Blind Guardian: El trono negro de Morgoth
El año pasado (2018) se cumplieron dos décadas de la salida al mercado del disco 'Nightfall in Middle Earth'. Un álbum temático de Blind Guardian que narra, de forma bastante libre, las leyendas y tragedias del Silmarillion de J.R.R. Tolkien.
Hablamos de un disco que, para muchos, lo cambió todo. Quise escribir un artículo al respecto en su momento, pero no pude por falta de tiempo. Aprovechando que la banda va a sacar pronto su tan esperado disco orquestal, quiero hablar del que considero su mejor trabajo.
En primer lugar, diré que no soy muy fan de los dos primeros álbumes de Blind Guardian (‘Battalions of Fear’ y ‘Follow the Blind’). Creo que no soy injusto si digo que, musicalmente, al grupo aún le quedaba un gran océano por navegar. El género en el que se enmarcan estos primeros trabajos es el speed metal, que pronto se transformaría en power metal. También hablaré de esa transformación más adelante.
El salto cualitativo en ‘Tales from the Twilight World’ es notable, eso no lo pongo en duda. Pero con ‘Nightfall in Middle Earth’ encontramos algo diferente. No un cambio radical, pero si la madurez definitiva del grupo, el momento en el que Hansi Kürsch encuentra su voz (tanto en sentido figurado como literal). Nunca nos habíamos sentido tan cerca de los mundos de fantasía que habíamos descubierto en las páginas de Tolkien. Un disco único, disfrutable de principio a fin, evocador y emocionante, que nos hace sentirnos como grandes señores del norte que escuchan a un trovador errante. Un disco con una producción perfecta, que se entiende sin conocer los trabajos anteriores del grupo, pero que pierde mucho si no se descubre lo que vino después.
Y es que la transformación de Blind Guardian a partir de ‘Nightfall in Middle Earth’ no les ha impedido evolucionar. En lugar de quedarse estancados, los miembros de la banda han sido capaces de adaptarse a los tiempos y ofrecer cosas nuevas, manteniendo siempre niveles de calidad consistentes con cada nueva aventura y sin perder nunca su estilo personal. A este respecto recomiendo ‘At The Edge Of Time’, uno de sus trabajos más conseguidos.
‘Nightfall in Middle Earth’ marca también un punto de inflexión en el mercado del power metal cuya popularidad se dispararía en los años siguientes. Por supuesto, ya existían muchas bandas de power metal antes: Helloween, Rhapsody (ahora Rhapsody of Fire), Sonata Arctica, Stratovarius o Iced Earth, entre otros. Ahora bien, la influencia de este disco a finales de los 90 y principios de los 2000 es innegable.
Un género que, dicho sea de paso, ha sido siempre adorado por cierto sector del público (mayormente chicos muy jóvenes y amantes de cierto tipo de literatura), pero duramente criticado por los defensores del heavy metal más «serio» o «de la vieja escuela». Incluso ha sido ridiculizado. Esto último, paradójica y afortunadamente, no solo no ha menguado su popularidad, sino que hasta ha servido de ayuda para mantenerlo vivo.
Desde hace algún tiempo nos encontramos con bandas que explotan las posibilidades cómicas del género en parodias autoconscientes, ridículas pero, al mismo tiempo, respetuosas. La risa desde el cariño. Battle Beast es un grupo que mezcla power metal con synthwave y que no se toma muy en serio a sí mismo. En España podemos poner como ejemplo el genio de El Reno Renardo, que en algunos casos utiliza como base canciones metaleras bien conocidas para hablar de auténticas chorradas. Pero el prototipo perfecto de este power metal humorístico son, sin duda, los escoceses Gloryhammer. Su comedia no se basa en la construcción de chistes, sino en la exageración épica, la acumulación de elementos fantásticos, mágicos, cuanto más gloriosos y disparatados mejor.
Las canciones de ‘Nightfall in Middle Earth’
Aquí os dejo mi análisis de ‘Nightfall in Middle Earth’, pista por pista. Se trata de una reseña bastante extensa, dentro de mis limitaciones como crítico musical. También decidido explicar un poco la historia que narra cada canción, ya que la obra de Tolkien es vasta e increíblemente compleja. Habrá nombres raros y habrá historias sin final pero, ¡no temáis! Os cogeré de la mano y os indicaré el camino, para que no os perdáis en los oscuros bosques de la Tierra Media… no vaya a ser que un orco aparezca y os muerda en la pierna…
1. «War of Wrath» (narración) (1:50)
El mejor arranque posible.
