Running Wild: Shadowmaker
Tras anunciar no hace tanto tiempo que daba carpetazo a la carrera de RUNNING WILD por siempre jamás (con todo lo que ello conlleva; Bolo en Wacken por todo lo alto de despedida, dvd’s en directo, cd’s recopilatorios…), Rolf Kasparek sorprendió a sus seguidores hace unos meses proclamando que habría nuevo disco del grupo. Los más fanáticos podrían haber vaticinado que Rolf reuniría a alguna de sus viejas formaciones e incluso se atrevería a lanzar un disco de RUNNING WILD a la antigua usanza. Sin embargo, la realidad está lejos de coincidir con todo ello, algo no obstante que no reste valor a este nuevo trabajo, y es que, ¿Cuántas reuniones a priori “interesantes” han acabado resultando un fiasco?. Aquí cada cual dirá la suya y estoy seguro que muchos de ustedes llamarán a Rolf de traidor y pesetero para arriba. Pero déjenme decirles que el señor Kasparek es un ser humano como todos nosotros y puede tomar las decisiones que le salgan de la entrepierna, que a fin de cuentas la banda es suya. Y si quiere cerrar el capítulo de RUNNING WILD para reabrirlo 2 años después está en su derecho de hacerlo igual que el resto de mortales retomamos amistades, curros, parejas y vicios que juramos no volver a recuperar. ¡Lo ha hecho por dinero! Claman algunos… ¿Dinero?, a ver perdona, que no lo oí bien, ¿Pero qué dinero? Si este disco no creo que venda más de 10 o 15 mil copias y eso traducido en royaltis es calderilla. Si por lo menos tiraran de disco a modo de escusa para girar, pero todo el mundo sabe que RUNNING WILD dejó de hacer giras en condiciones hace más de 15 años por lo que entiendo que el dinero aquí no condiciona nada.
Dicho esto, déjenme decirles que la portada de RUNNING WILD es uno de los peores despropósitos de la historia del RocknRoll. Es decir, esa portada la saca un grupo como METALLIUM y no pasa nada, ¿Por qué? Pues porque las portadas de ese grupo por norma general suelen ser intrascendentes, nadie las recordará en el futuro. Sin embargo, una banda que cuenta a sus espaldas con portadas tan legendarias como las de “Port Royal”, “Death or Glory”, “Pile of Skulls”, “Black Hand Inn”, “Masquerade”… No debería permitirse el lujo de publicar semejante tontada de portada, básicamente porque a estas alturas Rolf mejor que nadie debería saber lo mucho que tanto él como RUNNING WILD le deben a sus portadas y sin éstas, probablemente la banda no estaría donde está. Y claro, con todas estas premisas, uno se para a contemplar este aborto llamado “Shadowmaker” y –se quiera o no- ya está condicionado para empezar a degustar el disco con mal pie, con desgana, con pocas ilusiones respecto a lo que dentro va a encontrar. Pero bueno, la crisis ha llegado también al campamento RUNNING WILD e imagino que hay que reparar en gastos… No obstante, imaginen el efecto causado por este mismo disco con una portada del señor Andreas Marshall, ¿Ehh?. El mismo disco vendería más sí o sí y rascaría medio punto o un punto de bien seguro en todas las reseñas, ¡No falla!, párense a pensarlo…
En un orden similar de cosas y siguiendo con el tema de los recortes de presupuesto, Rolf ha vuelto a producirse él mismo su disco, aunque con resultados algo menos decepcionantes que en otras entregas. Si bien en “Rogues en Vogue” Rolf se lo hizo todo él solito (composición, ejecución, ingeniero de sonido, productor…), ahora ha dejado que otros se encarguen de los aspectos técnicos de la grabación para poderse concentrar él únicamente en las tareas de ejecución y arreglos. Y eso se nota bastante he de decir. Por supuesto que todos querríamos que Rolf pillara una formación estable y se fuera a grabar el disco a un estudio profesional donde fueran otros los que tocaran los bototes. Pero de nuevo, la crisis entra en juego… ¿Para que contratar a personal si puedes hacértelo tú todo solo?. Para “Shadowmaker” Rolf tira de su amigo Peter Jordan, su mujer y otro fulano que se apellida igual que su mujer (imaginamos, su suegro) para que entre todos lleven a cabo las tareas técnicas de la producción limitándose él únicamente a grabar las guitarras en su casa vía amplificador virtual (que todo sea dicho de paso, estas aplicaciones informáticas todavía no lograron sonar igual que los amplificadores reales. Lo siento por sus defensores, pero es así…).
