Hammerfall: «la purga del power metal fue algo muy positivo»
No se rinden. No perdonan. No olvidan. Hammerfall es la banda que hizo renacer el heavy metal en Europa cuando nadie daba un duro por el género y 23 años después de aquel momento siguen en pie e inamovibles musicalmente. Su último disco en directo así lo certifica.
La veteranía de Hammerfall es un factor que hace a los suecos no parar de crecer hasta cuando su techo ya parece alcanzado. Después de lanzar su último disco el pasado año, ‘Dominion’, regresan con un nuevo trabajo en directo que denota el buen estado de forma del que goza la banda ocho años después de un parón que les vino que ni pintado.
Hammerfall sigue sacando rendimiento a su capacidad de componer, pero ese no es el único punto que el grupo mantiene fresco pese a tocar un estilo que lleva trillado los últimos 30 años. Sus conciertos también son dignos de admirar, y a la vista está sus últimas visitas a nuestro país en formato festival, donde gozaron de un gran aliento del público. En citas como Rock Fest Barcelona y Leyendas del Rock -en las que no eran siquiera cabezas de cartel- el público se agolpaba para ver su actuación.
En esta ocasión regresan con un disco en directo donde muestran todo su potencial. ‘Live! Against The World’ corresponde al show que llevaron a cabo en Ludwigsburg, una de esas aburridas ciudades alemanas donde el heavy metal sigue siendo ley y conciertos como el de Hammerfall llenan arenas de varios miles de fans. Contiene una buena muestra de lo que fue el setlist de la gira de ‘Dominion’ antes de que fuese abruptamente interrumpida por nuestra amiga la pandemia, una gira que la banda quiere continuar en cuanto puedan volver a hacerse shows.
Un lanzamiento en formato Blu-Ray + 2 CDs, triple vinilo coloreado, earbook y digital que recuerda el verdadero heavy metal está lejos de extinguirse. Hablamos con Joacim Cans sobre este nuevo lanzamiento, los retos inmediatos y sobre la eclosión del power metal que les hizo famosos.
¿Estaba preparado editar este disco en directo en 2020 o ha sido una manera de mantener al público entretenido mientras podéis recuperar la actividad en directo?
Esto estaba planeado desde que la gira acabó a finales de febrero. Decidimos que era momento de capturar a la banda en directo. Creo que estamos en un lugar muy bueno a la hora de tocar y el ciclo de ‘Dominion’ ha sido muy bueno para nosotros, en mi opinión.
Queríamos hacer un directo en uno de los mayores shows de la gira y resultó ser en Ludwigsburg, en Alemania. Poder tener un show como este, con el componente necesario del público, nos permite no tener que estar haciendo streamings en directo en la actualidad. Es algo tremendamente aburrido.
La idea siempre fue editar este disco y DVD en octubre. Luego vino el coronavirus y se cargó todos los planes pero la idea del directo ya estaba ahí. Hemos tenido tiempo de preparar este lanzamiento con tiempo y detalle y creo que es más importante que nunca editarlo ahora que la gente no puede acudir a conciertos.
¿No eres un gran fan del directo en streaming pues? ¿No es la salvación prometida para las bandas?
Hemos tenido toneladas de ofertas. Desde tocar en un local hasta una producción escénica completa en un gran recinto. No queremos hacerlo por varias razones. La primera de ellas es que estamos viviendo en distintos puntos de Suecia. Al ser Estocolmo el epicentro de la pandemia aquí no queremos viajar a ninguna parte y la gente no quiere venir. No merece la pena.
Por otra parte no queremos distraer a la gente acerca del disco en directo. Hay que centrarse en este lanzamiento y por eso no hace falta hacer ningún streaming. Por último, los streams tienen una carencia importante, que es el público asistente. Sin público esto no es lo mismo.
Otro problema que observo es que muchas bandas se han lanzado a hacerlo. Muchas bandas que ni siquiera tenían giras previstas están ahora haciendo esto para sacar algo de dinero y eso me ha parecido un aprovechamiento innecesario. Si este año no estabas girando porque estás preparando un disco ¿qué necesidad tienes de hacer un stream solo para sacarle el dinero a tus fans? Me parece fuera de lugar.
Una de las cosas buenas de Hammerfall es que nunca habéis abusado de los directos. Siempre han tenido alguna clase de significado. El anterior, ‘Gates Of Dalhalla’, supuso el cierre de una época y la previa a un largo descanso de la banda de un par de años. ¿Qué significado tiene ‘Live! Against The World’ en vuestra historia? ¿Crees que las bandas abusan de los directos en exceso hoy en día?
Hammerfall trata los discos en directo con tanto amor como un disco de estudio. Es algo que forma parte de nuestra discografía y ha de ser bueno. Hemos de poder defenderlo. Hemos de poder decir “esto es lo que éramos en 2020”.
