Los viejos In Flames han muerto… ¡Vivan los nuevos In Flames!

Un buen concierto para los seguidores más recientes con una banda volcada con ellos, pero que dejará frío a los fans de la vieja escuela.

​Para poder entender la evolución de In Flames a lo largo de los años, basta con comparar a simple vista el tipo de público que asistió a aquel mítico concierto de presentación de “Colony” en La Riviera con la gente que disfrutó anoche del show de los Suecos en Madrid. Las chupas de cuero y los brazaletes de pinchos han ido poco a poco dejando paso a las gorras y las dilataciones, a medida que la banda se ha ido reinventando a si misma disco tras disco, con mayor o menor acierto. Tenían además ayer los de Goteborg un examen importante a tenor de las dispares críticas de su último largo y los cambios de rumbo de los últimos años. Porque además hoy en día, con la industria patas arriba, el veredicto lo dan los directos. Ni más ni menos. Y fue en este punto donde, en opinión del que suscribe, el señor Anders Friden y los suyos han errado por primera vez en décadas.

Si bien el principio del concierto fue intenso, abriendo con una inmensa “In Plain View” (Probablemente el único tema de Sirens Charms que funciona en directo) y dando paso rápidamente a dos clásicos como “Resin” (que curiosamente despertó poco interés en el público) y “Trigger”, pronto se fue desinflando en las derivas de esos “cantos de sirena” que si bien funcionan en disco y están llenos de matices, en concierto se hacen tediosos y faltos de ritmo. Y si no murió el concierto en esa parte intermedia fue gracias a dos pinceladas como “Cloud Conected” y la mítica “Only For The Weak”

Por otro lado, la banda confirma con su actuación de ayer quela sombra de Jesper Strömblad sigue siendo alargada, para bien y para mal. Si bien con su salida el cambio de rumbo compositivo de la banda se radicalizó llevándolos a través de sus últimos dos largos a la densidad que venimos comentando, la actitud de la banda se ha visto claramente beneficiada. Atrás quedan desde hace varias giras aquellos In Flames frios y distantes para dejar paso a una banda muchísimo más cercana que hace las delicias de sus fans en todo momento. Anders les quita las cámaras para grabarse y hacerse “selfies , les sube al escenario, canta con ellos… Ayer incluso a un afortunado seguidor le dejaron tocar un “solo” de bajo, regalándole el recuerdo de su vida.

​En resumidas cuentas, un buen concierto para los seguidores más recientes con una banda volcada con ellos, pero que dejará frío a los fans de la vieja escuela, que podrán confirmar lo que ya se venía vislumbrando a lo largo de los últimos años: Lo viejos In Flames han muerto. Vivan los nuevos In Flames!!