En un principio sorprendía ver que el concierto estaba programado para la sala Salamandra, máxime teniendo en cuenta que en la última visita a la Ciudad Condal la sala Mephisto, del mismo aforo, colgó el cartel de entradas agotadas. Pero por lo visto aquello no era lo que parecía: la llamada ahora sala Salamandra 1 está ubicada en un nuevo local a pocos metros de la vieja sala (que todavía existe) y posee capacidad para unas 850 personas, siendo este bolo uno de los primeros que se programaban allí. El aforo, pues, resulta todo un soplo de aire fresco para una ciudad como Barcelona que llevaba muchos años huérfana de salas que pudieran congregar a más de 500 personas pero a menos de 1000 (con todo lo que ello conlleva para los promotores y los grupos: cuestiones técnicas, riesgos económicos debido al alquiler de las mismas, etc), por lo cual esperemos que esta nueva opción que se nos presenta pueda ser aprovechada de ahora en adelante en su justa medida, sobretodo considerando que la acústica que el local demostró a lo largo del show de esta noche fue francamente buena.

En cuanto a la banda, pocos cambios de status respecto a su última gira española. Century media sigue moviendo el producto más allá de la escena del metal meramente extremo y esto se traduce en el aspecto variopinto de la concurrencia que asiste a los conciertos de la banda: gente del metal extremo, personajes más “emo” que difícilmente conocerán demasiado de qué va esto del death metal melódico (por mucho que cada vez haya más influencias del heavy en las composiciones, hasta el punto de equilibrarse la balanza, y si no al último compacto me remito) y demás fans algo alternativos y/o inclasificables.  

Con la vuelta de Christopher Amott al seno de la banda tras dos años de deserción y con una Angela Gossow al frente más bella que nunca, la banda saltaba a escena ante una sala prácticamente llena y en plena ebullición, habiéndose encargado de calentar ya el ambiente con anterioridad los catalanes ONASSIS’ DAY, a los que no llegamos a tiempo de ver. “Blood on Your Hands” fue la primera en sonar, lo cual nos hizo prever que, al igual que en la última ocasión, una buena selección de temas de su última obra de estudio serían interpretados esa noche. Nada más lejos de la realidad. Por alguna razón que desconozco, tan sólo ese y “Revolution Begins” sonaron. El desalentador sonido al inicio del show, que deslució también “Enemy Within”, se vio solventado a partir de la interpretación de “Dead Eyes See No Future” y “My Apocalypse”, momento en el cual las guitarras recuperaron la potencia y la amalgama de subgraves fue desmantelada, dejando así via libre para que las cuerdas vocales de Angela comenzaran a agasajarnos. Tras “Out For Blood”, “Dead Bury Their Dead” y “The Immortal”, el buen ritmo del concierto se vio cortado de raíz. Y es que si bien entiendo que la voz de Angela ha de descansar, lo cierto es que enlazar el elaborado solo de batería de Daniel Erlandsson con la instrumental “Hybrids of Steel” hizo menguar los ánimos de un público que se encontraba lo suficientemente extasiado. Cuando la frontwoman regresó a escena, sonarían un puñado de temas claves que nos revelarían la cercanía del final del show: la habitual “Nemesis”; la cañera “Burning Angel”, que para regocijo de unos cuantos sonó con la crudeza con la que fue concebida en la época del señor Johan Liiva, y el hit “Ravenous”, uno de los temas más emblemáticos del último periplo de la banda.

Angela Gossow mantuvo muy bien el tipo en todo momento (musicalmente hablando, del otro “tipo” nada hace falta comentar), por mucho que quedara de nuevo demostrado que en varios temas su voz es sometida a filtros de efecto desde mesa. Personalmente el tema en el que lo noté más fue en “We Will Rise”, aunque ello no pareció importar a la mayoría del público (que posiblemente no se percató del detalle) dado el grado de celebración que se vivía en toda la sala, muy a pesar de que este tema, aún siendo uno de los más celebres, no me parece de lo más granado de la formación. Junto a “Snowbound”, conformaron el grueso de unos disimulados bises (previamente la banda solo desaparecería un par de minutos del escenario, como si no quisieran alargar aquello demasiado) en los que Angela demostró que si bien las guturalidades de las que hizo gala en “Wages of Sin” ya quedan un poco atrás, se come el escenario con su sola presencia. Y aunque las voces críticas por los ya citados efectos se alcen una y otra vez, no cabe duda de que hace falta cierta técnica para dominar ese tipo de registros y no fenecer en el intento. De hecho, Angela incluso posee una entrenadora personal con la que ayudar a cincelar su dominio a las voces y sus subterráneos registros.  En cuanto al resto de la banda, destacar la vuelta de Christopher, que sin lugar a dudas da mucho más juego en directo que el algo apático (aunque en según que momentos más técnico) Fredrik Akesson.  

Como anécdota, destacar que en el set list también figuraban los temas “Diva Satanica” y “Bury Me An Angel”, pero estaban tachados y no fueron interpretados. Lo que no puedo dejar pasar por alto es, una vez más, y al igual que en su anterior visita a la ciudad, la corta duración del show, de no más de una hora y cinco minutos. Teniendo en cuenta que el coste de la entrada ascendía a casi 30 euros, la banda podría haberse estirado un poco más. Pero bueno, es algo a  lo que, por desgracia, el público barcelonés ya se está acostumbrando. Y, claro, luego han de venir DREAM THEATER con sus shows de más de dos horas para compensar…

En definitiva, un gran show que sonó de fábula gracias al descubrimiento de la nueva sala Salamandra y una banda que se encuentra ahora mismo engrasada al máximo y que se estila eficaz en todo tipo de giras y eventos, pero que si hubiera tocado al menos unos 14 ó 15 temas hubiera quedado realmente bien para con sus fervientes seguidores.

Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com) Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Rock n Rock

Asistentes:800

Día:13/11/2007

Sala:Sala Salamandra 1

Ciudad:Hospitalet de Llobregat (Barcelona)

Puntuación:8