Hace cuestión de quince años, era un género prácticamente inexplorado. Cierto, existían muchos libros que servían de crónica o biografía no autorizada de las bandas (a la cabeza vienen todos los que hicieron Mick Wall, Mark Putterford o Malcolm Dome en los años 80 y 90, así como las series que en España editó la editorial La Máscara en su momento, altamente educativas en una época carente de Wikipedias y otras herramientas de aprendizaje) pero no existía ese modelo de autobiografía “sin secretos” que tanto se ha popularizado en los últimos tiempos. Las estrellas del rock de los 70 y 80, ahora llegando a una edad en la que todo comienza a importar poco o menos que antes, intentan compensar la caída de las ventas de discos con jugosos contratos editoriales para explotar sus recuerdos.

Hace cuestión de quince años, era un género prácticamente inexplorado. Cierto, existían muchos libros que servían de crónica o biografía no autorizada de las bandas (a la cabeza vienen todos los que hicieron Mick Wall, Mark Putterford o Malcolm Dome en los años 80 y 90, así como las series que en España editó la editorial La Máscara en su momento, altamente educativas en una época carente de Wikipedias y otras herramientas de aprendizaje) pero no existía ese modelo de autobiografía “sin secretos” que tanto se ha popularizado en los últimos tiempos. Las estrellas del rock de los 70 y 80, ahora llegando a una edad en la que todo comienza a importar poco o menos que antes, intentan compensar la caída de las ventas de discos con jugosos contratos editoriales para explotar sus recuerdos.

A veces lo hacen ellos solos (como Dee Snider) pero la mayoría de las veces se rodean de escritores (negros, de toda la vida) que les ayudan a poner orden y sentido a sus colecciones de recuerdos. El resultado es a veces bastante imaginativo, fruto de años de abusos de drogas y alcohol que evocan recuerdos poco fieles a la realidad, y en otras ocasiones brutalmente honesto. Sea cual sea el caso, esta es nuestra selección de las que deberíais leer sin pensarlo dos veces. Hay más, muchas más.

Glenn Hughes: From Deep Purple to Black Country Communion (con Joel McIver)

Glenn Hughes

Posiblemente uno de los libros en los que uno se siente más cercano al artista, a medida que éste permite ver con claridad sus neuras, miedos y sensibilidades. Hughes vivió un gran cambio cuando a principios de los 90 dejó la cocaína y el alcohol, encontró a Dios, y le dio la vuelta a su vida. En su libro, Hughes ofrece con gran detalle el relato de su descenso a los infiernos, incluido el momento en el que en navidades de 1988 no tenía para comer más que una lata de conservas o el momento en el que Gary Moore lo tiene que seguir hasta un kiosco de Londres para pillarle comprando chocolate compulsivamente en la época en la que estaba en muy baja forma física (por decirlo finamente) e intentando ordenar su carrera. Son dos momentos tristes, cutres, que muestran lo bajo que llegó a caer quien fuera el bajista y vocalista ocasional en DEEP PURPLE tras la marcha de Ian Gillan y Roger Glover en la segunda mitad de los ’70.

Hughes, no obstante, muestra una visión algo distorsionada sobre sí mismo y su papel en la historia del rock. Todos los vocalistas tienen un ego y parece que Hughes lo tiene en plena forma.

Ozzy Osbourne: I Am Ozzy (con Chris Ayers)

Ozzy Osbourne

Cualquier libro que trate sobre la vida de Ozzy Osbourne va a tener un sinfín de historias desternillantes. Es el caso con su propia autobiografía, donde el vocalista de BLACK SABBATH confirma cualquiera de los rumores e historias que han circulado sobre su persona en los últimos 40 años. Lo que pasa es que la memoria de Ozzy no es precisamente la más fiable de las fuentes y uno tiene la sensación de que gran parte del libro se apoya en el relato que Sharon Osbourne hizo en su propia autobiografía, “Extreme”. Muchos pasajes repetidos o con ecos muy presentes le restan credibilidad al relato de un Ozzy al que, visto lo visto, tampoco podemos culpar de no recordar nada. Lo raro es que haya sido capaz de sentarse con un escritor y explicar algo medianamente coherente que pueda ser transformado en libro.

