Descubriendo a… Iron Maiden: ¿Quién ha dicho que el heavy metal no es cultura?
Iron Maiden, puede presumir de una dilatada discografía. Sin ninguna duda, son abanderados de este movimiento cultural llamado heavy metal. Muy merecidamente. Ya en su disco debut, “Iron Maiden” (1980), nos hablaban del “Fantasma De La Ópera”; ese clásico de la novela gótica, escrito por Gastón Leroux y publicado en abril de 1910, que más tarde hizo popular Lon Chaney, en la adaptación cinematográfica, de 1925, dirigida por Rupert Julian. Más adelante, en el siguiente disco, “Killers” (1981), Harris y los suyos bautizaban un tema instrumental con el nombre de “Genghis Khan”, otro guerrero y conquistador mongol que reinó en el norte de Asia, allá por el 1206.
Arturo Pérez Reverte, se nos metía a todos en el bolsillo, hace ya unos años, al escribir su artículo “Corsés góticos y cascos de Walkiria”. Seguro que muchos lo recordaréis. Aunque parezca extraño y contradictorio, apuntaba el escritor, la palabra cultura no es ajena al heavy metal. Según él, la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. ¡Bienvenido al mundo real amigo Reverte! Su discurso, proseguía enumerando algunos grupos que le habían sorprendido, a la vez que describía cuál fue su asombro al descubrir que entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces, podemos topar con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas.
El escritor, al parecer, acababa de caerse del guindo. Nunca es tarde si la dicha es buena… Pero, ¿qué nos van a contar a nosotros a estas alturas? ¿Verdad? Ya hace mucho tiempo que sabemos de qué va esto del heavy metal. Podíamos mencionar infinidad de grupos cuyas canciones eluden a la cultura popular, a la Literatura, a la mitología, al cine…, pero, si os parece, vamos a centrarnos en uno; IRON MAIDEN, aprovechando que el propio escritor los menciona en el artículo, refiriéndose, concretamente, a su tema “Alexander The Great”. Este icónico guerrero, rey de Persia y Macedonia, entre otros títulos, inició su reinado a los 22 años de edad. Fue conocido por su hambre de conquista, resultando un nombre clave en la cultura de Grecia. Bajo su reinado, se construyeron carreteras y canales de riego, convirtió el griego en la lengua universal, y creó un sistema monetario unificado, sustituyendo el oro por la plata como base del sistema. La doncella de hierro, recuperó la historia de este personaje para su disco “Somewhere In Time” (1986), dando a luz uno de los grandes temas de su discografía, aunque haya quedado un poco a la sombra, todo sea dicho.
IRON MAIDEN, puede presumir de una dilatada discografía. Sin ninguna duda, son abanderados de este movimiento cultural llamado heavy metal. Muy merecidamente. Ya en su disco debut, “Iron Maiden” (1980), nos hablaban del “Fantasma De La Ópera”; ese clásico de la novela gótica, escrito por Gastón Leroux y publicado en abril de 1910, que más tarde hizo popular Lon Chaney, en la adaptación cinematográfica, de 1925, dirigida por Rupert Julian. Más adelante, en el siguiente disco, “Killers” (1981), Harris y los suyos bautizaban un tema instrumental con el nombre de “Genghis Khan”, otro guerrero y conquistador mongol que reinó en el norte de Asia, allá por el 1206. No fue hasta 1983 que un clásico de la mitología inspiraría un single, resultando uno de sus grandes éxitos. Estamos hablando de “Flight Of Icarus”, ese temazo que guarda en su interior el disco “Piece Of Mind” (1984).
“Flight Of Icarus”, cuenta la historia de Ícaro, cuyas alas, construidas por su padre, Dédalo, se derritieron por volar demasiado cerca del sol. La leyenda, no viene a ser más que una advertencia: la avaricia puede romper el saco. En este caso, Ícaro, creyéndose dueño del mundo, quiso llegar más alto todavía. No hace falta decir que acabó precipitándose en el mar, donde murió. Tras “Piece Of Mind”, llegó “Powerslave” (1985). El octavo surco del vinilo, reproducía nada más y nada menos que “The Rime Of The Ancient Mariner”, otra de las joyas que guarda la discografía de IRON MAIDEN; un poema escrito por el inglés Samuel Taylor Coleridge, en 1798. La historia, relata la aventura fantasmal de un marinero. De viaje, en mar abierto, la tripulación se topa con un albatros, un ave que augura buena suerte. Sin embargo, y sin razón aparente, el marinero dispara al pájaro y lo mata. Sus compañeros de viaje, culparán al marinero de todas las desgracias que vayan ocurriendo, obligándole a colgarse el ave en el cuello, como señal de culpabilidad. Tras toparse con la propia muerte, el marino queda libre de la maldición. Eso sí, como penitencia, debe relatar la historia que vivió, allá donde quiera que vaya.
