Doro: Pamplona recibió a la reina del heavy metal
Doro es una de esas figuras del heavy metal que desde sus inicios, en la primera mitad de los años ochenta, ha sabido mantenerse firme en su convicción absoluta por el estilo que defiende no solo en los escenarios, si no porque ha hecho también de él un modo de vida construyendo a su alrededor toda una fortaleza que transpira metal. Su amplio catálogo, su gran experiencia en la industria musical y esa energía que posee han hecho a lo largo de estos treinta y cinco años que Doro sea catalogada como una de las fichas imprescindibles a nivel mundial de la música.
En agosto de 2018 salió el último trabajo de Doro, «Forever Warriors, Forever United», todo un reto para la alemana al lanzar un disco doble con nada menos que veinticinco temas. Canciones nuevas que se mezclan con un repertorio de versiones, adaptaciones y hasta hay lugar para algún extra. El trabajo, así mismo, cuenta también con unas cuantas colaboraciones de lujo. Se diseñó una gran gira para presentarlo por medio mundo y, por fin, llega la parte española. Tan solo tres ciudades, Pamplona, Madrid y Barcelona, donde les acompañan los suecos No Sleep For Lucy. La primera de las citas ya se puede contar, comenzamos.
No Sleep For Lucy: el espectro hecho canción
No Sleep For Lucy convencieron desde el minuto uno al público que llenaba un tercio de la sala cuando una breve sintonía comenzó a sonar, pocos segundos más tarde el grupo completo (guitarra, bajo, batería y voz) se situaban en el escenario lanzando las primeras notas de «Bleeding», el tema que abría su concierto. La batería junto con unas bases fueron el comienzo de «Moments» donde bajista y guitarrista daban rienda suelta también a los coros del tema que Lucas, el vocalista, iba desarrollando.
Para el tercer tema se veía clara la línea que la banda llevaba, un rock melódico pero con mucho ritmo salpicado con distintos sonidos que partían de la guitarra de Christian y su sofisticada pedalera. Esta canción puso de relieve también ese registro de voz que adapta el tema a una balada con una iluminación muy apropiada. Lucas se mostró afable con el público hablando entre canción y canción y durante éstas azuzando para que ese toma y daca que siempre hay entre escenario y sala cobrara protagonismo.
Una vez llegaron al nivel deseado, cosa que no les costó apenas, tampoco tuvieron problemas en mantenerlo dada la constante provocación con la que jugaban mientras el respetable respondía con palmas y coros. En un momento dado, Lucas se colgó una guitarra y las dos canciones siguientes las hizo añadiendo el ritmo de las seis cuerdas a ese sonido característico que han sabido crear.
El final del concierto de los suecos se veía venir cuando al inicio del octavo de sus temas «Until the End» pidieron alzar los puños mientras había que seguir el ritmo de la canción, que fue ganando energía conforme avanzaba. La unieron con la penúltima, un medio tiempo que cobró más vida conforme rozaba su fin. Al final las miradas de satisfacción de los componentes de la banda delataban que había sido una buena actuación pero todavía les quedaba un cartucho que quemar, y lo hicieron, vaya que sí.
«Going Down» sonó potente desde la batería y un guitarreo perfecto con las melodías vocales poniendo así un punto final al primero de los conciertos, dejando el ambiente muy caldeado para el siguiente grupo. Seguro que se hubieran cantado otra más, pero el tiempo en éstos casos aprieta y sus cuarenta y cinco minutos ya habían concluido. Reparto de púas, baquetas, agradecimientos y nos despedimos de Lucy, deseando que pronto tuviera esa paz que parece se perdió cuando fue hallada por sus descubridores.
Doro: tachuelas, energía y metal
Media hora es lo que tardaron los técnicos de escenario en prepararlo para que Doro y sus secuaces pudieran irrumpir en él con total impunidad. Eran las nueve y cuarto de la noche cuando una voz en off anunciaba el concierto de Doro, después la sintonía dio paso a los músicos que tomaron sus posiciones mientras el público los recibía con vítores y aplausos al mismo tiempo que el batería iniciaba los primeros compases que abrían la actuación. Punteos y Doro apareció micro en mano, brazos en alto e iniciando con «Raise Your Fist In The Air». Mucho júbilo entre el respetable y al finalizar el tema nos soltó un «Kaixo Iruña».
Empezó mejor que bien el concierto de Doro en Pamplona y continuó con la misma fuerza tocando los temas más clásicos junto a los más recientes que componen la nueva entrega «Forever Warriors, Forever United». Recibió del público constantes alabanzas y la comunión fue perfecta en todo momento. Hubo quien le regaló una rosa que ella recogió con mucho cariño y no dejó de agradecer en las casi dos horas que duró el concierto.
