Casi agotadas las entradas para ver a los finlandeses, presentando la sala
finalmente un aspecto más lleno del que, por ejemplo, pudimos apreciar hace
escasos meses en los conciertos de GAMMA RAY o HELLOWEEN, por lo cual si bien
no diremos que se le haya dado la vuelta a la tortilla sí que habrá que reconocer
que ésta se maneja ahora con otros ingredientes, o de cómo se desinfla el globo
del power metal en favor de estilos colindantes. Y es que en los últimos años
da la sensación de que el heavy y las tendencias más clásicas han cedido algo
de terreno a propuestas más contemporáneas en las que la mezcla híbrida de
estilos se erige como común denominador (recordemos que hace unos dos años
COB se tenían que conformar con tocar en Barcelona en la sala Razz 2, de la
mitad de capacidad). De hecho, la tendencia musical en términos generales viene
siendo esta en la mayoría de ámbitos; y si no, échenle un vistazo al metalcore
que ahora mismo triunfa en USA: puro “collage” sonoro. Dejando de lado esto último,
con lo que prácticamente nada tiene que ver la banda que nos ocupa ahora, lo
cierto es que CHILDREN OF BODOM fueron ya hace unos años de los ejemplos más
sonados en cuanto a demostrar que la fórmula citada no siempre ha de estar
reñida con el éxito: mucho heavy metal en las guitarras, unas gotitas de death
melódico, algunos destellos de thrash, una voz desgarrada y cierto regustillo
neoclásico en las formas podían tener un encuentro la mar de satisfactorio
en discos de gran calidad.

Pero bueno, dejándonos de pamplinas introductorias y divagaciones varias (con
razón luego dicen que me enrollo) vayamos a lo visto esta noche. La velada
la abrirían ONE MAN ARMY & THE UNDEAD QUARTET , banda de thrash/death liderada
por Johan Lindstrand (exTHE CROWN) y en donde podemos encontrar gente de RECLUSION
o de los geniales IMPIOUS, Tristemente, y a pesar de las buenas referencias
que de ellos tenía, me fue imposible llegar a tiempo de verles, aunque me consta
que en términos generales agradaron. Sintiéndolo mucho, otra vez será.

Los siguientes en aparecer serían los amados/odiados EKTOMORF, a quienes ya
pudimos ver hace no demasiado en este mismo lugar teloneando a KREATOR. Las
sensaciones volvieron a ser parecidas, si bien es cierto que la banda demostró en
esta ocasión tener algunas tablas más. El sonido del que gozaron fue dispar,
ya que si bien desde la mesa de sonido o en una posición perpendicular a la
del escenario éste llegaba con fuerza y nitidez, en el resto de la sala la
amalgama de ruidos graves era la tónica predominante. De nuevo su propuesta
me pareció la de un sucedáneo algo descafeinado de SOULFLY, con bastantes saltitos
y un puñado de “fucks” en casi todas las canciones. A pesar de ello, su descarga,
para los que disfruten del estilo, no fue mala. Por otra parte, las consabidas
influencias (o deberíamos decir raíces) gitanas de la banda solo pudieron ser
intuidas con cuentagotas y en forma de introducciones pregrabadas. Eso sí,
lo que de ningún modo se les pudo echar en cara fue la falta de potencia, pues
hubo y a raudales.

Tras una espera que para muchos fue algo larga (especialmente para los “aplastados” fans
de las primeras filas, que no dudaron en hacerse sentir con griteríos varios),
aparecieron en escena los anfitriones de la noche. El escenario estuvo presidido
durante todo el show por un coche antiguo a lo típica película de gángsters
de los 50 que se encontraba hacia la mitad de éste de frente al público y en
el que los músicos (especialmente Alexi y Warman) no dudaron en subirse en
según qué momentos, así como por tres letras luminosas (“COB”) que se encendían
en algunos momentos clave (algo parecido al “666” que suelen llevar IRON MAIDEN
y que sacan a relucir durante “The Number of the Beast”).

