Accept vuelven y ya nadie se acuerda de Udo
Con una gira española en ciernes para el mes de octubre y el nuevo disco sobre la mesa, decidimos hablar con Wolf Hoffmann, líder indiscutible de la formación, quien nos llama desde su casa en Tennessee en pleno mes de julio para hablar de la actualidad de la banda y de la historia de ACCEPT.
Desde que volvieron en el 2009, ACCEPT se han convertido en una de las bandas más consistentes de esa vieja escuela que ha decidido seguir adelante con su carrera musical en lugar de seguir tocando eternamente los viejos clásicos. Han editado tres discos (“Blood of the Nations”, “Stalingrad” y el nuevo “Blind Rage”), han realizado centenares de conciertos por todo el mundo, demostrando que el interés en ACCEPT se mantiene muy alto. Y lo más importante: han conseguido que todos los que reclamaban la vuelta de su vocalista de toda la vida, Udo Dirkschneider, acaben por olvidarse y decidan disfrutar de esta nueva encarnación de la mítica banda alemana.
Con una gira española en ciernes para el mes de octubre y el nuevo disco sobre la mesa, decidimos hablar con Wolf Hoffmann, líder indiscutible de la formación, quien nos llama desde su casa en Tennessee en pleno mes de julio para hablar de la actualidad de la banda y de la historia de ACCEPT.
Habéis estado editando un disco cada par de años desde que os reunísteis. ¿Formaba parte del plan tener una presencia discográfica más o menos continua?
“No, porque no teníamos ni idea de lo que iba a pasar. Grabamos el primer disco, ‘Blood of the Nations’ y luego estuvimos expectantes. No sabíamos si a la gente le iba a gustar o si lo iban a odiar. Hicimos lo que sabemos hacer y compusimos las mejores canciones que pudimos, esperando una respuesta de alguna clase por parte del público. Y aquí estamos, cinco años y tres discos después. Estamos tan sorprendidos como todo el mundo respecto a lo que hemos conseguido”.
Estaba hablando con vuestro promotor en España y está sorprendido de lo bien que están vendiendo los conciertos de ACCEPT en nuestro país, considerando lo poco que venden otras bandas anticipadamente a sus shows. ¿Por qué consideras que ACCEPT siguen siendo relevantes? ¿Crees que la falta de exposición de la banda durante unos años ha ayudado a mantener una leyenda digna?
“Pienso que tiene algo que ver con que somos una rareza estos días. Editar discos potentes con cierta frecuencia ayuda, pero también somos una banda de la vieja escuela que se mantiene en pie y eso siempre atrae. No estamos haciendo viejos temas de cualquier manera para poder seguir saliendo de gira. Creo que la gente nota que hacemos esto con ilusión y con ganas de progresar como banda. ¿Ayudó el hecho de que nos separásemos durante unos años? Puede ser, pero tampoco te lo sabría decir con exactitud. Creo que es más importante que estemos haciendo shows a los que merece la pena ir como público y discos que merece la pena escuchar.”
Realmente se podrían intercambiar las canciones de “Blood of the Nations” por las de “Stalingrad” o por las de “Blind Rage”. Para otras bandas eso sería motivo de crítica, por la falta de evolución, pero la gente espera evolución cero por parte de ACCEPT. Ese anquilosamiento compositivo ¿juega a vuestro favor? ¿Te atormenta tener que hacer lo mismo siempre, como compositor?
“Correcto. Pienso que es algo muy positivo, es un problema muy bueno que tener. Es bueno tener un estilo personal y darle a los fans lo que esperan de ti. No queremos aburrirles con un disco de versiones o experimentos sónicos…o un disco conceptual. Todo eso estaría mal en el caso de ACCEPT. Les damos lo que quieren y estamos orgullosos de que los discos tengan temas prácticamente intercambiables. La principal idea es componer canciones que podríamos haber compuesto hace treinta años y que nunca compusimos. Eso es algo complicado, porque no es fácil meterte en la mente de un veinteañero de nuevo. Si lo intentas lo suficiente, sucede y puedes conseguirlo. Eso es lo que hemos hecho con estos discos: tienen canciones que podrían haber estado en “Breaker”.
¿Creéis que habéis callado definitivamente a quienes consideraban que no había ACCEPT sin Udo Dirkschneider?
“Esas preguntas ya ni salen. Nadie nos habla de Udo hoy en día. Muchos fans me dicen que siempre han sido fans acérrimos y le encantan los discos clásicos, pero que también les gusta la era actual y que casi es mejor que la era clásica. Eso me enorgullece mucho. Me gusta saber que no solo hacemos justicia al pasado sino que estamos comenzando a sobrepasarlo y mejorarlo. Nadie podría haber imaginado eso cuando volvimos.”
