PREESCUCHA DE LO NUEVO DE SOUNDGARDEN: «KING ANIMAL»
Os mostramos las primeras impresiones tras escuchar su nuevo álbum
El 9 de Abril de 1997 SOUNDGARDEN anunciaba su separación. Por aquel entonces un servidor tenía 16 años, y hacía no mucho había descubierto al grupo. Compré en su momento ‘Superunknown’ gracias a vídeos como ‘Black Hole Sun’ y ‘Spoonman’, conseguí que me copiaran el ‘Badmotorfinger’ (que de primeras me sorprendió el salto entre uno y otro), y escuchaba las canciones nuevas de lo que parecía que iba a ser su última obra, ‘Down On the Upside’. Los conciertos se convirtieron en algo habitual para mí en años posteriores, pero llegué tarde a su última visita a España como teloneros de METALLICA junto a CORROSION OF CONFORMITY. Eran tiempos de descubrir la música, de encontrar los estilos que más encajaban con la personalidad de cada uno, y está claro que el grunge y todos los grupos que salieron en la primera mitad de la década de los 90, a pesar de no vivirlo intensamente durante su transcurso real, me fue marcando, convirtiéndose SOUNDGARDEN (y tantos otros) en algunas de mis bandas favoritas.
Quién iba a pensar que dieciséis años después iba a poder verlos en el pasado Sonisphere en Getafe. Su reunión se hizo efectiva el 1 de Enero de 2010. Durante ese tiempo de “descanso”, Matt Cameron había estado tras la batería de PEARL JAM (puesto que sigue compaginando), Ben Shepherd y Kim Thayil se habían mantenido al margen de los grandes focos, con algunas colaboraciones esporádicas y bandas menores, mientras que Chris Cornell alternó una carrera en solitario con la de AUDIOSLAVE, supergrupo formado junto a sección instrumental de RAGE AGAINST THE MACHINE. De hecho, después de que los de Tom Morello anunciaran su vuelta, se dispararon los rumores de que ocurriría lo mismo con los de Seattle. Pero no, esa noticia tardó en llegar más de lo esperado. Una vez se produjo, la banda se lo tomó con calma, girando el verano de ese 2010 con el Lollapalooza (a la antigua usanza), y publicando tanto un recopilatorio (hicieron lo propio tras su ruptura), como un disco en directo (prescindible, ya que contenía pistas de su última gira, no precisamente la mejor época de la banda).
Había dos preguntas que destacaban por encima de las demás. ¿Cómo iba a estar la voz de Cornell? Había tenido problemas en sus cuerdas vocales y se había alejado de sus registros más antiguos. ¿Dónde retomaría SOUNDGARDEN su sonido? La evolución de sus primeros trabajos a ‘Badmotorfinger’ fue grande, pero el salto a ‘Superunknown’ y ‘Down On the Upside’ fue mucho mayor, dejando atrás su lado más frenético y centrándose en uno más denso y pausado. A la primera pregunta, la respuesta obvia era que Cornell, a día de hoy, es imposible que intente repetir los agudos imposibles de los que hacía gala hace veinte años. Sería ilógico porque no es el mismo, su voz ha cambiado, y seguramente saldría mal parado. A través de algunos vídeos que podíamos ver de sus actuaciones se notaba que estaba mejor de lo esperado. En Getafe, quizá por lo especial del momento, me dejé llevar y puede que no fuera del todo objetivo, ya que su voz no estuvo todo lo bien que cabría esperar para su primera fecha al otro lado del charco desde 1996; días después se pudo ver en el 'Rock am Ring' alemán, aunque la cosa fue mejorando. A la segunda cuestión es a la que voy a contestar tras haber podido escuchar el disco en una convocatoria en las oficinas de Universal.
