortar la forma de decir el mensaje, el ensamblar la voz mejor y no que fuera ella por un lado y la música por otro, que en algunas canciones de otros discos podía dar esa sensación… En definitiva, el tiempo ha sido un factor clave para este trabajo.
Resumiendo un poco, el no haber tenido la presión de un sello detrás ha hecho que tuvierais una libertad total sobre lo que hacer.
Paco: Exactamente, ninguna presión.
Javi: No se puede explicar ni resumir mejor.
Proceso de escribir un tema.
Paco: Ha sido muy diferente, porque no era el tener una idea, llevarla al local de ensayo… Por otro lado, el grupo estaba un poco dividido; aunque parece que estemos en Granada, el bajista vive en Alcorcón. Una manera de no meter a la banda en demasiados berenjenales de ir a ensayar, decidí probar yo a hacerlo desde casa. Siempre había sido el que llevaba el peso de la música, y esto me ha dado un soporte técnico, me ha ampliado el número de horas de trabajo y la libertad de hacerlo cuando quisiera. Si a las tres de la tarde se me ocurría algo, me ponía con ello. Que me gustaba, lo dejaba. Que no, lo borraba. Fue muy casero e individualista.
También hacéis referencia a la perfección sobre las tomas y demás. Pensáis que hoy en día le falta a la música un punto de imperfección que hace que roce lo artificial? ¿Intentáis recuperar ese punto de conexión y sentimiento que se produce a la hora de grabar?
Paco: Exactamente. Los errores en un estudio se dejaban para el final con todos los avances digitales para editar. Nos hemos centrado demasiado en las tecnologías y como falsear las cosas que en dos minutos a piñón con algo que si no te sale lo repites una y otra vez. A veces una toma que tiene un desvaríe de tiempo, una cuerda que suena al aire o algo así… tiene un matiz distinto. Teníamos claro que necesitábamos un mezclador, y hemos pasado mucho del perfeccionismo.
Sois un grupo que para definiros no existen comparaciones posibles. Es decir, sois de esas bandas únicas que suenan genuinas y originales desde sus comienzos. ¿Cómo recordáis esos inicios y vuestro debut con ‘Me duele la boca de decirlo’ hace ya diez años?
Paco: En su día todo fue una adaptación de miembros de grupos con músicos que veníamos de hacer cosas diferentes. “¿Cómo vamos a hacer algo que nos guste a todos?”. No íbamos a hacer hip hop, o heavy metal… teníamos claro que la voz entrara a rimar como si se imaginara que estaba cantando sobre una base. Teníamos claro que no queríamos renegar de las raíces: yo prefería meter una guitarra flamenca antes que una eléctrica limpia, o unas palmas antes que una pandereta. Nos etiquetaron un poco de todo al principio, unos pensaban que éramos un soplo de aire fresco, y otros más cuadriculados decían que íbamos de cañis…
Javi: Hubo un momento que se nos llegó a etiquetar de mestizaje. Nosotros no nos pusimos de manera intencionada a hacer fusión de estilos, no fue nuestra intención real. Salió así y ya está, y el secreto fue el juntarnos cuatro personas escuchando cosas muy diferentes entre sí, con puntos en común como el rock andaluz y algunas cosas flamencas.
Pues ahora la sensación es que estáis cada vez más cerca del equilibrio perfecto.
Paco: Era una manera de dejar fuera cualquier prejuicio, sin pensar en lo que dirían los demás: vamos, hacer lo que nos daba la gana. La tendencia a plantearnos un poco más seriamente el tema andaluz vino con comentarios de gente… Una vez, en un concierto que dimos en Córdoba, el técnico de sonido era el bajista de un grupo llamado MEZQUITA, nos dijo que le encantábamos, y que nunca había pensado que el rock andaluz derivara en una evolución como la nuestra. Son palabras que se me quedaron grabadas para siempre, porque es gente que es historia de la música de Andalucía, y ahí agarré las riendas de decir que nunca íbamos a dejar fuera los elementos que nos daban identidad y que nos desmarcaban de los demás y de las corrientes que vengan de Inglaterra o Estados Unidos.
