Antes que nada decir que me fue imposible llegar a tiempo
para presenciar la actuación de la banda telonera de esta noche, un grupo suizo
llamado P.M.T. el cual desconozco completamente su música pero por lo que me
dijeron fue un grupo que gustó bastante al personal. Por lo que sé esta banda
en su país ha teloneado a bandas del calibre de Korn, Metallica y Soulfly, por
poner unos ejemplos, así que esa buena reputación no debe ser por nada. En
cualquier caso no llegué a tiempo para su descarga.

A falta de un par de minutos para llegar a las diez en punto
de la noche empezó a sonar una introducción especialmente compuesta para abrir
esta gira de presentación del cuarto disco de Soulfly, Prophecy, un disco que
ha devuelto a un Max, compositivamente hablando, a aquellos maravillosos años
del Chaos AD de Sepultura; y es que el escuchar un tema de la talla de
Territory entre canciones como Prophecy o Living Sacrifice uno se da cuenta que
este último álbum nada tiene que envidiar a discos de épocas ya pasadas.

“Soulfly 2004” (así se refiere Max a la hora de hablar de la
formación actual de la banda) está compuesta por el batería y percusionista Joe
Nuñez (ex Primitive), el bajista Bobby Burns (ex Prime 55) y el fenomenal Marc
Rizzo (ex Ill Niño). Como digo el más destacable sin ningún tipo de duda ya por
su peculiar manera de moverse en el escenario y por esa mochila que nunca se
quita, como por la fantástica manera de tocar que tiene y esa energía que
desprende es Marc Rizzo, seguramente el mejor fichaje que ha hecho el
Sr.Cavalera en toda la carrera de Soulfly, ha costado encontrarlo pero al
final… ¡Bingo!

Prophecy fue el pistoletazo de salida a una actuación de poco
menos de 75 minutos de duración, y la cual confirmó sin ninguna duda el buen
momento que la banda esta pasando actualmente pero que como ya es demasiado
habitual hoy en día en el metal vanguardista los conciertos son cortos, y no me
cansaré de repetirlo y quejarme sobre este asunto. La gente no entendemos
porque cada día los grupos hacen conciertos tan cortos, muy energéticos, con
mucha fuerza y una descarga de adrenalina muy acentuada, eso no lo niega nadie,
pero no creo que a nadie le moleste que una banda desaparezca 15 minutos del
escenario para tomarse un respiro y hagan una segunda parte, vamos, creo que es
una posibilidad con futuro.

Con No hope No fear y Bleed la banda nos recordó que existe
un primer álbum de Soulfly que aún con las críticas que cayeron en su momento
el disco ha aguantado perfectamente el paso del tiempo y contiene cortes llenos
de rabia e ira de un Max que en ese momento pasaba por tiempos difíciles.

Razzmatazz 2 casi se echa abajo cuando el líder brasileño
anuncia que la próxima descarga es el tema Roots Bloody Roots (semilla de toda
la carrera de Soulfly), una interpretación de diez, con un Marc Rizzo emulando
a un Andreas Kisser perfectamente renovado y sin nada que envidiar, cosa que no
podemos decir lo mismo de Joe Nuñez, el cual sorprendentemente aún llevando una
batería muy básica pero golpeándola a la perfección, no se le puede comparar
con El Señor de los Ritmos Mister Igor Cavalera, aquí si que queda ridícula
cualquier comparación.

Maravillosa la interpretación de Rizzo en el tema Mars,
sobretodo cuando salió con su guitarra de doble mástil (eléctrica y acústica) y
la empleo para marcarse un punteo con influencias muy flamencas en la parte
final del tema en cuestión. Ya digo, espero que dure mucho tiempo en la banda,
a Max no se le puede escapar este talento.

Con un cambio de camiseta de Cavalera (por cierto debe de
llevar un armario detrás del equipo de amplificadores porque es anecdótica la
cantidad de camisetas con  la que salió a escena) y después de dejar medio tumbado
al respetable con Territory, Jumpdafuckup/Bring it, Seek ‘N’ Strike y una
incombustible Porrada salieron para hacer el ya usual set de percusión en el
que todos los componentes dejan sus instrumentos para aporrear tambores y
construir un perfecto carnaval metálico digno del mismo Carlinhos Brown.

Desde luego aún faltaba alguna bomba por estallar en el
escenario, y evidentemente esa explosión llegó con el tema más bailado (por
decir algo) del público: Inner self hizo que todos los saltos de canciones como
Back to the primitive se convirtiesen en dolores de cervicales a día de hoy
para muchos, y es que la ocasión la merecía.

Eye for an Eye puso la guinda a una actuación espectacular
en cuanto a contenido y como ya he advertido anteriormente, en cuanto a
energía. Max dejó el escenario, y poco a poco mientras una nube blanca invadía
la sala, Marc, Bobby y Nuñez se despedían del público.

Hay mucha gente que viendo a los actuales Sepultura ruega
que Max vuelva a su banda madre, pero esa sensación no es la que tiene uno
cuando presencia un concierto de Soulfly, por una parte la vuelta de los
hermanos Max a un mismo combo sin duda sería una noticia que causaría muchas
alegrías, pero una cosa es innegable, Max está a gusto en Soulfly, se le ve
bien, contento y haciendo la música que él quiere y le gusta, y eso es
suficiente para negarse a una reunión del combo brasileño más importante de
todos los tiempos.

Esperemos que haya Soulfly por muchos años.

Texto y Fotos: Marruan Anaboussi

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Publico: 700 personas
Promotor: Doctor Music

Día:22/06/2004

Puntuación:8