La versión en español (“Confieso que he bebido”, editado por Global Rhythm Press) pierde parte de la gracia debido a la traducción. Si uno quiere entender las historias a la perfección y que tengan la gracia con la que fueron explicadas, mejor leer el original en inglés.

 Dee Snider: Shut Up and Give Me The Mic

Dee Snider

El estilo de Snider en su libro es tan honesto que no puedes evitar sacar una copia de “Stay Hungry” y ponértela en señal de agradecimiento. Sin ahorrarse palabras, tal y como es sobre el escenario, Snider muestra en su biografía todos los altos y bajos de una estrella del rock de los años 80. Especialmente deja claro que los altos no son tan altos y que los bajos son espectacularmente bajos. Como cuando explica su experiencia con DESPERADO, la banda que montó después de TWISTED SISTER y con la que quería emprender una carrera muy prometedora, uno no puede más que sentir pena por el funcionamiento de un negocio, el de la industria discográfica, que ha cavado su propia tumba a lo largo de los años. Elektra Records aparcó el disco de DESPERADO pocos días antes de su salida a la venta ante un Dee totalmente perplejo. “Cuando pregunté sobre qué base legal podían hacerlo” cuenta Dee en el libro “resulta que una pequeña frase -de hecho una palabra en nuestro contrato- nos jugó la mala pasada”. Snider explica que que el contrato contemplaba la opción de no editar el disco por parte de Elektra si este no era “comercialmente viable”, en lugar de “técnicamente viable”. “Esa frase” prosigue “se especifica en los contratos para permitirle al sello discográfico una salida. Un buen abogado la cogerá al vuelo, peleará su no inclusión en el contrato y conseguirá que se cambie. Pero, lamentablemente, yo no tenía el mejor abogado o manager”.

El libro también explica los problemas internos de la banda y la enemistad entre el bajista Mark Mendoza y el propio Snider a raíz de la grabación y arreglos de “Stay Hungry”. Uno de los libros más francos y, ciertamente, más divertidos.

Peter Criss: Make Up to Break Up (con Larry Sloman)

Peter Criss

La reyerta pseudofamiliar que llevan alimentando los miembros de KISS desde 1980 es una de las más famosas de la historia del rock. Por eso la reunión de la banda con sus miembros originales Ace Frehley y Peter Criss en 1996 fue tan significativa. Más allá del maquillaje y las bombas, que esos cuatro tipos fueran capaces de volver a sentarse en la misma sala (ya ni hablemos de tocar en el mismo escenario) era muy simbólico: en comparación Israel y Palestina parecían tener esperanza de resolver sus cosillas, después de todo.

La Guerra Fría entre miembros de KISS ha vivido una escalada considerable en los últimos diez años. Después de la gira de despedida, la banda siguió adelante con otros miembros maquillados como Frehley y Criss. En el 2002, una biografía de Gene Simmons lanzó toneladas de porquería sobre estos dos y ahora, tanto uno como otro han editado sus propias biografías. La de Criss es, sin duda, la más vitriólica, aunque también la más fantasiosa. No obstante, es la única que se moja un poco y deja de lado los eufemismos tan típicos del universo KISS.

Criss describe con todo lujo de detalles como Gene Simmons pilló un herpes salvaje en 1996 y tuvo que comprarle una joya bastante cara a su compañera Shannon Tweed para quitarle hierro al asunto. También entra en detalles sobre su sueldo en las giras de reunión, así como en las posteriores, rasgándose las vestiduras tras descubrir que el sustituto de Ace Frehley, Tommy Thayer, cobraba 25.000 dólares por show y el tan solo percibía 10.000 en la gira por AEROSMITH. Tampoco repara a la hora de criticar a Paul Stanley y dar pistas sobre una posible adicción farmacológica. No obstante, su visión de si mismo es tan inflada que es difícil dar credibilidad a todo lo demás que cuenta. Cuando Paul Stanley edite su biografía en el 2014, será el momento de leerse las cuatro de una sentada y determinar qué ecuación matemática entre las cuatro historias nos ofrece un resultado lo más cercano posible a la realidad.

