Rock Fest Barcelona 2018 (Sábado 7): Kiss y Scorpions, duelo de titanes en Can Zam
Otro de los platos fuertes del Rock Fest Barcelona 2018 llegaba el sábado, y es que aparte de estelares actuaciones como las que se preveían de Scorpions, Megadeth, Tremonti o Stryper, los grandes protagonistas del último día de esta edición del festival eran Kiss, que realizaban en Santa Coloma de Gramenet el primer concierto de su periplo exclusivo en la península de este mes de julio.
Unleash the Archers rozan el aprobado justito
Con una carpa bastante llena, salieron los canadienses UNLEASH THE ARCHERS a desplegar su Power Metal con tintes de Death melódico, presentando un último trabajo “Apex” que data ya de un año atrás. El sonido no acompañaba (no llevaban técnico propio y usaron el de la empresa de sonorización del evento) y eso deslució por completo su actuación. La batería apenas se oía siendo engullida por un muro de guitarras estridentes que se lo comían casi todo. Tampoco ayudaba que el señor tras los parches probablemente era el más limitadito de todos cuantos pasaron durante estos 3 días por el Rock Fest. Muy justos en cuanto a presencia escénica y tablas, los canadienses salvaron la papeleta gracias a su vocalista Brittney Slayes dotada de muy buena voz y muy capaz sobre un escenario.
El resto parecían chavales dando su tercer bolo en el garito de al lado de casa. Siendo desconocedor por completo del grupo, las primeras sensaciones no fueron buenas en absoluto; UNLEASH THE ARCHERS desprendían un tufillo a banda local lícito -por supuesto- pero inaceptable tratándose de un festival de esta envergadura. Muy exigente su público no debía ser visto lo bien que el personal se lo estaba pasando y lo receptivo que estaba hacia sus temas. O servidor está ciego (y sordo) o el grado de exigencia de las audiencias actuales ha bajado considerablemente.
Con The Dead Daisies las cosas empezaron a ponerse serias
A priori se solapaban con UNLEASH THE ARCHERS pero dada la media hora de retraso que llevaban los horarios, pudimos presenciar un buen tramo de la actuación de los norteamericanos THE DEAD DAISIES, la banda formada por el empresario australiano y músico ocasional David Lowy que ha sabido rodearse de la flor y nata del panorama hard rockero americano para tirar adelante un grupo con cara y ojos y un currículum con apenas 5 años de vida que echa para atrás. Como formación de directo para este periplo veraniego europeo, DEAD DAISIES llevaban un line up de escándalo, con Doug Aldritch a las guitarras (WHITESNAKE, DIO…), Deen Castronovo a la batería (JOURNEY, OZZY, STEVE VAI…), Marco Mendoza al bajo (WHITESNAKE, THIN LIZZY, TED NUGENT…) y John Corabi al micro (MOTLEY CRUE), casi nada. Era de esperar que con esta formación, nada saliese mal, y efectivamente así fue. Su actuación fue perfecta y entretenida y mostraba a una banda que va sobradísima encima del escenario.
Pese a no haber escuchado ninguno de sus 4 discos, sus temas tenían gancho, elegancia y pegada, moviéndose dentro de unos parámetros hard rockeros convencionales, de los de toda la vida, sin ornamentos innecesarios ni etiquetas adyacentes. El sonido acompañaba y la gente, pese a ni ser consciente de la constelación de leyendas que tenía delante, parecía estar pasándoselo bien. Presentando un último trabajo “Burn it Down” editado hace pocos meses, DEAD DAISIES cerraron su show con “Long Way to Go” (tema que abría su anterior álbum) dejando de lado todo recuerdo a ninguna de las bandas por las que sus famosos miembros han pasado, algo que se agradece y legitima aún más su propuesta.
Iced Earth Stu-pendos con sonido irregular
El calor de la última jornada fue intenso. Fuimos abrazados por el astro rey durante todo el día y eso afecta tanto a bandas como público. Iced Earth tienen en Stu Block una segunda juventud y optaron por combinar material de la etapa Barlow y la nueva con buenos resultados. Sonido correcto y algo fluctuante, pero con el grupo enchufado y directo. Grandilocuente intro para recibir “Great Heathen Army” con uno de los peores sonidos de todo el festival. Stu estuvo sobrado de voces con el eterno motor de riffs como es Jon Schaffer en “Burning Times”. Coros pregrabados y mucha actitud en el material de su nuevo disco.