Puesto que la historia es larga y compleja, los autores toman aquí la decisión consciente de no hacer un resumen y, en lugar de eso, narrar episodios dispersos, algunos de los cuales son laterales a la obra de Tolkien. El pegamento que mantiene unida toda la narración es el trono negro de Morgoth: el auge y caída del Señor Oscuro.
En este primer capítulo oímos como Sauron, lugarteniente de Morgoth, informa a su señor que todo se ha perdido. Las fuerzas del bien han ganado y los orcos huyen en desbandada. Ni siquiera los grandes dragones alados pueden hacer nada frente a la luz. El pérfido monarca ordena a Sauron que se esconda y gobierne él sobre las bestias de la Tierra Media. Tras esto, empieza a recordar. Una vida larga llena de incontables siglos de odio, sangre y rencor.
2. «Into the Storm» (canción) (4:24)
¿Qué decir de esta canción? Una explosión de emociones, de energía, de adrenalina, de pasión. Rompiendo con el tono pausado de la narración anterior «Into the Storm» nos golpea con su furia y no nos suelta ni un solo segundo.
La historia narra el primer gran triunfo de Morgoth que, sin embargo, se salda con su mayor humillación. El Señor Oscuro destruye los árboles sagrados que daban luz al mundo (mucho antes de la llegada del sol) con la ayuda de Ungolianth, una criatura monstruosa con aspecto de araña gigante. Tras esto, roba los Silmaril, joyas mágicas creadas por Fëanor (el más hábil de entre todos los elfos). Los Silmaril son el último vestigio de un pasado glorioso. Fëanor parte en busca de las joyas, junto con sus hijos y un buen número de seguidores. Esto dará inicio a las guerras entre elfos y orcos. Morgoth se regodea en su victoria pero olvida que Ungolianth, la devoradora, solo se sirve a sí misma. Ambos discuten sobre los Silmaril y la araña acaba hiriendo a Morgoth de forma tan profunda que este arroja un alarido aterrador. Un alarido que aún hoy, miles de años después, puede escucharse en las costas del mundo. El Señor Oscuro es salvado por sus sirvientes, los demonios de fuego, y así Ungolianth abandona las leyendas de la Tierra Media.
Aunque la historia que se cuenta es, como poco, complicada, yo no diría que es importante. Es más importante la batería, las guitarras y ese estribillo simplemente espectacular. No por nada el grupo estuvo abriendo todos sus conciertos durante casi dos décadas con este tema.
Y es que esta canción es power metal en su forma más pura.
3. «Lammoth» (narración) (0:28)
Continuando la historia iniciada con la anterior canción, oímos un grito de dolor áspero. Por supuesto, no es cualquiera quien sufre: se trata del mismísimo Morgoth, el señor oscuro. Una indicación de que el auténtico protagonista aquí es el ladrón de los Silmaril y no los elfos.
4. «Nightfall» (canción) (5:34)
Ya no existe la luz. Solo sombras y miedo. Los árboles han sido destruidos. Y cae la noche en la Tierra Media. Esta es la canción que da nombre al álbum y una de las mejores composiciones del grupo.
Esta maravillosa canción narra no tanto los hechos como las sensaciones de un mundo que conoce la noche por primera vez. Una noche cruel, que trae frío, dolor y bestias sin nombre. Y sin embargo, oímos cómo aparecen las estrellas, como pequeñas ventanas de esperanza que se abren en la oscuridad.
La voz de Hansi nunca ha sido más melodiosa, ni la guitarra de André Olbrich ha sonado más mágica. Podemos sentir la caída de los copos de los nieve y cómo las lágrimas recorren el rostro de los elfos.
Como anécdota curiosa, originalmente la canción iba a llamarse «Rheingold», pues estaba basada en un libro que narraba la historia de los nibelungos. La letra cambió cuando el grupo decidió hacer un disco temático inspirado en la obra de Tolkien.
