Roadburn Festival 2024: donde cada detalle importa
La edición de 2024 del Roadburn Festival convence con un cartel ecléctico como pocos.
En unos tiempos en los que la música se ningunea sin remedio, y los festivales van asemejándose a parques temáticos en los que sangrar a sus parroquianos, el Roadburn holandés se mantiene como un oasis en el desierto. Un oasis en el que el respeto por el arte y el artista siguen siendo lo primero y la experiencia personal trasciende sobre los propios nombres del cartel.
Encabezando la edición de este año estaban Jesus And Mary Chain, Chelsea Wolfe y el regreso tras diecinueve años de Khanate, aunque tampoco se trate el Roadburn, de un festi en el que importen demasiado los grupos de renombre. El conjunto general es lo que hace que año tras año, sean miles los que se acerquen hasta Tillburg para descubrir bandas, reencontrarse con amigos y, sobre todo, ponerse al día con las nuevas tendencias que están a punto de revolucionar el mercado.
La aventura comenzaría un día antes de arrancar el festi, ya que los organizadores aprovecharon la gira de Sonja, Riot City y The Final Gasp para montar una warm up como bienvenida para los madrugadores. Resultó muy bizarra esta combinación de bandas en el entorno del Roadburn, ya que la mayoría del publico no se la veía muy aficionada a sonidos tan clasicotes. A pesar de todo, cabe destacar el bolazo que se marcaron Riot City con los agudos imposibles de su cantante y el gancho que tienen los temas de Sonja, aunque en directo pierdan parte de la magia que tienen en estudio.
Una primera jornada de altura en Roadburn
El festival como tal lo descorcharían Hexvessel interpretando al completo su último y maravilloso Polar Veil, un disco oscuro que convirtió el escenario Terminal, en un bosque finlandés por un rato. Saltaríamos hasta el 013, donde Wiegedood iban a interpretar por segunda vez en su historia, la banda sonora en directo de la película A Page Of Madness, una ocasión que la banda aprovechó para introducir reinterpretaciones de sus propios temas y muchísimos pasajes ambientales de lo más inquietantes.
Body Void serían los siguientes puntales del día, tocando al completo su letal Atrocity Machine. Una autentica apisonadora que dejó temblando la Terminal y nos dejo noqueados para poder presenciar la primera de las actuaciones de Uboa en el festi, la artist in residence del 2024. Su propuesta nos recordó los primeros tiempos de Lingua Ignota, pero sin el brillo y magnetismo que se gasta Kristin Hayter.
Llegaría uno de los momentos estelares del primer día. Inter Arma interpretando por primera vez su recién estrenado New Heaven, un disco que les debería consolidar por fin, en la posición que llevan mereciéndose desde hace años. La suya sería una actuación impecable, constatando que su abanico estilístico, tiene pocos rivales entre sus coetáneos. Algo parecido a lo que podría decirse de los ucranianos White Ward, quienes después de tres años de desgracias que les impidieron acudir a su cita, ofrecieron un despliegue alucinantemente emotivo, a pesar de no poder contar con su saxofonista en directo, por encontrarse combatiendo con su país.
El primer día del festi lo remataria a lo grande la todopoderosa Chelsea Wolfe, demostrando galones frente a un 013 absolutamente abarrotado. Una lástima que la sala más grande del Roadburn se le quedase pequeña a la estadounidense por lo que fueron unos cuantos los que evitando agobios, se decantasen por el asonante Black Metal de los increíbles Thantifaxath. La noche aun tendría una última sorpresa, con la aparición de Backwash sobre las tablas del 013, soltando bilis y mala hostia frente a una audiencia menos encendida que la del año anterior.
Amalgama de estilos en la segunda jornada
Abriendo el escenario principal el viernes, pudimos disfrutar del alma de Hexvessel, Mat McNerney, interpretando una pieza expresamente compuesta para ese día, a la que titulo Nocturne. Contando con todos los miembros de su banda madre, y añadiendo varios instrumentos, presentó una maravillosa obra de Post Black, que recordó fugazmente a los mejores Agalloch o Wayfearer y que sin duda fue una de las mayores sorpresas del festival entero.
Pasando rápidamente desde el Post Punk con gancho de Home Front, hasta el Grind con toques Crust de Deaf Club, llegaba el turno de otra de las presentaciones estelares del año. Dool estrenando su nuevo trabajo, frente a una audiencia que pareció echar de menos alguno de los temas más conocidos de los holandeses, pero acabo rendida ante la consistencia que siempre demuestran.
Sería momento de terminar la jornada dejando que Health nos dejasen sordos con su electrónica calculada y Clipping nos maravillase con su Hip Hop extraterrestre. Dos magníficos preámbulos para el derroche de buen gusto que desplegarían Royal Thunder interpretando al completo su último Rebuilding The Mountain.
La tercera jornada la inició Couch Slut reventando la Terminal y obligándonos a muchos a que nos enfrentásemos con la ambiciosa propuesta que nos tenia guardada Kavus Torabi en el 013. Una nueva pieza escrita para el festi, que tuvo un despliegue técnico flipante y que nos dejo muy arriba para poder disfrutar de la banda con más hype de este año en el Roadburn.
Agriculture llenarían la Terminal una hora antes de arrancar, demostrando que apuntan a ser los nuevos Deafheaven, con su hiriente Post Black clavándose en los corazones de miles de aficionados. Una ración de intensidad que tendría un contrapunto perfecto en The Keening interpretando su pequeño y delicado pajarillo. No sería tan emocionante como ver a SubRosa, pero volvería a ser muy especial poder ver a Rebecca Vernon sobre un escenario.
Obviando el exquisito Folk de Lankum, sería el momento para que Birds in Row se hiciesen grandes sobre la Terminal. Allí presentarían en directo su último Gris Klein y dejarían claro que son una de las mejores formaciones de Post Hardcore del panorama actual y nos enseñarían el camino para que pudiésemos emocionarnos con el desgarro que encerró la actuación de Ragana.
Con casi todo el pescado vendido, llegaría el turno de los volúmenes excesivos hasta el Roadburn, primero con los legendarios Khanate en su primera actuación en diecinueve años y después con la imperial demostración de Death Metal técnico que ejecutarían Blood Incantation. Sobra decir que resultaría un final de fiesta en el que los tapones se hicieron obligatorios.
The Jesus and Mary Chain coronan Roadburn
La última jornada tendría un brillante arranque en el Black experimental de Laster y un cenit absoluto en la pieza creada por Die Wilde Jagd con la orquesta Metropole. Una actuación esta última, que resultaría una sorpresa para los que no conocíamos al artista alemán. Lo suyo sería lo más parecido a presenciar un concierto de Mike Oldfield, que muchos nos fuésemos a llevar en la vida.
Quedo curioso y noticiable el concierto de Jesus And Mary Chain, repleto de grandes clásicos de la mítica formación, pero resultaron mucho más refrescantes los dos bolazos de Black que tuvieron lugar en la Terminal para cerrar ese escenario. Primero Fluisteraars haciéndose grandes en casa y después Dodsrit presentando uno de los mejores discos de este 2024. Ambas bandas nos dejarían ir felices a bailar con Gros Coeur para poder despedir un año más el que sin duda es el mejor festival de música del mundo. El lugar en el que cada detalle se cuida y donde cada detalle importa.
Texto y fotos: Unai Endemaño
Promotor:Roadburn Festival
Día:2024-04-18
Hora:18:00
Sala:013 Poppodium
Ciudad:Tilburg
Puntuación:9
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