Vuestra creatividad y el ser distintos de los demás se aprecia desde el propio título del álbum, que no se limita a lo típico, sino que jugáis con las palabras, e incluso la mitad da título al propio disco. ¿Cuál es la historia detrás de esa canción y de la antítesis del propio título?
Paco: Es la primera vez que alguien nos ha planteado realmente el significado aproximado del título. Ha aparecido hasta ahora como un trabalenguas que no queríamos…
Javi: Prácticamente tú mismo ya has dicho el significado.
Paco: Hay cuatro S de palabras positivas y cuatro N de negaciones. Siempre Soñé Saber Sobre son cuatro afirmaciones, cuatro S, es la continua evolución de las personas que siempre va dejando atrás cosas que hubiera querido llegar a saber. El Nadie Negó Nunca Nada… Aitor te podría dar un significado mejor, pero como también tiene un poco de libre interpretación, es un poco la evidencia de que aunque estés defendiendo algo a muerte y sabes que no es la realidad (y te lo demuestran), te empeñas en defenderlo y no lo niegas aunque los demás tenga razón.
¿Veis a Aitor más como un poeta musical que como un cantante?
Javi: Totalmente, desde siempre lo vimos así. Por ejemplo, Javi para calentar te toca un par de temas de DREAM THEATER o TOOL, y si tuviera más ego los temas serían más complejos musicalmente hablando; o yo metería más solos en las canciones. Y con Aitor, el hecho de que no fuera cantante, con él siempre quisimos que todo fuera sencillo y que la voz y su mensaje quedaran por encima de lo demás. En los cuatro discos anteriores se saturó de su mensaje constante cuando se ve que en este tiene la capacidad de hacer lo mismo con menos palabras.
La producción ha corrido a vuestro cargo y para la mezcla final habéis acudido al francés Rémy Deliers, que ha trabajado con bandas como GOJIRA. ¿Por qué él? ¿Qué ha aportado al producto final?
Javi: Fue una bendita casualidad. Cuando empezamos a trabajar con nuestro sello actual y empezamos a programar el tema de mezclas. Todos teníamos claro que había que apostar fuerte, porque esto ya era nuestro quinto disco. Cuando fue llegando la hora, Thibault Wagner (el responsable de Kaiowas) es amigo del manager de GOJIRA y dio este nombre. Mandamos unas pistas, nos las reenvió con unas pruebas y dijimos “Este es el tío”.
Paco: Un punto importante es que al ser Thibault de otro país y tener esa visión internacional nos ha beneficiado mucho, diciendo que los grupos tienen que hacer la cosa de una manera y que esto lo tenía que mezclar alguien en concreto, no un cualquiera.
En el disco no han faltado las colaboraciones. Por un lado la de R de Rumba de Violadores del Verso en ‘Con un Gesto’, y por otro la de un cuarteto de cuerda en la melancólica y oscura ‘Aspirante Estilita’. A la larga es un aura que se respira en todo el álbum.
Paco: Las canciones empecé a hacerlas hace dos años, y los primeros acordes que surgieron fueron los de ‘Nuestro Entonces’. Era un momento de mi vida en la que notaba que tenía que sacar cosas de dentro, y era de una manera con menos fuerza y más melancolía. La mística que a la que te lleva el haber perdido a gente, el pensar de una manera más espiritual de donde estarán, el entorno familiar o tu estado de ánimo… todos esos factores a la hora de ir a ensayar se pierden, porque no estás solo sino con tus compañeros, y te evades un poco de todos esos sentimientos. Si estás encerrado en tu cuarto con la guitarra y la lagrimilla, pues te salen cosas que no son las típicas de HORA ZULÚ, pero que no dista mucho y que pensaba que la gente iba a entender. Para mí sería muy importante que la gente entendiera ese cariz que has notado.
Parece unánime el pensamiento de que es el disco con más sentimiento de HORA ZULÚ.
Paco: Es que por ponerte un ejemplo, un ruidillo en una canción te está diciendo mucho más que los silencios bien cortados que puedas retocar en horas y horas para que no se note.
Además, no puedes pretender falsear y hacer algo en estudio que luego no puedes llevar al directo.
Javi: Exactamente. Ha sido el disco que más tiempo hemos tenido para grabar pero en el que menos hemos dedicado para decir “esto tiene que sonar perfecto”.