5. «The Minstrel» (canción) (0:32)
Debo admitir que, en este caso, he dudado si considerar el segmento una narración o una canción. Porque es increíblemente breve pero, como su propio nombre indica, se trata de un bardo. Un bardo que, a orillas del mar, entretiene a un público entregado. La verdad es que es una lástima que no sepamos más de este personaje. ¿Será el mismo trovador dicharachero que nos acompañaba en la famosa «The Bard’s Song» de 1993…?
6. «The Curse of Fëanor» (canción) (5:41)
Fëanor, ahora alto rey, parte hacia el este para destruir a Morgoth y recuperar los Silmaril. Pero se encuentra con un escollo: los elfos que viven en la costa, los constructores de barcos, no desean ayudarle. No creen en la guerra. El infame rey, loco de ira, ordena su exterminio, en una horrible matanza de hermanos contra hermanos. Tras esto, roba las naves. Este acto de cobardía y mezquindad provoca que una horrible maldición caiga sobre todos los seguidores de Fëanor, los Noldor. Dicha maldición es una de los temas principales tanto del propio Silmarillion como de El Señor de los Anillos, y el motivo principal por el cual los elfos no pueden regresar a la tierra donde han nacido. Por supuesto, Fëanor morirá durante la batalla, convirtiendo su búsqueda de venganza en una empresa inútil que se lleva miles de vidas por delante. Pero su horrible legado permanece, pues sus hijos se convierten en crueles señores de la guerra, capaces de cualquier cosa por recuperar las joyas que forjó su padre. ¡Ahí es nada!
La batería de Thomas Stauch (que no forma parte del grupo desde 2005) es brutal, salvaje, y toma un protagonismo central en la composición. La melodía tiene, a pesar de los instrumentos modernos, algunos toques orientales, que contrastan con el estilo marcadamente europeo de «The Minstrel».
Siempre me ha fascinado el cambio de registro tan brutal que Hansi tiene dentro de la propia canción, hasta el punto de que, siendo joven, llegué a pensar que eran dos cantantes distintos. Quizás porque es Fëanor quién canta y ahí la dualidad está clara. Un artesano obsesionado con la belleza y, al mismo tiempo, un asesino. Un rey que dice amar de su pueblo, pero que lo dirige a un viaje sin retorno a través de la oscuridad. Un héroe para su pueblo que, sin embargo, comete un acto de violencia mayor que los del propio Morgoth. ¿No lo veis? ¡Ahí está el señor de los elfos, agitando el puño!
Durante muchos años, esta fue mi canción metalera favorita.
7. «Captured» (narración) (0:26)
Un segmento muy simple, pero efectivo. Morgoth se burla de uno de los hijos de Fëanor, capturado durante la batalla. Ahora es su invitado… para siempre.
8. «Blood Tears» (canción) (5:24)
Esta canción desarrolla lo narrado en el segmento anterior. En ocasiones es Morgoth es quien habla. En otras, oímos la voz del propio prisionero, e incluso la del guerrero que le rescata. El punto de vista cambia casi en cada verso.
Sin desmerecer al conjunto, se trata de uno de los temas más flojos del disco (al menos en mi opinión). Sin embargo, hay algunos puntos que merecen ser comentados.
Estamos ante una especie de balada, pero, eso sí, muy distinta a lo que nos tienen acostumbrados los alemanes, tanto en forma como en contenido. Tampoco hay otro tema como «Blood Tears» en el resto del disco, lo que ayuda a la sensación de sorpresa y diversidad.
La canción, por cierto, incluye un par de simpáticos homenajes al «Welcome Home» de Metallica.
9. «Mirror Mirror» (canción) (5:06)
El rey Turgon tiene una visión: Ulmo, todopoderoso señor de las aguas, le ordena que construya una ciudad oculta. Un bastión hermoso y bien protegido donde los elfos puedan ser libres de la maldad de Morgoth. Pero, al mismo tiempo, Ulmo recuerda a Turgon que no debe amar demasiado las cosas que fabriquen sus manos, pues la salvación se encuentra en el mar. Ignorar este consejo significará el fin del monarca y la destrucción de su pueblo.
