Esta banda germana de corte folk medieval sacó hace poco “Sängerkrieg”, un disco continuador de los grandes trabajos que, sin ser de lo mejorcito que hayan sacado, mantiene el listón y sirve para lanzarles a una nueva gira. Ésta les ha devuelto a La Península, y esta vez con más fechas; símbolo inequívoco de que la popularidad del grupo va in crescendo.

Las expectativas eran enormes pues su último concierto en el Apolo celebrando los 10 años de carrera fue una auténtica maravilla. Probablemente el hecho de la recurrente comparación entre un concierto y otro es lo que le restó puntos a esta vez. Para empezar tocaban en la sala Bikini, un sitio en que todos los grupos suenan de miedo pero en el que está terminantemente prohibido fumar y “económicamente prohibido” beber. Bien por erradicar el humo del tabaco y aplicar la ley, pero cobrar 4,5 € por una cerveza debería estar penado.

En fin, la cosa empezó pronto, excesivamente pronto diría, pues a las 21:00 ya estaba la banda en escena con “Sieben Köche” de abertura y un “Frei Zu Sein” que pillaron a los asistentes algo desprevenidos. Faltaba todavía mucha gente para entrar, de hecho algunos llegaron a perderse hasta seis temas. Entre lo que no vieron, la monumental sorpresa que fue “Hiemali Tempore” de su “Weckt Die Toten”, de largo su obra cumbre, a pesar de que la mayoría de temas son piezas populares del medievo.

Das Letzte Einhorn arrasó con su peculiar voz rasgada y efectiva. La banda lucía unos trajes más coloridos (verde y rojo) y me fijé que las flautas y gaitas ya no llevan esas características gárgolas en los extremos, características de su última gira. Continuaron con “Sängerkrieg” y “Ave Maria” (otra sorpresa) y la esperada “En esta noche”, tema de puro cachondeo, todo un guiño a sus fans hispanos pero que en directo suena de maravilla. La verdad es que el tema en disco poco me gustó pero en directo son palabras mayores.

Las gaitas toman el centro del escenario pues en “Spielsmannsfluch” son las autétnticas dominadoras y los tres gaiteros la emprenden con la coreografía circular que les caracteriza. Es espectacular fijarse en Dr. Pymonte, el auténtico hombre orquesta de la banda y todo un crack de look muy personal. Poca gente conozco que lleve ese tatuaje, un gorro de lana y los labios pintados (de hecho, y afortunadamente, a nadie). Por sus manos pasan todo tipo de instrumentos, desde el arpa, la flauta, la gaita, la zanfoña o el violín de monja, con sólo una cuerda.

“Poc Vecem” fue el preludio a uno de los grandes momentos: “Vollmond”, muy temprana pero coreada y aplaudida como pocas. Este corte demostró que no eran un mero grupo que tiraba de clásicos atemporales, con “Vollmond” se demostró que estaban en condiciones de crear himnos. Y siguiendo con himnos, poco cabe decir de la monumental “Ai vis lo Lop”, maravillosa adaptación pero que no llegó al nivel de intensidad que en su anterior venida. ¿Me lo parece a mí o el público de ese sábado era algo soso?

Continuaron con “Zauberspruch” y “In Diesem Licht”, evidenciando que el nuevo disco no era precisamente lo que la gente buscaba. La verdad es que el set-list podía haber tirado de más clásicos. Fueron “Rasen Herz” y sobretodo “Omnia Sol Temperat” las que le devolvieron el pulso al concierto. La banda estuvo entregada en todo momento y poco podemos exigirles. Sonrisas constantes, comunicación con el público, pero estos siete caballeros medievales no llegaron al nivel de otras tantas ocasiones, y eso que Bikini registró una buena entrada. “Küss Mich” y “Krumma Visur” encararon una recta final que supo a poco.La cosa no pasaría de la hora y media cuando hace un par de años casi sobrepasan las dos horas largas de descarga.

Ya en los bises nos brindaron joyas como “Krummavísur” y “Wind” del espléndido “Sünder Ohne Zügel”, temas emblema de su ya dilatada carrera discográfica, pero sería el “Willeman og Magnhild” el que cerraría y nos despediría a pesar de que nos quedamos todos con ganas de más, ¡especialmente los que llegaron tarde!

Buen concierto, sensaciones de que In Extremo están ya consolidados y que su entrega es siempre intensa. Sólo achacarles un set list excesivamente centrado en su última obra y que tocaron menos que en su anterior visita. El resto todo bien, esperemos que España siga siendo un sitio de visita obligada para sus futuras venidas. La próxima vez a ver si consiguen llenar un recinto más grande, de veras que lo merecen.

Jordi Zelig Tàrrega

Asistentes:200

Día:28/03/2009

Hora:21:00

Sala:Bikini

Ciudad:Barcelona

Puntuación:7