NEW YORK DOLLS
“New York Dolls, Sidecar 09.11.2007: Yo sobreviví al concierto”.
Si algún día veis a alguien por la calle con una camiseta donde se pueda leer la anterior línea, saludarme, seré yo mismo en persona.
Y es que no hay otra palabra que defina mejor lo acontecido anoche en la diminuta, claustrofóbica y sudorosa sala Sidecar de la plaza real en Barcelona.
Sobrevivir.
Primero, sobreviví a la acumulación de Paquistanís que vendían cerveza a las puertas del local (mierda, por ciertos motivos que ahora no vienen al caso ¡odio la cerveza!); segundo, la sola mención a la banda Nancys Rubias como posibles ¿teloneros? de New York Dolls hacía que recorriera mi cuerpo un escalofrío que se incrementaba cada minuto que pasaba hasta el inicio del show; y tercero, el concierto en sí. Aquello era un auténtico infierno, con la sala a reventar (parece que nadie se quería perder tan magno acontecimiento), con un público demasiado entregado desde el primer momento (la verdad es que me recorrí toda la primera fila, iba a donde me llevaban los empujones) y con una banda realmente emocionada por lo que allí estaban viviendo. Tan sólo recuerdo a un grupo estar así de emocionado sobre un escenario, y esos fueron The Dogs D’Amour cuando realizaron su primer show en esta ciudad allá por el año 1990).
Por suerte, al final conseguí zafarme de los vendedores ambulantes de cerveza congelada en la puerta, me libré de ver a Nancys Rubias (esto es más importante que lo anterior) y disfruté como….todo aquel que estaba aquella noche en la sala.
No me vienen a la cabeza muchos grupos que con tan sólo dos discos (el último y los recopilatorios y directos no cuentan) tengan tanta influencia en la historia de la música contemporánea. Puede que Sex Pistols (con sólo un disco en su haber) sea el caso más relevante y puede que Guns and Roses sean otros exponentes de lo que estoy diciendo (al fin y al cabo ¿cuántos discos tienen los gunners?: el appetite, los illusions y el lies –si esto se cuenta como un disco normal, el resto son directos o de versiones).Pero el caso de New York Dolls llega más allá de su música. Ellos inventaron como aquel que dice el Glam Rock (sus vestimentas eran puro Glam) y el Punk (su sonido era absolutamente punk) y editaron uno de los mejores discos de debut de la historia de la música.
El próximo 24 de diciembre hará ya 35 años desde que la banda puso los pies sobre un escenario por primera vez, y aunque no los vi aquella noche en New York, seguramente fue igual de salvaje que la de anoche en Barcelona. Incluso puede que la de anoche fuera más salvaje, al fin y al cabo los que les vieron por primera vez no estaban tan familiarizados con su música, ni llevaban tantos años esperando ese momento.
Faltaba poco para las 11 de la noche y sin darnos cuenta Senen Armengol (lástima que no se cantase nada de Bon Jovi) apareció en escena y micrófono en mano nos soltó el típico discurso de introducción a una banda en vivo. Dio las gracias a los responsables de la sala por haber echo posible el concierto, nos alentó por haber venido, confirmándonos lo que ya todos sabíamos de antemano, aquello iba a ser histórico y sin más dilación presentó a New York Dolls, que fueron apareciendo sobre el diminuto escenario de Sidecar, haciéndose con sus instrumentos y saludando a la concurrencia, totalmente alterada, con unos gritos ensordecedores (así estoy hoy) y con unas ganas de fiesta total.
El inicio con Lookin for a kiss, de su álbum debut New York Dolls del año 1973 (¡suena igual de fresca que cuando se grabó!) fue la chispa que necesitábamos para arder todos. Y puedo asegurar que si era lo que la banda buscaba, lo consiguió.
De David Johansen se ha dicho de todo; bueno y malo. Pero demostró una vez más (no él en particular, sino toda una generación de músicos de su edad) que quién tuvo, retuvo. Podría ser como Mick Jagger (decía Morrisey que Mick le robó todo lo que sabe a David, pero hay que tener en cuenta que los Stones con Mick al frente ya sudaban la camiseta antes del primer concierto de los de David en su vida), como David Bowie, Marc Bolan (su álbum Electric Warrior llegaba a número uno el mismo año que NY Dolls iniciaban su corta, pero fulgurante carrera), incluso Alice Cooper, que unos años antes de dicho acontecimiento editaba su primer disco. Pero una cosa está clara, en escena, David es único. Sabe como tratar al público, darles lo que quieren, lo que esperan y con una actitud realmente encomiable y admirable.
Incluso su actitud provocadora de antaño (en el año 1973 puedo asegurar que salir a escena como ellos lo hacían era algo que tenía mucho valor) se mantiene vigente hoy día.Ya no visten como antaño. Ahora se lleva más el traje, con camisa, chaleco y un peinado acorde los tiempos. Pero siguen desprendiendo un aura difícil de conseguir por cualquier grupo de hoy día (y no quiero dar nombres, que luego todo se malinterpreta, pero que cada uno piense lo que quiera).
