Llegar a la sala Vivero, y ver que no hay ni 200 asistentes para ver a SAVIA te hace darle muchas vueltas al asunto. Vale; las comparaciones están fuera de lugar, pero uno no puede evitar recordar aquellos maravillosos conciertos de SOBER, con lleno absoluto en el recinto donde se plantaran. Grande o pequeño. No por ello estoy menospreciando el material de SAVIA, ni mucho menos el de SKIZOO, pero no me termina de convencer esa ecuación que iguala una variable al sumatorio de dos. No sé si me entendéis. Puede que todo esto que os cuento sea solo un pensamiento subjetivo, y que muchas y desafortunadas sean las causas para que los asistentes a este concierto fueran menos de lo que me esperaba. Pero como se suele decir, comencemos por el principio.

Con cierto retraso sobre lo estipulado, saltaban a escena los malagueños D7. Debo confesar que no me siento cualificado para hacer una descripción de lo que nos ofreció el cuarteto, porque las bandas de pop con guitarras eléctricas no son lo mío. De hecho, mientras D7 estaban actuando, mis colegas y yo buscábamos una cámara oculta por si se trataba de una broma. No era así, incluso había gente con camisetas con el nombre de la banda. Alguien debería decirles a PIGNOISE el flaco favor que le están haciendo a la música en nuestro país si aún no son conscientes de ello.

Se aguantó el tipo como se pudo, pues detrás mía había una pareja ya metida en años, que se sabían todas las canciones, y al suponer que serían los padres de alguno de los miembros de la banda, evité (y evitamos) dar muestras del descontento que le provocaba la música de este grupo a cierto sector del público. Y es que el respeto a los mayores, es algo que me enseñaron desde pequeño. En fin, lo dicho, también le concederemos respeto a esta joven banda. Bien podrían estar perdiendo el tiempo en ir a conciertos gratis para después hacer una reseña y poner verde al que actuó esa noche, en vez de echarle valor y tocar sus canciones. Ah¡, terminaron con una versión de “Cubos” de SOBER, con saludos a Carlos Escobedo incluido, que fue de lo más digerible de su actuación.

A continuación, SAVIA se preparaban para salir a escena con su “nueva” formación. Manu Reyes es ya el batería oficial de la banda, y esta noche, presentaban a Manu Carrasco de AVENUES & SILHOUETTES como sustituto de Fernando Almoneda, que debido a un accidente doméstico, estará apartado de la banda durante una temporada. El resto, los de siempre. Jesús Pulido al bajo, y Carlos Escobedo a la guitarra y voz.

Con “Otra Oportunidad” dieron inicio a un concierto en el que su patente ilusión estuvo por encima de todas las cosas. Eso, y buenos temas y un sonido perfecto. Las nuevas incorporaciones se han acoplado perfectamente a la columna vertebral de la banda, y ésta sobre el escenario se muestra compacta y segura de sí misma. Con “Llama A Dios” siguieron su recital sin tiempo al descanso, involucrando con cada nota y cada frase al público asistente.

No deja de ser curiosa la reacción de su líder Carlos Escobedo. Tras estar bastantes años en esto, haber tenido subidas y bajadas de popularidad, el hombre vive y celebra el concierto con sus seguidores como si fuera el primero. Con unas ganas desbordantes. Al igual que sus compañeros, dándolo todo desde el principio al final, resultando una banda potente y con garra.

Respecto a los temas interpretados, casi todo el peso lo tuvo su último trabajo “Fragile”, el que venían a presentar. “Óxido” “Sólido” (con ese curioso juego de trompetas sampleados, que tan bien les queda en directo), “Ángel De La Guarda”, “Otro Oportunidad” o “Bajo Zero” por citar algunas, fueron coreadas como si de clásicos de la banda se tratara. Y es que, aunque SAVIA sea una banda relativamente joven, ya poseen en sus cosechas varias canciones que permanecerán durante muchos años en sus listados. Caso de “Inmortal”, con una dedicatoria muy emotiva en su inicio a Alberto Madrid, “Agua Para Tu Sed”, o su tridente de cierre formado por “Insensible”, “Derrotado” y “Fragile”; precisamente primeros singles de sus tres trabajos editados hasta la fecha. Para la interpretación de esta última, invitaron al vocalista de D7, y el público, consciente de que era el final, se dejó el cuerpo y alma. Poco público, pero siempre participativo; hasta el final.

SAVIA dejaron claro que son un valor seguro sobre el escenario. Ninguna de las veces que los he visto en directo han defraudado, y ésta no fue una excepción, aunque  esperemos que con el tiempo, ese trabajo, que su máximo representante eligió comenzar de cero, vea sus frutos y recompensas. Por ahora, todavía son muchos los que creen que la sombra de SOBER es demasiado alargada. Y quitar esos pensamientos, cuesta lo suyo.

 

 

 

Texto: Satur Romero (satur@themetalcircus.com) / Fotos: Saray Galiano Pérez

Promotor:N.D.

Asistentes:200

Día:27/03/2009

Sala:Vivero

Ciudad:Málaga

Puntuación:8