El heavy metal oscuro y visionario de Avatar vuelve a la carga de la mano de ‘Dance Devil Dance’ y con él el “circo” que les caracteriza a su alrededor.

La espeluznante formación, con Johannes Eckerstörm a la cabeza, Jonas Jarlsby y Tim Öhrstörm a la guitarra, Henrik Sandelin en el bajo y John Alfredsson a la batería, se prepara para dar un paseo a través de un bosque minado de hombres lobo y mucho rock and roll. Charlamos con el frontman de la banda para desenmascarar los secretos escondidos tras los ápices de la tumba en que pretenden enterarnos.

¿Cómo describirías la esencia del álbum?

Es bastante frecuente escuchar a una banda decir, “este es el mejor trabajo que hemos realizado hasta la fecha”. En efecto, con ‘Dance Devil Dance’ tengo esa sensación. El larga duración constituye el proyecto más centrado que hemos confeccionado, canción por canción.

En su momento, dediqué largas horas a pensar el material musical con el que debíamos adentrarnos en el estudio, así como el propósito del mismo. Existe una parte del metal complicada, no se disfruta más al decir “siéntate y calla”, aunque es un hecho muy común en el género. Gran parte de las propuestas actuales suenan a esa imaginería. Sin embargo, hemos trabajado muy duro para llegar a la oficina que es la música: el heavy metal es rock and roll y el rock and roll es música que se baila.

Movemos la cabeza a su ritmo, tiene una función en nuestra vida, así como beber, ir al gimnasio, cualquier cosa. En ese momento te das cuenta de que el track forma parte de tu día a día. En definitiva, considero que ahí reside la comunicación, proyectas tus emociones a la música. Con todo, quizás aquello que intentas transmitir no es tan fácil como decir simplemente ‘baila’. Dichas deliberaciones, que se encuentran campo a través, deben ser el foco. Tratamos de realizar música bailable acercando al metal en la medida de lo posible.

‘Dance Devil Dance’ presenta un tracklist muy completo. ¿Cómo es el proceso de composición? ¿Os centráis, primeramente, en el ámbito musical y, a posteriori, en el lírico? ¿O viceversa?

Sin duda, la música primero. Si el plano sonoro es bueno, si se traza un buen riff, anclamos una guía para el marco lírico. Dicho esto, también es posible componer a partir de letras escritas anteriormente, pequeñas ideas que escribes en un bloc de notas que reflejan aquello que ves, aquello que te rodea. Con todo, en gran medida confeccionamos letras acordes a la música, considerando la problemática letra vs poesía. Existen personas que componen temas en base a poesía, pero cuando se trata de letras para un álbum, deben ejercer un rol musical al mismo tiempo, centrándose en el sonido de las palabras.

En este marco, ¿concebís el álbum en base a un concepto? ¿O este surge en la posterior escucha?

Realizamos álbumes conceptuales en el pasado, siendo un ejemplo ‘Feathers and Flesh’. Nos gustó el proceso, especialmente por los retos a los que hicimos frente. No habíamos realizado un proyecto así en el pasado, así que fue interesante descifrar si podíamos incluir un elemento cómico y desarrollar el juego en el que introdujimos a los fans. Fue un gran desafío.

Si hubiéramos realizado esto por tercera vez habría resultado un crujido, así que decidimos seguir adelante e incorporar un elemento conceptual en la imagen completa de ‘Dance Devil Dance’: tipología de canciones, sentimientos atados a ellas. Otra vez, considero que las canciones resultaron más pulidas, siendo grandes surcos. Más agresivo que progresivo. Fue de gran ayuda crear una audiología en base a aquello en lo que íbamos a trabajar. Como fan de la música, puedo interesarme por diferentes estilos.

Con todo, cuando confeccionas un corte no puedes abarcar, al mismo tiempo, el cubismo, impresionismo, surrealismo, etc. Debes escoger un color en cada momento, siendo este el tipo de conceptualismo que hemos escogido. El resto va más allá del signo y fue escrito en un momento dado, siendo este un año o más. Los temas únicamente se entrelazan gracias al momento en el que nos encontrábamos.

Avatar (Foto: Ignacio Sánchez)

¿Cuál consideráis que debe ser vuestro próximo movimiento como banda? Y, más concretamente, ¿qué aportará ‘Dance Devil Dance’ a la escena actual del género?

En toda ocasión, aparte de componer para elaborar un buen tema, nos centramos en confeccionar algo que no haya sido escuchado antes. Constituye una meta importante para nosotros. En el mundo del metal, intentamos añadir algo a la conversación. Hacer metal con textura de metal. Escribir de una forma en la que se escriba nuestro camino. Esperamos hacer que la escena camine hacia delante, atendiendo a que la escena en cuestión es el lugar correcto para nosotros.

Nuestro próximo paso es difícil de atinar. Siempre intentamos desarrollar nuevas ideas sobre una amplia gama de conceptos, para ver en qué nos zambullimos próximamente. No hay normas. En escribir empiezas a percibir un atisbo de aquello surgirá. Quizás aquello en lo que trabajas actualmente, da un giro más progresivo el próximo mes. Es algo que no puedes evitar. Con todo, mi mente sigue de lleno en ‘Dance Devil Dance’ y en su propósito. Aún no ha llegado el momento de calibrar el próximo paso.

