8 Kalacas llevan casi dos décadas en activo y pese a que solo poseen dos LPs, los líderes del skacore vuelven para hacer lo que mejor se les da: mezclar lo mejor de la cumbia con lo más pesado del metal.

Ahora lanzan ‘Fronteras’, tercer álbum de la banda que refleja la situación social de los extranjeros en Estados Unidos pero que también pone de manifiesto las fronteras mentales que sufre el ser humano.

¿Qué es exactamente el skacore?

La combinación del core y el ska, principalmente, pero incluyendo todo tipo de géneros: el rock, el hardcore, el punk… Es decir, coger todos los ritmos de estos géneros y sumarlos a lo que es el ska. Es decir, el ska tiene ritmos bastante suaves que incitan a bailar, pero nuestro skacore añade los ritmos más pesados de los géneros citados anteriormente. Es la perfecta combinación del odio y del amor.

¿Os ha supuesto dificultad a nivel compositivo incluir elementos latinos dentro de un género tan pesado como el core?

Ha sido algo natural, se nos ha hecho más difícil prescindir de ciertos instrumentos, que es lo que nos dotaba en gran parte de ese carácter latino. Tenemos magia, siempre ha estado ahí, y creo que es lo que diferencia a nuestra música; es muy especial escuchar hardcore entrelazado con la armonía que proporcionan los instrumentos de viento. En este aspecto se ve muy bien nuestra madurez como banda, nos gusta la música que hacemos y por ello seguimos trabajando. Combinar dos géneros tan opuestos como la música latina y el core es algo normal para nosotros, nos gusta moshear y también bailar.

Decís que vuestro nuevo disco, ‘Fronteras’, es el perfecto reflejo de la situación en vuestro país, ¿qué tipo de situaciones queríais comunicar con ‘Fronteras’?

Nosotros ahora mismo vivimos en Estados Unidos, actualmente muchas personas están abandonando sus países y cruzando las fronteras. Como latinos conocemos bien este asunto ya que nosotros mismos o nuestros familiares han cruzado las mismas fronteras en busca de un futuro mejor. Venimos de un país sin oportunidades, con grandes índices de pobreza, miedo, hambre y sin oportunidades de ningún tipo.

No sé qué tal estará la situación para emigrar dentro de Europa, pero las reglas aquí son muy estrictas, además del racismo latente en este país. La sociedad estadounidense no tarda en culpar a los extranjeros de robarles el trabajo, enseguida te dicen que vuelvas a tu país. Es algo que prácticamente todos los latinos que han pisado Estados Unidos conocen bien. 

Pero también diré que el disco refleja fronteras algo más simbólicas, es decir, hablamos de las fronteras mentales. A veces nuestro pensamiento nos produce retrocesos a nivel mental, no nos deja avanzar, nosotros mismos nos ponemos fronteras; y esto también es importante en este álbum.

Precisamente en Estados Unidos se han forjado grandes bandas de hardcore como Agonstic Front o Terror, ¿existe una gran diferencia con vuestro hardcore más latino?

Sí y no. Tenemos amigos fans del hardcore, tanto del hardcore moderno como del antiguo, vienen a nuestros conciertos y no notan un gran contraste. Si te gusta el hardcore, puedes escucharnos; si te gusta bailar, puedes escucharnos; si solo quieres sentir la música también somos una buena opción. Nosotros hemos tenido mucha suerte porque nuestro estilo es polifacético, encajamos en varios festivales, da igual que sean eventos de metal, de ska, de música latina… Tenemos oportunidades, y estamos muy contentos de que el género que tocamos sea agradecido con nosotros y nos abra tantas puertas. 

¿Y si no fueseis latinos creéis que podríais haber compuesto un álbum como ‘Fronteras’?

La mayoría de nuestros fans son estadounidenses, aunque tienen antepasados latinos, y entienden perfectamente el concepto del álbum porque saben que en algún momento sus familias sufrieron las situaciones de las que hablamos en el disco. Edgar por ejemplo es nacido aquí, él tiene padres salvadoreños y también lo comprende. Aunque hayamos nacido aquí creo que podríamos haberlo grabado igual porque no es una situación que afecte exclusivamente a Latinoamérica, es un reflejo de la vida.

