Gigatron revolucionaron el metal paródico desde su aparición en 1998. Sus más de 25 años de trayectoria son una muestra de la evolución del propio heavy metal.

Gigatron no es una banda de heavy metal común. Desde su creación en 1997, este grupo valenciano ha sido un referente del metal humorístico, un género que ellos mismos han ayudado a definir. Con letras provocadoras, personajes exagerados y un enfoque satírico que se burla de los clichés del metal, Gigatron ha conseguido atraer a un público fiel y devoto que ve en ellos algo más que una simple banda: son una parodia del metal y, al mismo tiempo, un tributo a todo lo que este representa.

Si eras fan del heavy metal y tenías quince o dieciséis años alla por los albores de Napster, Kazaa y eMule, sistemas de intercambio de archivos P2P que revolucionaron la manera en que se compartía la música en la red y que causaron la mayor debacle de la industria discográfica, seguramente terminaste descubriendo a Gigatron y pegándote unas buenas risas. Si bien sus primeras creaciones eran previas, el alcance que les facilitó la red fue el que multiplicó su fenómeno más allá de lo que sus integrantes tenían previsto. 

Los inicios: De Chococrispis a Gigatron

Gigatron surgió en Valencia, pero antes de alcanzar la fama con ese nombre, varios de sus integrantes formaron parte de una banda conocida como Chococrispis. Este primer proyecto ya apuntaba maneras con un estilo humorístico y absurdo que se convertiría en la seña de identidad de Gigatron. En 1997, lanzaron su primera maqueta, “Huracanes del metal (Live in Donington 97)”, con la que captaron la atención de la escena local. Sin embargo, fue en 1998, con el lanzamiento de su primer disco, “Los dioses han llegado”, cuando realmente dieron el salto a la fama.

Este primer trabajo estaba cargado de referencias al heavy metal clásico, pero con un giro humorístico que les hizo destacar. Canciones como “Te Voy A Petar El Cacas”, una versión satírica de “The Final Countdown” de Europe, y “Poseso”, un homenaje a bandas de culto como Venom, marcaron su estilo: una mezcla de autoparodia y reverencia al metal más puro. Gigatron no se limitaba a reírse del género, sino que lo celebraba a su manera, con un respeto evidente por sus raíces. Para burlarte de algo, tienes que conocerlo muy bien.

La figura de Charly Glamour 

El motor creativo y carismático de Gigatron es, sin duda, su vocalista Charly Glamour. Charly es más que un cantante, es un personaje de ficción que combina la estética exagerada del glam metal (calcetín en el paquete incluido) con una personalidad única, a medio camino entre el humor absurdo y la reflexión filosófica. En el escenario, Charly es un dios del metal, un personaje que encarna todos los excesos del género: maquillaje, pelucas y un vestuario que mezcla elementos de disfraces y atuendos rockeros.

Lo interesante de Charly Glamour es que su personaje no se queda solo en el escenario. En la vida cotidiana, Charly lleva una existencia mucho más común de lo que su alter ego sugiere. Fuera de la escena, trabaja en el mundo audiovisual como guionista, es padre y lleva una vida alejada del frenesí del rock. Sin embargo, esta dualidad entre el personaje y la persona real es lo que ha hecho de Charly una figura tan fascinante. Mientras sobre el escenario es una deidad, fuera de él es un hombre sencillo, lo que añade una capa más a la parodia de Gigatron.

Mientras pasaban los primeros años 2000, la fama se Gigatron se fue acrecentado debido al mencionado factor de las redes. Circulaban teorías de lo más variopintas entre los foros de internet: el cantante había sufrido un accidente grave que le había dejado en silla de ruedas y por eso Gigatron no habían editado más trabajos tras “Los Dioses han Llegado”. Otros decían conocerles de Valencia. Otros decían ser miembros de Gigatron. En cualquier caso, nadie sabía a ciencia cierta quien había detrás de la banda.

El éxito de “Mar de cuernos”

Tras el éxito de “Los dioses han llegado”, Gigatron volvió a la carga en 2005 con su segundo álbum, “Mar de cuernos”. Este disco consolidó su estilo, ya alejado de pistas midi de batería y con una grabación profesional, y les reafirmó como los reyes del metal humorístico en España. “Mar de cuernos” es un álbum que recoge lo mejor del heavy metal de los años ochenta y noventa, con riffs potentes y letras que parodian los estereotipos del género. Canciones como “Ministro del pisto”, donde imitan el estilo de bandas icónicas del rock español como Los Suaves, o “Ouija”, que hace un guiño a su fascinación por el satanismo, son algunos de los temas más destacados.