Temas como “Seven Headed Whore” y “Raven Wing” aguantan el tipo entre los clásicos y haciéndonos disfrutar con “The Hunter” y “Angels Holocaust”. Mejoraba el sonido pero ya nos despedían. Turno para “Clear the Way”, de su última obra, y un “Watching Over Me” delicada, curiosa opción para cerrar. Entre el público había muchas camisetas de Iced Earth e incluso gorros de la guerra civil americana. Queda claro que el grupo tiene mucha tirada y cumplieron con un buen show de festival.
Mojinos Escozíos divierten a su parroquia
Los Mojinos son un seguro para cualquier festival patrio. Pasean su rock and roll festivo y desenfadado a pesar de que se alejan bastante de la línea imperante del Rock Fest. Posición de privilegio y algo de incomprensión entre los asistentes foráneos, pero es lo mismo que nos pasa a nosotros cuando en Alemania te encuentras JBO o Torfrock: música y diversión para alemanes. El Sevilla es un showman enorme y son muchos los que prefieren su espectáculo monologuista que su faceta de cantante, pero entretienen, el grupo toca y lo hace bien. Estuvieron muy divertidos con “Ueoh!!” y con “Me has dicho borracho?”.
Los de Mollet entretienen y cuentan historias presentando los temas como en el caso de “El cura” o ese marcado blues en “La copita”. También se explayaron a gusto con esos ritmos ZZ Top en la políticamente incorrecta “La granja”. La parte final incluyó un festivo “Que güeno que estoy” y la clásica vacilada que se marcan en “No vale pa na” que es una versión del “Whatever You Want” de los Status Quo. En la introducción de la banda El Sevilla presentó al gran bajista Zippy como el primer hombre de España en vestir falda. “¡Primero fue Miguel Bosé, pero el primer hombre fue el Zippy!”.
Insomnium ponen patas arriba la carpa
Ahora sí, con los finlandeses INSOMNIUM, por fin las cosas se pusieron serias en la carpa. Con una trayectoria ya ciertamente extensa (más de 20 años les avalan) y la desdeñable cifra de 7 discos de estudio, la banda escandinava salió a barrer con todo en una carpa hasta los topes gozando de un muy buen sonido, un tanto alto eso sí (tónica habitual en la carpa, por cierto. Sinceramente creo que deberían hacérselo mirar, no hay necesidad de tal volumen, la música se disfruta igual a un volumen más convencional. Por momentos era hasta hiriente).
Habiendo actuado en diversas ciudades españolas recientemente en su gira con los suecos TRIBULATION, INSOMNIUM congregaron a una nutrida legión de seguidores conocedores de su música y de su última obra hasta la fecha “Winter’s Gate”, que tengo entendido interpretaron de cabo a rabo (pese a que el disco tiene dos años ya). Su Death melódico de tintes nórdicos posee gancho y cuaja muy buen entre las audiencias más jóvenes y los amantes de las sonoridades más duras que no tenían mucho donde elegir este año de entre el cartel. Tras una hora de actuación, los finlandeses se retiraron dejando un muy buen sabor de boca y prometiendo volver en breve.
Todo queda en familia: El clan de Phil Campbell (y sus hijos bastardos) homenajea a Lemmy una vez más
Muchos guiños a Lemmy y Motörhead hubieron en este Rock Fest. Desde la actuación de Phil Campbell hasta el “Overkill” de SCORPIONS, la actuación de BÖMBERS o la carpa de Lemmy con los MOTÖRHITS dando cera durante todo el festival. Pensándolo fríamente, es una lástima que MOTÖRHEAD no pudieran actuar en el Rock Fest durante los últimos coletazos de vida de su líder. El gran y fiel escudero del señor Kilmister durante más de 30 años, Phil Campbell, puso una banda en marcha tras la muerte de su amigo junto a 3 de sus hijos, Todd, Dane y Tyla, y el cantante Neil Starr, llamada PHIL CAMPBELL AND THE BASTARD SONS cuyo disco debut “Age of Absurdity” ha lanzado Nuclear Blast a primeros de año.
