The Rasmus: Rise

Si el tirón de Eurovision se puede aprovechar para lanzar junto a él un nuevo trabajo, en el caso de tener un grupo y querer crecer con él es algo totalmente lógico (y es lo que ha hecho el grupo finlandés)

Este año, The Rasmus han estado en el punto de mira como no lo habían estado desde hacía ya un tiempo. Y es que los finlandeses fueron los elegidos para representar a su país en Eurovisión, cosa que no es de extrañar siendo el origen de grupos populares como Children of Bodom, Lost Society, Apocalyptica, Korpiklaani y un largo etcétera. Por supuesto, The Rasmus es también uno de los nombres finlandeses más sonados internacionalmente.

Poniendo el foco de atención en la banda liderada por Lauri Ylönen, hay que decir que no pasa el tiempo por ellos. Su popularidad creció con el álbum ‘Dead Letters’ allá por 2003, cuando el hecho de escuchar “In The Shadows” en los 40 Principales era algo habitual. Llegaron así a un amplio público y son muchos los fieles que han seguido apoyando su carrera musical desde entonces.

Un mensaje cargado de fuerza

‘Rise’ se titula su décimo álbum, una palabra que resume ese espíritu motivador que desprenden las letras. Se centra mucho en las emociones vividas durante y posteriormente a la pandemia. Especialmente en lo que sufrió la salud mental de la población, pues en mayor o menor medida el confinamiento pasó factura a muchas personas que se sentirán identificadas con estas canciones.

Sin embargo, todo esto viene cargado de mensajes positivos, invocando ese espíritu luchador que no se rinde nunca. En cierta manera, esta idea representa también a The Rasmus. Quizá no sean el grupo más popular o remarcable, pero siguen al pie del cañón.

Este nuevo trabajo cuenta con la producción del también co-escritor Desmond Child, quien no solamente trabajó en anteriores ocasiones con ellos sino también con otros artistas de renombre como Bon Jovi, Alice Cooper o Aerosmith entre otros. En esta ocasión, han hecho un trabajo bastante correcto, un aprobado sin más. ‘Rise’ tiene algunos puntos a destacar, sí, pero tampoco parece que sea un disco que vaya a ser recordado en unos años más allá de “cuando fueron a Eurovisión”.

Toques eurovisivos

“Jezebel” fue el tema elegido para tan especial ocasión, bastante adecuada porque tiene ese toque europop pegadizo que también se contagia en algunos temas más. Aunque no triunfara entre los jueces ni el público votante del festival europeo, fueron miles las personas que se ilusionaron simplemente por verlos subidos al escenario de Turín. Miles de almas nostálgicas que se reencontraron con los Rasmus de hace casi veinte años, y es que son atemporales.

“Rise” también sigue la misma estela, pues también desprende mucha energía y lidera absolutamente la voz tan característica de Lauri. El tercer puesto del top se lo lleva “Written In Blood”, que capta esa oscuridad que tanto les caracteriza como también lo hace a su manera “Fireflies”. Ojalá el álbum tuviese más temas así, pues supondría una escucha más amena.

¿Qué sería un álbum de The Rasmus sin canciones lentas y desgarradoras emocionalmente? Pues de momento no lo sabremos, ya que no faltan en este disco temas como “Odyssey” o “Clouds”, perfectas para disfrutar del lado calmado del disco. Y entremedias, entre la calma y la tempestad, están “Evil”, “Be Somebody” y “Endless Horizon”. Tras un par de escuchas, es cierto que se encuentra cierta variedad y calidad compositiva dentro de lo que se puede esperar pero el conjunto en sí pasa sin pena ni gloria.

Aún con todo lo que ofrece, se queda a medias entre la satisfacción y la indiferencia. Ni tanto ni tan poco. No da todo lo que podría dar un disco de The Rasmus, pero sí lo suficiente para poder disfrutarlo en esos momentos en los que apetece escuchar música que no deja de transmitir. El problema es que la forma en que lo hace se queda un poco plana, especialmente comparando con mejores épocas. Pero siempre con el sello de identidad de The Rasmus.