Ozzy Osbourne: Patient Number 9

‘Patient Number 9’ es el nuevo disco de Ozzy Osbourne. El vocalista, a sus casi 75 años, lanza su 13º trabajo en solitario, rodeado de un gran elenco de artistas invitados.

Hace mucho ya que la figura de Ozzy Osbourne trascendió el heavy metal para convertirse en un icono de la cultura popular. Bien sea por el famoso momento con el murciélago, su vida cargada de excesos, o el reality en el que aparecía junto a su familia pisando excrementos de perro por toda su casa o gritando improperios al océano.

Pero también hay que reconocer que sin la figura del vocalista de Birmingham, el heavy metal no se entendería como tal, y es que la carrera del madman está plagada de grandes éxitos tanto con Black Sabbath, como en su longeva aventura en solitario. Y, aunque muchos pensaban que ni de coña iba a llegar a 2022 (probablemente él sería el primero), Ozzy Osbourne, a sus casi 75 años, nos brinda un nuevo disco bajo el título de ‘Patient Number 9’, tan solo dos años después del sobresaliente ‘Ordinary Man’.

Para esta ocasión, el madman ha seguido con la dinámica del anterior trabajo, y en lugar de contar con su banda habitual, el elenco de músicos que participan en el disco es notable. Así pues, ‘Patient Number 9’ cuenta con apariciones de la talla de Eric Clapton, Duff McKagan, Robert Trujillo, Zakk Wylde, Tony Iommi y el fallecido Taylor Hawkins, entre otros.

Análisis de ‘Patient Number 9’

‘Patient Number 9’ comienza con el tema título, que también sirvió como primer adelanto. Es un clásico instantáneo, con un sonido contemporáneo que sigue la línea de los trabajos más recientes de Ozzy. Cuenta con una estructura similar a “No More Tears”, con una parte central más lenta, y un buen solo a cargo de Jeff Beck.

“Immortal” recuerda por momentos al mítico “N.I.B.” de Black Sabbath. Es toda una declaración de intenciones por parte de Ozzy (“I’ll never die, ‘cause I’m immortal”). Se trata de un tema cortito y sencillo, que entra muy bien a la primera y con un aura alegre, sin perder la potencia. En este caso, es Mike McCready quien deja su impronta con otro buen solo.

Zakk Wylde vuelve a participar en un disco de Ozzy Osbourne, tras ser omitido de ‘Ordinary Man’, y la primera de las canciones en las que podemos escuchar al guitarrista es “Parasite”. En este tema destaca el riff principal, el estribillo facilón pero efectivo, y por supuesto, las partes solistas de Zakk Wylde, quien realiza un trabajo excelente.

Otro de los grandes nombres que aparecen en ‘Patient Number 9’ es Tony Iommi. La primera de sus colaboraciones es “No Escape From Now”, un tema lento y con un riff pesado, marca de la casa. En ocasiones, la voz de Ozzy utiliza un efecto que recuerda al de “Planet Caravan”. En la parte final, el tema acelera, al estilo de “God Is Dead?”. Podría encajar en cualquier disco de Black Sabbath sin desentonar.

El Ozzy más intimista

Eric Clapton es la estrella invitada en “One Of Those Days”. El tema muestra el lado más sensible de Ozzy, que junto a los detalles de guitarra de Clapton y un muy buen estribillo, hacen un tema de lo más resultón. “A Thousand Shades” es un tema donde predominan las guitarras acústicas, con unos buenos arreglos de Jeff Beck, que vuelve a colaborar en otro tema del disco. Ozzy demuestra aquí que este tipo de canciones siempre se le han dado especialmente bien.

Los tres cortes siguientes cuentan con Zakk Wylde a las guitarras de nuevo. Por una parte, “Mr. Darkness” sigue con la estela de los temas anteriores, con estrofas acústicas, aunque van intercalándose con riffs más rápidos y potentes en los estribillos y la parte central. “Nothing Feels Right” tiene un cierto regustillo a “Road To Nowhere”. La introducción y la estructura general de la canción es bastante similar y cuenta con un estribillo que se pega fácilmente.

La última de las colaboraciones de Zakk Wylde es “Evil Shuffle”, que tiene un estilo más en la onda de Black Sabbath, con un riff oscuro y pesado, y un estribillo que fácilmente encajaría con la banda de Birmingham. Si “Evil Shuffle” sonaba a Black Sabbath, “Degradation Rules” transporta directamente a los primeros años de la banda. Los riffs de Tony Iommi y la armónica de Ozzy, al más puro estilo “The Wizard”, son, junto a su letra gamberra, la seña de identidad de este tema.

Para la parte final del disco, Ozzy vuelve a desnudar su alma, explorando su propia mortalidad y sus demonios internos en “Dead And Gone” y “God Only Knows”. La primera, una especie de “Shot In The Dark” más oscuro, mientras que la segunda va más en la onda de “Ordinary Man”, de su anterior trabajo. El punto final es “Darkside Blues”, una pequeña pieza con armónica y con aires sureños de poco menos de 2 minutos de duración. Es evidente que a estas alturas, Ozzy Osbourne no va a sacar el mejor disco de su carrera. ‘Patient Number 9’ es más una reunión de amigos, un trabajo que pretende celebrar que todavía pueden seguir haciendo música y que, sin duda alguna, está a la altura del legado de Osbourne.