Hoy hace 65 años: Little Richard deja el rock para dedicar su vida a Dios
El 27 de enero de 1958, cuando el avión de Little Richard se incendió en llamas y sus oraciones para que se apagaran fueron respondidas, el músico decidió dejar el rock para dedicar el resto de su vida a Dios.
Richard Wayne Penniman, mundialmente conocido como Little Richard, considerado «el arquitecto del rock» y uno de los padres fundadores de la historia del rock and roll, vivió una de las mayores experiencias de transformación a nivel personal, que le marcaría de por vida.
Little Richard desde joven estuvo rodeado de religión. Su padre era un diácono de la Iglesia -también vendía alcohol de contrabando y dirigía un club nocturno- y sus tíos y su abuelo eran predicadores. Cantaba gospel desde pequeño, pero su padre le desanimaba con la idea de convertirse en músico. A los 13 años Richard fue expulsado de casa cuando su padre se enteró de que era gay.
Sin embargo su papel fue clave en la formación de géneros musicales cambiando significativamente la cultura estadounidense y ayudó a poner fin en la división racial que existía entre los géneros de música. Es citado como uno de los primeros artistas crossover, rompiendo las líneas de color y uniendo a negros y blancos a pesar de que en los ’50 había muchos intentos de mantener la segregación. Elvis Presley, Jerry Lee Lewis, The Beatles y muchos de sus contemporáneos le veneraban y versionaban sus canciones. «Tutti Frutti», uno de sus muchos emblemas, fue incluido en el Registro Nacional de Grabación de la Biblioteca del Congreso.
Pero en 1957 comenzó a desilusionarse del estilo de vida del rock. Era acosado en giras extenuantes, las mujeres le enviaban continuamente fotos de desnudos y acababa extenuado de las multitudes rebeldes y de los excesos que le rodeaban en los extensos conciertos y giras promocionales, por lo que comenzó a buscar consuelo en La Biblia. En una de las giras de ese año por Australia sorprendió a la multitud quedándose en calzoncillos al arrojar su ropa al público.
Las historias se fueron sucediendo, iban y venían. A su banda le dijo que iba a dejar el mundo del espectáculo y tiró unos anillos valorados en millones de dólares al río. Interrumpió el trayecto del vuelo y volvió a casa, pero después se enteró que el avión que tenía programado para volver a casa se estrelló matando a todos los que estaban a bordo. Lo vio como otra señal.
En un vuelo de Melbourne a Sydney vio los motores ardiendo. Pensaba que estaban en llamas y rezó e imaginó que el avión era sostenido por ángeles. Se dice que quizás en realidad era Sputnik, que había sido lanzado días antes, pero fue suficiente para convencerle que eran señales de Dios. Después de 18 meses de un éxito espectacular como una de las mayores influencias del rock, declaró que renunciaba a la música y abrazaba a Dios.
Little Richard reveló que había soñado con su propia condenación después de rezar a Dios cuando uno de los motores se incendió y la leyenda registra que el salvaje rockero arrojó cuatro anillos de diamantes en el río Hunter de Sydney. Cuando Richard regresó a los Estados Unidos, su sello discográfico, Specialty, hizo todo lo posible por mantener el asunto en silencio y ocultar su conversión. Antes de que ingresara a la universidad de teología aseguraron que su perfil y sus grabaciones existentes fueran en cualquier caso más alto que nunca. Mientras se refugiaba en su conversión estaba escalando las listas de Estados Unidos como nunca y a finales de la década la venta de sus singles se estimaron en 18 millones al mismo tiempo que estaba en proceso de convertirse en el reverendo Little Richard.
«Little Richard nunca se vendió, hizo siempre lo que quiso. ¡Que se vayan a la mierda! Para mí Little Richard fue el rey» (Lemmy Kilmister)
Lemmy Kilmister, el eterno líder de Motörhead y uno de los mayores fervientes admiradores de Richard, cuando en una ocasión fue entrevistado y le preguntaron quién fue su dios dorado, él simplemente respondió: «Little Richard, porque es el mejor. Por contra de lo que pudiera aparentar, Little Richard nunca se vendió, simplemente hizo lo que quiso. ¡Que se vayan a la mierda!».
En 1962 Little Richard regresó al rock e hizo una gira de regreso con The Beatles. El reverendo Richard había vuelto luciendo su corona secular y tocaba cerca de Liverpool, el lugar en donde estaba esa banda aspirante que le acompañó en su regreso. Y no solo The Beatles. En 1965 Jimi Hendrix también le respaldó en «I Don’t Know What You’ve Got, But It’s Got Me». Lemmy había acertado una vez más, «Él consiguió lo que quería».
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