Estamos en un punto dulce. Llevamos dos camiones. Estamos volviendo a algunos grandes recintos en Europa. Sería estúpido no capturarlo en un lanzamiento. ¿Qué pasará con el próximo disco y ciclo? Nadie lo sabe. Con este tuvimos buenos resultados, buenas posiciones en listas de ventas, conciertos con buenos números de asistencia. Era el momento de aprovechar para mostrarle eso al mundo.
En Estados Unidos tocamos en pequeños clubs. Allí no podemos llevar el gran martillo, o la pirotecnia. No podemos permitírnoslo. Pero este DVD nos permite enseñar como es nuestro concierto a todo el mundo. Y además, en lugar de ver un streaming aburrido, puedes ver un DVD con el público a tope.
Una banda fiel a su realidad
¿Hubo mucho trabajo de postproducción en este directo? ¿Sois muy perfeccionistas corrigiendo los directos o intentáis dejarlo todo más o menos tal y como fue en esa noche?
Si algo suena totalmente mal, lo ajustas. Pero si ajustas las cosas demasiado, ya no es directo. Un concierto en directo significa que, en ocasiones, no todo es perfecto. Por ejemplo, en las pistas vocales no cambié nada pero en ocasiones, si algo está muy mal, coges una palabra de una frase anterior y la sustituyes. Eso si que lo hacemos. Más allá de eso, todo está capturado en directo en Ludwigsburg y si lo cambias mucho, pierde la esencia del directo. Esto es lo que pasó en esa noche, es vital y es directo. Y eso es muy importante para nosotros.
Hubo un punto bajo para la banda alrededor de la época de ‘Infekted’, tanto en lo musical como en la asistencia a los conciertos. No obstante, en este momento habéis conseguido revitalizaros y recuperar posición comercialmente. ¿Compartís esa misma visión de la banda desde dentro?
Absolutamente. Cuando volvimos de nuestro descanso y editamos ‘(R)evolution’ recuperamos algo que es absolutamente necesario en cualquier banda y eso es la diversión y las ganas de tocar juntos. Esa gira, la de ‘Built To Last’ y la de ‘Dominion’ nos han permitido volver a disfrutar de la banda. No solo eso, sino que hacemos cosas juntos estando de gira. Esta es nuestra vida y amamos lo que hacemos. Creo que es algo que puedes percibir en los últimos discos de estudio y en este directo.
Aunque haga 23 años que la banda se puso en marcha, estamos ahora más vitales que nunca. Yo acabo de cumplir 50 años y no le veo fin a todo esto. La gente me pregunta que hasta cuándo me veo haciendo esto y mi respuesta es “mientras sea divertido”. Mientras haya diversión en lo que hacemos, aquí seguiremos.
¿Por qué hubo ese bajón? ¿Por qué estabais en horas bajas?
Creo que perdimos la motivación. No había un plan de futuro. Las cosas ya no eran divertidas. No te lo puedo resumir de manera breve. Estábamos usando la misma receta siempre y ya estaba dejando de funcionar.
A título personal, me di cuenta de que, tras quince años girando sin parar, no había visto nada del mundo por el que viajaba. Me di cuenta de que había estado en todas partes pero no había visto nada de nada. Decidí que desde ese momento, las giras me tenían que permitir experimentar las ciudades y los lugares.
El show dura una hora y tres cuartos, pero luego tienes el resto del día que llenar. Correr ayuda, me ayuda a explorar ciudades. ¿Que hay una catedral gigante? Vamos a ella. ¿Que hay una fabrica de chocolate? Vamos allí. Hay que hacer cosas porque la vida es muy corta para sentarse a esperar.
Cuando le pregunté a los chicos de la banda si querían acompañarme en mis excursiones, no lo dudaron. Ahora nos divertimos y eso se nota en nuestra relación.
¿Estáis trabajando ya en el próximo disco?
Una de las recetas que usamos en ‘Dominion’ es la de mantenernos siempre creativos, componer siempre. Es un progreso constante hoy en día. No es que estemos listos para ir al estudio, es muy pronto todavía. No siento que hayamos terminado el ciclo de ‘Dominion’ todavía. Necesitamos esperar y ver qué sucede en 2021. Espero que, al menos, el verano nos permita hacer los festivales. Espero que todos esos festivales que hemos tenido que cancelar en 2020 podamos hacerlos en 2021. Y con una buena planificación, me gustaría hacer una gira propia más antes de volver al estudio para un nuevo disco.
Este show nos recuerda que hace solo seis meses las cosas eran muy distintas. ¿Tenías cierta sensación de incredulidad cuando repasabas las grabaciones del directo de Ludwigsburg?