Como antecedentes, cuatro hechos: ‘Live to Rise’, el teaser/trailer de ‘King Animal’, ‘Been Away Too Long’ y las distintas declaraciones que han ido haciendo sus componentes los últimos meses. En relación a esto último, me viene a la cabeza las palabras de Cameron (y a las que hice referencia en el número 3 de Revolver): “the new album does not suck”. Se recuperaba una sinceridad que hoy en día no es del todo habitual en esta industria, pero al menos no nos vendían la moto de que es la mejor mierda que han hecho. Tampoco sería fácil creerlos si lo dijeran teniendo en cuenta que facturaron dos de los mejores discos de los 90. Pero el ejemplo reciente de ALICE IN CHAINS, siendo capaces de hacer un disco de notable alto o sobresaliente en este nuevo siglo, después de la tragedia de Layne y con un nuevo cantante, hacía que tuviéramos esperanza. Ahora vayamos con los adelantos. A pesar de que por activa y por pasiva ellos lo han repetido, ‘Live to Rise’ no era una muestra de lo que nos íbamos a encontrar en su disco; no mentían.
Se trataba simplemente del tema principal para la banda sonora de ‘The Avengers’, pero tenía que ser visto como tal, algo aislado. Aunque el hecho de que esta fuera la primera composición nueva que escuchábamos de ellos hizo que a muchos les chocara. Más melódica, en ocasiones lineal y tan solo en su tramo final recordando al grupo que nos tenían acostumbrados a ser. El tráiler del álbum no dejaba lugar a la opinión. ¿Quién va a hacerlo con treinta segundos que se escuchan? Aún así, a algunos les gusta emitir juicios y veredictos con una píldora tan pequeña. Por último, ‘Been Away Too Long’ sí nos enseñaba un poco más lo que íbamos a encontrar en los otros doce cortes que componen el disco… o al menos, en algunos de ellos. Ésta era directa, con un ritmo machacón a la par que pegadizo, con una voz a un buen nivel, pero sobre todo con unas guitarras que con algunas pinceladas nos recordaban a una banda que marcó una época.
Ahora, lo que todo el mundo quiere saber. ¿Qué pasa en el resto de canciones? En ‘Non-State Actor’ Matt Cameron es el que da entrada a los demás, con una línea continuista respecto a la apertura, y con Cornell gritando en su inicio. ¿Gritando? Sí, Chris rasga la voz en algún momento sin llegar a ser el de antaño, pero en estudio sale bien parado en ese aspecto, aunque en este tema quitando alguna pincelada como esa, se centra en un registro más cómodo para él en la actualidad. Por lo demás, repiten la estructura de la composición, con espacio para un pequeño solo y punteo final… pero de aquí en adelante, tendremos la sensación de espiral una y otra vez. Con ‘By Crooked Steps’ se nota más ese efecto de un pequeño riff repetido una y otra vez durante la mayor parte del tema; aunque con el comienzo que tiene choca que sea uno de los cortes poderosos del álbum. Puede que peque de repetitiva en su primera mitad, pero la parada central lo oxigena para mejorar en un tramo final mucho más intenso. De las mejores canciones en las que está Cornell, modelando su voz para que sobre una base instrumental fija, el tema se haga lo más dinámico posible. Cornell y Cameron han hablado de ella recientemente:
Con ‘A Thousand Days Before’ se aprecia la variedad que hay en el álbum, aunque reinciden en dar vueltas a una idea para cada tema. Aquí el punto fuerte lo marca el puente y el trabajo general de guitarras. Sin duda, una de las perlas de ‘King Animal’. El lado más pesado lo enseñan en ‘Blood On The Valley Floor’, donde vuelve a ser la voz la protagonista, esta vez junto a las guitarras (cuando se salen del patrón fijo de las estrofas). Echando la vista al pasado, ‘Bones Of Birds’ podría perfectamente haber entrado en ‘Superunknown’, ya que por un lado aúna la melancolía de ‘Fell on Black Days’ con el subidón del estribillo de ‘The Day I Tried to Live’, mientras que por otro recuerda a Cornell tanto en solitario como con AUDIOSLAVE. Otra de las destacadas, y que además se sale de los patrones de repetición de riff. Las dos anteriores, junto a ‘Taree’ forman el trío que pausa el álbum, siendo esta tercera otra en la que tanto el puente/estribillo como su segunda mitad son lo más reseñable. ‘Attrition’ marca el renacer de este trabajo, de nuevo mostrando un lado más rockero y cercano a ‘Been Away Too Long’. Matt vuelve a hacer de las suyas y se trata del tema más rápido, corto y directo de todos.
