Tras muchos años de grandes conciertos de rock y metal en España se vislumbra un cambio de tendencia. Muchas grandes giras no vendrán en 2025.

Si bien la temporada de otoño de 2024 está mucho más trufada de conciertos de rock y metal que la misma temporada de 2023, inusualmente de secano en el universo de las salas tras el efecto de las reubicaciones de conciertos propiciada por la pandemia en 2022 y 2023, no se le escapa a nadie un hecho: los grandes tours de metal del año 2025 pasan de largo y se quedan, como solía pasar, a la puerta de los Pirineos.

Son multitud las grandes giras que previamente llegaban a recintos de mediano aforo en nuestro país y que ahora, por una variedad de causas, no llegan a nuestras ciudades. No hablamos de giras irrelevantes: Behemoth, Satyricon, In Flames, Arch Enemy, Sepultura, Jinjer,  Anthrax, Kreator, Pantera y Testament. Son tan solo algunos de los ejemplos de artistas que han pasado previamente -a veces incluso con demasiada frecuencia- por nuestro país y que en 2025 ni estan ni se les espera con sus giras de sala.

Arch Enemy (Foto: Sergi Ramos)

Cambio de tendencia

Del mismo modo que las bandas de estadio como Metallica, Rammstein o Iron Maiden han salido casi completamente del circuito de festivales para hacer sus propias giras mucho más lucrativas en el contexto actual, las bandas que se mueven en aforos de 1000 a 3000 personas en nuestro país han decidido fiarse a los festivales para seguir viniendo a España. No es una cuestión baladí: evidencía un cambio de tendencia en la contratación que, a todas luces, llevaba tiempo siendo insostenible. Grupos con capacidad de convocatoria de 3500 personas en un recinto español cobrando cachés que obligaban al promotor a perder dinero incluso metiendo a las 3500 personas. Mientras los diferentes actores de la promoción de conciertos del rock y el metal en España han luchado para posicionarse mejor en el mercado, las giras han pasado por aquí, muchas veces con un planteamiento económico de pérdidas. Hasta que han decidido dejar de hacerle el juego a los agentes y managers de los grupos.

A tenor de las salvajadas que han cobrado en nuestro país bandas como Machine Head, Amon Amarth, Sabaton y muchas otras en años recientes, con disparidad de resultados en cuanto a público, se ha impuesto una cautela lógica y necesaria para el futuro. A nadie le gusta perder dinero, por mucho posicionamiento de mercado que haya que hacer en determinados momentos. 

Sabaton (Foto: Paco García)

Se dan varios fenómenos: en años recientes muchas bandas han aumentado sus producciones escénicas -lo que aboca a llevar más personal de gira y más logística, por ende, más costes soportados. Lo han hecho porque el público ya no es seguidor concreto de una banda en grandes números (bandas como Behemoth, Arch Enemy o Kreator no meten a diez mil personas por noche en grandes recintos) pero quiere algo que le resulte atractivo estéticamente. 

En la era del streaming, la gente escucha mucha música pero no profundiza de la misma manera obsesiva en el catálogo que los seguidores de épocas anteriores, cuando el disco era el hilo conductor. La gente sigue a muchísimas bandas pero de una manera mucho más superficial que antes. Eso hace que, eliminado el peso de la música como hilo conductor exclusivo, haya que generar un espectáculo, algo que quieras grabar con tu móvil y circular por las redes sociales y Youtube. Lo que antes era un DVD que mostraba la realidad del espectáculo de una banda con la finalidad de atraer público (a menudo se engrandecía en el show que se iba a grabar para su posterior edición) ahora se ha transformado en un miles de fans armados con un teléfono móvil que hacen la publicidad gratuitamente en sus redes sociales. Aunque conozcas cinco canciones de Arch Enemy, el concierto es estéticamente impecable y es algo que quieres ver y sentir. 

La democratización de los efectos escénicos (confetti con lanzadores eléctricos y recambios ciertamente asequibles, chispas de fuego frio sin demasiada complicación legal y lanzadores de llamas técnicamente mucho más eficientes y asequibles económicamente) ha hecho que ya no sea necesario ir a ver a Kiss o Rammstein para que un grupo de metal te queme las cejas. Las bandas, en su carrera armamentística por posicionarse en el trampolín de «siguiente banda que quieras ir a ver independiente de su música» mejoran sus producciones a medida que observan un hueco en el mercado por donde llegar al gran público. 

El metal extremo no es popular

En el caso de las formas más extremas de metal que copan el entorno hoy en día -comercialmente poco atractivas desde el prisma específicamente musical para el gran público-, lograr ese posicionamiento de «gran grupo» es tarea titánica. Parkway Drive lo están consiguiendo -con una enorme inversión en escenografía- pero siguen lejos de ser una banda de estadio. Otros como Machine Head se emplean a fondo en los grandes festivales donde les ve mucha gente (como en el reciente Resurrection Fest). Ghost llevan tiempo invirtiendo en lo escénico pero también en el posicionamiento en los grandes servicios de streaming. Sin embargo, la potencia de su música -agradable al oído poco acostumbrado a sonidos más extremos- y su espectáculo les ha llevado a dar el salto a grandes arenas en los últimos años de manera ya irreversible. Con todo, en España no terminan de funcionar a gran escala. Su última gira en nuestro país -nada más salir de la pandemia, cuando la gente estaba dividida entre ir a grandes eventos o ser cauta- no terminó de funcionar mientras en USA y el resto de Europa llenaban espacios de diez o quince mil personas de capacidad. 