La canción es muy rápida y narra las tribulaciones y dudas de Turgon de forma entretenida y muy animada, casi como si se tratara de una gran batalla. Desde cierto punto de vista es un regreso a los orígenes, al speed metal de los 80.
En su día, este tema fue escogido como single, quizás porque, dentro de su innegable calidad, es el más convencional del disco. También es la primera canción que aparece cuando escribes «Blind Guardian» en Google.
10. «Face the Truth» (narración) (0:24)
Oímos el hermoso trinar de las aves y lo que parecen aguas tranquilas. Sin embargo, también oímos la voz de un Noldor que, con pesar y preocupación, habla de la maldición de Fëanor.
11. «Noldor» (canción) (6:51)
Una canción trágica y dolorosa.
Originalmente esta iba a ser la tercera canción del disco, ya que narra las consecuencias de la matanza de los elfos del mar. Sin embargo, se decidió moverla al ecuador del disco, por motivos puramente estéticos. Y acertados, he de decir. Un tema como este al principio habría roto el ritmo y habría creado un precedente extraño para el resto del conjunto, independientemente de que narrativamente fuera lo correcto. Sin embargo, en el puesto 11 resulta un pequeño descanso tras la intensidad de «Mirror miror» y la antesala perfecta a la perfección épica de «Times Stands Still».
«Noldor», al igual que «Blood Tears» es una balada, pero no es romántica, ni lenta ni calmada. Se trata de una balada triste que, sin embargo, se convierte en auténtico heavy metal cuando el sufrimiento entra en escena y ya no retrocede. Hansi vuelve a jugar con el contraste entre una voz más calmada y auténticos alaridos de dolor, aunque la diferencia no es tan marcada como en «The Curse of Fëanor».
12. «Battle of Sudden Flame» (canción) (0:44)
Una vez más, nos encontramos con los bardos. En este caso, hablando de la batalla de la llama súbita, en la cual el Señor Oscuro muestra al mundo por primera vez a los dragones de fuego. Fingolfin, uno de los grandes reyes de los elfos, decide cortar la cabeza de la serpiente y desafía a combate singular al pérfido Morgoth.
He decidido incluir el segmento en la categoría de canción porque, realmente, estamos ante una canción con entidad propia, fácil de recordar y fácil de amar y que, tristemente, no llega al minuto de duración. Una balada hermosa que narra de forma cálida y agradable una tragedia terrible.
Sin embargo, la guerra no ha terminado. De hecho, está a punto de comenzar…
13. «Time Stands Still» (canción) (4:53)
Los primeros acordes nos preparan para lo que está por venir, como si estuviéramos dentro de una película de terror. Entonces entra la voz y, poco después, el estribillo, y entendemos que esto se trata de un cantar de gesta, a la altura de las más grandes hazañas caballerescas.
Fingolfin y Morgoth chocan el uno contra el otro, como un martillo estrellándose contra un yunque. El más grande guerrero de los elfos contra el Mal en su forma más pura.
Es imposible separar el tema de la melodía. Con cada golpe de batería, podemos sentir el impacto del mazo de Morgoth, golpeando el suelo y haciendo que tiemblen las colinas. Con cada rasgueo de guitarra, podemos ver la espada de Fingolfin cortando el aire y rasgando la piel de su monstruoso enemigo. No solo oímos música: oímos cómo las armaduras tintinean, cómo los combatientes jadean, cómo la sangre se mezcla con el sudor y cómo la Tierra Media entera aguanta la respiración.
En otros temas de Blind Guardian la letra es más críptica o tiene múltiples interpretaciones posibles. Sin embargo, en este caso, podemos seguir la historia con una claridad meridiana, desde su tenso inicio hasta su desgarrador final.
Estamos ante la que es, quizás, la mejor canción del disco.
14. «The Dark Elf» (narración) (0:23)
Ha nacido una semilla de maldad. Ha nacido Maeglin. Su padre es un herrero apodado «el elfo oscuro» que vive en las profundidades del bosque, en completa soledad. Su hogar no es un hogar feliz.
El elfo oscuro asesina a su esposa delante de su propio hijo y es ajusticiado por ello. Este acto de violencia inicia una cadena de acontecimientos que acabará por destruir el último de los grandes reinos de los elfos.