Considero que ‘Fronteras’ también puede ser revelador para los fans puramente estadounidenses, no han sufrido lo mismo que nuestros antepasados o nosotros mismos; pero ven y entienden la situación. Sales a la calle o ves las noticias y ya lo puedes comprobar fácilmente. En este nuevo álbum no hablamos solo de discriminación, hay que tener en cuenta que todos tenemos algo en común: nos levantamos temprano para ir a trabajar, sales a buscar un medio para vivir… Este álbum es para todo tipo de mentalidades.

En canciones como “Arturito” hablamos de la vida real: levantarte todos los días, trabajar, ganar dinero para pagar tus facturas y hacer lo mismo al día siguiente; no disfrutas de tu vida, es algo estático. Criticamos las realidades sociales, pero también al capitalismo en cierto modo. Esto es una realidad, independientemente de tu procedencia, color de piel o la lengua que hables.

¿Y de dónde surge la idea de hablar de las fronteras a nivel mental?

Las fronteras mentales siempre están ahí. Diariamente las tenemos presentes en nuestra vida, condicionan nuestras decisiones y consiguen que estemos pendientes de lo que opinan los demás sobre nosotros. Nuestra mentalidad a veces nos mantiene tristes, deprimidos, nos mata por dentro; eso es lo que pretendemos transmitir también con ‘Fronteras’. Uno tiene que “brincar” y darse oportunidades para seguir adelante.

Lleváis en activo desde el 2003, ¿a nivel grupal cómo habéis evolucionado teniendo en cuenta lo muchísimo que ha variado la música metal y hardcore?

La banda ha evolucionado bastante. Cuando empezamos teníamos un estilo más latino, con más cumbia; y ahora 8 Kalacas es más agresivo. Usamos menos congas, trompetas, somos más hardcore, más metaleros; y sobre todo más ska que core. Antes teníamos un saxofonista incluso, pero ahora hemos forjado un nuevo sonido incluyendo la trompeta y el trombón. La evolución del género nos ha afectado incluso a la hora de componer, hemos forjado ya nuestro estilo, sabemos qué es lo que queremos hacer. Tenemos más experiencia para hacer las cosas bien en el futuro.

Habéis entrado en el management de Dez y Anastasia Fafara, ¿qué ha supuesto esto para vosotros?

Fue algo increíble. Estábamos escribiendo ‘Fronteras’, hablábamos de que queríamos dejar a nuestro antiguo manager, pero nos daba miedo estar solos, de tomar una decisión precipitada. Tuvimos mucha suerte de encontrarnos con Dez y Anastasia, nos han ayudado a crecer y nos han apoyado desde el principio. Gracias a él estamos trabajando con Atomic Fire.

Hemos crecido grupal y personalmente, nos ha ayudado a ser más inteligentes porque ambos conocen muy bien cómo funciona la industria musical. Es lo mejor que nos ha pasado como banda. En general lo estábamos haciendo bien, pero gracias al apoyo de Dez estamos trabajando de manera mucho más profesional. Como banda, o al menos nosotros, no queríamos quedarnos estáticos; nos gusta seguir avanzando, echarle ganas y saber hasta dónde podemos llegar.

Aunque lleváis casi dos décadas en activo solo habéis sacado dos discos de larga duración: ‘Kill The Radio’ y ‘8Kalacas’, ¿no son pocos para tantos años de trayectoria?

La calidad toma tiempo. Creemos que es porque somos flojos y huevones (ríen). Es broma, hemos sufrido muchos cambios en la formación de la banda. Nos quedamos sin batería y nos costó mucho tiempo encontrar al batería definitivo. También teníamos un bajista, no nos convencía y otra vez tardamos bastante en encontrar un sustituto. Todo esto hace que sufras altibajos, además hay que sumarle el parón que supuso la pandemia. Nuestro camino no ha sido fácil, la música no es fácil, si fuera fácil hubiésemos sacado un disco cada año pero… está “cabrón”. Sí, diversas bandas sacan discos con frecuencia, pero hay que tomarse su tiempo. Además, coordinar el trabajo en una banda de siete personas es complicado y vivimos lejos los unos de los otros.