“Shadowmaker” en líneas generales es un buen disco, mucho mejor de lo que habría esperado de primeras. Por supuesto, la magia de antaño desapareció y no creo que vuelva hasta el día en que Rolf se siente en su sofá con una copa de vino, reúna a viejos miembros del grupo, se ponga sus viejos cd’s y saque conclusiones. Lo que no quita que este “Shadowmaker” me parezca bastante superior a los últimos 3 o 4 discos del grupo. O eso o es que las ansias por escuchar nuevo material de RUNNING WILD me han afectado más de lo que yo creía. Por un lado, el disco es algo más rockero que los trabajos clásicos de la banda, sin embargo sí se perciben en esta ocasión gestos y guiños que recuerdan al pasado, algo que en mi opinión no sucedía en los discos previos a este “Shadowmaker”. Los temas siguen destilando esos riffs y melodías tan propias de Rolf, aunque tirando de tempos algo más pausados / rockeros y con unas estructuras musicales mucho más simples que lo que solíamos ver en discos como “Port Royal” o “Death or Glory” donde la banda tocó techo en cuanto a técnica y “progresivismo” musical se refiere (siempre dentro de los márgenes realistas de una banda como RUNNING WILD). Esa influencia directa del rock’n’roll puede verse también en los estribillos. Lejos quedan aquellos de corte más épico del pasado, ahora todo es mucho más festivo, alegre, abierto y positivo, lo que en absoluto es negativo. Del mismo modo, los estribillos desde el punto de vista de los arreglos, están mucho más elaborados. Antiguamente Rolf cantaba y a lo sumo un coro de voz le secundaba. A día de hoy Rolf sigue cantando pero lo que lleva detrás no es un coro al unísono sino un sinfín de melodías de voz armonizadas que le dan a los estribillos un toque diferente, mucho más melódico y currado a fin de cuentas.
El disco se abre con “Piece of the Action”, un tema que no pude escuchar porque está corrupto en la carpeta promo que a mi me ha tocado descargar. Maldita sea, estas cosas antes no pasaban leches… Le sigue “Riding on the Tide”, un tema 100% RUNNING WILD, con una letra donde encontramos todos los tópicos corsarios de antaño y sobretodo un buen estribillo que se engancha a la primera. “I am who I Am” prosigue la misma estela y es quizá el tema más heavy del disco, con unos riffs que podrían haber sido extraídos de “Black Hand Inn” o “Masquerade” sin problema. Por desgracia, en el estribillo el listón baja bastante, y es una lástima porque de haber tenido uno cañero, épico y grandioso, podría haber sido el mejor tema del disco de calle. “Black Shadow” nos lleva a terrenos más pausados y de algún modo, recupera aquel toque más oscuro y atmosférico que tenían ciertos temas de “Death or Glory”, igual que “Locomotive” que conducida por un riff roquero de los buenos (Muy del estilo “Renegade”) mantiene el nivel del disco y mi atención. La cosa cambia de tercio en “Me & the Boys”. Veamos, he de reconocer que la primera vez que escuché esta canción casi vomito (la letra SUPER tonta de la canción tuvo mucho que ver), pero todo cambió radicalmente en la segunda escucha. Es que de hecho diría que el tema –dentro de su tontería- tiene un encanto particular y pese a que quizá no es lo que uno esperaría encontrar en un disco de RUNNING WILD, no puedo sino imaginar lo bien que funcionaría esta canción en directo (más en una banda de hard rock festivo que en RUNNING WILD he de decir, pero bueno, eso ya es otro cantar…). La estructura del tema sigue los patrones clásicos de rock’n’roll, de hecho Rolf se ha roto tan poco la cabeza que servidor, oyendo el disco en el coche, podía vaticinar lo que pasaría a continuación de cada parte (“Ahora viene la estrofa, ahora se queda el estribillo sin música debajo salvo la batería, ahora fijo que sigue el estribillo con la entrada de guitarra y batería…” Juego estúpido donde los haya, pero didáctico y entretenido cuando uno va conduciendo!!!!).El disco prosigue con el tema homónimo, un buen tema que mantiene el listón alto, igual que “Sailing Fire”, de temática pirata, con un buen riff y una melodía encima de esas que tanto gustan a los fans de RUNNING WILD. El disco se cierra con “Into the Black”, un tema bastante normalito y “Dracula”, un tema de metraje considerable (casi 8 minutos) donde Rolf (ayudado seguramente por su sobrino pequeño) nos cuenta la historia de un personaje tan “desconocido” como Dracula. Vamos Rolf hombre, que para historietas como esas ya están TIERRA SANTA… En términos musicales, lejos de lo que cabría esperar –una pieza épica cojonuda para cerrar el disco- encontramos un tema soso que eso sí, contiene las únicas partes de doble bombo de todo el disco (partes de doble bombo que todo sea dicho desaparecieron de RUNNING WILD el día que Rolf empezó a utilizar baterías programadas en vez de baterías reales, algo lógico viendo lo mal que suenan esas partes con una caja de ritmos digital…).
“Shadowmaker” no va a hacer olvidar los grandes clásicos del grupo, ni de lejos. Pero aún así, reconozco que personalmente ha ido creciendo con cada escucha que le doy y seguramente mañana lo veré incluso con mejores ojos que hoy. De cualquier modo, sienta un buen precedente para que en el futuro Rolf (y a poder ser con banda REAL detrás) entregue trabajos cada vez más competentes y comparativos con sus obras pretéritas. Eso sí, colega contrata a un dibujante en condiciones la próxima vez, ¿Ok?.
Javi Félez
Grupo:Running Wild
Discográfica:SPV / Steamhammer
Puntuación:7
Canciones:
- Piece Of The Action
- Riding On The Tide
- I am Who I am
- Black Shadow
- Locomotive
- Me & The Boys
- Shadowmaker
- Sailing Fire
- Into The Black
- Dracula
Año:2012
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