Centrándonos en profundidad en el tracklist, el tema “Violence No Matter What” presenta una colaboración con Lzzy Hale, ¿cómo fue trabajar con la cantante?

Ella es genial. Todo empezó en base a la música propuesta por Tim. En tal momento, confeccioné vocals para el tema y, de forma espontánea, pensé ‘la gente debe cantar esto’. Algunas posibilidades sobre la mesa me resultaban físicamente imposibles, así que, en vez de añadir un extenso corpus de coros, decidimos convertir el track en un dúo. Contar con una voz femenina en una formación completamente masculina añadió algo al sonido.

Halestorm es una gran banda, mantenemos una relación real que va más allá del ámbito de los negocios. Lzzy, a nivel vocal, es capaz de hacerlo todo, puede cantar de forma muy agresiva y mantener una voz melódica preciosa. Fue una elección fácil. Como expuse, considero al heavy metal como parte del rock and roll. En Avatar, el metal va por delante, pero en el caso de Halestorm el rock and roll se alza con la bandera, dejando al metal en segundo lugar. No obstante, Halestorm abarca extremos muy heavies en encontrar un punto medio.

¿Cómo fue el proceso de confección del artwork? ¿Varió respecto a trabajos anteriores?

En esta ocasión, trabajábamos por primera vez con Ben, el artista encargado de tal empresa. Fue muy diferente. Con todo, nos arriesgamos a probar cosas nuevas, así como en el marco de la imaginería presente en los shows. Jugamos con cámaras analógicas, una fotografía de carácter mojado que remite a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En este contexto, tomamos fotos de la banda en base a tal técnica y el resultado terminó encajando perfectamente con la onda presente en el álbum. Fue una de tantas opciones que probamos para alcanzar el ajuste correcto.

El pasado verano, Avatar realizó tours de alto calibre junto a bandas como Iron Maiden y Sabaton. ¿Cómo fue tal experiencia?

Con Sabaton, realizamos proyectos anteriormente, incluyendo giras. Somos buenos amigos, de modo que fueron negocios casuales, en el mejor sentido de la expresión. Tuvimos buenos momentos y resultó sencillo conectar con la audiencia. En este marco, constituimos un buen combo. A pesar de las diferencias paulatinas entre nosotros, encajamos en la imagen general. Quiero pensar que somos bandas que no se asemejan en gran medida a otras bandas, solo hay un Avatar, solo hay un Sabaton. Somos similares pero diferentes.

Avatar (Foto: Zoe Lilith)

Con Iron Maiden la historia fue distinta. Por primera vez en veinte años me sentí nervioso en el escenario. Nos sentíamos como adolescentes. Fue una ocasión contada en la que pensé, espero que nuestra propuesta guste al público. Yo no pienso así nunca, a la gente le gusta lo que le gusta, por eso debes hacer aquello que consideras como tuyo.  Con todo, fue un viaje hecho para nosotros. Nos trataron muy bien en todos los aspectos posibles. Por supuesto, eran amables y grandes profesionales.

En términos personales, ¿qué esperas del próximo tour de presentación del álbum?

En los próximos shows de Avatar tratamos de encontrar un balance en crear una gran cantidad de libertad en el escenario, en vistas de que el show respire, viva y sea diferente cada noche. Intentamos expandir aquellas prácticas que se han convertido en tradiciones a lo largo de los años y hacerlas nuestras. Nos encontramos en un momento muy excitante.

En esta misma línea, ¿cómo ha sido vuestra experiencia musical en España?

Increíble. Rock Imperium postula como uno de los mejores festivales a los que hemos asistido en España, a pesar de que nuestro equipo llegó con bastante retraso. Nos trataron muy bien y terminamos no perdiendo mucho tiempo. España es uno de esos lugares que ha cuidado de nosotros a medida que han pasado los años, con sold out shows a través del territory. En definitiva, he pagado dinero para visitar tal lugar en mi tiempo libre (risas). Un concierto de metal se escribe cincuenta a cincuenta entre la audiencia y el artista. Muchas bandas se sienten mejores artistas en base a la generosidad del público, ellos te alimentan. La audiencia es la que te hace mejor, tú al final eres quién eres.

Avatar (Foto: Lolo)

¿Te consideras fan de alguna banda de nuestra escena nacional?

Definitivamente, consumo metal en lengua española. Sin embargo, no tengo claro el origen geográfico de todas las propuestas. Confeccioné una playlist acerca de ello, ya que la lengua inglesa tiende a resultar más cercana y conocida -busca la playlist en cuestión-. “A ver… ¿dónde estás? Podrías indicarme qué bandas son, en efecto, españolas (risas). Tengo tantas playlist que no consigo encontrarla”.

Finalmente, pero no menos importante, ¿qué significa la música para ti? 

Todo. La música y, más concretamente, el metal ha cambiado mi vida, gracias a la carrera profesional que he desempeñado en este ámbito. Esa siempre fue la meta, el objetivo vital para el que trabajé desde niño. Con la música, cada palabra se extiende más allá. Los lugares visitados, las relaciones establecidas, es algo demasiado complejo para dar una respuesta breve.

Lorena Mendoza