Arrival Of Autumn: Harbringer

Que el metalcore no se encuentra en su mejor momento es un hecho constatado. Que estamos sufriendo una sobredosis de grupos emergentes cortados todos por exactamente el mismo patrón, también. Sin embargo, esto a veces nos trae sorpresas agradables, como es el caso de este “Harbringer” de Arrival Of Autumn.

Pese a ser este su tercer disco de estudio, Arrival Of Autumn están sacando cabeza al mundo exterior con este nuevo trabajo. Hoy en día no eres nadie si no estás en Spotify. O por lo menos en Bandcamp. Sin embargo, su fichaje por Nuclear Blast les abrirá camino en el mundillo, pues su propuesta funciona a las mil maravillas.

Lenguaje no escrito

Dentro del género hay especial abundancia de grupos que, pese a no hacer nada nuevo o incluso repetirse mas que el ajo, funcionan muy bien por que son buenos en el trabajo base. Donde estos grupos suelen ganarse al público es en los directos. Pues pese a lo anodino de la música, si tu energía es pegadiza, los fans te seguirán. En este caso no puedo hablar del directo de estos canadienses, pero si puedo decir que me apetece muchísimo descubrirles.

Su propuesta es también bastante estándar. Metalcore melódico. Frenético y de estribillos melódicos. Sin embargo, hacen uso de la formula no escrita del éxito. Aquella para la que no hay ecuación. O se tiene o no se tiene. Dicho de otra forma, este “Harbringer” engancha como la droga. Y eso es mucho mas de lo que puedo decir de, posiblemente, los últimos diez grupos de core que haya descubierto últimamente.

Si es cierto que hay varios puntos que juegan a favor de obra a la hora de conseguir este efecto. El especial gusto por unas melodías trabajadas o sobre todo el no abusar en exceso de los breakdowns. No intentan ser los que mas tienen, ni los que los tienen mas brutos. Se salen de esta absurda competición subtextual que parece dirigir a todos los grupos a día de hoy. Arrival Of Autumn no la tienen mas grande, si no que saben cómo usarla.

También es cierto que gran parte de esta funcionalidad se encuentra en la referencialidad en su forma de componer, e incluso de producir. A la hora de tratar las voces claras, no esconden en ningún momento los distintos filtrajes a los que se ven sometidas. A ninguno nos resultará extraño acordarnos de Matt Heafy de Trivium en los estribillos de “Witness” o “Old Bones – New Blood”, de la cual incluso el riff principal parece beber directamente del estilo de los de Orlando. Sin embargo, también podemos encontrar elementos mas clásicos como los rasgueos en “The Horror”, que pueden traernos a la cabeza grupos mas cercanos al death grueso como “The Black Dahlia Murder”.

Renovarse o morir

Es curioso como es esta referencialidad la que hace del disco algo distinto en un mar de clones. Sus anteriores trabajos sonaban mas metálicos en la producción, pero a su vez mucho más inofensivos y fríos. A veces hay que sincerarse con uno mismo y permitirse expresar a partir de la admiración por los artistas que te han formado como músico. Si bien hay una fina línea entre esta referencialidad y el burdo plagio, me parece que a veces vale la pena arriesgarse a permitirse este acercamiento para encontrar los puntos fuertes de tu propuesta. Obviamente, y en este caso, estamos hablando de un grupo de corta trayectoria que aún puede permitirse no haber encontrado su propio camino. Sin embargo, creo que dejar que los tiros fuesen en esta dirección sería la opción más sensata.

Si bien es cierto que este estilo actual no les llevará a ser los próximos Parkway Drive, bien es cierto que un refinamiento de estas ideas pueden abrirles muchas puertas de cara a un futuro mas que digno en esto. Habrá tiempo para evolucionar, y este será el que los ponga en el lugar que les corresponda, pero la base que están asentando les beneficiará seguro.

Y pese a ello, lo curioso es que les hace distintos es justamente el uso de estos elementos más conocidos. Como ya he dicho el buen tratamiento de las melodías de guitarra que incluso se atreven con solos tan poco habituales en esta clase de trabajos es la que les otorga la mayor parte de su identidad. El tramo final de “Symbiotic” es buen ejemplo de ello, y sin embargo desemboca en un tema mucho mas metalcoreta como es “An Omen Of Loss”, una de las mejores atmósferas de todo el álbum. Al final se trata de otorgad variedad a tu producto. Terminar de escuchar un álbum de este calibre sin sensación de pesadez o repetición es ya un logro por si mismo. Tener ganas de repetir, es desde luego síntoma de éxito.