Paco: Lo grabamos en varios tramos. Nuestro anterior guitarrista tiene un estudio bastante profesional en Granada y teníamos la libertad de ir cuando quisiéramos, y nosotros dábamos la opción de ir cuando a él le viniera bien. Nos juntábamos, enseñaba las canciones al grupo y decidíamos ir a grabar algo, y lo mismo hasta un mes después no volvíamos. Estuvimos desde Enero del año pasado hasta Marzo o Abril así. Otro detalle importante es que para el proceso evolutivo las voces se tenían que hacer en otro sitio y con una persona que no nos conociera de nada. Así salió el nombre de David Castro, que se encargó de esa labor en Úbeda.
La estructura recuerda un poco a ‘Crisis de Claridad’, en el sentido de que hay varios interludios o intros repartidas en el álbum. ¿Cómo surgió la idea de ir dividiéndolo?
Paco: Veníamos algo trastabillados del disco anterior, y esta vez lo queríamos relajar un poco e instrumentalizar más las partes bonitas para dar claridad a la voz. Así que decidimos meter interludios para provocar un viaje y que tras ellos volviera la fuerza.
Aportar el equilibrio al que hacíamos referencia anteriormente, ¿no? Esos interludios son los que dan la vidilla al disco y una de las razones de que no haya temas que destaquen sobre los demás.
Paco: Ahí viene el tema de las dedicatorias. Cuando no hay letra no sabes cómo llamarlo, no sabes de qué va la historia, y puedes caer en lo pedante. Surgió a raíz de la desaparición de Enrique Morente por mi amistad con él y el haber trabajado con él. La primera quedaba bonito dedicarle la primera, y Aitor propuso que con las demás ocurriera lo mismo con las siguientes, poniendo nombres como si fuéramos niños mentando a nuestros maestros. Surgió por ejemplo Carlos Cano, un cantante de Granada que en sus letras ha sacado como es la vida particular de los granadinos y los barrios; Aitor es muy seguidor de él. Rafael de León también lo propuso Aitor, un letrista de coplas que se le apartó al ostracismo por ser gay y que ahora se le tiene como referente cultural (siempre lo tuvo en cuenta por sus letras y la manera de expresar los desamores). Y Enrique El Moro, siempre hemos escuchado desde pequeños las típicas cintas con ‘El Carro’ de Manolo Escobar y otra letra, canciones imitando a cantantes que por aquella época eran intocables… y ahora te vienen recuerdos, momentos de risa, y pensamos que quedaba honesto dedicarle una.
Uno de los temas que más está llamando al público es ‘Crom en su montaña’. ¿Cómo es posible transmitir tanto con tan poco, solo una guitarra y la voz?
Paco: La sencillez de una canción no tiene por qué reflejar que haya sido simple de componer. Ese tema la tenía desde hace diez o quince años, que te pones a tocar la guitarra, te gusta cuatro cosas que has hecho, luego un año después lo tomas de nuevo, añades otro minuto a los segundos que tenías… y Aitor también le venía siguiendo la pista a esta canción. Tenía ganas de cantar esto, y por eso ha quedado tan redonda, porque está hecha a fuego lento.
Tanto esa como ‘Nuestro entonces’, son dos medios tiempos que preceden a los interludios que decíamos. ¿Es premeditado ese orden?
Javi: Cuando hicimos la lista de canciones sí teníamos claro empezar con ‘Mis Barranqueras’, pero el resto no está premeditado… y sí a la vez. No sabíamos dónde poner y quitar cada una. Los interludios puede que hayan aportado que no llegue a destacar ningún tema sobre los demás, y no queríamos poner las lentas juntas, o las potentes seguidas, sino buscar más dinámica en una historia.
Es que esos temas más lentos tienen su ontrapunto en ‘Caigan del Cielo’, ‘Otro guión sin escribir’.
Paco: A lo mejor uno tenía muy claro un orden. David Castro nos sugirió empezar con ‘Que me mata’, pero claro, si vas buscando una canción en concreto…
Otra de las más nombradas es ‘Que me mata’, que también recuerda a vuestros primeros tiempos.
Javi: Es una canción muy HORA ZULÚ.