“Estamos intentando ser relevantes, no ser comparados con el pasado continuamente. Queremos probarle al mundo que podemos hacer esto y que nos gusta. Por eso creo que los discos son tan creíbles”.
ACCEPT es tu banda, a fin de cuentas. Tu llevas la voz cantante junto a tu esposa Gaby. La situación hoy en día es menos democrática que en los 80, quizá? ¿Está todo más dirigido por ti que nunca antes?
“Todas las bandas que conozco tienen a una o dos personas que son el motor de la banda. Yo siempre he estado muy involucrado en el dia a dia de la banda desde principios de los 80 y eso nunca ha cambiado. Eso se mantiene. Gaby es la persona que controla el management desde 1981 y eso tampoco ha cambiado. Lo que hay ahora es una continuación de lo que había en los 80. Las cosas no han cambiado demasiado, realmente”.
Si piensas en las cosas que jamás se deberían hacer en una banda, lo de que la esposa sea la manager es lo menos recomendado, con diferencia. ¿Crees que sois una anomalía en ese sentido?
“Bueno, nunca hemos sido una banda normal. Somos una banda de Alemania que toca heavy metal, y eso, a principios de los 80 no era muy normal, créeme. Durante toda nuestra carrera no nos hemos sentido una banda normal. A fin de cuentas has de hacer lo que consideras que funciona para ti y si eso implica salirte de las normas, pues que así sea. Siempre hemos sido una banda familiar y nunca hemos tenido managers al estilo Doc McGhee y los grandes de Los Ángeles. Hemos mantenido las cosas en nuestro mundo privado y nos ha funcionado”.
¿Dirías que Gaby ha tenido más implicación en “Blind Rage” que en “Stalingrad” como compositora?
“Ha tenido la misma implicación. Ella ya no escribe letras, porque Mark Tornillo es un tio que puede hacerlo perfectamente y habla inglés como lengua nativa. Era el momento de ceder las riendas. En su día ella componía letras porque Udo no lo hacía, ni más ni menos. Comenzó como una necesidad y porque lo hacía muy bien. Hoy en día su rol es estrictamente el de manager y de vez en cuando aporta ideas para canciones, temas que tratar. Eso ayuda y eso no va a cambiar. Tiene un libro de ideas donde, aunque no escribe letras, si que va apuntando posibles inspiraciones”.
“Otra diferencia entre las canciones de este disco y el anterior es el hecho de que hemos pasado más tiempo escribiendo canciones. Yo mismo he estado ocho meses componiendo antes de ir al estudio. Llegamos al estudio con 18 o 19 canciones y muchas más ideas inacabadas. Eso ha ayudado mucho a que pudiésemos optar por las mejores canciones antes de llegar al estudio de grabación. Con “Stalingrad” habíamos cerrado una fecha de edición antes de llegar al estudio y eso se notó. No teníamos todas las ideas acabadas cuando comenzamos a grabar y eso nos estresó. Me gustaría repasar alguna de esas canciones, pero no va a suceder”.
El sonido clásico de ACCEPT, tal y como lo recordamos, proviene de las técnicas de grabación analógicas que se empleaban en los 80. Hoy en día, las técnicas digitales son muy distintas y los resultados también. Hoy en día tenéis un sonido más estandarizado en base a lo que se hace hoy en día en un estudio. ¿Qué sonido representa de manera más fiel la realidad de ACCEPT? ¿El sonido algo amortiguado y menos definido de los 80 o el sonido potente, saturado y afilado de hoy en día?
“Pienso que el sonido de la banda ha cambiado a lo largo de los años. Nuestras expectativas como receptores también cambian, porque lo que sonaba genial en 1983 ya no es lo que suena genial en 2014. Hoy en día estamos acostumbrados a otros sonidos y lo que se aleja de ello nos parece raro o inferior. Todo es relativo. Lo que sonaba mágico por entonces, no suena mágico ahora. Sonaba mágico porque todo lo demás sonaba como una mierda, en esencia. Creo que hoy en día sonamos mejor. La batería sonaba genial en los discos de LED ZEPPELIN, pero si la escuchas hoy en día, quizá no te parece tan genial porque lo comparas con los tonos que se estilan en la actualidad. La mágia de esas grabaciones es relativa.”
“Lo que nos funciona es mezclar el estilo compositivo de la vieja escuela, que eso si que lo mantenemos, con las técnicas modernas de grabación que emplea Andy Sneap. Trabajar con ProTools nos gusta, pero nunca hemos dejado de componer como en los viejos tiempos. La combinación funciona muy bien para nosotros. Sonamos a ACCEPT pero actualizados”.
En octubre tocaréis en recintos más grandes que la última vez en España. ¿Traeréis todo vuestro montaje de los shows alemanes con las rampas y demás?
“Si, traeremos todo el material y haremos el mismo show que hacemos en Alemania. Queremos tener mejor producción esta vez y darle algo mejor a la gente”.
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