El disco estuvo auspiciado por Locomotive Music, entonces discográfica de Mago de Oz, Tierra Santa y muchos otros grupos de metal en español. Aunque la discográfica colapsaría más adelante y su dueño terminaría denunciado por los propios Mago de Oz por diversas cuestiones, lo cierto es que con el fichaje de Gigatron se marcó un tanto espectacular. Presentar finalmente de manera profesional a Gigatron, con una infame rueda de prensa incluida, fue el equivalente paródico a que Kiss se quitasen el maquillaje en la MTV en 1983. 

Gigatron en rueda de prensa en Madrid en 2005

Aunque Gigatron siempre ha utilizado el humor como su principal herramienta, detrás de la parodia se esconde un profundo conocimiento del metal y de la cultura que lo rodea. “Mar de cuernos” fue, en ese sentido, tanto una celebración del género como una crítica mordaz a sus excesos. El álbum incluye referencias a mitos del metal como Judas Priest y Manowar, y juega con los tópicos del rock, como la obsesión por el alcohol, las groupies y las drogas.

Para seguir dando verosimilitud a la historia de la banda, el disco incluía un código para descargar de internet un segundo disco titulado “Hittrashit” en el que Gigatron versionaban en su inconfundible estilo algunos de los clásicos del rock duro de todos los tiempos, indicando que -de hecho-esas eran las versiones originales de las canciones que luego otras malvadas bandas copiaron para conseguir su fama.  En él se pueden encontrar cortes como “Grábame el de Slayer” que fue posteriormente copiado por un tal Bon Jovi, “Caballón” por unos desconocidos Manowar o “Prepárame el chichi” de su clon Axl Rose.

Una banda que se resiste a desaparecer

A pesar del éxito de “Mar de cuernos”, Gigatron anunció su separación en 2006  lo que dejó a sus seguidores contrariados. La banda explicó que no querían someterse a las presiones de la industria discográfica, que les pedía más discos y giras sin darles libertad creativa. Sin embargo, Gigatron nunca desapareció del todo. Su música siguió sonando, y sus seguidores mantuvieron viva la llama de la banda. Teóricamente. 

Finalmente, en 2012, Gigatron regresó con fuerza, anunciando su vuelta a los escenarios con una nueva gira llamada “Metalocracia Tour”. En esta nueva etapa, decidieron tomar el control total de su carrera, creando su propio sello discográfico, Dioses del Metal, y financiando sus proyectos a través de sus fans. Esta decisión les permitió seguir haciendo lo que mejor saben: mezclar el humor con el metal, sin comprometer su visión artística. Un single titulado “Apocalipsis Molón” -con un tremendo videoclip-les puso nuevamente en primera linea. Un adelanto de lo que terminaría siendo “Atopeosis”, un disco editado en 2014 y que demostraba la adaptación de la banda a la parodia de las últimas tendencias en el metal: “Estentor” parodia el viking metal en boga en el momento, “Rollo Primitivo” hacia lo propio con el folk metal y la gran “Festival del Mal” era una tremenda caricatura de aquellos interminables viajes en bus a los festivales de heavy metal que iban poblando nuestro país. 

La evolución del metal según Gigatron

Con más de dos décadas de trayectoria, Gigatron ha sido testigo de la evolución del metal en España y en el mundo. Si bien siguen siendo una banda de culto, Gigatron nunca ha dejado de observar con ojo crítico los cambios en la industria musical. El advenimiento del metal industrial, por ejemplo, fue objeto de parodia en “Viking Bugui” de su disco “The Aluminium Paper Album” de 2017, hasta entonces su disco completo más reciente de estudio.

En un momento en que muchas bandas tratan de adaptarse a las tendencias y de seguir un camino más comercial, Gigatron sigue defendiendo la independencia artística y el valor del humor como herramienta para conectar con su público. Para ofrecer otros formatos, la banda ha puesto en marcha off-spins como “Bochornorama”, un espectáculo acústico con el que hacen conciertos en pequeños clubs (“de 7.000 u 8.000 personas” que diría Charly) y Gigatrín, un espectáculo orientado a los más pequeños con menos tacos que Gigatron. 

La normalización de la parodia

Durante la pandemia y tras ella, Gigatron han seguido editando canciones a modo de singles en streaming, incluyendo “Beodulf”, una colaboración con la otra gran banda del metal paródico en España, El Reno Renardo. 

Gigatron ha dejado una marca clara en la historia del metal español. No solo por su música, sino por haber demostrado que el metal puede ser tanto una forma de arte seria como una oportunidad para la autoparodia y la crítica social. Si bien en tiempos recientes se ha “despenalizado” la parodia metalera más que nunca (el éxito de Nanowar of Steel con el “Norwegian Reggaeton” y su fichaje por Napalm Records es un buen ejemplo) hubo una época en que lo que hacían Gigatron era visto con malos ojos por una comunidad metalera, la española, que siempre se había tomado demasiado en serio a sí misma.