En medio de toda esta reflexión, encontramos que España no tiene un público especialmente proclive al heavy metal en sus diversos subgéneros. Es un público que funciona muy bien con los clásicos de siempre (140.000 entradas vendidas para AC/DC, 120.000 para Metallica, 80.000 para Rammstein…) donde el efecto del «público Rock FM» juega un papel importante pero que es menos dado a ver a los grupos que se supone que deben relevar a las viejas leyendas. Por eso, grupos como los antes mencionados se disputan una franja de público que va de las 1500 a las 4000 personas en grandes núcleos poblacionales como Madrid y Barcelona. Captar a público de otras áreas no es fácil: por AC/DC la gente viaja donde sea. Por Amon Amarth no. No existe el mismo vínculo histórico con la música del grupo ni la sensación de escasez (porque vayan a dejar de girar, porque sean muy mayores, etc) que cambia los hábitos de consumo del público respecto a un artista concreto. 

Los números no dan

Para conseguir que las giras de algunos grupos actuales lleguen a España es necesario irse a recintos de 4000 personas en adelante (Sant Jordi Club, Wizink en versión solo pista, Vistalegre con sectores cerrados…) para hacer que salgan rentables. Son tours que, por su coste, necesitan de cachés considerables. Si una banda mueve 2000 personas, debe tocar en Razz o en La Riviera, pero si la producción del espectáculo pasa de 100.000€, tienes que ir a recintos más grandes para tener, al menos, la oportunidad de vender suficientes entradas como para recuperar semejantes cantidades. Y, en muchas ocasiones, el techo de estas bandas hace que no sea viable ni una cosa ni la otra. Si tocan en recintos de 2000 personas tiene que ser en días «flojos» (lunes, martes…) donde mucho público, además, está menos dispuesto a acudir a un concierto. Además, no pueden llevar sus producciones escénicas por las limitaciones de espacio o legales en cuestiones como el fuego o pirotécnia. 

Si el promotor es valiente y quiere anunciar la gira en un recinto superior con la expectativa de que el factor «gran concierto en gran recinto» llame a más público, aquello puede salir muy bien o muy mal. A la vista está la más reciente visita de Volbeat a nuestro país a finales de 2022: pese al montaje escénico, apenas 2000 personas disfrutaron de su show en Barcelona. Para una banda que llena estadios y arenas en otros países, aquello debió ser duro. Pero el público español responde de manera muy fragmentada y escasa en las giras de grupos de ese calibre, que luego todo el mundo parece querer ver en los festivales. Volvemos al fenómeno de antes: mucha gente quiere cantar las cinco canciones que conoce de Volbeat pero no está dispuesta a pagar 40 o 50€ para ver un espectáculo completo suyo, al menos en nuestro país. En Europa es otro cantar. Es un pez que se muerde la cola. 

Con todo esto en consideración, no es ninguna sorpresa que muchas de las grandes giras del invierno y primavera de 2025 pasen de largo. Una vez que los promotores han dicho «basta» y han visto que ciertos tours solo servían para perder dinero, dichas giras ya no llegan a España.

¿Qué giras se han quedado en el tintero en otoño de 2024 e invierno-primavera de 2025? De momento unas cuantas. Son estas.

Behemoth + Satyricon + Rotting Christ

Una de las giras de metal extremo del año no pasará por España. Con 16 conciertos en 24 días en suelo europeo, las tres bandas llegarán a Alemania, Polonia, Escandinavia, UK o Francia con el «Unholy Trinity» pero no pasan por la península ibérica.

La elección de recintos, que ronda los 3000 a 5000 fans de capacidad, da una idea de por qué la gira sería inviable en España a día de hoy.

Arch Enemy + In Flames + Soilwork

El tour del año para los fans del death melódico sueco, el «Rising From the North Tour» sucederá en otoño de 2024 y también ha dejado a España fuera de los planes. Especialmente sangrante al tratarse de dos bandas que han visitado nuestro país en multitud de ocasiones pero que no dispone de suficiente masa crítica de fans para irse a los recintos de 3000 o 4000 personas que pisarán en el resto de Europa y Reino Unido. 

Sepultura + Jinjer + Obituary

La gira de despedida de Sepultura tampoco alcanzará España en un primer momento. Si bien es probable que llegue más adelante, con otro cartel y en otro periodo temporal, el gran tour por recintos de mediano aforo en Europa no llegará a España. En espacios como el Hammersmith Apollo de Londres (3500 a 5000 personas según la configuración) o el Columbiahalle de Berlin (3500 personas) el triple cartel está a punto de agotar entradas. 

Anthrax + Kreator + Testament

La gran gira del thrash metal pasará por Europa en noviembre y diciembre de 2024 y lo hará en varios países excepto en España. Paris, Munich, Milan o Budapest disfrutarán de uno de los carteles más atractivos del género pero no España. Teniendo en cuenta que las tres bandas son capaces de llenar aforos de alrededor de 2000 personas en nuestro país con un buen cartel, cuesta entender como el tour no llega a España.

Pantera

El tour europeo de grandes recintos de Pantera comenzará el 21 de enero de 2025 en  Helsinki y acabará el 25 de febrero de 2025 en Londres. Visitará la mayoría de países habituales pero no España, donde Pantera solo se han dejado ver en festivales como el Resurrection Fest (2023) o el Barcelona Rock Fest (2024). 

Opeth + Grand Magus

Tampoco la gira de recintos propios de Opeth junto a Grand Magus presentando su nuevo disco «The Last Will & Testament» pasará por España, siendo posible que la banda vaya a festivales más adelante en 2025.

Sergi Ramos