15. «Thorn» (canción) (6:19)
Esta canción habla de los sentimientos de Maeglin y de su oscuro destino. Esto y muchas otras cosas se narran con mayor detalle en la caída de Góndolin.
Maeglin sufre y escoge el camino equivocado. Se siente traicionado por su rey, por su amada y por sus amigos, y a esto responde con la más monstruosa de las traiciones. El personaje no trata de justificar su decisión, en absoluto. Sencillamente, se siente una marioneta del destino y el tema nos ayuda a entender un poco su dolor.
No es infrecuente que en los discos de Blind Guardian haya una o dos canciones desde el punto de vista del «villano». El mejor ejemplo es «Mordred’s Song», que podemos encontrar en Imaginations from the Other Side.
16. «The Eldar» (canción) (3:39)
Similar a «Noldor» en términos temáticos, «The Eldar» no narra acontecimientos concretos, sino un sentimiento. La desesperación de los elfos (eldar en su idioma) que, a pesar de sus muchos dones y de sus infinitos años de juventud, no han obtenido nada más que sufrimiento con cada nueva empresa. Todos los reinos que han alzado han sido aniquilados. Todos los portentosos artefactos que han creado han sido destruidos o se han vuelto en su contra. No hay esperanza. Cada vez que el mundo cambia, es a peor.
Estamos ante la primera canción de todo el disco que usa piano, recurso que es muy poco habitual en las composiciones de Blind Guardian. El sonido que se genera es melancólico, cargado de recuerdos y de reproches. Aquí no hay guitarras ni batería. Igual que ocurre en «Noldor», en un momento dado la canción se acelera, pero, al contrario que ocurre con el anterior caso, nunca se pierde el tono apesadumbrado.
Y es que alguien puso veneno en la copa del destino…
17. «Nom the Wise» (narración) (0:33)
En este pequeño segmento, podemos oír a Beren, campeón de los hombres, sufriendo por la muerte de su amigo y aliado Nom, rey de los elfos del sur. La historia de estos personajes es larga y complicada, pero la narración se centra, únicamente, en la pérdida. Cómo ha muerto Nom o cuáles son las siguientes aventuras de Beren es lo que menos importa. Lo importante es que dos hermanos de armas han sido separados y ya no volverán a beber juntos.
18. «When Sorrow Sang» (canción) (4:25)
Llegamos al final del disco y las canciones empezaban a tomar un cariz crepuscular, pero «When Sorrow Sang» recupera un poco el tono de los primeros temas del propio álbum, con un estilo más animado y rápido, dándonos un pequeño respiro antes de llegar a un final marcado por la tristeza y el triunfo de las sombras.
El relato que inspira este tema musical es uno de los más queridos del propio Tolkien, y francamente difícil de explicar en unas pocas líneas, pero lo intentaré:
Beren, el hombre y Luthien, la elfa, se enamoran. Mortal e inmortal, dos seres destinados a estar en mundos separados, acaban por juntarse. Beren, para conseguir la mano de Luthien, debe obtener un Silmaril, como muestra de valor. Por tanto, parte al norte y se adentra en la fortaleza de Morgoth. Beren consigue su propósito, pero muere. Luthien, incapaz de afrontar una existencia sin amor, viaja hasta la tierra de los muertos y allí habla con Mandos, guardián de los que han caído. La canción que entona de la doncella es tan hermosa que Mandos llora y permite que Beren se vaya, con la condición de que Luthien también sea mortal. Cuando ambos caigan por una segunda vez, no habrá indulgencia que valga.
Esta es, supuestamente, esa canción que entona Luthien y que convence a Mandos de conceder una última gracia. Curioso cuanto menos que el tema más heavy de todo el disco sea aquel que narra una historia de amor y el intento desesperado de una dama en recuperar la vida que ha perdido. Esas guitarras no suenan especialmente románticas ni Hansi suena especialmente femenino. ¿Quién sabe? Quizás el bueno de Mandos era un metalero de los bajos de Argüelles.
Una buena dosis de rock and roll que viene bien a cualquier hora del día. Como una hamburguesa con queso.