“The Rime Of The Ancient Mariner”, también forma parte de “Live After Death” (1985), uno de los mejores directos de la historia del heavy metal, al menos de los que han quedado registrados para la posteridad, que venía compuesto por una selección de temas grabados durante las cuatro noches en que los británicos abarrotaron el Long Beach Arena de California, los días 14, 15, 16 y 17 de marzo de 1985, durante su mítico “World Slavery Tour”. Saborearlo en directo es todo un espectáculo, con esa niebla que cubre el escenario durante el segundo tramo de la canción. Ya por aquel entonces, gracias a temas como “The Rime Of The Ancient Mariner”, la banda aprovechaba para poner en escena toda esa teatralidad que han venido explotando en la mayoría de sus giras posteriores. Tras “Live After Death”, vendrían “Somewhere In Time”, del que ya hemos hablado, y “Seventh Son Of a Seventh Son” (1988), una de sus grandes obras, que gira en torno a esa supuesta bendición que recaerá sobre el séptimo hijo del séptimo hijo. En el folclore europeo, se cree que el séptimo hijo de un séptimo hijo ha de poseer poderes especiales. Este niño, en concreto, estará dotado con el poder de curar enfermedades y de la clarividencia.
Y ahora, si me lo permitís, vamos a dar un paso adelante en el tiempo, hasta el polémico “The X Factor” (1995). Al margen del barullo que se montó con el cambio de cantante (IRON MAIDEN reclutaban a Blaze Bayley como sustituto de Bruce Dickinson), debemos reconocer que el disco tiene buenos temas en su haber. Uno es “Lord Of The Flies”, inspirado en la novela homónima, la más célebre de William Golding, que se publicaba en 1954. El título alude a la maldad humana, representada por Belcebú, que es conocido por el sobrenombre de Señor de las Moscas. El argumento nos habla de un avión que transporta estudiantes británicos y que se estrella en una isla desierta. Algunos niños sobreviven, y a partir de aquí se desarrolla la interesante trama, cuando algunos de los chicos emprenden conductas violentas e irracionales. El escritor trata el tema del deseo de poder y del autoritarismo, que representado a través de niños pone la piel de gallina. Es una alegoría de la naturaleza humana, que también fue llevada al cine por Peter Brook, en 1963. Una película muy recomendable.
Y para ir finalizando el reportaje, vamos a poner los pies en la actualidad más reciente. En el intervalo, vamos a dejar atrás canciones sobre “The Wicker Man”, incluida en “Brave New World” (2000) e inspirada en la película del mismo nombre, datada de 1973 y dirigida por Robin Hardy; sobre la batalla de “Paschendale” o sobre el castillo de “Montsegur”, ambos pertenecientes a “Dance Of Death” (2003). Temas no menos significativos, a los que podríamos sumar “Isle Of Avalon”, un guiño a la novela artúrica, y “El Dorado”, un mítico lugar con inmensas riquezas y calles de oro, de “The Final Frontier” (2010)… Pero, ahora, como guinda del pastel, me gustaría terminar dedicando unas palabras a ese “Empire Of The Clouds” del último disco de IRON MAIDEN hasta la fecha; “The Book Of Souls” (2015). Es el tema que lo cierra, una extensa pieza de casi veinte minutos, introducida por un piano. Para muchos, será el corte más infumable del redondo. Tal vez. No es mi intención convenceros de lo contrario, faltaría más, pero, si os soy sincero, a mí me pone la piel de gallina cada vez que lo escucho. Es el “The Rime Of The Ancient Mariner” de nuestro presente. Es IRON MAIDEN en estado puro, pero mucho más maduro (no hay que olvidar que sus integrantes son ya casi sexagenarios). Es un corte para disfrutar tranquilamente y con la letra al lado…
El protagonista de “Empire Of The Clouds” no es otro que el R-101; un zepelín cuyo vuelo inaugural se llevó a cabo en octubre de 1930. Poco más de cincuenta pasajeros volaban en él, y parece ser que un exceso de equipaje ayudó a que el vuelo acabara en desastre. Durante el trayecto, a causa del mal tiempo, las cubiertas superiores de proa se rasgaron, dejando expuestas las dos bolsas que contenían hidrógeno. Al aterrizar, en las afueras de Beauvais (Francia), el R-101 se acabó incendiando a causa de las chispas que provocó la fricción contra el suelo. La historia de ese dirigible inglés, el “Titanic del aire”, no deja de ser la reencarnación del mito de Ícaro. El ansia de poder y gloria de Lord Thomson, Ministro del aire, hizo que ignorara los consejos del director civil de aviación y alzara el vuelo, llevando a su tripulación a una muerte prácticamente anunciada.
Y con esta canción llegamos al final. No sé vosotros, pero yo, gracias al heavy metal, he descubierto grandes películas e historias interesantísimas. Cuando surge la ocasión, y este es el caso, siempre acostumbro a citar el film de Dalton Trumbo, “Johnny Cogió Su Fusil” (1971), cuyas imágenes ilustran el clip “One” de METALLICA, tema incluido en su disco “…And Justice For All” (1988). Siempre tuve curiosidad por saber a qué película pertenecían las secuencias que aparecían en ese primer videoclip de los de San Francisco. Ese cuerpo mutilado, tumbado en una camilla, que no desea otra cosa que la muerte… ¿de dónde había salido? Si tenéis la oportunidad, pegarle un vistazo a la película, creo que no os dejará indiferentes. Es una gran obra del séptimo arte. Como comentaba arriba, ya hace mucho tiempo que sabemos de qué va esto del heavy metal, pero, por si algún despistado, como en su día Arturo Pérez Reverte, no lo sabía, aquí estamos para seguir reivindicándolo: ¡El heavy metal es cultura!
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