Demoníaco show de Lordi en Barcelona

Siempre es de recibo volver a tener a unos grandes monstruos sobre el escenario. Y es que pese a que Lordi ya vivió su momento de gloria, sigue brindando espectáculos entretenidos a una audiencia absolutamente entregada.

Evidentemente, mucha de la expectación que genera Lordi a estas alturas de la película se basa en la nostalgia de una banda que, de una forma u otra, marcó a una generación que se quedó absolutamente maravillada por los monstruos que, de golpe, aparecieron en el televisor allá por el 2006. Y sí, también es evidente que la historia de los finlandeses va mucho más allá de eso, tanto por su discografía anterior como por los múltiples trabajos que han lanzado a partir de ese momento. Pero, ¿supo Lordi aprovechar el tirón que le dio la ya famosa gala eurovisiva?

Quizás estamos hablando de una formación que las tenía todas para poder encumbrarse como una de las grandes bandas del shock rock, pero que no tuvo (o no supo tener) las herramientas necesarias como para dar ese salto de calidad definitivo. Sus espectáculos no acabaron de cuajar entre las grandes audiencias, y sus canciones no tuvieron nunca el tirón de ese hit que es “Hard Rock Hallelujah”.

Todo esto no significa nada, y es que son muchos los fans devotos de una banda que sigue sacando discos que contienen, al menos, dos o tres grandes temas y que va dando forma a un espectáculo en directo, ahora sí, adaptado a los escenarios medianos. Y justamente un show de esas características es el que se iba a presenciar en Barcelona en la gira presentación de su nuevo disco recopilatorio ficticio, ‘Killection’.

El power metal de Aeternitas

El primer plato que se iba a servir durante la velada sería el de Aeternitas, una formación alemana que navega entre el power y el metal sinfónico y que, pese a basar sus canciones en melodías facilonas, conectó muy rápidamente con un público que hasta llegó a corear su nombre.

Aeternitas (Foto: Lluís García)

Temas como “Child Of Darkness” demostraron la versatilidad vocal de sus dos cantantes, mientras que otras como “The Experiment” pusieron la nota alegre a un concierto que se extendería hasta los treinta minutos de duración. Pese a que se notó que a la banda aún le faltaban ciertas tablas en directo (aunque, ojo, han llegado a telonear bandas como Scorpions), pareció que su power metal tenía cierto tirón. Pese a usar los mismos recursos de toda la vida, la banda trató de animar al respetable, y este se lo devolvió con grandes ovaciones.

Flesh Roxon pone la nota punk

Cambiaríamos radicalmente de tercio musical para cuando Flesh Roxon se subirían al escenario, un cuarteto de hard rock/punk que tiraría hacia melodías mucho más desenfadadas y que destacaría por la presencia de un contrabajo encima del escenario. Canciones como la inicial “Suck My Chainsaw”, “Lonely Rider” o “Out Of Control” demostrarían la capacidad de la formación para crear canciones sencillas pero pegadizas; sin embargo, quedó patente que no conectaron de la misma forma con el respetable y que su estilo quizás no era el más adecuado para un concierto de esas características.

Flesh Roxon (Foto: Lluís García)

Sea como fuera, siguieron cayendo canciones como la blusera “Born To Lose”, “God Sent Me To Hell”, el himno a la cerveza que es “Let’s Alcohol” o la final “Beauty And The Beast”, que despediría a la banda con una segunda sala de la Razzmatazz condal que ya presentaba un aspecto más que digno.

El espectáculo de Lordi

Después de un largo cambio de bandas, y de un retraso de unos diez minutos respecto a la hora inicialmente prevista para el inicio del show, los finlandeses de Lordi tomaron el escenario al son de la nueva “Horror For Hire”, tema que abre su más reciente lanzamiento titulado ‘Killection’. Después de una entrada triunfal que sirvió para comprobar lo mucho que siguen luciendo los trajes de la banda a estas alturas de la película, “The Riff” empezó a sonar por la PA de la sala y la audiencia se volcó de forma completa ante el concierto de Mr. Lordi y los suyos.

Lordi (Foto: Sergi Ramos)

Después de un medley comprendido por algunos temas de ‘Babez For Breakfast’, (que la verdad funcionó de forma muy regulera), la formación interpretó “Shake The Baby Silent”, que sirvió para que el cantante y fundador del grupo sacara el primero de los muchos artilugios y objetos que mostraría a la audiencia. Y es que acto seguido se vestiría del hombre del saco para la imprescindible “Blood Red Sandman”, que bañaría de confeti al gentío allí congregado.

Lordi (Foto: Sergi Ramos)

Un breve solo de batería de Mana dio algo de descanso a los miembros de la banda, y Mr. Lordi se vistió de aviador para la interpretación de “Scare Force One”, que se vería procedida por una “Like A Bee To The Honey” que, tal y como nos habían avisado, fue compuesta por el mismísimo Paul Stanley de Kiss. “Naked In My Cellar” fue la excusa perfecta para que el vocalista sacara a pasear su moto sierra, y en el solo de Hiisi, el nuevo bajista de la banda, se pudo presenciar como se le sacaba el corazón a una pobre mujer que andaba por allí.

Lordi (Foto: Sergi Ramos)

Se encaraban las últimas notas del set principal con “I Dug A Hole In The Yard For You”, probablemente el mejor tema del último disco de la banda, y con “Who’s Your Daddy?”, que recuperaría el genial y añorado ‘The Arockalypse’. Después de un solo a medias entre el guitarrista Amen y la teclista Hella, “Hard Rock Hallelujah” sonó con más intensidad que nunca y, por supuesto, marcó el momento álgido del concierto de los finlandeses.

Lordi (Foto: Sergi Ramos)

Se retirarían brevemente para, acto seguido, terminar el concierto con “Devil Is A Loser”, en la que Mr. Lordi desplegaría sus enormes alas, y “Would You Love A Monsterman?”, que serviría para poner el broche de oro a su actuación. Artilugios, gags y música por doquier, una hora y media de espectáculo dentro de los límites obvios de una actuación en sala. Quizás Lordi no han acabado siendo la mejor versión de la banda que nos hubiéramos podido imaginar, pero no por ello sus conciertos han dejado de ser tremendamente divertidos. Menos es nada.