Absolutamente. Creo que todos hemos pasado por ese proceso de negación. Nosotros no habíamos acabado la gira europea. Nos quedaban los shows en Suecia, los conciertos en Dinamarca, los festivales de verano y la gira norteamericana. Cuando los shows fueron cayendo uno tras otro y, especialmente, cuando tuvimos que cancelar la gira norteamericana me vine abajo. Tan solo pedía algo positivo en el horizonte, algo a lo que agarrarme. Siempre necesito tener algo planificado, algo que esperar en el futuro y de golpe todo desapareció ante mis ojos.
La siguiente parte es pensar “¿y ahora qué?”. No tenemos ni idea de si vamos a girar alguna vez. Al final te das cuenta de que todo el mundo está en la misma situación. Solo te queda la opción de leer libros, mantenerte creativo, hacer las cosas que no te daba tiempo a hacer antes y salir adelante. Al final las cosas mejorarán y el primer paso es aceptar lo que está pasando y que no puedes hacer nada al respecto salvo esperar, mantener tu distancia con la gente y todo eso.
Creo que algo bueno saldrá de todo esto. Soy una persona positiva. He pasado este tiempo leyendo muchos libros y eso me irá bien para letras y temáticas en el futuro.
El boom del power metal
Hammerfall aparecieron en 1997 con ‘Glory To The Brave’, un disco que marcó un antes y un después dentro del heavy metal europeo. En su formación habían militado Jesper Strömblad, que luego pasaría sus mejores años en In Flames, y músicos como Mikael Stanne y Niklas Sundin, luego famosos gracias a su trayectoria en Dark Tranquillity.
Pero en aquel momento la banda ya estaba consolidando una formación donde el vocalista Joacim Cans y el guitarrista fundador Oskar Dronjak eran las piezas principales. Su tesón fue recompensada con un contrato del sello holandés Vic Records y pronto el sello alemán Nuclear Blast mostró interés. Los inesperados resultados de la banda sirvieron para generar un movimiento a lo largo y ancho de Europa que se conocería como la nueva ola del power metal, donde bandas como Rhapsody, Stratovarius, Edguy y muchas otras recogían el testigo del heavy metal acelerado que popularizaron Helloween a finales de los ’80.
Si bien Hammerfall existían en otro ámbito más cercano, si cabe, a unos Manowar (por su estilo más épico y el halo de true metal de sus letras) fue su eclosión la que hizo ver a otros sellos y gerifaltes que en el power metal había dinero. Y ya sabemos lo que pasa en estos casos. Hablamos con Cans sobre sus recuerdos de aquella época.
¿Cómo recuerdas aquella era? ¿Te sorprendió que hubiese un interés tan repentino en el género?
Tienes que recordar de dónde veníamos. Era una era en la que el heavy metal estaba denostado. El grunge se lo llevó todo por delante. Y entre tú y yo: nunca entendí el grunge. Nunca fue mi estilo de música. Para mí, en aquella época, ya era suficiente conseguir grabar un disco de heavy metal clásico.
Era un momento en el que a nadie le importaba el heavy. Nuestras expectativas eran acordes. Si vendíamos 3.000 o 5.000 copias en todo el mundo, era más que suficiente. No teníamos planes de salir de gira. Yo trabajaba en una tienda de discos y me encantaba mi vida: le vendía discos de heavy metal a la gente y descubría nuevas bandas. Entonces pasaron cosas: Kai Hansen quería sacarnos de gira. Y nosotros decíamos “¿qué? ¿Kai Hansen?”. No dábamos crédito. A partir de ahí, todo estalló.
Todo pasó tan rápido que no tuvimos tiempo de entender lo que estaba sucediendo. Salimos de gira, compusimos un nuevo disco y salimos de gira como cabeza de cartel. Eso fue en 1998, apenas catorce meses después de editar nuestro disco debut. Y ya éramos cabezas de cartel. Sería estúpido decir que esperábamos que sucediese nada de eso, porque no entraba en ninguno de nuestros planes.
Después de ese éxito, los sellos comenzaron a fijarse en Nuclear Blast y a querer sus propios Hammerfall. Vieron que esto funcionaba y comenzaron a fichar bandas sin parar. Ese fue el momento en el que las cosas comenzaron a torcerse y para la llegada del nuevo milenio, la moda del power metal estaba fuera de control.
Tenías a clones de Gamma Ray por todas partes con nada que ofrecer. Eso se cargó la escena al final y esa purga del power metal fue algo muy positivo. El género no podía seguir así o habría encarado su propia muerte.
Por otra parte, yo nunca apliqué ese término “power metal” a Hammerfall. Somos una banda de true heavy metal. Tenemos algunos elementos del power metal, pero también se pueden ubicar dentro del propio género del heavy metal.