Con una estética y logo muy influenciada por la serie Sons of Anarchy y un sonido rockero algo más domesticado, radio-friendly y melódico que el de MOTÖRHEAD, Phil y su tropa salieron a por todas con un sol atizando de lo lindo y un sonido excelente por fortuna. Con un único disco en su haber, era de esperar que la banda tirara de temas de la banda madre de Phil, lo que efectivamente sucedió a ritmo de “Rock Out”, “Going to Brazil”, “Born to Raise Hell”, “R.A.M.O.N.E.S”, “Ace of Spades” y sorprendentemente “Silver Machine” de HAWKWIND, la banda de la que procedía Lemmy antes de formar MOTÖRHEAD. Entremezclándolos, Phil y su banda fueron colando temas de cosecha propia como “Big Mouth”, “Freak Show”, “Get on Your Knees”, “Dark Days”, “Ringleader” o “High Rule” con la que cerraron. Bien por un lado para no abusar de la confianza de la gente que en realidad te viene a ver por ser el ex guitarrista de MOTÖRHEAD, pero peligroso a la par dado que tus temas han de competir con clásicos de semejante calibre. Creo sinceramente que los temas de esta banda suenan flojitos y carentes de potencia; rock’n’roll demasiado standard, previsible y con miras comerciales, algo que se aleja un pelo de lo que la gente podría esperar del señor Phil Campbell. En cualquier caso, el bolo fue entretenido y ameno en todo momento, lo que siempre es de agradecer.
Sôber con la orquesta silenciosa
Sôber hacían una prueba de fuego en el festival: tocar con toda una orquesta sinfónica algunos de los mejores temas de “Paradysso”. Algo realmente ambicioso, más que nada porque el sonido ha sido la cruz de este festival. Impresionó ver a toda la orquesta con su director vistiendo capa y la batería en lo alto, pero en los primeros temas como en “10 años” la orquesta apenas era audible, y si estabas muy atrás no les escuchabas en absoluto. Afortunadamente la cosa fue mejorando y los violines empezaron a hacer acto de presencia en nuestras trompas de Eustaquio.
Carlos Escobedo ejerció de perfecto maestro de ceremonias y ya antes de empezar presentó a banda y orquesta. Pudimos disfrutar de “Blancanieves”, “Cápsula” y “Eternidad”, algunos de los temas favoritos de la gente, pero debido al sonido, la cosa no terminó de cuajar, y eso que el grupo estuvo a un nivel excelente. Grandes en “Paradysso” con una foto clásica del grupo de fondo en la que se recordó al gran batería Alberto Madrid. Terminaron con “Arrepentido” y contando con un niño llamado Yan al piano, con la cara maquillada de Kiss. Un momento muy tierno para un show que podía haber sido mucho más espectacular.
Tremonti se afianza en solitario
Mucha gente coincidió en que la actuación de TREMONTI fue probablemente de las mejores de todas cuántas se vieron en la carpa. Gozaron del mejor sonido sin duda y tenían frente a ellos un recinto a rebosar para comprobar de primera mano cómo sonaba la banda del ex CREED ( y también guitarrista de ALTER BRIDGE, quienes por cierto ya actuaron en el Rock Fest Barcelona del año pasado).
Con apenas un par de actuaciones en territorio nacional a cargo de su banda en solitario en estos ya 7 años de vida, la gente le tenía ganas y no fueron pocos los que conocían su repertorio aunque no tanto los temas que conforman su último trabajo hasta la fecha, “A Dying Machine” (editado hace escasos días) del que extrajeron varios cortes como “Bringer of War”, “Throw Them to the Lions” o “A Dying Machine”. Arropado por una banda de primer nivel, TREMONTI sonaban compactos y afiladísimos, Con Mark a las voces y guitarra rozando la excelencia y su compañero también guitarrista Eric Friendman haciendo lo propio y armonizándole las voces. Gustaron, convencieron y subieron el nivel general tanto musical como sonoro de las bandas de la carpa que por momentos andaba un tanto de capa caída.
Stryper reparten Biblias y heavy metal sin edulcorar
Mi experiencia con Stryper se limitaba a un solo concierto en el que el grupo optó por tirar de versiones de forma incomprensible. Stryper son una máquina perfectamente engrasada y desde su retorno han dado un vuelco a su sonido y suenan más netamente heavy metal que nunca. Nada que ver con los almibarados discos de los 80. Se mantienen jóvenes y en forma, visten de riguroso negro y sus instrumentos mantienen los tonos negros y amarillos. Sonido irregular que fue de menos a más con un inicio contundente con “Yaweh” y “The Valley”.
La contundencia sónica es rotunda y Michael Sweet sigue poseyendo esa gran voz, pero sin mostrar sus tonos más anagelicales. Disfrutamos de la clásica “Calling on You” para luego brindarnos “God Damn Evil” y “Soldiers Under Command”. Michael presentó a su querido hermano en la batería y Oz Fox y los chicos repartieron Biblias entre los presentes. La potencia es rotunda y todos sus temas clásicos suenan por el filtro netamente heavy metal actual. No hubo rastro de “In God We Trust” ni “Always There for You” pero disfrutamos con “The Way” y por la celebérrima “To Hell with the Devil”. Al fin puedo ver a Stryper en condiciones, pero ojalá la siguiente sea en sala y con su show completo.