Paco: El charles a contrapunto es algo muy nuestro. Los chavales de Granada lo llaman ritmo a lo HORA ZULÚ, que saben cómo tiene que sonar. Aunque vamos, no creo que hayamos inventado nada (risas).
Siguiendo un poco el repaso de canciones, como adelanto pusisteis ‘Mis Barranqueras’, que se encarga de abrir el disco…
Paco: El primer día que se puso el adelanto hubo el típico que se molestó en poner una parrafada poniendo a parir el tema diciendo que ya sabía que HORA ZULÚ le iba a defraudar y que como el primer disco ninguno. Todo sonaba pretencioso, en plan ir a machacar. Para mí siempre ha sido un afán de superarme y no repetirme una y otra vez. Algunos piensan que somos una especie de conejillo de indias: si te sales un pelín del tiesto lo ven mal no veas… y otros que tienes que hacer algo totalmente distinto. Una vez nos vino un muchacho diciendo que le encantábamos, pero a su hermano no. “¿Qué le gusta a tu hermano?” – “ACDC”. Pues vale, yo he sido toda la vida fan del grupo, pero no somos gilipollas ni vamos a decir que hayan necesitado una evolución brutal, gracias a dios no lo han necesitado, han defendido lo suyo y han sido los más grandes. .
Además del disco normal, hay una edición especial digipack.
Javi: En la edición especial (y en la digital) está la remezcla de ‘Luego Querrán’ dando el toque que queríamos darle en su momento y que no quedamos muy contentos. También queríamos ofrecer un diseño atractivo, dar lo mejor musicalmente, pero algo bonito artísticamente hablando; igual que hacer un vinilo ahora. Nosotros no nos encargamos del precio, no es nuestra competencia; pero nos alegramos de que no varíe demasiado por eso de que la gente pueda acceder a ello.
Ya tenéis anunciadas unas cuantas fechas de cara a los últimos días de Marzo, todo Abril y Mayo. ¿Hay mucha diferencia entre los públicos de una zona u otra de España? No son pocos los grupos que me dicen que en ciudades grandes están ya tan acostumbrados a los conciertos, que se viven de una manera más pasiva que en otros sitios.
Paco: Hay público que es una locura a pesar de que pueda sonar a perro muerto por las condiciones de la sala. Hay gente que aprovecha más la fiesta y disfruta el hecho de ir a un concierto, que los que ya están pasados de rosca de ir a tantos. Algunos van más a analizar que a disfrutar, y eso es un error. Hoy vas a ver a HAMLET, mañana a HORA ZULÚ y pasado IRON MAIDEN, pero hay que ir a la fiesta que es un concierto. Hay sitios que tienen una propuesta constante cada día y algunos son más fríos a la hora de expresarse… aunque nosotros nunca hemos tenido un público excesivamente frío. En el País Vasco la gente se vuelve loca con nosotros, tienen una tradición especial con la música. En el sur todo se vive de una manera más fiestera, con el calor, el solecito, el haberse ido antes de terrazas y demás…
Además de esta gira, ¿tenéis pensado el salto fuera de España?
Javi: Sí. ¡Ya era hora!
Paco: Hay bandas que se han buscado la vida yendo y viniendo con una facilidad que para nosotros parecía una utopía. Nunca hemos contactado con nadie para que nos llevara a ciertos sitios, más cuando ves en nuestros foros demanda por parte de gente de Chile, Argentina… y las letras de Aitor de alguna manera calan mucho por allí.
¿Y el setlist de la gira? ¿Lo tenéis ya más o menos perfilado?
Javi: Estamos en ello.
Paco: Por primera vez un disco de HORA ZULÚ va a estar un mes a la venta antes de que lo presentemos. Una cosa que desconoce la gente que es bueno que lo sepan, y es que un grupo no puede cambiar una fecha porque sí, que una sala tiene sus fechas, que si el disco se retrasa afecta a todo y no puedes defender nada. Y ahora sí que sí, vamos a defender el disco entero. Si no todo, casi todo. Adelantar a la gente que la primera hora del concierto va a estar centrada en este álbum porque pensamos que merece muchísimo la pena. También por los elementos que vamos a integrar en directo.
