TOPO & ASFALTO

Dentro de las fiestas patronales de Alcorcón se incluía a un “bi grupo” formado por la semilla de Asfalto y de Topo: los señores Jiménez y Laína, testigos directos y protagonistas de la banda sonora de la transición a la democracia. Aprovecharon recientemente el tirón de otras reapariciones míticas de grupos coetáneos para lanzar al mercado una revisión de los temas que registraron originalmente hace dos décadas –y es que, entre ambos, pasan de largo ya el siglo de edad-. “Canciones básicas” ha supuesto su vuelta a los ruedos, y a juzgar por lo que presenciamos anoche, puede decirse que están preparados para salir por la puerta grande. Desde hace cuatro meses recorren la geografía ibérica para presentar en vivo canciones que regrabaron de Asfalto y Topo, interpretadas ahora en forma de cuarteto, incorporando de esta forma a un guitarra de apoyo para los directos.

A las nueve y media de la noche comenzaron a oírse notas que desentierran otros tiempos, unos sonidos grabados a fuego en la memoria colectiva de muchos de nosotros: un público verdaderamente multigeneracional que observábamos, atónitos, a dos leyendas de las raíces del rock hispano. Pero es que por los altavoces estaba manando nada menos que “Polución” y “Ser urbano”; y es que eso te deja petrificado. Lo mismo que el resto del “set-list”, como “Colores” –brindada al público e interpretada al estilo The Police-, “La isla del amor”, y las dos canciones más relevantes del legado de la escisión de Asfalto, Topo: “¿Mis amigos dónde estarán?”, y “Vallecas 1996”. La temática “futurista” de este tema fue justificada por José Luis al aclarar que la compusieron en el 79. Pese a su considerable edad, la puesta en escena de J. L. Jiménez fue muy juvenil, animando constantemente a la gente a colaborar en las canciones. La labor vocal fue alternada entre ambos componentes, mientras que la guitarra de Laína se apoyaba en muchos momentos sobre el mástil de Javi, su alfil para los conciertos.

Ya en el tramo final sonaría “El palacio del terror”, dedicada a los miembros de grupos contemporáneos como Ñu o Leño. Para terminar tocaron el “Días de escuela”, en el que realizaron un inciso para que José Luís se recreara con el bajo y aprovechara para presentar a sus compañeros. A continuación se despidieron, pero a los pocos minutos regresaron por la ovación del público con un cómic: “Capitán Trueno”. De esta forma concluyó el concierto. Después tocarían Barricada –con un sonido inaudible- y los recientemente galardonados Medina Azahara. Pero eso es otra historia…