Dave y sus Megadeth sufrieron pero vencieron
MEGADETH están más que vistos por aquí, cualquiera que se mueva por el circuito de salas y festivales nacionales y extranjeros habrá podido verles en un sinfín de ocasiones. Todo ello junto a que la banda de Dave Mustaine llevaba unos últimos años bastante flojos en materia de directos (sobre todo por el estado vocal de su líder) no auguraba nada bueno, pero hay que reconocer que con la entrada de Kiko Loureiro (o coincidiendo con), MEGADETH se han puesto las pilas editando un fabuloso “Dystopia” y recuperando poco a poco su credibilidad en directo. MEGADETH, en pleno 2018 (o por lo menos a tenor de lo visto en el Rock Fest), vuelven a sonar fieros, agresivos, peligrosos, algo que hacía tiempo que no pasaba.
Coincidiendo con la puesta de sol, Mustaine, Ellefson y compañía salieron a por todas a ritmo de “Hangar 18” gozando de un sonido atronador y cristalino. Repescaron los norteamericanos “The Threat is Real” de su última obra para poner la vista atrás y sorprender a la audiencia con “The Conjuring”, un viejo corte poco común en sus setlists. De ahí en adelante, fue un no parar de clásicos del grupo únicamente interrumpidos por “Dystopia” que pese a su carácter novedoso, apunta a futuro clásico del grupo.
Sin respiro alguno, MEGADETH tiraron de galones acribillando a la audiencia a base de clásicos como “Sweating Bullets”, “Tornado of Souls”, “Trust”, “Take no Prisoners”, “Symphony of Destruction”, “My Last Words” (otra vieja joyita recuperada del pasado) y el tándem “Peace Sells…” / “Holy Wars” para cerrar por todo lo alto. Dave sufría de lo lindo para alcanzar las notas más agudas, pero acostumbrados ya a estas alturas, no creo que nadie se lo tenga muy en cuenta si la banda suena así y el repertorio es de tal calibre. Esperamos tener MEGADETH para muchos años todavía.
Scorpions no tuvieron su mejor noche
He tenido ocasión de ver a SCORPIONS en un sinfín de ocasiones a lo largo de sus distintas épocas y creo que éste ha sido de los shows más insípidos, desordenados, aburridos y conformistas que les recuerdo. Lo tenían todo de cara; la mejor hora, un sonido de escándalo, una escenografía espectacular con unas proyecciones en pantalla bastante logradas y entretenidas… Pero faltaba lo más importante; la banda y las canciones. Su set fue muy irregular y creo que no llegó a despegar en ningún momento. Abrieron con “Going out with a Bang” de su último trabajo “Return to Forever”, para echar la vista atrás a “Animal Magnetism” de la mano de “Make it Real” y “The Zoo”. Klaus Meine no estaba muy fino con la voz y tras apenas 15 minutos de show, ya le dieron un respiro con la celebérrima instrumental “Coast to Coast”.
A continuación la banda llevó a cabo un medley de los viejos días de Uli Jon Roth en el grupo con “Steamrock Fever / Top of the Bill / Speedy’s Coming / Catch your Train” que supo a gloria a los más fanáticos de la banda, pero totalmente desconocidas para el gran público que había venido a escuchar los 5 temas de turno que Rock FM bombardea cada día. Klaus las pasó magras para alcanzar ciertas notas, lo que sumado a su movilidad nula, deslucía bastante su actuación. Volvieron a la actualidad los germanos con “We Built this House” que bajó bastante la intensidad del concierto y dio paso a otra instrumental, en este caso “Delicate Dance” donde Mathias Jabbs se queda interpretando su papel solista, acompañado de su propio técnico Ingo Powitzer haciéndole las rítmicas (Desconozco por qué Rudolph Schenker abandona el escenario durante el tema, aunque puedo suponerlo).
Llevamos media actuación y la gente anda un tanto descolocada esperando escuchar los clásicos de toda la vida que se hacen derrogar. Con Schenker de nuevo sobre las tablas, SCORPIONS atacan 2 de sus baladas más famosas, “Send me an Angel” y por supuesto “Wind of Change”, ambas coreadas hasta el infinito con un Klaus que apenas ya ni se molesta en cantar dejándole la tarea a sus seguidores. Retoman de nuevo la caña los germanos con “Tease me Please me”, un hit menor y, sinceramente, bastante tontorrón de los muchos que sacaron a finales de los 80 cuando intentaban por todos los medios recuperar la credibilidad que habían perdido por el camino tras el boom que supuso “Still Loving You”. Tras anunciar que iban a tener un invitado muy especial sobre el escenario, la imagen de Lemmy se proyectó por todas las pantallas y Phil Campbell salió para interpretar con ellos “Overkill”, gesto bonito y curioso pero innecesario cuando tu propio show ya cojea un poco y sobre todo, cuando hace ya camino de 3 años que Lemmy murió. A continuación, la banda se ausenta para dejar a Mikkey Dee hacer su solo de batería de casi 10 minutos de duración, de nuevo espectacular con una tarima que le eleva lo menos 15 metros, pero a todas luces innecesario alargarlo tanto.