¿Sois siete miembros y os llamáis 8 Kalacas?

Empezamos siendo 8, teníamos un saxofonista y prescindimos de él con el tiempo, nos decantamos por conservar el trombón y la trompeta. También tuvimos dos guitarristas por un tiempo, pero eso tampoco funcionaba. Se podría decir que el octavo miembro son nuestros fans, somos siete, ocho con ustedes.

Grabasteis el disco en 2019, han pasado casi tres años. Ahora que podéis verlo con perspectiva, ¿modificaríais algo de ‘Fronteras’?

Diríamos que no, este disco nos gusta muchísimo. Planificamos bien los cambios, si se nos ocurre alguna sugerencia de última hora la guardamos para el siguiente álbum. Pensamos mucho en la composición de nuestros trabajos. Es importante que todos lo veamos claro a nivel grupal, tener inspiración a nivel de banda es clave. Esto es decisivo sobre todo de cara al tiempo, si todos estamos de acuerdo somos capaces de planear cómo trabajaremos nuestro siguiente redondo en un par de horas, pero si no nos coordinamos podemos tardar meses. 

Lanzáis ‘Fronteras’ el 22 de marzo de este año pese a haberlo grabado en 2019, ¿por qué no lo lanzasteis durante la pandemia como otras bandas?

Si hubiese sido decisión nuestra ya estaría fuera, pero aquí es donde entra la inteligencia de Dez y Anastasia. Nos comunicó lo importante que era esperar pese a la pandemia, nos hizo buscar otras formas de mantener nuestra audiencia. Gracias a ellos encontramos la forma correcta de lanzarlo. Damos gracias también porque, si hubiésemos lanzado el disco en 2019, no estaríamos con Atomic Fire; ya que comenzamos a trabajar juntos durante la pandemia. 

‘Fronteras’ también se venderá en formato DVD, en el cual incluís temas en acústico, un vídeo documental, videoclips exclusivos… ¿verdad?

Así es, en el documental, por ejemplo, hablamos de cada miembro de la banda para que nuestros fans nos conozcan; y también podrán ver lo que hicimos durante la pandemia pese al cierre de los eventos, los bares, etc… Pensamos en lanzar este formato durante la pandemia, como hemos dicho anteriormente, la pandemia nos dio tiempo para pensar en nuevas formas de promocionar ‘Fronteras’.

En ese material exclusivo del DVD los fans podrán encontrar una colaboración exclusiva con Alex López (Suicide Silence), es curioso que colaboréis con alguien tan influyente del deathcore, género bastante alejado del vuestro.

Es un gran amigo de la banda, se nos ocurrió hacer un acústico con él durante la pandemia, aunque el acústico ya estaba preparado. A Álex le pareció genial la idea y la llevamos a cabo rápidamente. Salió muy bien. Aunque nuestro género es un poquito más pesado hemos de decir que de vez en cuando nos encanta lanzar acústicos. Los vemos como una oportunidad de mezclar distintos sonidos en las mismas canciones

Algunos vídeos como “Púdrete” o “R2Rito” os los ha hecho Vicente Cordero, ¿por qué os decantasteis por él para producirlos?

Vicente es un maestro, es un ingeniero del vídeo. Cuando hace algo, lo hace de calidad. Se adapta muy bien a las circunstancias de la banda, sobre todo en alguna ocasión que hemos andado faltos de tiempo. Materializa muy bien nuestras ideas, y no solo las materializa, sino que las hace mejores.

En artwork de ‘Fronteras’  pueden verse un sofá y una mesa que sostiene una calavera, una llave y una vela, ¿qué significado tienen estos elementos de cara a vuestro nuevo trabajo?

Es una habitación que representa muy bien lo que todos hemos vivido durante la pandemia: un encierro. Todos vivimos encerrados en un cuarto, teníamos una llave para salir; pero si salías al exterior corrías el riesgo de morir. Pero como decíamos anteriormente, no solo hablamos de fronteras físicas. El artwork también representa cómo uno a veces no puede escapar de su propia mente.

María Gutiérrez