Tal y como viene siendo habitual Alexi se echó el peso escénico de la banda
a sus espaldas  bien ubicado en su papel de frontman. Y a parte del peso escénico,
se podría decir que también el peso sónico, dado que el volumen de su guitarra
eclipsaba en muchos momentos al del resto de instrumentos. Su típica pose con
la espalda curvada y la cabeza agachada (al más puro estilo Mille Petrozza)
fue la imagen habitual, aunque siempre que tuvo la oportunidad de prescindir
de las voces las carreritas por el escenario y la movilidad pasaban a ocupar
un primer plano, hasta el punto de que ciertas de estas dosis de vitalidad
exaltada le valieron a Alexi romperse uno de los dedos del pie al chocar con
uno de los amplificadores, tal y como nos enteraríamos días después.

En cuanto a la interpretación de los temas, aunque correcta, no fue ni de
lejos todo lo fidedigna posible, en parte gracias a una ejecución algo pasota
por cortesía de Alexi en algunos momentos, como en cuando “Bodom After Midnight” pudimos
apreciar cómo dejaba de hacer uno de los punteos para rascarse la nariz. Un
detalle sólo reservado para “rock stars”, supongo.

Lo cierto es que las canciones nuevas sonaron bastante bien y tuvieron más
aceptación de la que me esperaba, en especial “Are You Dead Yet?”, donde el
público se sumó a cantar los coros del estribillo al unísono. Vaya, que nada
que reprocharle al respetable, activo y altivo como pocas veces; su entrega
fue notable hasta el punto de que se pudo ver algún que otro crowd-surfing
al principio en las primeras filas, hecho bastante inaudito en bolos de estas
características, alejados de los terrenos más afines al metal extremo.

Por supuesto, hubo componentes del show de CHILDREN OF BODOM que no faltaron
tampoco esta vez, como el escupitajo de Alexi con reverb incluido, los duetos
solistas Laiho – Warman al más puro estilo STRATOVARIUS y los lucimientos individuales:
Alexi hizo de las suyas en gran parte sentado en el capó del coche que se encontraba
en escena, mientras que Warman tuvo el placer de degustar la cerveza que el
rubio guitarrista le iba vertiendo en la boca mientras se marcaba unas vertiginosas
escalas (bastante curioso). También hubo momento para un solo de batería, el
más prescindible de todos y durante el cual Alexi se metió dentro del coche
para “deslumbrarnos con las luces largas” y para un buen puñado de buenos temas
como fueron “Living Dead Beat”, “Sixpounder”, “Hate Me!”, “We’re Not Gonna
Fall”, “Angels Don’t Kill”, “Bodom After Midnight”, “Bodom Beach Terror” (estos
dos últimos en clave de medley), “Needled 24/7” (que fue presentada a gritos
por Alexi) o “HateCrew Deathroll”. En los bises caerían “Lake Bodom” y “Everytime
I Die”. Antes de interpretar la formidable “Downfall”, con la que finalizarían,
el segundo guitarra Roope hizo un amago de tocar el “Breaking the Law” de JUDAS
PRIEST,  el “Holy Diver” de DIO o incluso PANTERA, consiguiendo descolocar
al personal. Finalmente no cayó esa breva y arremetieron con un “Downfall” que
les quedó bordado y durante la cual Warman se permitió el lujo de sentarse
encima del coche cerveza en mano durante los trozos en los que él no participaba.

Pocos se podrán quejar del set list, que fue verdaderamente potente y bien
escogido, aunque todos tengamos nuestras preferencias (a título personal eché en
falta “Warheart”, del que para un servidor es el mejor disco de la banda, “Hatebreed”).
No es el mejor concierto que he presenciado de CHILDREN OF BODOM, pero no cabe
duda de que aprobaron con muy buena nota la cita con el público barcelonés.
Un buen show, por mucho que el dedo de Laiho tuviera que ser sacrificado en
el ritual.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Razzmatazz
Barcelona
Público:2000 personas
Promotor: Rock N' Rock

Día:21/01/2006

Puntuación:8