Tras ella, relax sureño en ‘Black Saturday’. Quizá por lo distinta que es a las demás, y por el desarrollo que tiene según avanza, llama la atención. Tiene un “algo” especial, que con una escucha no se puede llegar a saber qué es por completo. La balada no podía faltar, y esa es ‘Halfway There’, donde Cornell tiene su momento de gloria en formato semiacústico, habiendo de nuevo reminiscencias a su etapa en solitario. Para el tramo final, otra de las maravillas, ‘Worse Dreams’. A la sección rítmica de Cameron y Shepherd se le une la voz de Cornell de primeras, y después la guitarra de Kim, despegando en ese momento por completo. Su título es reflejo de lo que encontramos, porque parece evocar una pesadilla real con su ritmo y atmósfera; ayuda también el mayor grito de Cornell (apoyado en una minipsicodelia instrumental de sus compañeros), y su final caótico y arrítmico. Tiene todas las papeletas para ser una fija en sus conciertos, alargándola en su tramo final con una de sus jams. No es la única, ya que… bueno, esa para el final, porque entre medias tenemos ‘Eyelid’s Mouth’, donde la “estructura de un riff” vuelve a aparecer, esta vez con un estribillo grave y profundo. De nuevo, una vez sale de ese círculo vicioso, el tema gana enteros. Y ahora sí, vamos con ‘Rowing’, el tema final y que evoca esas jams que hacía el grupo en temas como ‘Slaves & Bulldozers’ (pero no confundir con ese tema, ya que no tiene nada que ver musicalmente hablando). Esta canción seguramente sea la más inclasificable de todo el disco. De entrada, simple y reducida al mínimo con el bajo ejecutando una y otra vez las mismas notas en bucle, y siendo Cornell el que da vida a la composición; una percusión en segundo plano ayuda a llevar el ritmo, y poco a poco los arreglos de guitarra van apareciendo. Pero es Cornell el que demuestra que sigue teniendo el don de transmitir mucho con poco. La intensidad va in-crescendo, desembocando en una de las canciones que más se pueden disfrutar de las trece… para de nuevo volver donde empezó, a ese bajo y sus notas, que se van diluyendo en el fade-out final.
Poco más se puede decir con una escucha de algo menos de una hora que hemos tenido. ‘King Animal’ es una vuelta digna, que seguramente gane con las escuchas. Un par de temas rápidos y rockeros, una balada, medios tiempos, otro par de cortes que recuerdan a jams… Es un álbum con un poco de todo, que retoma con rumbo firme el momento en que lo dejó la banda; una era muy distinta a la que vivimos en la actualidad. Por separado, Cornell está a un nivel considerable (ya veremos en su presentación dentro de no mucho), Kim Thayil ha traído buenos riffs (aunque no demasiados, sino que los da la vuelta una y otra vez), pero son Shepherd y Cameron los que se llevan la palma, ya que su trabajo es sobresaliente. Como conjunto, ¿qué vamos a decir a estas alturas de SOUNDGARDEN? Eso ya será en la review propiamente dicha, con el disco bien mascado y disfrutado, en frío. Que es como mejor se hacen las cosas.
- 01. Been Away Too Long
- 02. Non-State Actor
- 03. By Crooked Steps
- 04. A Thousand Days Before
- 05. Blood On The Valley Floor
- 06. Bones Of Birds
- 07. Taree
- 08. Attrition
- 09. Black Saturday
- 10. Halfway There
- 11. Worse Dreams
- 12. Eyelid’s Mouth
- 13. Rowing
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