QUEENS OF THE STONE AGE
La anterior ocasión en la que pude ver a QUEENS OF THE STONE AGE sobre un escenario, salí de la sala asombrado. No solo había visto uno de los conciertos más violentos de mi vida sino que, sin saberlo, había visto por última vez a la formación más clásica o más querida de QOTSA, la que tenía a Josh Homme, Nick Olivieri y Mark Lanegan compartiendo protagonismo sobre el escenario. Se trataba de la gira de “Songs For The Deaf”, el disco que lanzó a los americanos al estrellato internacional de manera definitiva. Se trataba de uno de los discos más impactantes que había podido escuchar en bastante tiempo, un disco que trascendió más allá de las barreras y etiquetas propias del stoner rock, especialmente gracias a temas como “Song For The Dead” y “No One Knows”. En dicho concierto, estar en el foso de fotógrafos se convirtió en una de esas pocas ocasiones en las que tener un pase no te da privilegios sobre el resto del público asistente, sino que te complica un poco más la vida, algo que solo recuerdo que haya sucedido en shows de MISFITS, NASHVILLE PUSSY o SLAYER. Aquel día, Nick Olivieri se encontraba absolutamente desatado y todos los fotógrafos que estábamos en el foso sufrimos por nuestros equipos. A la segunda canción del show, Olivieri se encontraba estampando su bajo contra el monitor y contra su amplificador, procediendo después a lanzarse al público con una horrorosa ira, pese al delirio colectivo. Un incidente que, parece ser, se debió a que iba de absenta hasta las cejas y que abriría una brecha enorme entre el duo Homme / Olivieri, tanto que Homme lo suele citar como el inicio de los problemas con Olivieri. Por si no fuera poco, al poco rato, un muy drogado Mark Lanegan apareció en escena para cantar tres o cuatro canciones adicionales en las cuales uno no sabía si aguantaría en pie o se caería en redondo al suelo.
Adelantemos el reloj siete años más allá, a febrero de 2008. QUEENS OF THE STONE AGE son ahora una banda muy diferente, igual de potente, pero mucho más segura y menos violenta. Si bien es cierto que la peligrosidad que imprimía Olivieri le daba un toque más outsider a todo el asunto, no creo que nadie le echara de menos en la noche del 16 de febrero en Barcelona. La promotora Doctor Music Concerts colgaba nuevamente el cartel de “entradas agotadas” con muchos meses de antelación, algo nada extraño cuando se gestiona a artistas como Bruce Springsteen, capaces de vender 150.000 entradas solo en Barcelona a más de medio año de su concierto en la ciudad. Dentro, el ambiente era eléctrico, aunque en menor medida que en aquella noche de sudor y humo en Razzmatazz 2 siete años atrás. Seguían siendo QUEENS OF THE STONE AGE, pero hoy en dia eso significa prácticamente hablar de la banda en solitario de Josh Homme y quien quiera que toque con el en ese periodo. En ésta ocasión, se trata de Michael Schuman al bajo, Dean Fertita a los teclados y guitarra, Tryo Van Leeuwen a la guitarra y el ya veterano Joey Castillo a la batería, una auténtica maquina de la percusión.
El show fue más puntual de lo esperado, dando comienzo a las 21:15 en lugar de un cuarto de hora después, como estaba previsto. Una incendiaria “Regular John” y el clásico “Avon” abrieron la velada, que probaria ser corta pero intensa. Con un sonido bastante decente para QUEENS OF THE STONE AGE y sus habituales niveles de saturación sónica, los temas se fueron sucediendo hasta plantarnos casi sin darnos cuenta en el meridiano del show: “Do It Again”, la nueva “3’s and 7’s”, el clásico “Song For The Deaf”, “You Would Know” de su primer disco, “Misfit Love”, “Burn The Witch”, “In The Fade” y “Turnin’ On The Screw” llevaron al público a un extasis parcial que se completaria en la segunda –y final-media hora del show. Y es que QUEENS OF THE STONE AGE apenas estuvieron más de una hora sobre el escenario. La escena, de hecho, era inusual: los alrededores de la sala Razzmatazz repletos de gente a las 22:20 de un sabado, en lugar de mucho más tarde, como suele ser costumbre.
Pero aun estábamos a mitad del show. Cabe decir que en ésta ocasión, la banda ha cuidado bastante más su apariencia escénica, con una buena iluminación y unas curiosas lamparas colgantes que terminaban de completar la ambientación de cualquier canción, situadas todas ellas sobre als cabezas de los miembros de la banda. Homme estaba haciendo un show que, pese a ser entretenido, avanzaba con demasiada rapidez. Hubo lugar para graciosos incidentes, como cuando Homme vio alrededor de “Misfit Love” como una mujer estaba pasando un mal rato en las primeras filas debido a el calor y avisó a seguridad para que la sacaran de allí y la subieran al escenario para ver el concierto desde un lateral. No contenta la mujer con ello, decidió insistir a Homme en pleno concierto para que sacaran también a su compañero, que corrió la misma suerte. Homme dijo entonces que porque no llamaban a sus primos y otros parientes para que se unieran también, provocando alguna que otra carcajada entre el respetable. En tiempos de Olivieri, probablemente la señora habría sido atravesada por el mastil del bajo y el compañero habría sido golpeado con los restos del instrumento.
Musicalmente, la banda tuvo una actuación intachable. Se nota que la gira ya viene rodada y que estan al máximo de sus capacidades, como demostraron en una segunda e intensa mitad del show, donde tocaron “Make It With Chu”, “Hangin Tree”, “Little Sister”, “Sick,Sick, Sick” y para finalizar “Go With The Flow”. Pese a que habian tocado unas nada despreciables quince canciones, ver como la banda desaparecía del escenario apenas cincuenta y cinco minutos después de haber subido a él cabreó a alguno de los presentes. Pero la vuelta fue, como cabia esperar, triunfal. La banda volvió a escena y, sin mediar palabra, atacó con “No One Knows” –con una parte central que difiere de la versión de estudio y que alargó un poco más el tema- y la aplastante “Song For The Dead”, con la que la banda se despidió en plena catársis musical. Ni siquiera dijeron adiós. Se sacaron los instrumentos de encima y desaparecieron por donde habían venido. Y es que esto era un concierto que QUEENS OF THE STONE AGE, no de WHITESNAKE. No hay “god bless you all” que valgan. Además, ¿quien quiere bendiciones divinas después de haber visto semejante show?
Texto y Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Doctor Music Concerts
Asistentes:2200
Día:16/02/2008
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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