Las canciones las iba presentando y comentando con brevedad, como «Bastardos», con la que acabó disparando humo con una pistola que tenían preparada para la ocasión. El «Fight For Rock» sirvió de excusa para montar una fiesta en las primeras filas impresionante. O con el «Blod, Sweat And Rock N’ Roll» con el que disparaba misivas vocales provocando la contestación correspondiente de un público que por momentos se venía más arriba todavía.
La sala en esos instantes ya albergaba las tres cuartas partes del aforo y el calor se dejaba sentir, sin embargo aquello seguiría creciendo. Era momento de coger algo de aire con «Soldier of Metal», una de esas canciones de medio tiempo que sirven muy bien para coger impulso. Iluminación acertada para escuchar un tema construido sobre una correcta base de batería que se acompañaba de unos punteos muy acertados.
El inframundo también estaba invitado a la fiesta
Y apareció el brujo sobre el escenario dando el mensaje que inicia «The Night Of The Warlock» sobre una ambientación roja que gustó mucho a un público que volvió a ascender al olimpo del metal de Doro Pesch. Sí, fue la noche del brujo, de la bruja, de los seres que nos vigilan y de los que hacen que estos conciertos sean siempre un antes y un después para los que somos capaces de disfrutar una comunión tan intensa.
Y llegó también uno de los más veteranos dentro del mundo de Warlock, el aclamado Tommy Bolan, guitarrista que Doro presentó y quedando así sobre el escenario tres guitarras, encargado éste último de hacer a partir de ese momento y hasta el final todos los punteos y adornos varios del resto de repertorio. Flipante su actuación que, por momentos, acaparaba toda la atención al sacar las notas como si estuviera poseído, arrodillándose y tirándose en un par de ocasiones a los pies de la cantante.
«Für Immer» o «Metal Racer» son algunos de los temas que se hacen implicando constantemente al público que respondió sin bajar el pistón y pidiendo más, mucho más. El sonido de la sala fue todo el rato muy bueno desde el principio, a Doro se le escuchó perfectamente y cada instrumento tenía su lugar dentro del muro atronador que nos regalaron con cada una de las canciones. Los músicos se veía que estaban disfrutándolo mucho también y me di cuenta que esa locura de la que hacía gala nuestro nuevo-viejo amigo Tommy era casi contagiosa, una parte del público dejaba a un lado la poca cordura que le podía quedar, entregándose también al delirio que desde el escenario nos llegaba. Es impresionante lo que se puede sentir en un concierto de Doro.
Sprint para un vertiginoso final
Son muchas las veces que los componentes de un grupo abandonan el escenario para tomarse un respiro de unos minutos, menos el batería, no, a ese no le suelen dejar descansar. Dicen que son de otra pasta. Y así parece ser, porque Johnny Dee ahí se quedó echando unos toques, dándose un gran paseo por distintos ritmos y pidiendo la ayuda a un público que no se hizo de rogar. Se callaba, pedía palmas, pedía coros, hacía ritmos y quería que sonara el eco de lo que estaba tocando, y el público se lo daba, se lo dio todo. Y así durante ocho minutos.
Finalmente aparecieron los demás y la fiesta tuvo la traca final que todos estábamos esperando con temas como, entre otros, «Hellbound», o ese gran himno que es el «All We Are». Por supuesto que Doro presentó a la banda uno a uno; Nick Douglas (bajo), Luca Princiotta (guitarra), Bas Maas (guitarra), Tommy Bolan (guitarra) y Johnny Dee (batería). Nick se apresuró finalmente, de la misma manera, a presentar a Doro. El público era un completo escándalo, sobre todo cuando Doro se bajó al respetable invitándoles a corear uno de los temas.
Todo el mundo quería cantar con ella y sacaron mil fotos. Unos cuántos del público sufrimos un poco con tanto empujón, pero muy a gusto. El final estuvo de lujo y nadie se quería ir sin algún recuerdo de aquella noche. Lanzaron un montón de púas, alguna baqueta y se hicieron unas fotos con todo el público. Poco a poco abandonaron el escenario siendo Doro la última en hacerlo lanzando besos y agradeciendo con gestos la noche que habían vivido.
Y ya, poco a poco nos fuimos despidiendo de los compañeros de otros medios y deseando poder vivir pronto otra tarde-noche como la que pudimos disfrutar con No Sleep For Lucy y Doro en una sala tan bien preparada para estas citas como lo es la sala Totem, de Pamplona.
Texto: Kiko Casado | Fotos: Aritz Sola
Promotor:Madness Live!
Día:2019-03-15
Hora:20:00
Sala:Totem
Ciudad:Pamplona
Teloneros:No Sleep For Lucy
Puntuación:9
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