Steven Tyler: Does The Noise in My Head Bother You? (con David Dalton)

Steven Tyler

Podría haber sido uno de los mejores libros del estilo, pero el estilo confuso y alterado con el que Tyler relata su vida, hace de este libro un soberano horror literario. Es imposible seguir la historia sin perderse y sin sentir cierta pena por el estado psicológico de Tyler. Lo más interesante es la parte final del libro, donde describe los problemas más recientes de AEROSMITH, incluyendo sus peleas con Joe Perry, su audición para la  nueva banda de los ex-miembros de LED ZEPPELIN, sus problemas más recientes con las drogas y todas esas cosas que han llenado de titulares los medios desde el 2008. Un libro para leer a trompicones, porque es imposible leerlo de seguidillo.

Sammy Hagar: Red (con Joel Selvin)

Sammy Hagar

Como suele pasar con muchas rockstars, Sammy Hagar muestra tener una opinión de si mismo que difiere algo a la del resto del mundo. Cuando en su biografía habla de como en 1984 su popularidad estaba codo con codo con la de VAN HALEN uno no puede más que arquear la ceja y plantearse en qué planeta vive el hombre. Pero más allá de eso, cuando deja de lado sus delirios de grandeza, “Red” es un libro muy bueno, especialmente desde la perspectiva no musical. Sus problemas con Eddie Van Halen están más que documentados, aunque se agradecen los detalles sobre lo que rodeó a su reunión con VAN HALEN en 2004 y el estado de Eddie por entonces. No obstante, es un libro inspirador desde la perspectiva empresarial de Hagar, que muestra sus dotes de emprendedor metiéndose en todo tipo de negocios, desde bicicletas a tequila. Su relato sobre como vendió Cabo Wabo, su marca de tequila, por casi cien millones de dólares, es especialmente interesante.

Freddie Mercury por Peter Freestone (con David Evans)

Freddie Mercury

No es una autobiografía, por motivos más que obvios. Pero el libro de Peter Freestone es lo más cercano que jamás tendremos a un relato de la vida de Freddie Mercury a través de los mejores y peores momentos de QUEEN pero, sobretodo, a través de su vida personal y su busqueda de la felicidad como hombre bisexual en una época en la que las cosas eran muy distintas. Especialmente sobrecogedor es el relato de los últimos días de Freddie, rodeado de sus gatos en la cama de su mansión londinense, y de como se desarrolló todo el operativo para comunicar al mundo la enfermedad y el fallecimiento del enorme vocalista.

Lo que ofrece el libro de Freestone es una visión que va más allá del Freddie divo y sobrehumano que todos conocíamos. El Freddie Mercury amigo de sus amigos, enamorado de Mary Austin, que se pone nervioso ante la idea de cantar una canción con Montserrat Caballé, a quién admiraba intensamente, es el Freddie Mercury entrañable que nos descubre este trabajo. Bien escrito y con atención al detalle, este libro es de lectura obligada.

Duff McKagan: It’s So Easy and Other Lies

Duff McKagan

De todas las biografías editadas por ex-miembros de GUNS N’ ROSES (incluyendo las de Steven Adler y la de Slash), la de McKagan es seguramente la más entretenida.Con el sentido crítico suficiente como para determinar donde las cosas se estaban yendo de las manos y donde falló a nivel personal, McKagan consigue un relato bastante acertado de lo que es estar en una banda de la talla de los GUNS. Mientras que la de Slash pecaba de demasiado correcta -posiblemente para no enturbiar más la no-relación con Axl Rose e hipotecar una posible reunión- y la de Adler era algo desconectada de la realidad debido a sus propios delirios y  a las omisiones que provoca no haber tenido la cabeza clara en los últimos treinta años, la del bajista es una historia inspiradora, con los necesarios escarceos de sexo y drogas, pero con un mensaje más positivo: que pese a todo, puedes darle la vuelta a tu vida. McKagan ahora sigue tocando, pero también asesora financieramente a bandas aunando así sus dos principales pasiones, el rock y la economía. Su relato de como salió de GUNS N’ ROSES y se peleó para estudiar en Harvard es especialmente interesante. Que lo haya escrito todo él solito, es otro punto a favor.