¿Hubo una confabulación entre distintos personajes de la industria del heavy metal para relanzar el género? Gente como Limb Schnoor de Limb Music, Markus Staiger de Nuclear Blast y otros fueron actores muy destacados de ese retorno del género.
Creo que todo fue una coincidencia y que fue el momento adecuado. Yo tengo que dar las gracias a Markus Staiger de Nuclear Blast por creer en Hammerfall cuando nadie más creía en nosotros ni en este estilo de música. Invirtieron muchísimo dinero en Hammerfall, mucho dinero de marketing para vendernos como una gran banda.
Ahí estábamos nosotros: una banda desconocida de Suecia con un montón de exposición, anuncios y aparición en los CDs que las revistas llevaban antes. Había pósters en las revistas. La gente comenzó a preguntarse cuál era esa banda que salía por todas partes. En cada estantería de las tiendas de discos, en cada revista que leo… veo a Hammerfall. La gente, al final, quería ver si el pájaro podía volar, y eventualmente voló.
Yo me entrevisté con representantes de otros sellos y me explicaron que ellos nunca nos habrían presionado como lo hizo Nuclear Blast. Ellos pensaban que Nuclear Blast hizo algo mal, algo incorrecto. La realidad es que la discográfica tuvo claro cómo hacer que la banda fuese grande. Nunca pensé que algo así pudiese llegar a pasar en nuestra carrera, pero así fue. Creo que muchos sellos y productores quisieron su propio caballo ganador con la misma fórmula y eso llevó a la locura generalizada.
La temática del power metal fue considerada ridícula por mucha gente en aquel momento: la épica, las composiciones, la fórmula… ¿Recuerdas cuál fue la peor crítica que leíste de ‘Glory To The Brave’?
La verdad es que ‘Glory To The Brave’ no tuvo muy malas críticas, fue bastante bien recibido. Pero cuando editamos ‘Legacy Of Kings’ la gente comenzó a comparar con el disco anterior y con otras bandas. Tuvimos una reseña en la Kerrang! inglesa que decía “esto es una mierda”. Esa era la reseña. Sin más. No ponía nada más. Me pareció tremendo. Si yo leyese una reseña como esa de cualquier banda, tendría verdadera curiosidad por escucharla, aunque solo fuese para ver si era tan mala.
Después de eso, con ‘Renegade’, la gente comenzó a ser menos amigable. Hay gente ahí fuera a la que seguimos sin importarle porque nunca vamos a ser tan buenos como en el primer disco o algo así. Somos una banda distinta ahora: como compositores, como músicos y como personas. Somos un grupo en el que se puede confiar porque siempre nos hemos mantenido fieles a un género.
A nivel económico ¿fue provechosa aquella época? Aún se vendían muchos discos y el mundo era un lugar distinto. ¿Tomasteis buenas decisiones en lo económico?
Ahora somos más mayores, pero en aquel momento estábamos en nuestro primer contrato discográfico. Los primeros contratos son, por definición, una mierda. El primer contrato siempre es una mina de oro para la discográfica. Nos llevó un tiempo poder renegociar para poder mejorar el contrato y tener el trato que queríamos tener.
Firmamos el contrato que firmamos porque pensábamos que íbamos a vender de 3.000 a 5.000 copias en todo el mundo. ¿Quién me iba a decir que estaría aquí, 23 años después, hablando contigo sobre esto y editando un disco en directo? Yo no me preocupé de nada más y creo que todos tenemos que pasar por esos contratos malos para entender las cosas. Nosotros no ganamos nada de dinero al principio. Le debíamos un montón de dinero al sello, de hecho. Yo vivía al día pero me daba lo mismo porque podía tocar heavy metal y girar por el mundo. La música que amaba. Era un afortunado.
Si hubiese sido un adolescente en aquel momento habría acabado de otra manera, especialmente con el alcohol y todo eso. Pero tener 27 años en aquel momento me permitió saber que había otra vida más allá de eso y eso me permitió ser más cauteloso y pensar las cosas un poco mejor. Saber que hay un mañana te ayuda a tomar mejores decisiones. Yo no quería terminar siendo un vagabundo que vive en las calles de Gotemburgo porque tomé decisiones estúpidas o bebí más de la cuenta.
A día de hoy nunca he salido borracho al escenario. Creo que es una muy mala actitud para los fans. Siempre he estado sobrio sobre el escenario. Tras el show sí que puedo beber champán o un par de cervezas, pero siempre después. Estar sobre el escenario siempre ha sido muy importante para mí. Del mismo modo te digo que si hubiese tenido 18 años cuando Hammerfall explotaron, las cosas habrían sido muy distintas.
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