Dixebra: XXV

Han pasado ya 25 años desde que Dixebra decidió empezar su carrera discográfica. Hay muchas bandas hoy en día en Asturias. Haciendo un rápido barrido (metal) nos encontramos con Vendaval, Avalanch, Warcry, Darna, Northwind… Pero, antes de ellos, estuvieron Dixebra, al pie del cañón e incluso vivieron tiempos más duros, a pesar de no entrar dentro de las credenciales metal. Dixebra han abanderado el cantar en bable y reivindicar su lengua y cultura, y eso algo absolutamente loable. Qué bonito es ver la rica cultura idiomática del país. Su rock de raíces punk, urbanas, folk y ska ha ido evolucionando con el tiempo, pero siempre ha ido acompañado de trompetas, gaitas gallegas y grandes canciones. Hoy en día que el mundo escucha grupos que cantan en finés , en alemán o en mandinga, sería absolutamente aberrante que hubiese gente que se tirara hacia atrás por culpa del idioma.

La riqueza musical que vemos en este exquisito repaso es fantástica. Desde sus inicios rockeros y cercanos al punk en “Mercucu Xusticiero” hasta momentos mucho más complejos como “Indios” con esa sección de vientos tan lograda y ese bajo espectacular al puro estilo Suicidal Tendencies. Muchas canciones comprometidas en temas sociales, temáticas muy de izquierdas pero cargadas de buen humor y diversión como “Skandalera”, un trabajado corte que el tema lo dice todo. Hay varias intros con mensaje y muchos momentos bellos como el folk de “Da-Yos Caña”, contra la centralización, o la “balada “Canciu d”amor”, de sus inicios. Cortes como “Wilma Loulé” sacan a relucir toda la sección folk astur mezclada con el ska, con una letra más costumbrista y menos comprometida.

En “Danza” hay el discurso de la banda al recibir un premio internacional en un festival de lenguas minoritarias. Algunos de sus mejores temas son “Amor incendiariu” y “Queda la rabia”, dos canciones muy representativas y definitorias. Sorprende la versión del “God Save the Queen” rebautizada como “Nun Puxa” y con el estribillo de “Dios salve a Asturies”. La variedad musical es muy ecléctica a pesar de que su mensaje es claro y reiterativo. La entrada de “Quiero ser ferro” es puramente In Extremo. Sin duda uno de los cortes más atractivos para los amantes del folk medieval.

El disco ideal para entrar en el legado musical de una banda realmente especial, distinta y atractiva. Siempre han hecho lo que han querido y lo han defendido con uñas y dientes. Hasta hubo un momento de su carrera en la que una multinacional les llegó a tentar para cantar en castellano, pero ellos se negaron a cambiar. Tema a tema vemos su evolución, pero eso sí, siempre mantienen intacta su identidad y sus ganas de llamar las cosas por su nombre. Un disfrute musical que nos acerca a Asturias y una edición de absoluto lujo, preciosa y trabajada al milímetro. Incluyen un pack especial con camiseta del grupo.