Tras la demostración, la banda vuelve, tira de clásicos (“Blackout” / “Big City Nights”), vuelve a ausentarse y reaparece para cerrar la noche con “Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane” que como era de esperar desata la locura colectiva. Seguramente, para quien los viera por primera vez, fue éste un show notable, pero todos sabemos que SCORPIONS hasta hace no mucho venían dando conciertos muy superiores a todos los niveles. La edad no perdona y Klaus y Rudolph son ya septuagenarios, quizá debería ir siendo hora ya de bajar un poco el ritmo (6 veces contabilicé ya que les vi desde que anunciaron retirarse) o poner punto y final de una vez por todas.
Kiss recuperan la forma tras un lustro irregular
Actualmente los conciertos de Kiss los marca mucho el estado de voz de Paul Stanley y el show en el Rock Fest estuvo a un nivel bastante superior de lo ofrecido en el Sant Jordi en su última visita. Kiss hacían un show exclusivo para este festival y pronto la fiesta se hizo carne con un “Deuce”, a fogonazo limpio. Quizá no tiran tanto de pirotecnia como en anteriores giras, pero el espectáculo es gigante, como tiene que ser. Bajaron desde lo alto en la plataforma y atacaron un “Shout It Out Loud” que fue de lo mejor de la noche. Paul se dirige a los fans para presentar “I Was Made for Loving You” dando protagonismo a la bola de discoteca gigante. De los agudos del tramo intermedio mejor no hablar, pero Stanley sale airoso de un tema complicado y exigente en lo vocal.
El bajo del Dios del trueno estaba muy alto y atacó un “I Love It Loud” rotundo comandado por la pegada de Eric Singer, todo un espectáculo tras los parches. En “Firehouse” hubo las eternas sirenas bajo la batería de Singer y Gene escupió fuego para el deleite del personal. Momento para que Tommy Thayer se luzca en “Shock Me” y para dar paso al solo de guitarra para que el resto tome un poco de aire. La gestión de los solos en Kiss es mucho más dinámica y festiva que en Scorpions y Thayer dispara cohetes desde su mástil. “Love Gun” fue acompañada de ráfagas de petardos y “Lick It Up” fue uno de los momentos del show.
Fue entonces cuando el escenario queda a oscuras y las luces verdes acompañan el solo de bajo de Gene en el que empieza a escupir sangre. Lo hemos visto mil veces, pero nos encanta… Todo el protagonismo para Gene y el “God of Thunder” para rescatar luego una sorpresiva “Flaming Youth” del “Destroyer”. “Say Yeah” es la concesión a la nueva era de Kiss pero palidece cuando suena esa maravilla llamada “War Machine” del “Creatures of the Night”. Aquí ya es cuando Paul tira de tirolina y se desplaza hasta la torre para cantar un “Psycho Circus” que sonó a gloria. Genial recuperar un tema del disco de reunión. Empalman con el “Rock and Roll” All Night” y el confeti inunda la arena con más pirotecnia.
Quedan los bises y estos fueron atacados por “Cold Gin”, cantada por Gene y no por Thayer. Uno de sus temas emblemáticos, aunque se lo llevó de calle Eric Singer al cantar “Black Diamond”. Impresionante voz e impresionante escenificación con las plataformas laterales y la pirotecnia. Antes habíamos disfrutado de un “Detroit Rock City” potente, dejando patente que el tramo de bises sigue siendo el momento álgido del show.
Kiss siguen siendo la banda más caliente del mundo y su directo es una de las más grandes experiencias que uno pueda vivir a día de hoy. Paul Stanley es capaz de mantener el nivel y están un peldaño por encima de sus últimas venidas, pero antes de criticar, recordemos que esta gente bordea los 70 años, por lo que el mérito es enorme.
Jordi Tàrrega / Javi Félez / Sergi Ramos / Toni Villen/ Xavi Torrent / Dani Bueno
Promotor:RockNRock
Día:2018-07-07
Hora:13:00
Sala:Parc Can Zam
Ciudad:Santa Coloma de Gramenet, Barcelona
Puntuación:8
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