Hace unos días tuvisteis una nueva aventura, un showcase en formato acústico en Sevilla, y esta tarde tenéis otro aquí en Madrid. ¿Cómo fue el asunto?
Javi: Fue una experiencia cojonuda y estupenda. De primeras íbamos algo acojonadetes, porque nunca habíamos hecho HORA ZULÚ en acústico. Cuando estás terminando la primera canción estás esperando a ver cómo va a reaccionar la gente, a ver si van a aplaudir o qué, pensando cómo está sonando. Pero la peña parece haber quedado muy contenta, y nosotros más todavía.
Paco: Tu gente que va a los conciertos están acostumbrados a tu aspecto con tu guitarra eléctrica, con tu tinglado de sonido… pero terminó la primera canción y se nos fueron todos los nervios. Para esta segunda actuación estamos mucho más confiados.
Para terminar, y haciendo un juego de palabras con el título, supongo que “Siempre soñasteis saber sobre” donde os llevaría la música. ¿Con qué soñáis con este quinto trabajo?
Paco: Soñar es lo único que nos queda en la vida. A mí me gustaría que esto me permitiera vivir un poco mejor, y saber que a la gente le transmito lo que a mí me transmitían los grupos que escuchaba cuando tenía catorce o quince años; que mi música le sirva a alguien de desahogo de sus problemas. Y que a su vez me permita vivir mejor muchos años, si puedo tener una tele grande en vez de una chica mejor (risas). Sería una pena que esto se quedara en una época de mi vida y ya está. También está la nueva incorporación de Quini Valdivia, que se animó a empezar a tocar la guitarra porque le gustaba HORA ZULÚ hace diez años. Ahora con veinticuatro nos ha contagiado esa ilusión y el componente sentimental.
El Siempre Soñé Saber Sobre lo estamos viviendo ahora, porque tengo muy buenas vibraciones con él a pesar de cómo están los tiempos. Y me niego a pensar que la gente crea que nuestro primer álbum es el mejor de HORA ZULÚ. Puede que fuera la novedad, es el esqueleto de la banda, pero ni los arreglos ni las letras le llegan a la altura del zapato a los de los siguientes. Puedo entender que a uno de veintipico le pueda traer recuerdos de aquella época, pero bueno… veremos qué tal va la cosa.
Con la entrevista ya terminada, y de manera más distendida, caemos en tópicos de siempre que se refleja en que España es un país extraño. Paco hablaba de algo que pensado en frío, es triste: “Ayer salí a tomarme una cerveza y me cascaron cuatro euros. Te gastas luego por dos copas de garrafón quince euros ¿y no te compras un disco por diez? Deberían explicar un poco el proceso de un disco, el culturizar y concienciar. Parece que internet tiene información de todo, pero de una manera selectiva que la gente no quiere ver algunas cosas. No sabe lo que hay detrás de un trabajo, todo lo que vale un estudio, la gente que hay detrás de un grupo, el tema promoción, el productor, el que mezcla… Ahora te cuesta grabar lo mismo que en los 80, pero hay menos intermediarios. Algunos es que no llegan a recuperar lo que invierten en grabar. Con un sello nuevo, si la gente descarga más de la cuenta o hay menos gente que apueste por lo original, puede coger y cerrar, con grupos que se van al garete con muchas pérdidas. Y eso te lo puede dar un margen de mil discos más vendidos. Público se sabe que hay, no hay más que ver un festival como ViñaRock. Todo es un problema cultural, y a la música le ha hecho daño que haya salido según qué gente diciendo que se pueden morir de hambre con las descargas”.
También hay hueco para todo el tema de megaupload, que aunque parece que esté pasado, sigue muy vigente. Se podría resumir en el famoso todo gratis, que Paco lo sintetiza en un ejemplo: “El que está estudiando la carrera de derecho, que se acuerde del todo gratis en unos años cuando tenga su bufete de abogados. Si piensas que no hay que pagar para unas cosas, tampoco deberías hacerlo por otras”. Y así continuamos charlando un buen rato y extendiéndonos (y entendiéndonos) sobre diversos temas y problemas actuales de cultura en general. Un de esas entrevistas que tiene un gusto especial y que no se sabe muy bien cómo (y cuando) terminar.
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