ALAN PARSONS LIVE PROJECT

Siempre es curioso acercarse a ver un concierto que poco o nada tiene que ver con el Heavy Metal. En este caso, el renombrado compositor y productor británico se tiró casi dos semanas en la península haciendo una ristra de conciertos con su ALAN PARSONS LIVE PROJECT, el cual sirve para repasar el legado existente y de paso presentar algún tema del nuevo disco.

La primera sorpresa al entrar a la sala es el público. Es público que sería mas lógico encontrarse en un concierto de fiesta mayor que no en la Sala Razzmatazz, en otras palabras, publico que no suele moverse de casa para ir a ver conciertos. El talante nostálgico de la asistencia de muchos se podía comprobar en su edad. Nadie bajaba de la treintena, y se dieron varios incidentes graciosos que pude presenciar a lo largo de la noche. Por ejemplo, cuando alguien del público estaba deleitándose a sí mismo con un porro como la sala de grande, se formó un corro de curiosos a su alrededor que parecían haber visto un OVNI. También recuerdo el momento en que dos chicas hablaban entre ellas y una pareja que había detrás les solicitó amablemente si podían dejar de hablar. Cosas que, por ejemplo, en un concierto de MANOWAR no pasan. Nunca verás a alguien en Wacken decirle al de delante “oye, perdona, vomita mas flojo que no oigo a HYPOCRISY”. Así que, en líneas generales, el concierto de ALAN PARSONS fue para quien escribe una necesaria desintoxicación de pelos largos, guitarras afiladísimas, y “Scream For Me Barcelona”.

A las 21:30 horas comenzaba a sonar “I Robot”, seguido de “Can’t Take It With You” t “Don’t Answer Me”, con Alan a la voz. El escenario era simple, con una plataforma algo mas elevada en el centro posterior para que Alan haga su papel de rey del mambo mientras el resto de músicos se mueven por el escenario. Alan supervisa atentamente mientras rasguea su acústica y canta en momentos precisos, con un rack de teclados cuidadosamente situado a su izquierda. La atracción de la noche era, sin duda, el vocalista PJ Olsson el cual no paró quieto en todo el concierto. Físicamente es una mezcla de Justin Hawkins de THE DARKNESS y Angus Young de joven, y vocalmente es simplemente único. Tiene una voz ligeramente aguda pero sorprendentemente bien administrada. Sin embargo, tuvo un duro competidor durante la noche, el cual fue el guitarrista Godfrey Townsend. Las ovaciones que arrancó con sus sentidos solos en temas como “Primetime”, “Damned If I Do” o el final “Games People Play” fueron estremecedoras. Townsend posee un estilo a medio camino entre Eric Clapton cabreado y David Gilmour después de una pelea con Roger Waters. Además, el hombre lo vive, y pese a que el volumen de su guitarra no estaba demasiado alto, era posible adivinar en lo que llegaba a nuestros oídos que ese hombre hacía verdaderas diabluras con su guitarra.

La formación la completaron Steve Murphy a la batería, el cual añadió potencia cuando en los temas lo necesitaban, el teclista Manny Focarazzo, que fue pilar esencial del sonido de la banda esa noche, y el bajista John Montagna. En definitiva, una noche de primavera atípica, con un señor inglés con barba que hipnotizó a todos y cada uno de los presentes con el repaso de hora y media que efectuó a su catalogo.