Tras la chispa de lookin for a kiss, la banda arremetió con un tema de su nuevo disco. Al fin y al cabo estaban allí en parte para presentar ese disco. We’re all in love fue el tema que toda la sala coreó, mientras David intentaba asimilar lo que le caía encima, armónica en mano. Su sonrisa le iba de oreja a oreja, incluso se quitó sus gafas de sol para ver mejor con sus propios ojos el recibimiento de esta ciudad para con los suyos.
Creo que con a estas alturas del show mis cuerdas vocales ya no daban para más ¡y era la segunda canción del concierto!. Subway train fue el preámbulo a la primera versión de la noche. Unas palabras introductorias de David explicando que iban a tocar un tema de su banda favorita dio paso a Piece of my Heart de Janis Joplin. El local acabó de explotar ¡break it! gritábamos todos al unísono.
Private world nos retrocedió a su disco debut, el cual fue tocado casi íntegramente (¿sólo faltaron dos temas para ello?), para sin pausa adentrarnos en su nuevo álbum de nuevo, esta vez el tema elegido fue Rainbow Store. Los solos de guitarra se cruzaban, de Syl (pasó por mi mente el anterior show de Syl en Magic -¿dónde estaba aquella noche todo el público de ayer?-) a Steve, era difícil percatarse, pero a escasos metros del escenario se podía disfrutar de ello sin ningún problema.
Sam Yaffa sonreía y saboreaba su copa de vino, viendo al público como loco (nada que ver con los conciertos que el bueno de Sammi dio hace unos años bajo el nombre de Mad Juana, ni teloneando a Tyla ni en sus propios shows, el del Big Band Bar fue de lo más lamentable en cuanto asistencia de público) y Brian era una auténtica máquina de marcar el tiempo. Puedo asegurar que rompió más de una baqueta. Bad girl volvió a ser utilizada como introducción a otro de los nuevos temas (debo confesar que el repertorio estuvo realmente bien estructurado, tras un viejo tema, siempre venía uno nuevo), esta vez le tocó el turno a Plenty of music un medio tiempo que nos hizo descansar unos momentos y poder tomar algo de aire. Aire que ya se hacía pesado, la transpiración de tantos cuerpos sudorosos es lo malo que tiene. Pero creo que ninguno de los allí presentes estuviera pensando en eso en aquel momento. Con Syl al micrófono y guitarra acústica nos adentrábamos en terrenos altamente peligrosos, desde el punto de vista emocional.Una sola pregunta hizo que todos nos emocionáramos: ¿os gusta Johnny Thunders?.
Evidentemente no hace falta que comente cual fue nuestra respuesta. Tras ella, Syl atacó una más que decente versión de You can’t put your arms around a memory, del excelente disco de Thunders, Hurt me, enlazada directamente y como era prever con Lonely planet boy, ya con Johansen a la voz principal. Otra pregunta volvió a explotar por el P.A de la sala. De nuevo Syl nos preguntaba si conocíamos a Bo Diddley. Eso sólo podía significar una cosa: Pills estaba apunto de sonar. Y así fue. De nuevo las primeras filas iban de un lado para otro, saltando, gritando, sudando y ¡mierda! pisándome el pie en todo momento, jajajaja.
Unos gritos de mono provenientes de Syl sirvieron de introducción a un nuevo tema. Dance like a monkey (premiado tema, por cierto) volvió a enloquecer al personal. Incluso Johansen se permitió el lujo de aporrear su pecho cual vulgar simio. Trash y Jet boy dieron por finalizado un concierto de algo más de una hora. Suficiente para unos pocos, demasiado corto para casi todos. Tan sólo volvió a aparecer la banda en escena para deleitarnos con único bis, Personality crisis, casualmente el primer tema de su disco debut, daba por finalizado un concierto que muy pocos olvidarán. Tanto por parte del público allí congregado, como por parte de la banda.
Antes de finalizar quisiera comentar la extraña paradoja de que de su segundo álbum, Too much too soon no interpretaron ningún tema. Claro que teniendo el disco debut que tienen tampoco me extrañó, pero por ejemplo Babylon o Puss ‘n’ boots podrían haber sonado tranquilamente. Incluso me sorprendió que no interpretaran Runnin’ around de su nuevo disco, claro que la no inclusión del teclista en el concierto pudo restar puntos para ello.
En fin, larga vida a esta nueva formación de New York Dolls y que vuelvan pronto por este infame país, para rockear como sólo ellos saben hacerlo. Pero pido por favor que sea en una sala algo mejor (no pido un Sant Jordi, pero un Apolo hubiera estado bien y no le habría restado para nada la etiqueta de especial al concierto).
Texto y Fotos: Salva G.
Promotor:Sidecar
Asistentes:300
Día:09/11/2007
Sala:Sidecar
Ciudad:Barcelona
Puntuación:8
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