19. «Out on the Water» (canción) 0:44
De nuevo, he decidido considerar este segmento una canción por derecho propio, a pesar de su brevedad. No merece otra cosa. «Out of the water» es bellísima, evocadora y se desvanece tan rápidamente como las gotas de lluvia que caen en el mar. La canción habla de la isla de «los muertos que viven», donde aún caminan y respiran aquellos que han caído en la Tierra Media. Una visión melancólica pero esperanzadora de los amigos que ya no están. El complemento perfecto a la desesperación y el horror con los que cierra el disco.
20. «The Steadfast» (narración) (0:21)
Un segmento simple, pero muy potente. Oímos al Señor Oscuro gritando a uno de sus prisioneros. Declara que él, y solo él, es el amo absoluto de la Tierra Media. La voz de Morgoth nunca ha sido más profunda, más aterradora, más imponente. El mal ha vencido.
21. «A Dark Passage» (canción) (6:01)
La canción narra el mayor de todos los triunfos de Morgoth (si obviamos la caída de Góndolin), de nuevo desde el punto de vista del villano.
En la quinta batalla, un inmenso ejército combinado de elfos, hombres y enanos ataca la fortaleza del Señor Oscuro. Aquello podía haber significado su final, pero ocurre algo terrible: los hombres traicionan a sus amigos, apuñalando por la espalda a los más nobles de entre los elfos. Así, la oscuridad triunfa una vez más, no por los orcos ni por los demonios de fuego, sino gracias al oro. Gracias a la deslealtad de unos pocos todos quedan condenados.
Pero nosotros no estamos del lado de los elfos ni de los hombres. Somos espectadores crueles que asistimos al sanguinario espectáculo y lo aplaudimos. Morgoth nos anima a ello. Nos anima a dibujar una sonrisa y observar como los cuerpos se apilan unos encima de otros. La canción es una marcha triunfal, con tintes militares, en la que prima una sensación de victoria (poco importa si dicha victoria es merecida o no).
Un buen tema, aunque debo admitir que siempre me ha parecido un poco decepcionante, considerando que alguna de las canciones previas son auténticas obras maestras.
22. «Final Chapter» (narración) (0:48)
Un anciano explica cómo, tras la derrota de los elfos en numerosas batallas, Morgoth se ha declarado amo del mundo, dándose el título de Maestro de los Destinos. Queda, eso sí, una pequeña esperanza. Nosotros sabemos que esa esperanza es muy real y que, de hecho, el Señor Oscuro tiene los días contados.
Un final extraño para el disco si lo consideramos una adaptación del Silmarillion de Tolkien, pero perfectamente lógico si tenemos en cuenta que aquí la historia principal es la de Morgoth y que el punto de vista que importa es el suyo.
Asistimos, pues al auge y caída de la fuerza del mal.
Valoración personal
Espero, sinceramente, que este artículo monstruosamente largo os haya resultado interesante. O, como mínimo, os haya dado alguna idea para partidas de Dungeons & Dragons.
Al parecer, el proceso de creación de este álbum fue especialmente duro. En los últimos años, han surgido en forma de bonus track algunos temas que, en su momento, la banda tuvo que descartar por motivos de tiempo y espacio. Me refiero, obviamente, a «The Tides of War», «Doom» y «Harvest of Sorrow». Las tres son canciones buenísimas (mi favorita es «The Tides of War»).
Desde la llegada de las plataformas digitales, hemos empezado a vivir una nueva era del single. Hoy día, los discos de cincuenta minutos tienen un peso mínimo en el mercado. En cualquier caso, no es raro encontrar discusiones entre aficionados a la música sobre cual es el mejor álbum de todos los tiempos. Normalmente, estas discusiones o bien son innecesariamente violentas, o bien se acaban saldando con dos o tres ejemplos clásicos que dejan contento a todo el mundo. Cosas que llegaron antes que todo lo demás que y son, por tanto, influyentes e innovadoras.
Pues bien. Yo no sé cual es el mejor álbum de todos los tiempos. No sé cual es el más influyente ni el más innovador. No me considero ningún experto ni, desde luego, tengo la menor intención de iniciar una pelea. Pero sé cual es mi álbum favorito.
Y es este.
Enrique Dueñas
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